capítulo 23 - El pastel es una mentira

Otro capítulo que parcialmente alimenta al Kobenji y también las relaciones entre personajes. Las múltiples perspectivas volvieron y ahora estamos cerca del enfrentamiento en contra de Katana man.

Alguien amerita unas buenas patadas en las bolas. :D

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El reloj de la casa de la pequeña Higashiyama indicaba las cinco de la mañana. La imponente ciudad de Tokio nunca encontraba hora de descanso.

El gobierno era consciente que mantener alarmada a la población por tanto tiempo podía ser contraproducente, permitió que muchos trabajos y shows de entretenimiento reanudarán funciones, las universidades también continuarán con sus enseñanzas. Esto último terminó despertando al tercer hijo de esta familia desafortunada.

•Kobeni•

En la sala, se preparaba Kenta para su nuevo día. Fue al baño, hizo sus necesidades y se lavó el rostro, no tenía mucho más que hacer en la casa de su hermana menor. Por lo pronto, pensaría en despedirse.

En la habitación de la cuarta hija, la pequeña Kobeni fue la primera en despertar. Había descansado de forma cómoda durante toda la noche, incluso ignoró los ruidos que la visita inesperada de Kenta hacían. Se despegó un poco de su amigo y lo observó por unos pequeños momentos.

Denji no le contaba mucho de su pasado, pero lo que él relataba le parecía aterrador. Perdió órganos, fue amenazado constantemente por la mafia, mataba demonios para vivir y la única criatura que lo amó en el pasado ahora estaba dentro de su cuerpo, gente como la señorita Serpiente o demonios como Haka estaban interesados en este nuevo órgano.

Incluso a Kobeni le interesaba el corazón de Denji. Aunque sus intenciones eran más nobles con el chico motosierra. Los latidos de lo que alguna vez fue Pochita le transmitían una calma que no encontraba en otro lugar.

Pese a remarcar a sus hermanos que la única relación que ella tenía con él motosierra era de una simple amistad, poco a poco le iba brotando ese gusto por estar a su lado. Empezaron mal su relación, ambos tenían esa aversión uno del otro por culpa de ese hotel. La ironía se hizo presente, conociendo que Denji sí contemplaba a su amiga como una potencial pareja y Kobeni confesó a sus difuntas amigas que su gusto por el chico si era una realidad.

La cuarta hija aplicó la misma estrategia que en el día pasado. Preguntó por su compañera demonio y al no recibir respuesta de ella, procedió a hacer su pequeña fechoría. Se acercaría al rostro de Denji con la intención de besarlo. Sus labios para su desgracia seguían siendo propiedad de Makima o eso decía el rubio.

La distancia entre ambos rostros se fue reduciendo. Cuando por fin estaba a punto de entrar en contacto con los labios del motosierra, Kobeni se vio interrumpida al escuchar unos golpes provenientes de la puerta de su habitación.

-Perdón si te sigo molestando, Denji. Ya me voy, le dices sobre el regalo a Kobeni.

La cuarta hija reconoció la voz de su hermano mayor. - ¿Kenta, qué estás haciendo aquí?

-¡A-ah! ¡Kobeni, no esperaba que estuvieras despierta! ¿Puedes salir, necesito enseñarte algo?

Sin molestar a Denji, Kobeni se preparó para salir de su habitación. Observó cómo el rubio estaba cómodamente dormido y luego fijó rumbo hacia su puerta, cuando la abrió, observó cómo Kenta cubría sus ojos con su mano.

-No oí ni vi nada- dijo a secas.

-T-tonto. Ya te dije que no estamos saliendo.

-No soy como Kenji jaja, por mí también puedes divertirte en lo que tú quieras. En fin. - Kenta quitó la mano de sus ojos y señaló el regalo en la mesa, Denji lo dejó ahí. - Batallé un poco para conseguirlo, pero creo que esto te gustará.

Kobeni estaba un poco confundida con el pequeño regalo que estaba recibiendo de su hermano, lo tomó y decidió abrirlo.

-Lamento no haberlo conseguido de primera mano, es una grabadora de voz, ya tiene consigo un cassette para que puedas guardar la voz de amiga.

-Kenta, esto se ve caro.

-No fue la gran cosa (mentira)... Pero creo que te servirá, no pude conocer a tu amiga, pero me imagino que era agradable. Creo que es necesario guardar contigo algo de ella.

Kobeni se acercó a su hermano mayor y lo abrazó, Kenta respondió al abrazo. Su hermana menor estaba agradecida por el regalo aunque no sabía bien cómo funcionaba.

-Maldición, olvidé el instructivo en la universidad. Eh. Pues... -Kenta agarró la grabadora- Está cosa tiene 3 botones, este de aquí arriba lo presionas y en teoría debería grabar, el de en medio sirve para reproducir y el de abajo rebobina la grabación, también sirve para pausar.

-Hagamos una prueba- Kobeni estaba un poco dudosa de cómo funcionaba su nuevo dispositivo.

Los chicos intentaron decir idioteces "Dragon Ball" "Lucha libre" "Kenta huele a vagabundo" "No, no, no, tú trajiste a un vagabundo" "CÁLLATE" "JAJAJA a Kobeni le gusta un vagabundo" "¡NO LE DIGAS ASÍ!" "Ay perdón".

Los chicos pausaron la grabación y la reprodujeron, se escuchaba bien para los estándares de la época. Ambos se alegraron. La pequeña tenía dudas si serviría para guardar la voz de su amiga. Su hermano le dijo que mejor la llame desde el teléfono de casa, aunque su hermana tenía un inconveniente, el teléfono de casa se escuchaba raro. Kenta pensó en otra alternativa.

-¿Y si lo grabas desde el lugar de origen?

-Eh... ¿En su oficina?

-¡Si! Su oficina, no creo que te permitan llevarte algo de ahí, sería como robar ¡Pero! Podrías grabarlo.

-No sé si me dejen entrar, están ocupados aún con el control de daños. Sigo siendo una novata, no estoy autorizada.

-¿Y tienes algún conocido que te ayude con eso o capaz con un teléfono que si tenga altavoz?

-Está Aki, no somos muy cercanos pero ya soy su subordinada, aunque en este momento está hospitalizado.

-Solo no permitas que pase mucho tiempo, creo que él entendería lo que quieres hacer.

-Tienes razón... Gracias hermano.

-No hay de qué. Te quiero mucho. - Kenta le sonrió a su hermana- ¡Bien! Era todo, sigue con tu "amigo" descansando, yo debo regresar pronto a la universidad.

-¿No quieres desayunar?

Kenta intentó rechazar pero su estómago decía lo contrario, Kobeni le invitó lo ella aún tenía. Comieron juntos. Conversaron un poco de cómo el chico la pasaba estudiando, Kenta le dijo que era algo difícil acostumbrarse al ritmo, pero tenía amigos y a veces ellos le invitaban a comer, la comida por esa zona es algo más cara. A Kobeni le dio gracia, ella aplicó la misma con Himeno. Ambos quedaron reflexivos, pronto dejarán de depender de otros.

-Sabes, hay una cafetería a la que te podría invitar.

-¿Están caros los precios?

-Nah, te invito con gusto. A veces está trabajando una camarera muy guapa. Pero no soy como tú jaja, no me van tan menores, creo que va en preparatoria.

Kobeni se puso roja de la vergüenza, ahora no sólo en el trabajo estaba esa idea, sus hermanos también creían que eran alguna clase de pareja.

-Sigh. Solo desayuna ¿Quieres?

-Vale, vale. Descuida era broma. Cuando vayamos a esa cafetería yo invito.

El desayuno entre ambos hermanos finalizó y Kenta estaba listo para dirigirse a la universidad.

-Bueno... ¡Ahora sí ya me voy!

-Espera... Ten, toma esto. - La pequeña Higashiyama le dio un poco del dinero que tenía ahorrado.

-N-no es necesario, yo aún traigo dinero para el Taxi...

-Úsalo en lo que te plazca. Puedes comprar más comida o invitar a tus amigos.

Kenta le agradeció a Kobeni. Incluso cuando el mayor se iba, su hermana menor lo acompañó hasta donde los taxis se encontraban estacionados, los dos hermanos se despidieron. La cuarta hija volvería a su hogar, pero ya no podía descansar.

Llegando a su habitación observó detenidamente a Denji, estaba cómodo en su cama. Le dio ternura verlo así, acarició su cabello y luego se le ocurrió una idea. Iba a dibujar a su amigo aunque en su forma humana, las motosierras seguían sin ser su fuerte. Fue por sus cosas, su modelo estaba estático en su sexto sueño.

