Capítulo 18 - 3 vidas, 3 minutos

No creí decir eso, pero esto se volverá una trilogía de capítulos, de nuevo, se extendió mucho el texto, tuve que reescribir escenas y ahora, nomás no acaba. Espero que el 19 sea el verdadero "final de temporada"

Prometí capítulo el domingo, llegó el lunes y no lo voy a atrasar. Los quiero y perdón, soy nuevo escribiendo tragedia.

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El día continuaba con un resplandeciente sol, las nubes poco a poco empezaban a ganar terreno frente al cielo azul que reinaba en un día perfecto como este... o bueno, sería perfecto de no ser por los estruendosos disparos de armas de un origen desconocido, orquestado por el señor Katana y la señorita serpiente.

Himeno

El optimismo había desaparecido, la celebración de las dos semanas de sobriedad de Himeno pasó en segundo plano y la reunión de dos grandes amigas quedó desplazada, lo único que importaba en este momento era sobrevivir.

BANG

Del arma que tenía en mano el señor Katana un proyectil fue directo y sin titubeo hacia la frente de Denji, el rubio no tuvo tiempo de reaccionar para poder esquivarlo o incluso transformarse en el hombre motosierra.

—¡DENJI! — Los apodos y las bromas habían terminado, los 3 compañeros del rubio se preocuparon por la repentina emboscada en la que ellos estaban envueltos. Denji quedó desplomado en el suelo.

Aki y Himeno intentaron responder al hostil actuar de un enemigo que desconocían. Himeno intentó usar su mano fantasma sin mucho éxito, otro disparo salió del arma del señor Katana en dirección a sus costillas, penetrando entre ellas y dejando una perforación en su pulmón.

—¡PARCHE!— Power, quién en un principio le desagradó Himeno gritó de la preocupación, después ser compañeras de entrenamiento y recibir unos cuantos regalos para Nyako, sus ideas y malas intenciones hacia ella se habían disipado.

—¡Cubrel...— Aki intentó hacer un ataque frontal, su amada había recibido un disparo en una zona crítica y necesitaba que Power fuera hacia donde estaba Himeno para recibir asistencia. La orden no se pudo completar, una tercera bala fue directo al brazo del chico.

3 de los 4 compañeros quienes estaban pasando un rato de compañía y celebraban un triunfo personal de su amiga, ahora estaban en el suelo, con daños moderados con excepción de Himeno.

«C-carajo... n-no puedo... respirar... me d-duele» — los pensamientos de Himeno eran su única forma de expresar su dolor, era imposible hablar en este instante lo único que ella hacía era balbucear y expulsar un poco de sangre de su boca.

La chica del parche decidió tocar en la zona donde había recibido el impacto, dolía como el infierno mismo, la presión y la sensación de ahogamiento la estaban asustando mientras más acercaba su mano al centro donde había recibido el proyectil, el dolor incrementaba. Lo único que pudo ver al levantar su mano que tocó el lugar fue sangre al rojo vivo.

«M-mierda, esto seguirá doliendo mañana» — Himeno intentó hacer un pequeño chiste, estaba derribada en el suelo y cada vez se sentía más cansada y con sueño, cada momento que su cuerpo le pedía que respire era acompañado de un dolor intenso.

«C-con qué así se siente... ¿No? Estar al borde de la muerte...» — Himeno solo pudo esbozar una pequeña sonrisa, sus labios cada vez tenían menos señales de la existencia de un labial y era reemplazado por la sangre que ella misma estaba escupiendo.

Con las fuerzas que le quedaban, las utilizó para observar la mesa donde sus amigos estaban disfrutando su comida hace unos instantes, no podía creer que de un momento para otro, sus risas fueron cambiadas por agonía.

La chica del parche observó cómo Power fue la única en esquivar la bala y activar su habilidad para un ataque rápido, generó un cuchillo de sangre y lo arrojó a los ojos del primer hombre del señor Katana que desenfundó su arma, dándole unos segundos extra para poder continuar con su maniobra defensiva.

El señor Katana en el momento menos esperado tenía frente a frente a Power. Otro cuchillo había sido generado y lo usó para clavarlo en su antebrazo, del lado donde él sostenía el arma. Katana soltó un grito de dolor, mismo que fue interrumpido por un golpe al rostro.

