Prólogo

En una mansión oculta, se encuentra un hombre alto rubio y barbudo, de complexión fuerte partiendo leña con un hacha, mientras una niña alegre y vestida de manera sofisticada observaba detenidamente al hombre.

De la mansión sale otra niña, pero de aspecto desaliñado. Su pelo (p/c) medio largo tapa sus ojos ojerosos de color (o/c), viste un traje ajustado estilo ninja y un collar de alta tecnología.

A diferencia de la otra niña, ella es más delgada que ella debido a la diferencia de estatus.

- ¿Qué tal tu brazo, Hawk? - preguntó la niña ojerosa.

- Cómo si nunca me la hubiesen cortado, aunque eso es gracias a tu talento GHOST. - Dejó su hacha a un lado y le entregó un sobre a la niña, nombrada como GHOST.

Ella lo cogió y abrió el sobre, donde se muestra cuatro fotografías de sus próximos objetivos. Objetivos que Hawk no pudo aniquilarlos. - ¿Algo que deba saber?

- El samurai es muy diestro y veloz con la katana, - se encendió su puro y sonrió molesto a la vez de satisfactorio - fue él, quien me cortó el brazo y me impidió eliminarlos.

La niña volvió a mirar las fotos, cuyos objetivos son el ladrón más escurridizo del mundo, el pistolero más veloz y la mujer embaucadora más peligrosa, es decir, Lupin III, Daisuke Jigen y Mine Fujiko, sumándoles en la lista al samurai, Ishikawa Goemon XIII.

- Tengo claro, quien va a ser mi primer objetivo. - Su mirada se clavó en la foto de aquel samurai, quien derrotó a Hawk.

- No los subestimes. - Avisó Hawk a la joven asesina.

- Descuida - dirigió su mirada a Hawk - no los subestimaré, es más, él me llevará a donde se encuentra al principal objetivo de la organización. Además, estas hablando con la mejor asesina de la organización. - Acto seguido, en un movimiento le quitó al hombre su caja de cerillas, sin que se percatara y quemó las fotos, pues ella ya no los necesitaba.

El hombre buscó con su mirada a la pequeña, quien se encuentra detrás de él quemando las fotos. Se puso de pie y alzó la mano con la caja de cerilla. Cogió su caja de cerillas y la pequeña volvió a dirigirse al interior de la mansión.

La otra niña lo observó todo desde donde se encuentra sentada. Saltó del montón de troncos y se dirigió al hombre, quien la cogió en su grande y fuerte brazo, mientras que con el otro cogía su puro. - GHOST es muy rápida, al igual que ágil. Lastima que no me permiten jugar con ella. - Se apenó al decirlo.

- Señorita, sabes que ella fue criada con el único propósito de matar. Ella nunca tendrá una vida normal.

- Lo sé, pero a veces pienso que ella no debería estar aquí, sino en algún lugar estudiando, jugando con otros niños y vivir tranquilamente con su familia.

- Pero ella no tiene familia, solo tiene a nosotros y a la organización. Además, ella ya conoce su lugar. - Dejó a la joven señorita al suelo, cogió su hacha y volvió a lo que estaba haciendo.

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La joven asesina caminaba por los largos pasillos de la mansión hasta llegar a un enorme cuadro. Puso su pequeña mano en el borde del marco y lo presionó, activando la abertura de una puerta secreta, que la lleva al subsuelo de la mansión, donde se encuentra el laboratorio principal de creaciones de asesinos superhumanos. A diferencia de la mansión, las paredes del laboratorio son blancas y metálicas, como si de otro edificio estuviera. En el interior hay montones de personas con bata blanca experimentando con personas. En algunas se escuchan gritos desgarradoras de personas que no aguantan el dolor de aquellos dolorosos experimentos.

La pequeña está acostumbrada a ese ambiente, pues ella también sufrió y sigue sufriendo por aquellos experimentos. Se detuvo en una puerta, donde salió un hombre delgado trajeado de color negro, de piel clara, pelo peinado hacia atrás de color negro con el mismo color de sus ojos.

- Hola, GHOST. He oído que te han dado una nueva misión. Antes de que te marches, necesitamos hacerte una "revisión". - Sonrió aquel hombre trajeado.

La niña no dijo nada, solo asintió con la cabeza. Aquel hombre le temía, una simple objeción y la torturaría hasta quedarse a gusto.

- Muy bien, vayamos a la sala a que te revisen. - Agarró la mano de la niña, quien no se inmutó, y se dirigieron a una sala cercana, donde se encontraba ya un par de hombres con bata y mascarillas junto con una camilla equipada con hebillas para impedir que los pacientes se movieran. Al entrar, automáticamente la niña se desvistió y se puso aquella horrible ropa de hospital, que tanto odia, pero no podía desobedecerle, pues ella sabe que su castigo es peor. Se tumbó en la camilla y dejaron que le ataran de pies y manos. Uno de los hombres con bata se acercó a ella con una jeringa llena de aquel misterioso líquido, que aún desconocía cual es su función, pero que ella conoce los efectos que tiene al inyectarselo.

Inyectaron el líquido en su brazo y comenzó a sentir aquel efecto secundario.

Sentía como su cuerpo comenzaba a arder por dentro como si de acido se tratase, se retorcía de dolor, pero apenas podía moverse debido a las ataduras. A pesar del dolor, apenas emitía algún sonido de su voz. Sólo se mostraba un pequeño río de lágrimas que caía a través de sus mejillas; mientras tanto, el hombre trajeado observaba el espectáculo/tortura con una enorme sonrisa sádica dibujada en su rostro.




Mientras tanto, en algún lugar de Las Vegas.

Lupin y Jigen disfrutaban jugando a las cartas en uno de los casinos más lujosos de la ciudad, al mismo tiempo que Fujiko engatusaba a Lupin para poder robar su última adquisición, uno de los huevos perdidos de Fabergè que acababa de robar en una subasta clandestina, que hubo en Nueva York.










Hasta aquí el prólogo de esta nueva historia, cuyo protagonista es el ladrón de guante blanco más buscado por todo el mundo.

¡Sí!

Hablo de Lupin III.

Espero que haya alguien que quiera leer esta historia, aunque igualmente la seguiré escribiendo.

;)

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