Una vez preparada para dibujarlo, se le ocurrió que podía molestarlo un poco. Agarró su brazo derecho e hizo que su mano solo levantara el dedo índice, lo introdujo la nariz de Denji y lo hacía ver cómo si se hurgaba la nariz. Kobeni no contuvo su pequeña risa y comenzó con su pequeño trabajo.

Ya eran las siete de la mañana, el pequeño dibujo de la chica estaba casi realizado, se veía gracioso Denji aunque a veces se movía, su sueño pesado le permitía a Kobeni regresarlo a como se veía. Cuando lo finalizó. Dejó su firma y sabiendo que a Denji se le dificulta leer, hizo uso de su grabadora.

-Denji, no sabía que te sacabas los mocos cuando te dormías... pfff JAJAJA, estoy a tu lado y no despiertas. Te ves tan adorable. Espero y te guste mi pequeño dibujo... voy a salir, te dejaré algo de arroz y creo que todavía quedan algunos huevos, si quieres hacerte algo. Emmmm... un, dos, tres, probando, probando. Te quiero... Te quieroooo... como amigos, que te quede claro... ya no sé qué decir, si llegaste hasta aquí, te ganaste otro dibujo o una pizza ¡Sí, mejor una pizza! Volveré con una pizza si es que no se me olvida.

Kobeni dejó preparada la grabación y solo con una pequeña flecha indicó el botón que debe presionar. Se cambió y se preparó para salir. Iría a visitar a su nuevo Jefe, Aki. Realmente no tenían mucho de qué hablar. Le pediría el favor de poder entrar a la oficina de Himeno, solo si era posible.

Salió de su hogar rumbo al hospital. Se preguntaba si debía llevar algo, no conocía bien a su Jefe por lo que prefirió únicamente llevar una barra de chocolate, no podía permitirse gastar más que para eso. Todo estaba en orden, como si nunca hubiera sucedido tal ataque.

Tendō•

La cazadora de Kioto se alistaba para una reunión importante... o eso le hacía ver a su compañera y prácticamente mejor amigo, Kurose.

El día de ayer fue a hacer unas compras rápidas junto con su compañero, les hacía falta ropa y necesitaban lavar su único uniforme que traían. Al menos el día de hoy podía vestir adecuadamente, se peinó, cepilló sus dientes y miró si había algún desperfecto.

-¡Idiota! ¿Tanto te preocupa ir presentable para reunirte con Makima?

-Un poco, esa señorita me causa una mala espina pero supongo que se puede mejorar nuestra relación con ella si vamos bien arreglados.

-Lo que tú digas. Me iré adelantando, necesito pedirle información sobre los demonios disponibles en su área de contención.

-Ajá, adelante. Te alcanzo.

-¡No te vayas a demorar, estúpida! Te odiaré toda la vida si me dejas solo con ella.

-Quizá se hagan buenos amigos, conquistala. Siempre presumes tus dotes de mierda para ligar, úsalos con ella.

Kurose terminó temblando. Todo lo relacionado con Makima le daba miedo, la mujer era un misterio y lo poco que sabía de ella le hacía estremecerse. Se despidió y salió de la habitación del hotel.

Cuando el chico parecía haberse distanciado de su habitación. La mujer preparó su verdadero plan, sacó de su bolsillo el encendedor que Kurose "pidió prestado" a Aki. Sentía remordimiento por aún tenerlo en sus manos, pero también quería una pequeña excusa para visitarlo.

-Ese pendejo de Kurose me va a odiar... Meh. Que se joda.

La mujer se dirigió hacia las escaleras. Kurose sin ningún propósito extra comúnmente haría el mínimo esfuerzo, era obvio que usaría el elevador. Tendō se tomó su tiempo, esperando que como era costumbre, Kurose adelantaría camino hasta llegar a su destino.

El objetivo eran las oficinas de la cuarta división. Tendō hizo caso omiso a la petición de su amigo, buscó algún Taxi y se dirigió hacia el hospital. La chica veía el encendedor prestado, era bonito.

Llegando al hospital siguió su camino. Subió hasta el piso correcto y se percató de la chica rubia de la vez pasada. Seguía intentando conseguir cosas de esa máquina expendedora a base de pura violencia.

-Oye... eso es propiedad del hospital, será mejor que te detengas.

-¿Y por qué debería de escucharte, idiota? Mejor ayudame, te dejaré quedarte con 2 bolsas de papas.

-Nos meteríamos en muchos problemas. Emm. Si quieres te puedo invitar unas papas ¿Eres compañera de Aki, cierto?

-¿De coleta? Soy más su ama ¿Y tú quién mierda eres?

-Tendō, mucho... ¡NO, NO LO HAGAS!

Power activó su habilidad sacando un pequeño martillo que terminó rompiendo el vidrio, quitó los restos de la ventana y agarró buena parte de la mercancía.

-¡Idiota, eres muy ruidosa! - Power tiró una bolsa de papas hacía Tendō- ¡No digas nada de esto, ladrona!

Observó cómo Power escapaba del lugar. Evadiendo al personal médico. Para desgracia de Tendō quedó como una testigo. Ignoró el hecho que presenció un robo y prefirió entrar a la habitación de Aki.

Cuando abrió y estuvo a punto de entrar a la habitación, observó a Aki acostado, había unas vendas tiradas con sangre. El cazador volteó en dirección de la entrada y observó cómo Tendō tenía un rostro un poco asustado.

-¡Ups! Olvidé tocar la puerta. - Tendō cerró la entrada y tocó.

Aki no mostró ninguna emoción ni sorpresa. Solo le dijo a Tendō que entrara. La chica buscó un asiento y descansó. El silencio se volvía poco a poco más incómodo, ninguno pronunciaba alguna palabra. El cazador solo miró hacia el techo y preguntó.

-¿Fue Power, verdad?

-¿Te refieres a la rubia?

-Si.

-Si, fue ella. Rompió la máquina expendedora de afuera.

-Esa idiota. Sigh. El seguro de la organización no me va a cubrir eso.

Tendō quedó avergonzada. No detuvo a Power y ahora otro gasto se irá hacia Aki. El chico estaba dudoso de porque su colega de Kioto vendría a visitarlo. Le preguntó a qué se debía tan inesperada visita, incluso preguntó por "mono asistente".

-El idiota de Kurose tiene una reunión con Makima. Yo vengo por... Agh. Ten, el idiota de mi compañero se le olvidó devolver tú encendedor. - Tendō fue a entregar el objeto. - es bonito ¿Te acuerdas dónde lo compraste?

-Ni idea. Fue un regalo de Himeno. Ella... Le gustaba obsequiarme este tipo de cosas, en muchos sentidos ella era rara.

-Aun así la extrañas.

-Todo el jodido tiempo. Pude haber hecho más ahí, ella no estaba condicionada a nada, le quedaba mucho por vivir... los dos sabíamos de los errores del otro, teníamos muchas cosas que arreglar y ni siquiera así hubiéramos estado juntos. Pero en el fondo, solo quería que ella estuviera bien.

-Si, comprendo. No te sientas mal por seguir aquí. Es una segunda oportunidad y algo me dice que tienes que aprovecharla. Piensa en lo que dijo mi estúpido compañero. El retiro sería una mejor opción, podría descansar y hacer lo que tú quieras.

-No sirve de nada retirarte cuando te faltan 2 años antes de morir. No tengo a dónde ir, nadie me espera una vez regrese a casa. Todos se han ido. La señorita Himeno era lo último que me quedaba y ahora por mi culpa ya no está.

-¿Qué hay de los dos chicos que estuvieron afuera la otra vez, eran tus compañeros?

-¿Denji y Power? Son unos idiotas además de ser unos asquerosos demonios. Ya conociste a Power, no es la primera vez que roba cosas y yo tengo que pagarlo. Denji igual es un imbécil, pero por el momento Kobeni lo mantiene a raya.

-¿No crees que tal vez necesiten ayuda? Podrían ser guiados y así serían... eh, más civilizados supongo. Algunos integrantes de Kioto son poseídos y no han causado problemas.

-Himeno dijo algo parecido, supongo que tengo cara de niñera.

-Oh, perdón por eso.

-No te disculpes, ella también tuvo esa misma idea. Algo de razón tendrán, el demonio pistola sigue suelto por ahí. Estos malditos terroristas no pudieron conseguir tanto armamento de otra manera, necesitaré de Denji y otras herramientas más para matarlo.

-¿En serio crees poder matarlo?

-No estoy seguro, pero sí no hago el intento, nadie más lo hará.

Una enfermera entró a la habitación. Empezó a hacer preguntas con respecto a la acompañante rubia de Aki. El cazador no tuvo de otra más que responder y aceptar los gastos de reparación y de mercancía robada.