—¡NO DEBISTE DISPARAR A LA MADRINA DE NYAKO, SABANDIJA!— Power logró dirigir al señor Katana con el resto de sus hombres quienes ya tenían sus armas listas para disparar.

Aki a diferencia de Denji o Himeno, él sí pudo reincorporarse a la acción, al usar el traje completo; cosa que los otros dos no hacían al momento del asalto, parte de sus materiales le brindaban una protección extra en caso de ciertos ataques punzo cortantes de demonios, aunque en este caso, a manos de terroristas.

—¡COLETA, AHORA! — Power conocía la habilidad de Aki y aprovechó la oportunidad para que mate a los suficientes pájaros con una sola piedra.

—¡Necesito que detengas el sangrado de Himeno! — Aki mientras daba la orden, formaba con la mano la cabeza del zorro

—¡NO ME DIGAS QUE HACER, IDIOTA!— Power aún con su respuesta, se dirigió hacía Himeno— Maldición parche, esto se ve mal.

«Y-y se siente peor. Heh.» — Himeno solo pudo responder a través del pensamiento, no podía pronunciar ninguna palabra, solo sonidos incoherentes.

Power no era buena manipulando la sangre de otras personas que no fuera la suya, por lo que sus movimientos fueron más torpes. Colocó sus manos sobre la herida de Himeno y buscó la forma de sacar el proyectil.

—¡AGH!— Himeno soltó un grito, el dolor cada vez era más insoportable. Su pulmón izquierdo había sido perforado y su colapso era inminente— D-du..Duele.

—¡Cállate, estoy salvando tu puta vid...

Power no pudo terminar su frase, cuando la iba concluir la voz de Aki se hizo presente y utilizó su icónico contrato con el demonio Zorro, la piel de la pierna izquierda de Aki fue usada como sacrificio.

—¡KON!— gritó con desesperación y furia el pelinegro.

Emergiendo de la propia nada, la cabeza gigante del Zorro hizo acto de presencia, destruyendo el restaurante de Dattebayo! Y dejando un saldo de 8 personas muertas y... un sobreviviente en las fauces de la bestia.

—¡Power! ¿Cómo está Himeno?

—Hay malas noticias, necesitamos llevarla con un médico. No pude sacar toda la sangre de su pulmón.

—Y-ya voy— Aki iba a acompañar a las dos chicas, con las intenciones de ayudar a su amada a movilizarse y llevarla a tratar su herida

El chico estaba preocupado totalmente, era un día tranquilo y realmente no estaban enfrentados a nadie, ahora mientras se aproximaba a Himeno también pudo observar el cuerpo de Denji, se encontraba tirado boca arriba, los ojos abiertos y expresando una consternación por lo sucedido.

«P-perdoname Denji, no pude actuar a tiempo»— Aki no conocía mucho de la naturaleza de Denji, para él, su compañero ya era un cadáver más. Si la situación se lo hubiera permitido, estaría luchando por no llorar.

La desgracia del día no había acabado, la cabeza del zorro no había desaparecido como de costumbre y se quedó estática en el mismo lugar donde devoró al señor Katana y a parte de sus hombres.

—¡QUÉ FUE LO QUE ME OFRECISTE DE ALIMENTO, HAYAKAWA!— Reclamó con furia el demonio.

—¿Eh? ¿A qué te refieres, Zorro?

—La mayoría de lo que me comí fue humano... Menos uno. Ésta mierda no es humano ni demonio. Lo que me ofreciste es repugnante.

Los problemas no terminaron. De la frente del demonio zorro emergió una Katana desde dentro, el demonio dio un grito desgarrador.

La Katana poco a poco iba cortando más la cabeza del demonio pasando de su frente hasta su nariz. El demonio zorro no podía desaparecer, estaba pasando por un martirio mientras cada vez más cortaduras emergen desde dentro.

Aki empezó a asustarse, lo que sea que estuviese dentro del demonio, no era para tomarse a la ligera. Del suelo agarró la vaina de su espada, preparado para responder a lo que sea que esté masacrando al demonio zorro.

—Power, protege a Himeno... Es una orden.

Power no dijo nada, solo asintió, incluso para ser una poseída con cierto grado de resistencia, ella también se encontraba aterrada por lo que sea que los estuviera atacando. Incorporó poco a poco a Himeno, le dio soporte para que ambas se pudieran alejar lentamente de la zona de peligro, pero fueron detenidas por lo que escucharon.