Kobeni

Usar transporte público hizo que le tomara un poco más de tiempo llegar, pero no tenía otro medio de transporte aún. Entró al hospital, preguntó Hayakawa Aki y por fortuna aún no le daban de alta.

Ya sabía a dónde tenía que ir. Subió por el elevador, caminó entre los pasillos. Se encontró con la máquina expendedora rota y parcialmente vacía. Kobeni pensó en la posibilidad de tomar algo de ahí, pero prefirió seguir adelante.

Tocó a la puerta y esperó respuesta. Una chica de una considerable mayor estatura que Kobeni fue quien la recibió, ninguna de las dos tenía noción de la otra. Nuestra protagonista prestó mucha atención a la cicatriz en su rostro.

-¿Eh? ¿Se te ofrece algo?- Dijo la mujer quien se fijó como Kobeni observaba detalladamente su rostro- ¡Oh! ¿Tengo alguna basura?

-V-vine... a ver a-a a-al superior H-Hayakawa.

-¿Higashiyama, eres tú? Ven, entra.

La mujer dejó entrar a Kobeni, Aki se encontraba aún acostado, estaba siendo interrogado por una enfermera.

-Al menos eres tú y no la idiota de Power, incluso...- Aki se intentó levantar con un poco de dificultad, las heridas que le provocó el señor Katana seguían sanando. - En un lugar como este, esa estúpida me sigue causando problemas.

-¿Ella fue la que rompió la máquina?

-Si...

La enfermera les dio su respectivo espacio, le mencionó a Aki que para mañana será dado de alta, el cazador asintió y dirigió su mirada hacia Kobeni. No tenía nada en contra de ella como con sus dos inquilinos, sería amable, ambos compartían un mismo dolor.

-¿A qué se debe la visita, Higashiyama?

-Me puede decir Kobeni, no tengo ningún problema con eso... A-ah sí, le tengo un pequeño obsequio, no sé lo que le gusta así que le traje una barra de chocolate- nuestra protagonista cuando se la iba a enseñar, por poco se le cae- Aquí tiene.

-Muchas gracias, Higashiy... Kobeni. Me alegra que hayas venido, no quedarán muchas caras conocidas dentro de un buen tiempo ¿Cómo has estado? ¿El pendejo de Denji no te causó problemas?

-A-aun... Sigo recordando mucho a la señorita Himeno, a Kei y a Arai, me duele saber que ya no están... Ayer vinieron mis hermanos a verme, fue agradable y... Sigh. Conocieron a Denji.

-¿Les hizo algo? Le diré a Makima sobre esto.

-¡No, no! Se terminaron llevando bien, solo qué, ahora también ellos creen que es una especie de novio.

-Ya veo. No puedo hacer mucho al respecto en ese caso. - Aki miró a su otra colega dentro de la habitación, la mujer con sus manos indicaba que volvería en un rato, pero Aki antes de eso decidió presentarla. - Perdón mí trato descortés, Kobeni ella es nuestra colega de los cuarteles de Kioto, Michiko Tendō.

Apenadas las dos, se pararon frente a frente y una ligera reverencia fue realizada en sincronía.

-Higashiyama Kobeni, e-es un p-placer.

-El gusto es mío... eh... ¿Eres nueva aquí?

-Si, es nueva. Lleva cerca de un mes trabajando en la organización. - Aki respondió a la pregunta de una nerviosa Kobeni.

-Ya veo, no la vi en los registros. En teoría también debería asesorarla en caso de cualquier problema.

-S-superior Tendō ¿P-para qué es eso?

-Los altos mandos de los cazadores nos están obligando al idiota de mi compañero y a mí hacer revisión y asegurar que los cazadores que estén decididos en continuar trabajando tengan lo necesario para sobrevivir, en fin, ¿Me puedes decir cuál o cuáles son tus contratos en activo?

Kobeni entró en pánico. No tenía otro contrato más que con el demonio de la muerte, una palabra incorrecta y se metería en graves problemas. Cualquier paso en falso llamaría la atención de su dueña, pero también alertaría a los cazadores incluso poniendo en duda su continuidad si no hacía otro contrato.

-Y-y... Y-yo... m-mi... mi c-contrato...

-Pon en duda a esta mujer y tú colega, el novio de la zorra del parche se muere. - Esa oración llena de titubeos terminó alertando a Haka. Quién de inmediato postró su cabeza sobre el hombro de Kobeni.

-¿Es uno muy peligroso para que te pongas muy nerviosa? Jaja- Tendō intentó calmar a Kobeni con una simple pregunta.

«SÍ, ES DEMASIADO PELIGROSA, POR FAVOR DEJA DE PREGUNTAR» - Kobeni estaba en pánico.

La pequeña observaba cómo el brazo de su dueña se colocaba a su vista, delante de ella preparándose para realizar un simple chasquido, ella de primera mano sabía de lo que era capaz, el espacio era cerrado y sin vigilancia, perfecto para no dejar testigos con vida.

-Y-yo t-tengo...

-Ella tiene un contrato con el demonio del mono. Puedes buscarlo, está en el área de contención... Es tranquilo, al menos.- Aki respondió en lugar de Kobeni. Haka detuvo cualquier acto hostil que estuviera por realizar.

-Ya veo... Perdón si tengo que ahondar más ¿Hay algún inconveniente en tu actual contrato? Limitación de cualquier tipo.

-N-no... es, solo para ser más ágil y rápida, no hubo mucho problema.

-Ya veo. ¿Quieres hablar de algo? Fue bastante traumático para todos el día del ataque, no hay problema si no quieres. Pero estuviste muy tensa para responder esa simple pregunta.

-S-solo que me da un tanto de pena admitirlo. Y m-muchas gracias por querer a-ayudar.

-No es nada, estamos juntos en esto. Ser cazador es una vil mierda, al menos pagan bien, pero ¿No te sientes mal que siempre nos digan que nuestra vida no tiene valor?

-S-siempre me lo han dicho, incluso antes de este trabajo. S-solo necesito el dinero.

-Oh... Cuánto lo siento. Aki ¿Me puedo llevar a tu subordinada un momento?

«¿Qué, a dónde me va a llevar?»- Kobeni se preguntaba por las intenciones de Tendō.

-Adelante, voy a dormir un poco. Cuídala, esa chica fue muy importante para... es importante para mí. Te la encargo.

-Claro. No tardaremos.

Las dos chicas salieron de la habitación del cazador. Tendō observó la máquina expendedora y vio que aún quedaban unas papas. Observó cuánto costaban y dejó las monedas en uno de los estantes. Sacó un pequeño bloc de notas con su lapicero y escribió "Perdón, tenía hambre, quédense con el cambio. Bye :)". Dejó la nota.

-¿Qué? Ya pagué, ten toma, no te sientas mal por eso. - Tendō se sentía juzgada por la mirada de Kobeni, aunque más bien le sorprendía que Tendō tuviera la misma idea que ella, solo ella no iba a dejar mensaje, solo el dinero.

-G-gracias. - La cuarta hija comenzó a comer de la bolsa de papas, que le ofreció Tendō.- ¿P-para qué me quería?

-Solo disfruta de la comida chatarra. En un momento seguiremos hablando.

Kurose•

El cazador de Kioto se dirigió al cuartel de la cuarta división, el único en activo por el momento.

-¡Esta idiota lo hizo de nuevo! Agh, con razón hizo tanto tiempo haciéndose la estúpida.

Kurose observaba en su reloj la hora, no faltaba poco para que se reúnan con Makima.

-Estupida Tendō, seguramente fue a visitar a...

Atrás de Kurose se aproximaba una figura femenina, estaba por alcanzarlo y tenía duda con lo que este chico iba a decir.

-¿A quién fue a visitar la señorita Tendō?- preguntó la señorita Makima.

La repentina e inesperada pregunta que Kurose escuchó desde atrás bastó para que el cazador de Kioto de un brinco acompañado de un grito. Makima lo miró con confusión, volteó a sus lados pensando que algo más estaba acechandolos, pero eran únicamente ellos dos los presentes.

-¿Viste a un demonio?- Siguió preguntando Makima.

-¡N-no! P-perdón, señorita Makima. N-no espere que aparecieran de esa forma... y q-que placer me da de p-poder v-verla.

-Lo mismo digo señor Kurose ¿Y su compañera, sabe dónde se encuentra?

-Y-yo... c-claro...

-Supongo que debe ser un asunto de suma importancia. Me parece un acto indisciplinario su ausencia, veo sensato reportarlo a sus jefes de Kioto.

-N-no hace falta. E-el error fue mío, y-yo t-tenia que hacer una visita a o-otros cazadores. E-ella a veces es así, no le gusta que deje pendientes, estoy seguro que ella sigue trabajando en eso.

-Ya veo. Tiene usted a una excelente compañera, necesito esa solidaridad en Tokio y ya que se han quedado unos cuantos días ¿No les parece agradable la ciudad? Podrían considerar la reubicación si ese es el caso.

-N-no hace falta, ya tengo mi vida hecha allá, una linda novia y puedo ver a mi madre seguido. Muchas gracias por considerarnos ¿Podemos seguir?

-Claro. Una lástima, considere la oferta.

-«¡PENDEJA DE MIERDA, ESTÚPIDA, MALNACIDA, DESPERDICIO HUMANO, IDIOTA, IDIOTA, IDIOTA! Debí suponerlo, esa imbécil se fue a visitar al chico llorón ¡Ésto no se va a quedar así!» - Los gritos mentales de Kurose eran tan fuertes que incluso Makima parecía escuchar algo.

Un vehículo de la organización estaba a la espera de los dos cazadores. Ambos abordaron, Kurose se sentía incómodo y estaba sudando del nerviosismo al tener a su lado a Makima, ella solo le expresó una ligera sonrisa.

-Señorita M-makima ¿Puedo preguntar ahorita, que clase de demonios tienen contenidos en esta ciudad?

-Realmente no muchos. Durante el asalto, de alguna manera los terroristas llegaron a dar con el área de contención y forzaron su entrada, como habrás visto ellos también fueron neutralizados en el santuario. Pero nuestras opciones se han visto afectadas.

-¿El zorro sigue en pie?

-Claro, tuvimos la fortuna que no fue liberado. Lamentablemente no podría decirte lo mismo de maldición o del perro, esto nos meterá en un problema con los estadounidenses.

-¿El demonio del perro?

-Si, fue un intercambio momentáneo. Algunos de nuestros cazadores tuvieron un contrato con el demonio para ser rastreadores, una de mis mejores activos era Shinoda Keiko. Falleció en el ataque. Tokio se quedó sin rastreadores y ahora tampoco con el demonio.

-¿Qué dieron a cambio de él?

-Un demonio relativamente tranquilo. El demonio del futuro, nos lo regresaron días antes del ataque. Es muy difícil de hacer un contrato con él, sus condiciones son altas. Yo lo veo como una alternativa muy desesperada.

-¿M-me puede hablar un poco más de él? Creo que me interesa saber más...

-Encantada.

-Muchas gracias, señorita Makima ¿No le han dicho que se ve muy guapa el día de hoy?

-Muy halagador de su parte, señor Kurose.

Los dos cazadores se fueron hasta el área de contención. Makima no enseñó gran parte de las instalaciones, algunas secciones del lugar eran exclusivas para los altos mandos, cazadores de élite y su pequeño proyecto personal. El señor Kurose estaba complacido con acompañar a Makima por lo que dejó pasar sus dudas, siguió preguntando sobre el demonio que le interesaba.

•Denji•

El chico motosierra abría los ojos para contemplar un nuevo día. Buscó con su brazo el cuerpo de su compañera, estaba dispuesto a descansar un poco más de tiempo si era con ella. No encontró a Kobeni.

El joven quedó sorprendido, se levantó y aún adormilado caminó hacia el pasillo del departamento. Preguntó por ella y también por el chico universitario, el lugar estaba ordenado. Regresó a la habitación y vio en la mesa de noche dos cosas de interés.

-¿Qué mamada es esto?- El chico vio su dibujo, estaba descansando mientras se hurgaba la nariz - ¿En serio así me veo dormido, Pochita por qué nunca me lo dijiste?

Luego observó la grabadora. No tenía la recóndita idea de cómo funcionaba, guiándose de la flecha pegada fue como dio inicio el mensaje de su amiga. Después de escucharlo dijo "Puta madre y en frente de ella" por haberse sacado los mocos y también se emocionó porque comerían pizza y él nunca la había probado.

-Al menos me dijo que me quería. Heh. Makima nunca me había dicho algo similar ¿Valdrá la pena seguir intentando cumplir mi promesa? - El chico pensó en los pechos de su jefa, como se sintieron, la mirada provocativa y su voz seductora- Mmmm. Puede y sí.

Finalizando sus pensamientos cachondos. Se dirigió a la cocina y desayunó, pensaba también en irse hacia el hospital pero no quería ver la cara quejumbrosa de Aki, Power lo joderia una vez pise el edificio y Makima estaba ocupada. Kobeni nunca mencionó a donde iría, sería un misterio para él. La chica le ha dado hospedaje y un poco de entrada al contacto físico, pero no mayor a los abrazos, una que otra caricia (y besos mientras dormía).

«Amigo, responde de una maldita vez ¿Qué tal si le hacemos un pastel? Cómo en mi cumpleaños, esas mierdas son sencillas de hacer. Pizza + Pastel = Pechos de Kobeni en mis manos. Son matemáticas, Pochita» - No recibió respuesta.

El chico puso manos a la obra su plan gastronómico para ganarse a su amiga. Los condones no funcionaron y lo terminaron metiendo en problemas, pero algo más amigable como un pastel quizá la conquiste.

-¡YA SÉ, ESE MALDITO PASTEL TAMBIÉN TENDRÁ UN DIBUJO! - El chico Motosierra gritó su nueva idea. A Kobeni le gusta dibujar y regalar sus trabajos a la gente que aprecia, ahora recibirá un dibujo de alguien que la aprecia.

El chico buscó los materiales en su recámara. Necesitaba una hoja y algo con que dibujar. Dentro de la mesa de noche no había algo útil, buscó debajo de la cama, en esquinas e incluso en una caja dejada en una esquina, cuando la abrió parecía navegante italiano encontrando tierras vírgenes.

Era la ropa interior de Kobeni acomodada, el chico quedó sorprendido de la tremenda joya que tenía en frente de sus ojos. Pero cualquier fechoría sería muy obvia, no podría culpar a nadie si faltaba algo. De igual forma, estuvo indagando un poco, en cualquier caso diría que se cayó y dejó todo revuelto.

Estuvo inspeccionando cada sostén y cada braga de ella, le parecía fascinante. En las calles a veces podía ver qué este tipo de ropa estaba tirada en los basureros junto con la comida podrida. Pero ahora él tiene en sus manos bragas en buen estado y sabía quién las usaba.

Quería cometer un acto aún más sucio, pero no era su casa y la verdad, a diferencia de Aki, acá no recibía insultos o golpes por cualquier cosa que hiciera como la vez que le mordió su brazo para recuperar su salchicha.

Buscó un poco de voluntad en su débil ser. Quería masturbarse, pero trató evitar ese impulso. Dejó la ropa en su lugar, aunque ya se veía que alguien la había manipulado. Se largó de ahí, lamentándose por lo cometido y por haber robado una de sus bragas para otra ocasión... una vez ya no esté en el departamento.

Buscó en los cajones de la sala y encontró lo que quería, algunas hojas, lápices y colores. Los dejó en la mesa y siguió con lo inicial. El pastel.

Entre los cajones de la cocina encontró un tazón. También encontró la harina y el azúcar que hacía falta, ya tenía todo lo necesario para realizar el pastel.

Llenó casi todo el tazón con agua de grifo, vertió la harina y el azúcar. Con una cuchara lo revolvió todo hasta quedar una consistencia que él consideraba perfecta. Le recordaba su infancia, celebrando con Pochita en muy contadas ocasiones comiendo este postre. Lo dejaría en el refrigerador y esperaría acostado en el sillón. Tocaría ver un maratón de lo que sea.

•Tendō•
(Años atrás)

El demonio pistola hizo su cometido en Japón. Desapareció de forma inesperada, llevando con él la desgracia a otras naciones.

Múltiples familias en distintas ciudades de la nación habían sido destruidas. En una pequeña ciudad de nombre Toyooka, se encontraban Tendō y Kurose aún siendo infantes en lo que alguna vez fue la casa de la familia Michiko, ambos rompieron en llanto, pero fue la chica quién estaba sin consuelo, sus padres fueron una de las centenas de miles de víctimas del demonio en suelo nipón.

Kurose solo podía observar a su amiga. El chico también estaba sollozando, intentó darle un apoyo moral a su amiga, pero ella siempre lo rechazó. Tendō gritaba constantemente por el regreso de sus padres, pero ellos se encontraban inertes.

-T-Tendō, y-ya vámonos, n-no, n-no t-tenemos n-na... nada que hacer aquí.

-¡CÁLLATE Y DÉJAME SOLA! ¡YA NO ME QUEDA NADA!... ¡NADA!

-Y-yo t-también - el pequeño Kurose se vio interrumpido por un nudo en la garganta. - M-mi p-padre t-también murió...