—¡CONSIDERA NUESTRO CONTRATO ROTO, HAYAKAWA!— Los 3 integrantes quedaron los ojos abiertos como platos, fueron las últimas palabras que se escucharon de parte del demonio zorro.

La cabeza de un demonio de gran tamaño estaba recibiendo más y más cortes desde dentro, poco a poco la estructura ósea se iba deformando y los sesos iban saliendo. En poco tiempo, toda la estructura del cráneo del zorro fue destruida, dejando solo una masa amorfa de lo que fue su invocación.

Fue la sorpresa de Aki y de Power el ver qué había alguien similar a Denji, con la capacidad de tener en sus brazos y su cabeza el arma que los definía, el señor Katana no bromeaba con su nombre, aunque comenzó tambaleando, poco a poco caminaba cómodamente y estaba preparado para el ataque. El cráneo del hombre se había deformado, era totalmente negro y los dientes estaban al descubierto, además de tener un gorro de estilo militar que acompañó a la katana de su cabeza.

—N-nada mal, chico— fue lo único que respondió el hombre Katana.

Power y Himeno estaban preocupadas por lo que posiblemente suceda a continuación. Himeno no quería ver morir a su amado mientras que Power quería buscar el momento perfecto para huir.

—¿¡Qué d-demonios eres tú!?

Luego de esa pregunta, Aki empezó a desenvainar mientras que el hombre Katana también hizo una postura de combate. El terror del momento no había acabado, los tambores que sonaban en Dattebayo! Eran más fuertes y reconocibles, no se celebraba nada, Aki y compañía estaban en medio de una masacre que apuntaba a todas las divisiones de Tokio.

Exterior

Los sonidos de los disparos no cesaron por ningún segundo, el interior de la cuarta división era un caos, poco a poco los hombres de uniforme que solo se dedicaban a combatir demonios eran víctimas de los proyectiles, pese a todo, no estaban preparados para combatir humanos comunes y corrientes con armas de fuego.

Otras divisiones no corrían con la misma suerte, algunas como la tercera de Tokio ya habían sido totalmente aniquiladas. La segunda era la que mejor resistía los ataques, pero ya tenían bajas sensibles e irremplazables.

Fushi y Takeshi

Los dos grandes amigos fanáticos del baseball estaban tirados en el suelo, el infortunio del momento y la ironía fueron una cruel broma para el más robusto del dúo, incluso con todos los disparos que él recibió para cubrir a su amigo Fushi, solo podía ver como su compañero estaba inerte en el suelo. En el ataque Takeshi intentó cubrir la cabeza de su amigo, pero su abdomen fue totalmente acribillado, era innegable lo que Takeshi presenciaba, no pudo salvar a su amigo y él seguía con vida.

«L-lo lamento hermano» — Takeshi solo podía ver el cadáver de su amigo, con los ojos aún abiertos y la boca ensangrentada, al menos estaba aliviado que su dolor no duró tanto tiempo.

Los asesinos de su amigo estaban revisando el perímetro, no querían que hubiera testigos cerca, de lo contrario se verían en la obligación de gastar más balas. La inspección fue continúa, pero al ver qué no había nadie cerca o que posiblemente fue inteligente y no se dio a notar, prefirieron acercarse a los cuerpos de los cazadores que habían acribillado, veían como Fushi estaba totalmente inmóvil, con la expresión de su rostro les hizo ver qué su tarea con el ya había sido concluida.

Cuando observaron a Takeshi, el cantar fue otro. Aún estaba retorciéndose de dolor, algunos disparos en la espalda y en las piernas no fueron suficientes para acabar con el hombre de gran tamaño quien solo intentó acercarse a su amigo, para despedirse.

«Ha sido un honor compañero, hubiera preferido que ganaran los Lions, también quise conocer Stanford» — Takeshi se despidió de Fushi

—Aún sigue con vida— uno de los hombres vio cómo el cazador seguía respirando, así que no hizo más rodeos.

Caminó hacia Takeshi y cuando lo tenía a centímetros de distancia, un disparo hacia su cabeza fue suficiente para acabar con la vida del hombre que pidió las presentaciones de los 4 novatos en la reunión de bienvenida.

En 1997 los Swallows ganaron sobre los Lions en la serie japonesa con un aplastante 4-1. El deporte favorito de los japoneses y del que suelta muchas pasiones en el archipiélago nipón fue el punto de conexión de 2 hombres tan distintos.