-Q-qué... - El enojo de la chica se había disipado.

Kurose y Tendō eran amigos de la infancia, cada año el padre del chico visitaba la ciudad donde residían los padres de Tendō. Era una amistad de muchos años atrás, misma que sobrepasó las generaciones con ambos niños haciendo todo tipo de actividades juntos.

El día que el demonio pistola arrasó con múltiples ciudades, la casa de Tendō fue destruida y con ello, la vida de los padres de los chicos fue arrebatada. Ambos niños se encontraban recorriendo el río Maruyama acompañados de otros amigos cuándo eso ocurrió. Todos los niños perdieron a un ser querido.

Cuando llegaron a la casa no quedaba nada. Los recuerdos felices de la niña se habían borrado, solo quedaba trozos de lo que alguna vez fue una casa acogedora, en su interior estaban sus padres con orificios y partes de sus cuerpos desmembrados. Kurose buscó a su padre, el fue aplastado por la estructura.

Las horas pasaron y las autoridades llegaron a la propiedad de la familia Michiko. No quedaban familiares vivos para Tendō, Kurose aún tenía a sus abuelos y su madre en Kioto. Durante la llamada, rogó y rogó para que su amiga se quedara con ellos, tenía miedo de no volver a verla.

Su madre estaba dudosa, pero la abuela paterna de Kurose no podía dejar que la última miembro de la familia Michiko estuviera desprotegida.

Con brazos abiertos, la pequeña Tendō fue acogida y tratada como una más de la familia, pero ella no podía podía sentirse cómoda a más de 150 km de distancia de su hogar. Había días donde ella intentaba regresar y era Kurose quién siempre la encontraba.

La dinámica de ambos había cambiado, ya no eran amigos que rara vez se veían, eran hermanos con los problemas de unos, se peleaban por todo, se insultaban y siempre buscaban sacar ventaja del otro, pero cuando se necesitaba, estaban ahí para hacerse compañía.

De las últimas ocasiones donde una adolescente Tendō se fugó de casa e intentó volver por sus medios a su ciudad natal. Fue Kurose quién tampoco avisó de su propia fuga. Tendō siempre se refugiaba en espacios cerrados, edificios abandonados y callejones estrechos, como en esta ocasión.

Podía escuchar los pasos de otra persona, caminando con seguridad y en dirección de la pobre chica.

-Veo que siempre escoges los lugares más mierdas en donde esconderte, pedazo de idiota- Era Kurose, quién se aproximaba a la posición de su amiga detrás de un gran contenedor de basura.

-¿Q-qué estás haciendo aquí, pendejo? - Decía Tendō, quién estaba sentada en el suelo recargando su espalda en una pared, se buscaba secar las lágrimas antes de que él lo notara.

-Awww, la sensible Tendō queriéndose hacerse la fuerte. Pendeja, ya vámonos a casa, se está haciendo más noche.

-Siempre la tienes fácil, aún tienes a tu familia contigo. A ti todo el tiempo te esperan en casa...

Kurose mientras escuchaba el lloriqueo de Tendō, empezó a sacar un cigarro y fumarlo detenidamente. De los dos chicos, el primero en aprender a fumar fue el.

-También a ti te están esperando, imbécil. Sigues cegada con ese estúpido recuerdo, nuestros padres están muertos ¿Y? No podremos hacer nada al respecto.

-¿¡Cómo te atreves, maldito pendejo?! ¿No quieres vengarte, no vas a buscar la forma de detener todo esto? Esos malditos demonios y ese maldito demonio pistola sigue suelto por ahí.

-Lo sé, yo también lo quiero muerto. Pero seamos sinceros, en el momento que nos enfrentemos con algo así, ambos terminaremos muertos y no quiero morir virgen.

-Menuda sorpresa. Kurose virgen ¿Y qué más falta, que los demonios nos odien?

-Con tú actitud de mierda no me sorprende que también lo seas. Vámonos ya, idiota. No le avisé a nadie que te iría a buscar.

-P-para tú info... olvídalo - Tendō empezó a reflexionar. - ¿Nadie sabe de esto?

-En esta ocasión no. Ya me tardé mucho, solo le dije que iba a comprar un ramen.

-Típico de ti, pendejo de mierda. - Tendō se levantó- Me niego. Volveré a casa.

-¿La destruida? Sabes, tenía mis sospechas sobre tu retraso mental, pero con esto me lo confirmaste... vamos, entonces.

-¿Qué intentas decir, estúpido?

-Traje dinero, lo suficiente para que ambos vayamos a tu ciudad. Ida y vuelta, pendeja. Al menos uno de los dos si piensa.

-No esperes que te lo agradezca.

-Dale gracias a mamá, ella está pagando el viaje... solo que aún no lo sabe.

Ambos partieron rumbo a Toyooka. Pagaron un taxi, con el dinero que llevaba Kurose bastaba para que no fuera una molestia la distancia para el conductor. Tendō miraba el camino, mientras que el chico se durmió. En un momento del viaje, Kurose reposó su cabeza en el hombro de Tendō. La chica lo miró extrañada, pero lo dejó pasar.

Cuando llegaron a la ciudad que alguna vez fue hogar de la chica, buscaron entre las calles su antigua casa. Al igual que todo el vecindario, lo que alguna vez fue una zona llena de residencias ahora estaba repleta de locales y comercios. No quedaba nada de lo que ella conocía.

-Vaya mierda. Tardamos casi 3 horas para esta decepción. - dijo Kurose.

-¿Así consideras a mi hogar, una decepción?

-Tu hogar ya no está aquí, Tendō. Regresemos a nuestra verdadera casa, por lo pronto hay que buscar un lugar donde pasar la noche.

-No entiendes ¿Verdad? Yo debí morir también aquí con mis padres, pero sigo respirando, nunca puedo dejar de pensar en eso.

-Volvemos con lo mismo Tendō. No tienes la culpa de eso, yo también extraño a mi papá, pero así es este horrible mundo y es lo que nos queda.

-Odio darte la razón. - Tendō y Kurose continuaron su camino hacia cualquier negocio que les dé una habitación. - Kurose... Voy a unirme a los Cazadores de Demonios.

El chico al oír ese comentario pensó que su amiga seguía balbuceando pendejadas, pero su cara no expresaba más que determinación.

-No lo dices en serio, ¿verdad? Es como tú idea pendeja de ser una estrella de rock ¿Cierto?

-No, a eso me voy a dedicar. Buscaré la forma de acabar a ese hijo de perra del demonio pistola.

-Tendō, eres la mujer por no decir la persona más estúpida que conozco, no sobrevivirás ni un día ahí.

-No me importa lo que digas, esa será mi misión personal.

Cuando encontraron habitación en un pequeño motel, Kurose tuvo que pagar un poco más para que ambos pudieran entrar ya que eran menores de edad. El recepcionista deseó una bonita noche a la pareja. Recibió insultos de parte de los amigos y luego ambos se terminaron insultando entre sí, odiaban ser confundidos como pareja.

Descansaron esa noche y tuvieron que regresar no de la forma que les hubiera gustado. Por la ausencia de ambos chicos se reportó su desaparición. Fue una pésima coincidencia que al mismo tiempo que Tendō y Kurose salían del motel, una patrulla de policías también pasó a su lado y los identificó. Fueron llevados nuevamente a Kioto a la residencia de Kurose, le avisaron a su madre que los vieron salir de un motel, ninguno de los dos chicos pudo defenderse porque eran mandados a callar.

Tuvieron una incómoda charla sobre las escapadas nocturnas y las relaciones sexuales con la madre de Kurose, la tortura no acabó ahí. Tendō y Kurose siempre estaban siendo vigilados y nunca se le apartaba a la mirada por temor a cualquier cariñito que se hicieran, la realidad es que ambos tenían asco de esa idea.

Pasaron las semanas y esas prohibiciones se acabaron lentamente. Fue ahí cuando Kurose tuvo un momento a solas con Tendō. Ambos en la habitación del chico, ella haciendo tarea en el escritorio de Kurose y él leyendo un manga tranquilamente.

-Oye estúpida. - comenzó Kurose.

-¿Qué quieres, cerdo?

-Pendeja, esa es nueva. Oye ¿Aún tienes la tonta idea de ser una cazadora?

-Ajá ¿Acaso quieres seguir burlándote de mí?

-Siempre lo hago, pero nah, no es eso. Estuve pensando en esa pendejada cuando estuvimos en tu ciudad y creí que sería bueno que tuvieras una ayuda. A la mierda, no voy a dejar que tú sola te lleves el crédito por matar a ese demonio.