Si Takeshi y Fushi hubieran continuado con vida, el último le debería las 3 noches con las mejores acompañantes nocturnas a su amigo. Una verdadera lástima que ninguno conoció el resultado y sus planes fueron interrumpidos por un ataque coordinado como el que seguía viviendo la cuarta división.

Keiko y Madoka

La pareja que estaba planeando retirarse de la cacería de demonios y que estaban teniendo planes de mudanza, vieron arruinados sus objetivos en unos míseros minutos.

Los hombres que parecían estar dándoles compañía eran en realidad parte del plan orquestado del hombre Katana y la señorita serpiente, Kei desde un inicio tenía sus dudas sobre estos hombres, pero Madoka no le dio la importancia debida.

Todos los proyectiles que fueron directo a la pareja los recibió la mujer, la hermana mayor adoptiva de Kobeni estaba agonizando sobre el cuerpo aún sin heridas de su novio Madoka. Al igual que Himeno, los disparos le impedían respirar con cierto grado de normalidad y el sueño cada vez era más latente, Kei se sentía cansada y batallaba por no cerrar sus ojos aún, tenía que asegurarse que al menos su novio saliera vivo de esta.

Sus agresores hacían la misma dinámica que hicieron con Fushi y Takeshi, miraron hacía a su alrededor y observaron si había testigos, a diferencia con los otros dos, un policía que estaba patrullando la calle si fue testigo de todo y buscó refuerzos. El policía estaba bajo cobertura, evitando los disparos mientras solicitaba apoyo, si era posible que también lleven armas de fuego; que si estaban regularizadas.

Los disparos no cesaban de parte de los terroristas, tenían al menos dos cargadores listos para seguir con sus fechorías en contra de los cazadores y testigos. Madoka y Kei se encontraban aún en el suelo, el chico intentó moverse para poder asistir a su novia, pero ella no le dejó hacerlo.

Cuando Madoka empezó a moverse creyendo que el policía era suficiente distracción, Kei ya estaba percibiendo que eso no era del todo cierto, los hombres también tenían parcialmente visualizados a los cazadores en caso de sobrevivir a la primera ronda de tiros.

Con las fuerzas que aún le quedaban a Kei, cubrió la boca de su novio con su mano, lo hizo lenta y torpemente, una clara señal de parte de la chica para hacer saber que aún no era momento para huir. Madoka entendió a su novia, pero eso no evitó que empezara a lagrimear y su respiración sea cada vez más agitada, intentaba detenerse pero le dolía tener sobre su pecho a la mujer que amaba y que estaba dispuesto a casarse en un estado moribundo sin que él pudiera hacer nada al respecto. No quería que el sacrificio de Kei fuera en vano.

La autoproclamada hermana mayor, tenía los minutos contados.

Kobeni y... Haka

Cuando Arai recibió el disparo que iba directo hacia Kobeni, terminó desplomado en el suelo, no había una tercera oportunidad para defenderla, el chico de la cicatriz se encontraba luchando por su vida, pero el disparo que llegó hacia su cuello se lo complicaba, intentó hacer presión con mucha dificultad, cada vez sentía menos fuerza desde sus brazos.

La anciana continuó con el trabajo, dejó de observar al chico que se había caído por defender a Kobeni y decidió ir a por la "novia del monstruo". La conciencia de la abuela de Satoshi estaba marcada, nunca en su vida había hecho daño a otra persona y después de estos segundos, una vida estaba siendo tomada por sus manos. Pese a su tembloroso pulso, la mujer estaba decidida a apuntar a Kobeni.

—L-lo siento, pequeña.

Kobeni luego de escuchar las palabras entró de nuevo en razón, dejó de observar a Arai que seguía peleando por su vida y se enfocó en la pistola de la anciana, la cuarta hija no tenía otras palabras para lo que sentía más que miedo, miedo de ser asesinada y por el contrato, no sea ella quien muera. Miedo a perder a uno de sus primeros amigos. Miedo de responder ante la provocación de un enemigo que tenía frente suyo.

Una voz, proveniente de una figura femenina volvió a hacerse presente después de tiempo de ausencia. Hizo lo mismo que de costumbre, postró su cabeza sobre el hombro derecho de la cuarta hija y entonó un melodioso pero horrible mensaje.

—Mátala ¿La vida de ella vale más que la de Kenji?