-¿Qué me estás tratando de decir? Habla bien, pendejo.

-También me uniré a los cazadores. No te puedo dejar sola, eres un asco cuando estás por tu cuenta. Además, siempre he creído que vivirás más que yo, así que asegúrate de pagar un funeral carísimo.

-No digas estupideces.

-Hablo en serio, Tendō. Eres alguna especie de hermana aunque odie aceptarlo. No puedo dejar que te vayas sola a ese infierno.

Ambos chicos se terminaron viendo, aceptaron su destino y se unieron a la organización, terminaron formando parte de la primera división de Kioto. Los chicos poco a poco vieron la realidad de ser un cazador, compañeros asesinados, el contrato que ambos hicieron fue un suceso traumático y el ideal de matar al demonio pistola cada vez se iba debilitando. Ganaban suficiente dinero y era lo único que importaba.

Kurose en más de una ocasión era quien pagaba los platos rotos de su amiga. Se odiaban en la superficie, pero en el fondo ambos se amaban como si realmente fueran hermanos.

•Tendō y Kobeni•
(Actualidad)

-Wow. Señorita Tendō, debió ser duro perder... lo que más amas.

-Demasiado, desde esa noche, cada año Kurose me acompaña a dejar flores en las tumbas de mis padres. Te puede gustar Toyooka, es un cambio radical a lo que es Tokio o Kioto.

-Agradezco su oferta. Aunque en este momento no cuento con mucho dinero, casi todo se va en... pagar mis deudas.

-¡Ah! A eso iba, ya que me abrí emocionalmente, puedes considerar este nuestro espacio seguro. Cuéntame lo que quieras, somos colegas de trabajo, pero eso no quita que puedo servirte en otros aspectos, a veces necesitamos un hombro donde recargarnos. - Pese a su cara y cicatriz amenazante, Tendō era un amor de persona en general.

-Y-yo... realmente n-no tengo mucho que decir señorita Tendō. M-mi familia...

A lo lejos podía visualizar a Haka. No movía ni un solo músculo, incluso sin poder ver sus ojos por culpa de esas gafas sabía que tenía fija su mirada en ella y por sobre todo en Tendō.

-Sigh. Solo tenemos problemas económicos, todos buscamos pagarle la universidad a mi hermano, es horrible, muy horrible que estemos siempre con deudas, pero necesito este trabajo. No sirvo para nada más.

-Tranquila pequeña, estoy segura que tú tienes más virtudes de lo que crees. - Tendō sacó una cajetilla de cigarros, para luego empezar a fumar, le ofreció a Kobeni un cigarrillo, ella lo rechazó. - Jaja, descuida no te voy a cobrar. Aquí seguirán por sí quieres uno.

Fue una escena que le recordó a otro momento, cuando apenas comenzaba en este trabajo. Kobeni le dio una sensación de nostalgia y sin que ella misma lo contuviera, unas lágrimas salieron de sus ojos.

-¡Ay perdón! Eh, ya dejaré de fumar, no sabía que eras sensible al humo.

-No era eso. Perdone señorita Tendō. Tengo que retirarme.

-Claro, te dejo mi tarjeta. Puedes llamarme cuando gustes.

•Kobeni y...

Kobeni salió del hospital. Algo en ella no le dejó seguir ahí. Estaba triste y quería llorar. Solo buscó alguna parada para tomar el transporte público. Caminó por las calles de la imponente ciudad. Su difunta amiga le decía que la capital tenía una belleza inigualable y no importan los demonios que ataquen, nunca se la iban a arrebatar.

Una de las calles tenía en medio un estrecho callejón, se escuchaban ruidos y quejas de alguien al fondo. Kobeni pensó que era algún poseído y pese a no estar en servicio, decidió investigar. Sigilosamente se adentró, esperando no llamar la atención mientras escuchó el crujir de algo duro, luego esa extraña criatura que parecía masticar gritó un molesto "¡Delicioso!". Para desgracia de Kobeni, ella reconoció esa voz.

-¡AAAGH! Ya vienes a joder pequeña perdedora.

-Ay no, no me digas que eres...

¡POWER!•

-No quería volver a verte maldita enana... ¡PÍDEME DISCULPAS POR LLAMARME MENTIROSA!

-Y-yo... p-perd...

-¡No, no! Mejor dame dinero, necesito más cosas para Nyako. Cumple con tu parte del trato.

-P-pero... Power, la señorita H-Himeno está... ya no está entre nosotros.

-¿Y? Yo cumplí y tú no.

-P-pe-pero... Agh, aquí tienes. - Kobeni le dio parte del dinero que ella traía a Power.

-Con esto bastará para perdonar la mitad del insulto. Me sigues debiendo.

-¿¡QUÉ?!

-Reglas son reglas y contratos son contratos. Que no sepas leer es otra cosa.

-¡Tú eres la que no sabe leer!

-¡POR DECIRME ESO SERÁ OTRA DEUDA!

-Sigh. ¿Quieres ir a mi casa? Compraré pizza... y Denji estará ahí.

-¿Por qué tienes secuestrado al sucio bellaco?

-No lo secuestré, él... vino sólo, debe estar esperando mi regreso.

Power aceptó la oferta de Kobeni. Nuestra protagonista sabía lo mala idea que esto era para el orden de su casa, tenía miedo de que ella hiciera algún destrozo o que peleara con Denji. Durante el camino Power se estuvo comportando relativamente, si veía a un sujeto con cara chistosa se lo decía y si había un calvo en su camino le daba un zape. Kobeni tenía que soportar esto, pagó el pasaje de ella y el de Power, la hija de puta de la poseída se negaba a pagar sus cosas.

Estaban cerca del barrio de Kobeni. Debían buscar alguna pizzería, Kobeni no tenía más alternativa que comprar dos pizzas. Power haría destrozos por no compartir y ella quería pasar un momento lindo con su amigo sin problemas. La rubia empezó a hablar con la cuarta hija luego de soltar un bostezo.

-Es aburrido quedarse sola en la casa de coleta, está Nyako, pero a él no le gusta salir, quiere quedarse a ver la televisión.

-¿A tu gato le gusta la televisión?

-Seh, es un bicho raro entre los gatos. Una vez lo escuché hablar, pero los pendejos de coleta y el bellaco no me creen.

-Ya veo... ¿Y sabes cocinar? Aki estuvo hospitalizado tres días.

-Nah, pero los vecinos sí.

-Wow que amables. Esa gente debe ser muy generosa.

-Cualquiera lo es con una lanza apuntándole a su cráneo- Esa afirmación hizo que Kobeni abriera la boca, sudara y estuviera aterrada por lo que era capaz Power.

-¿No lo dirás en serio?

-Por fin miento y tú no me crees, en serio que eres estúpida.

-P-perdón. Solo vamos por las pizzas.

-Nyako se quedó sin madrina. Supongo que los gatos saben cuando alguien muere, estaba maullando mucho el día donde el loco de las espadas nos atacó.

-¿Tenía madrina?

-Parche. Esa loca era la que pagaba los juguetes caros, tu no sirves para mucho.

-O-oh...

-La loca me dejó de ir a su casa antes de desaparecer, dijo que había dinero para conseguir el arenero.

-No vayas sola, no sabemos si sigue siendo propiedad de la familia de Himeno o ya es de alguien más.

No hubo respuesta de Power. Entraron a la pizzería y pidieron su orden. Las chicas esperaron, la poseída se encontró con un niño disfrutando de su rebanada, Power le hizo muecas burlonas, el niño respondió igual. El conflicto fue escalando, ambos se enseñaron el dedo de en medio y cuando Power quería pelear fue Kobeni quién la detuvo.

-Te odio - Power se lo dijo al niño, mientras este con cara de victoria seguía comiendo su rebanada.

Recibieron su orden, cada una llevó una caja. El plan de Kobeni resultó relativamente bien, Power fue impaciente y empezó a comer su pizza, la que Kobeni compartiría con Denji estaba a salvo.

-¡Enana, esto es una delicia! Deberías darme la otra y te perdonaré todos tus jodidos insultos.

-N-no puedo hacerlo P-Power... esta será para Denji y para mí.

-Iug. La loca de parche decía que ustedes dos quieren aparearse ¿Por qué no solo lo hacen en vez de solo estúpidos regalos?

-¡Eh! Eso es una me... No, Himeno estaba equivocada, me cae bien Denji y yo le caigo bien, somos amigos. Los amigos no hacen esas cosas sucias.

-¿Y cuando compartieron fluidos en la casa de parche?

-Ay dios, no lo repitas.

-Parche era muy habladora en tus entrenamientos, la mejor parte era cuando siempre te ibas a morir.

-C-cielos... En serio me odias.

-Nope. Me importas una mierda.

-Ou... no habrá pizza la próxima vez...

-¡OLVIDA LO QUE DIJE! La asombrosa Power quiere sus pertenencias.

-No soy tu pertenencia.

Las chicas llegaron a la entrada de la casa de Kobeni. Ella esperó ver qué Denji aún siguiera ahí. Cuando abrió la puerta, se encontró al chico en su sala, el motosierra estaba observando la tele con suma atención. Veía como "Un pendejo corría kilómetros de pasto para siquiera intentar meter un gol" en sus palabras.

-Denji ya estoy en casa. - nuestra protagonista anunció con felicidad su regreso.

-¡Kobeni! No creerás la sorpresa que te ten...

-¡BELLACO!

-¡¿NO MAMES, POWER?!

-¡LA ÚNICA E IRREPETIBLE!

La poseída se abalanzó sobre Denji, gritó "¡Juguemos sumo!" La caída fue dolorosa para el motosierra. Kobeni miró perpleja como su acompañante actuaba con violencia con el híbrido.

-¿Qué mierda estás haciendo aquí, idiota?

-Obligué a la pequeña enana a decirme dónde te tenía secuestrado, es hora de volver a casa, debes limpiar tu habitación.

-¿Qué, por qué dices eso?

-Es el nuevo baño de Nyako, ahí le dejé cagar y orinar en lo que consigo el arenero.

-¡Eres una hija de perra!

-¡HAHAHAHAHAHA!

-P-Power... e-es otra de tus falsas mentiras ¿Verdad?... ¿Verdad?

Power continuaba riendo. Denji estaba furioso porque sabía que esa perra mamada era verdad, no era la primera vez que le hacía algo así.

-¡Puta madre! Primero me haces morderle el brazo a Aki y ahora mi cuarto huele a mierda de gato.

-¡Y la mía!

-El pendejo de Aki nos va a matar... no, le diré que te mate a ti.

-Nu-huh. Con mi IQ de 1234567 pensé en tu maldito plan, escribí en la pared que fuiste tú, sabandija- con un material que hasta el propio autor se niega a revelar, Power escribió incoherencias, pero en su mente decía "Fue Denji"

-Eres una mierda gigante, Power.

-La única mierda aquí eres tú por dejarme sola.

-¡Paren! Denji... para que no te metas en problemas, te voy a ayudar a limpiar tu casa. Te devolveré el favor de la otra vez.

-N-no, no es necesario.

-Somos amigos, los amigos se ayudan cuando lo necesitan. - Kobeni miró con una sonrisa a Denji y él respondió de la misma forma. Power los miró con asco.

Alguna vez fue el demonio de la sangre en toda su capacidad, no recuerda mucho de su pasado. Pero sus habilidades no solo se limitan a la manipulación de su propia sangre, también aunque con más dificultad puede hacerlo con otras personas. Power es un ser estúpido y no se había percatado que tiene más funciones que solo manipular, una de esas habilidades que no le daba importancia era el monitoreo sanguíneo.

Ella podía percibir el flujo de la sangre de los cuerpos que le interesaba, percibía los latidos y su frecuencia. Si alguien estaba taquicárdico, ella lo notaría.

Observó con tremendo asco como ambos "amigos" se abrazaron luego de esas palabras de Kobeni. Ambos tenían el ritmo acelerado en sus latidos. Lo perturbador incluso para ella fue que el flujo sanguíneo de Denji se dirigió hacia su entrepierna, odiaba saber esto, pero veía como esa concentración se reflejaba en su pantalón.

-Me das asco, bellaco.

-¡Eh! Por qué lo dices... - El chico se empezó a oler- ¡No huelo tan mal!

Después de eso Denji fue al baño. El quiso evitar que su erección fuera vista por Kobeni, le daba igual Power la viera. Esperó hasta que su problema se durmiera de nuevo.

Power en cambio inspeccionó la casa de Kobeni, revisó libros, dibujos, cajones e incluso el refrigerador. La cuarta hija tenía miedo de detener a su compañera poseída, quería decirle que respetara sus cosas pero se terminó trabando a la hora de hablar. La rubia le dijo que Denji le contagió su estupidez.

Cuando abrió el refrigerador de Kobeni, vio el tazón donde estaba la mezcla de ingredientes que bajo la perspectiva de Denji era un pastel, un lindo detalle para su amiga. Power le preguntó en voz alta "¿Qué es esta mierda?" Nuestra protagonista tampoco le encontró forma, pensó que Denji quería hacer alguna manualidad y quiso contestar la pregunta de su colega.

-C-creo que es engrud...

-¡SORPRESA, es un pastel! - Denji salió del baño, sin señales de que su amiguito siga despierto.

-¡Oh! ¿Tú... lo hiciste?

-Te dije que eran fáciles de hacer, Pochita y yo cuando teníamos los ingredientes, comíamos como cerdos. Mira, hasta tiene azúcar.

Tanto Power como Kobeni se miraron un tanto sorprendidas, la poseída no creía que Denji sería capaz de hacer un lindo detalle cuando en su casa siempre se insultaba con Aki o con ella. Kobeni quería decirle que eso no era un pastel, pero tenía nociones de lo mucho que sufrió en el pasado y qué en su infancia esto se podría considerar un banquete.

-Gracias, Denji. Será el postre, lo acompañaremos con la pizza - ambos chicos se sonrieron, Power por lo mientras veía el dibujo que Denji hizo.

-¡No toques eso! - le gritó a Power y le quitó el dibujo, el híbrido se dirigió a la cuarta hija. - Cómo tú regalas dibujos, yo te decidí regalar uno.

Eran dos hojas, en la primera estaban dos figuras hechas a base de palitos, se suponía que eran Kobeni y Denji agarrados de las manos con una sonrisa. Denji se diferenció con un palo sobre su cabeza, la cuarta hija le preguntó por esa cosa "¡Es la motosierra de mi cabeza!", Seguido enseñó que Kobeni tenía dinero, ya que ella quería tener mucho dinero. También vio una pelota.

-¿Esa pelota es porque jugamos fútbol?

-No, no ¡Es Pochita!

-Wow, dibujaste a tu mejor amigo. - Kobeni quedó sorprendida por ese detalle.

-¡Oye estúpido! ¿y dónde estoy yo? - preguntó la poseída.

-Ah sí... - Seguido a esto, Denji enseñó la otra hoja del dibujo, eran dos cadáveres (o eso parecía) las "X" en los ojos mostraba lo evidente, eran Aki y Power tirados, ella con sus cuernos en la cabeza. Aki tenía un pequeño palito y unas líneas curvas simulando su cigarro. -Están muertos.

-¡Pendejo!

Luego de eso, Denji puso por delante la primera hoja y la movió como si el dibujo estuviera brincando.

-¡Mira! Somos Kobeni y yo bailando sobre sus tumbas.

-¡Eso no es divertido! Enana, dame lo mismo que a ese estúpido, le voy a demostrar que yo dibujo mejor y haré un mejor cadáver de Denji.

Kobeni pese a lo tétrico del dibujo, le dio risa y ternura el hecho que su amigo se haya esforzado en hacer de comer y darle un regalo... un tanto peculiar. La pequeña Higashiyama le pidió ambos regalos, los puso en el cajón de los dibujos y le dio las gracias.

Una vez terminado ese pequeño circo, los tres cazadores se sentaron en la mesa mientras escuchaban lo que la tele decía, noticias aburridas y entretenimiento barato. Denji y Kobeni disfrutaron de su pizza, Power quería una rebanada, nuestra protagonista no tuvo de otra que ceder un pedazo para evitar problemas.

Cuando tocó la hora del postre, sacaron 3 platos hondos y se sirvieron. Kobeni estuvo probando con cuchara, mientras que Denji y Power lo bebieron de inmediato. Por extraño que parezca, a Power le encantó y reclamó el resto del pastel como suyo.

Terminaron de comer. Kobeni pese a lo raro que sabía, se acabó su porción de "pastel". Tenía miedo que le hiciera daño en el estómago, incluso sabiendo que su hermano estudiaba para ser médico, a ella le daban miedo los doctores.

Pasaron las horas y seguían viendo la televisión. La cuarta hija le dio lápices y papel a Power para que pudiera dibujar, hizo a un Denji decapitado y a Kobeni cómo agradecimiento por la pizza, solo la dibujó a ella acariciando a Nyako... o eso pensaba la poseída, sus dotes artísticos eran peores que los de Denji.

Se aburrió, mandó a la mierda todo y se dirigió al cuarto de Kobeni. Se acostó en la cama y de inmediato se durmió, los otros dos chicos intentaron quitarla, pero Power tenía en su mano un cuchillo de sangre, por si querían interrumpir su sueño.