Kobeni no podía contestar a su socia, Haka solo se encontraba sonriendo mientras se apartaba de su amiga y veía a un moribundo Arai, vio la ironía del asunto, a duras penas podía hablar y decidió responder sus haikus con otro.

"Sueños sin lograr,
vida corta y efímera,
adiós prematuro."

Arai escuchó esas palabras y Haka lo notó, es bien sabido que ella misma le respondió a Kobeni en una ocasión que todo aquel cercano a la muerte es capaz de observarla y Arai no era la excepción. El tiempo para el chico corría y no había un buen pronóstico.

Kobeni observó detenidamente el dedo de la anciana con el que sostenía el gatillo de la pistola, estaba tembloroso y con la poca fuerza que ella tenía en sus manos, era de esperar que no podía haber un cuarto disparo. Usando sus reflejos y visión esperó el momento exacto hasta que vio el accionar del gatillo, ella fue más rápida que el movimiento de los dedos y esquivó de forma anticipada el disparo.

La anciana quedó sin palabras ante el arriesgado movimiento de la chica. Observó cómo Kobeni con gran velocidad se acercó hacia ella y se posicionó detrás de la mujer.

La cuarta hija sabía lo que tenía que hacer, no había tiempo para llevarse a Arai a otro sitio, los ruidos de los disparos se escuchaban cerca sin importar en qué dirección ellos fueran, en este fragmento, ellos estaban solos y para la desgracia de la anciana, Kobeni lo usaría en su favor.

Aún con la pistola en mano, la mujer pudo observar los brazos de Kobeni en dirección a su arma. Cuando Kobeni también agarró el arma, lo intentó llevar en dirección de la cabeza de la mujer mayor. La resistencia que se oponía era débil, la anciana sabía que estaba en sus últimos segundos de vida, mientras que la pelinegra ascendía la pistola y la llevaba a lo que ella creía que sería un tiro rápido, indoloro y letal.

Haka alzó la mirada, ignorando a un aterrorizado Arai al ver la figura del demonio de la muerte. Observó a su socia, llevando la boquilla de la pistola en dirección hacia la mandíbula de la mujer. Aunque la anciana se negara y hasta pidiera perdón. Kobeni sabía que esas palabras eran mentira y se lamentó por lo que haría a continuación.

Su dedo índice logró sostener el gatillo de la pistola, estaba a milisegundos de cometer su primer homicidio. Se lamentaba horriblemente, pero sabía que si ella no se defendía, la vida de su hermano mayor se iría en vano.

—¡Hazlo!— Haka estaba impaciente por ver el atroz acto de la pequeña.

—P-p... Perdón, señora— Kobeni estaba triste, pero no podía derramar ninguna lágrima, solo se disculpó con la señora y apretó el gatillo del arma.

Un estruendoso ruido salió de la boquilla de la pistola, Kobeni era consciente de la aberración que había realizado, acabó con la vida de una anciana, desconocía sus motivos, pero aún así se lamentaba. Sus ojos se abrieron y su nerviosismo se hizo presente. Dejó que el propio peso de la anciana la derribara, ambas cayendo hacia atrás, la anciana tenía en su rostro un recorrido directo, de su mandíbula hasta una de sus cejas, el disparo fue un fracaso y aunque el daño estaba hecho. La anciana seguía con vida.

—P-perd... perdoname, Satoshi. Mamá no te pudo s-salvar.

—(...) ¿Q-qué?

Kobeni quién estaba arrepentida de lo que había hecho, solo pudo preguntar sin recibir una respuesta, ella observaba a una malherida anciana, aún consciente, de su existencia y el dolor que la cuarta hija le propinó.

—Eres una estúpida, Kobeni. Hiciste mal el trabajo, debías matarla.

—P-pero... y-ya no nos hará daño... Tenemos que salvar a A-arai.

Haka solo observó con una sonrisa burlona y sarcástica a su socia, quién aún estaba traumatizada por haberle hecho daño a una pobre viejita.

—Tú amigo está por morir, si fuera tú, no haría ningún esfuerzo por salvar su miserable existencia.

Kobeni se aterró por las palabras que escuchó de Haka, apartó a la moribunda anciana de ella, se reincorporó y decidió socorrer a su amigo quien se encontraba agonizando en el suelo.

—Arai... por favor, resiste... Voy a llamar por ayuda.