Tuvieron que conformarse con la sala. Ambos tuvieron una pequeña charla sobre cómo dormirían, Kobeni le dijo que no tenía problema dormir en el suelo, a veces le tocaba eso en la casa de sus padres. Denji se negó a la idea.

-Emmm... podríamos, eh... Ya sabes, dormir como... Fue en la casa de Himeno.

-O-oh... ¿Estás seguro? No tengo problema con lo otro.

-Nope, es tu casa y deberías dormir cómoda, pero la pendeja de Power siempre es así de estúpida.

-Sigh. Solo deja que me cambie. - Sigilosamente Kobeni fue por su pijama hacia su habitación, intentó no molestar a Power. Veía que sus cosas eran un desastre incluso estaba tirada la caja donde tenía su ropa interior, sacó lo necesario y se dirigió al baño a cambiarse.

-Ay... power tiró todo, hasta donde estaba mi ropa... bueno, tu sabes.

-¡Qué perra tan grosera! - Insultó a una Power dormida, a pesar que fue él quién desordenó lo del interior de esa caja.

Al final, ambos chicos se acostaron sobre el sofá de la misma forma que lo hicieron en la sala de Himeno, primero Denji y luego Kobeni sobre él. Ambos se abrazaron y cerraron los ojos. Denji durmió con una sonrisa, el plan maquiavélico funcionó aunque no de la forma que él quería. No fueron sus manos, sino su propio torso el que sentía como los pechos de Kobeni estaban pegados a él. Podía descansar tranquilo.

«¡Tenía razón, Pochita! Son simples matemáticas....

Pizza + Pastel = Pechos »

•Extra•

La impuntualidad de Tendō se hizo notar. Cuando llegó al cuartel de la cuarta división ya era tarde, Kurose había regresado. A diferencia de como él la tenía acostumbrada, no era tan agresivo con ella. La saludó y le dijo que su reunión con Makima fue todo un éxito. Suspiró luego de decir su nombre, de una forma más romántica.

-¿No has pensando en pedir tu transferencia aquí en Tokio? - Sugirió Kurose.

-¡Eh! ¿Pero qué carajos dices? Allá tenemos una vida hecha, pedazo de mierda.

-Tranquila, solo que me gustaría acompañar más a la señorita Makima.

-Ay carajo ¿En serio intentaste tus tácticas de ligoteo con ella?

-No, simplemente es una mujer interesante, me gustaría acompañarl...

¡PAF, PAF, PAF!

Tres fuertes cachetadas fueron directo al rostro del cazador. Tendō lo miró con extrañeza, su amigo nunca diría cosas así tan a la ligera más aún teniendo una pareja estable.

-Eres un perro, Kurose. Le diré a Misa sobre esto.

-¿¡Por qué me golpeaste, estúpida pendeja de mierda, impuntual, cínica y agresiva!?

-¡El único pendejo eres tú yendo a perseguir traseros ajenos como el de Makima!

-¡Qué puto horror! Yo jamás haría una estupidez como esa.

-¡¿Eh?! Si acabas de decir que querías la transferencia.

-¡Imbécil! Yo jamás me iría de mi ciudad, no soy como tú, arrastrada por un pendejo idiota hospitalizado.

-¡¿Qué?!

-Te conozco, pendeja de mierda. Incluso cuando te escapabas para irte a Toyooka, siempre sabía dónde te escondías. Eres una mujer predecible.

-Fue solo para devolver el jodido encendedor que robaste.

-Ajá. Tuve razón. En fin... Ya sé qué demonio usará este chico. Claro en caso que quiera seguir siendo cazador.

-Supongo que lo hará... le intenté sugerir que pensara en el retiro y fallé.

-Da igual. Hay otros idiotas deprimidos que puedes consolar en el país. Vámonos, quiero irme a dormir.

-Lo que digas, supongo que me tocará invitar la comida ¿Cierto?

-Y que sea costosa.

Ambos chicos se retiraron rumbo al restaurante de comida rápida más cercano. Kurose nunca era exigente con Tendō cuando ella le invitaba algo.

•Extra 2•

Kobeni despertó, seguía acostada sobre Denji. La cuarta hija recordó el principal propósito del día y se dio cuenta que lo olvidó.

«Ay maldición, ya no le dije a Aki que necesitaba entrar a la oficina de Himeno»

La chica miró a Denji dormido, le seguía pareciendo tierno verlo mientras descansaba.

«Ni modo, mañana será.»

Volvió a descansar y a seguir escuchando los latidos del Motosierra, era lo que más le generaba calma y le ayudaba a tener sueños más felices. Su espacio seguro se sentía reforzado ahora con la presencia de Denji.

𝑬⃪𝒙⃪𝒕⃪𝒓⃪𝒂⃪ 𝟑⃪

El área de contención seguía siendo monitorizada. Makima supervisaba detenidamente cada subordinado encargado del transporte e inmovilización de los demonios y poseídos.

-Señor Suguro, dígame ¿Ya están todos nuestros nuevos refuerzos?

-Así es, señorita Makima. Lamento decirle que el poseído de la mantis religiosa está prófugo, otros no tuvieron tanta suerte y confirmaron su muerte.

-Es una verdadera lástima ¿Otra novedad que deba ser notificada?

Mientras Makima y Suguro caminaban en los pasillos, se escuchaban que en las cámaras de contención que albergaban demonios y poseídos las quejas y gritos. Algunos clamaban por el amo Motosierra, otros solo por calma y que los dejaran morir. La última cámara de contención llamó la atención de la jefa. Desde afuera se escuchaban los golpes que recibía la puerta metálica, afortunadamente estaba reforzada para casos como este.

-Y dígame ¿El demonio de la violencia aceptó el cuerpo que le dimos?

-¡Bastante bien! Y créame que lo digo, uno de mis compañeros fue asesinado a solo segundos que el demonio poseyera el cadáver. Por suerte lo encerramos a tiempo, dudo mucho que nos sea de utilidad. Lo ideal sería usarlo como sacrificio.

-Tonterías. Siempre hay una solución para casos como estos - Makima a través de una radio ordenó recibir la máscara que había pedido ser fabricada.

Cuando se la dieron, ordenó a Suguro que abriera la puerta. El hombre tenía miedo de que el plan de Makima saliera mal, ella simplemente sonrió y dijo que todo saldría bien.

¡AAAAAARRRRRGGGHHHH!

Un desgarrador y amenazante grito vino desde dentro. Makima entró a la cámara y pidió nuevamente su encierro. Se escucharon más gritos, algunos golpes en las paredes, poco a poco eran más calmados y el ritmo más lento. Al punto que se detuvieron.

-¡Ya puedes abrir!

Cuando Suguro abrió la puerta. Vio a Makima llena de sangre, pero no parecía haber recibido ninguna herida, su ropa estaba maltratada, pero ella de algún modo salió ilesa.

Estaba agachada, cargando al cuerpo del nuevo poseído con una evidente delicadeza, mientras ella le pedía a su subordinado que no hiciera ruido, estaba descansando. Una sonrisa apareció en el rostro de la jefa, tenía un nuevo juguete. Se acercó al oído del poseído de la violencia y simplemente susurró.

-Yo te salvé la vida.

La mujer se retiró del lugar. En el camino recibió una llamada Telefónica. La atendió, era alguien que buscaba contactar desde hace días.

-Eres realmente molesta ¿Qué quieres ahora?

-Señor Kishibe, ignorar mis llamadas puede ser penado con una reducción considerable de su sueldo del siguiente mes.

-Ajá ¿Solo me has llamado para joder mi existencia quitándome el alcohol?

-Nada de eso. Necesito tu apoyo para entrenar a dos nuevos reclutas que tengo. Son peculiares, te aseguro que tendrás vía libre para entrenarlos como te plazca.

-Lo que digas. Déjame dormir.

-La reunión será...

La llamada fue colgada. Makima apartó el teléfono de su oreja y lo dejó en su lugar. Se retiró calmadamente hacia su casa, no tenía más razones de seguir en servicio el día de hoy.

≫ ── ≪•◦ ❈ ◦•≫ ── ≪

¡Kishibe por fin a aparecido!

El entrenamiento no solo será un momento crucial para Denji y Power para volverse amigos, será parte del desarrollo de Kobeni, ya luego explicaré porque.

Los quiero mucho, he tenido un poco la maldición del escritor de wattpad. Vivo cerca de un volcán que tiene riesgo de hacer erupción y también estoy con mi familia cuidando a un integrante con problemas de salud.

Al menos el tiempo ayudó a alimentar el capítulo lo suficiente. Nos vemos hasta la próxima.


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