Kobeni sacó su teléfono, queriendo llamar a una ambulancia, pero Haka tenía que darle la horrible realidad de lo que sucedía en Tokio.

—Me temo que no fueron las únicas víctimas en sufrir un atentado por gente como ella— Haka señaló a la anciana, quién aún estaba batallando por seguir respirando— Tu organización ha sido duramente golpeada por un ataque terrorista en el mismo instante que está señora te disparó

—¿C-cómo sabes eso?

—Porque ya se han cobrado demasiadas vidas. Varios cazadores de otras divisiones y de la tuya han sido asesinados brutalmente ¿Te suenan Fushi y Takeshi? Ambos están muertos.

Kobeni no podía procesar tanta información, los disparos a su alrededor eran obra de gente como la anciana y ya tenían en sus manos la sangre de conocidos de Kobeni, la cuarta hija quería vomitar, le estaba doliendo el estómago, pero no podía derramar ninguna sola lágrima, su desesperación fue opacada cuando Arai intentó pronunciar unas palabras.

—¿Qu... quién... e-es ell... ella?— con mucha dificultad y dolor para pronunciarlo, Arai veía la figura de Haka, en otro contexto sería una hermosa mujer que robaría la vista de cualquier persona, pero aquí, era aterrador ver como alguien se tomaba tan a la ligera tu agonía.

—No digas nada más— Haka amenazó a Kobeni en caso que ella respondiera.

Kobeni solo pudo escuchar como ninguna línea de ayuda pudo conectarse, era obvio que las redes de telefonía estaban saturadas por los demás ciudadanos. Nadie vendría a socorrerlos, los disparos no se detenían, si ella gritaba, también sería una condena.

Haka por su lado se acercó a la anciana, ella también estaba atemorizada por la figura del demonio, le imploraba piedad y que no se acercara. Petición ignorada. Usando una de las habilidades que tenía el demonio, tocó la parte abierta del cráneo de la anciana. Ella pudo absorber parcialmente las memorias e información que parecía pertinente.

Las imágenes que llegaron en un solo instante, observaba a su hijo y a su nuera llorando por el secuestro de nieto, ellos tenían múltiples deudas debido a sus problemas económicos algunos de sus acreedores eran gente peligrosa e impaciente como el señor Katana. A través de sus ojos vio un paquete junto con los otros dos miembros de la familia que contenía la oreja del niño y un pequeño mensaje escrito "lo siguiente será un dedo". Observó el desmoronamiento de su hijo y el suicidio de su nuera, aceptando el hecho que nunca iban a pagar la deuda que tenían.

La abuela era el único integrante que luchó aún por la vida de su nieto, su fracasó era lo que la rompía, mientras Haka observaba a la agonizante anciana, escuchó sus lamentos y sus ojos brillosos por las lágrimas que dejaba, no pudo cumplir su cometido y ahora su nieto corría el riesgo de morir.

—Kobeni, debo reconocer que ella tenía su propio Kenji.

—¿Qué e-estás diciendo, señorita Haka?

—Esta anciana no estaba involucrada con los demás disparos, solo quería salvar a su nieto que fue secuestrado... Y vaya, arruinaste el rescate, es probable que el niño muera después de esto.

La culpa en Kobeni cada vez crecía, no podía salvar a Arai, el chico cada vez estaba perdiendo calor corporal y la anciana tenía a alguien a quién proteger como Kobeni y... lo impidió, en su conciencia cargará con haber impedido el rescate de un niño.

—Si te sirve de algo, podemos arreglar un contrato con lo que tenemos en nuestras manos. De nada te sirve lamentarte cuando aún tienes vidas que puedes salvar.

—¿Q-qué clase de c-contrato?— Kobeni no podía llorar, pero su culpa cada vez crecía con cada segundo.

—Te daré 3 minutos. 3 minutos donde el mundo puede conocer a la Kobeni definitiva. A la que todo el mundo debería temer.

—¿Q-qué es lo que quieres?— Kobeni estaba resignada, estaba escuchando la petición de Haka mientras aún intentaba parar el sangrado de su amigo.

—Cada minuto será acorde a las vidas que me des. Te podría dar menos si eso es lo que quieres, pero te garantizo que de hacerlo el sacrificio sería en vano ¿Aceptarías hacer el trato?

—¿Q-qué tengo que sacrificar?  no quiero... no perdamos el tiempo

—Estos dos próximos cadáveres... y una sorpresa.

Kobeni sabía a lo que se refería su socia, el demonio le estaba pidiendo la vida de Arai y de la anciana...

—¿Y si me niego?

—La vida del resto de tus amigos que aún viven correrían peligro y con lo cobarde que eres, también arriesgarías nuestro contrato. Solo por esta vez considera que te estoy ayudando a un precio tan bajo, 3 minutos por 3 vidas.

Kobeni solo podía observar a Arai, quién también estaba escuchando la conversación, estaba asustado, tenía miedo y quería volver con su madre, pero su vida ya no dependía de él, sino de la chica que le gustaba.

¿T-te parece que una vida vale solo un m-minuto?

—Vale menos que eso.

La respuesta que Haka le dio hizo que Kobeni la repudie, pero no podía hacer nada al respecto, una falta de respeto hacia ella y sus hermanos podrían morir de inmediato.

—¿Te puedes dar prisa? Al paso que vamos todos los que te importan morirán, como tus amigas Kei o Himeno.

—¡¿QUÉ?!

Haka hizo una sonrisa con todas las malas intenciones hacia la salud mental de Kobeni.

—La tercera vida te la dejaré a tu elección, Kei o Himeno. Ambas están en riesgo de morir en este instante, una fue acribillada y está luchando por su vida y la de su novio. La otra recibió un disparo en una zona sensible, acaban de perforar un pulmón y no se pudo tratar a tiempo, por lo visto, hay algo que los sigue amenazando. Si intentas salvar a una, la otra morirá y te estoy dejando el tiempo ideal para salvar a solo una.

Kobeni estaba aterrada, ambas eran sus amigas, ambas la cuidaron, le enseñaron la mejor cara de los cazadores de Demonios, Himeno podía ser una idiota en ocasiones pero siempre tiene buenas intenciones con Kobeni, la cuidaba, le invitaba de comer y sobre todo, ella misma estaba luchando contra sus demonios porque la cuarta hija le dio el apoyo que le faltaba.

Kei había pasado menos tiempo con ella, pero siempre que estaban juntas Kobeni se sentía segura, era una especie de hermana mayor, cuidaba de ella, la defendió cuando Himeno la intentó molestar en la pijamada y cuidó de ella en todo el tiempo que estuvieron en la reunión de bienvenida, conocía sus sueños, estaba cerca del retiro, con un buen hombre como lo es Madoka.

Sin importar la elección que la cuarta hija tomara, en ambas salía perdiendo.

¿Qué hay de Aki, Denji y Power? Iban junto con Himeno— preguntó

—La idiota rubia no la puedo percibir, así que ella no está en riesgo de muerte. Aki recibió un daño en una zona no letal. Denji recibió un daño crítico ¿Te sirve eso? No solo salvarías a tu mejor amiga, también irías a salvar a tu novio

—No es mi novio— contestó seriamente, la cuarta. En su mente seguía analizando la oferta de Haka, era un hecho que rechazarla no estaba en los planes del demonio, así que solo buscaba la opción que la hiciera sentir menos culpable.

—¿Y tú crees que me importa?— Haka empezó a cansarse y prefirió chantajear a Kobeni — De las dos, Himeno es la que las probabilidades tiene de sobrevivir, Kei incluso la salves es posible que termine cuadraplejica, no garantizas ver a la misma mujer que conociste.

—¿Y el superior Madoka?

—No lo logro percibir, probablemente sigue intacto. Puedes dar por seguro que al menos uno de ahí saldrá con vida.

La pausa de Kobeni continuaba, mientras ella estaba en ese modo, las vidas de otros cazadores seguían perdiéndose. Múltiples aves se encontraban en el cielo, aparentemente en busca de la carroña.

Era imposible hacer un análisis frío de la situación, no tenía más información de la que Haka le había proporcionado, el demonio en pocas ocasiones le daba todo lo que ella debía saber, solo lo que al demonio de la muerte le convenía. Pero un saldo de 2 a 4, daba como ganadora a Himeno. Tendría que dejar a su suerte a Kei, quién había recibido más daño y Madoka sin siquiera casarse, estaba condenado a ser viudo.

—E-escojo sal-salvar a H-himeno— Las palabras que salían de la boca de Kobeni temblaban, sus hombros pesaban por la culpa de lo que sucedería.

Serpiente

Poco antes de la destrucción del restaurante Dattebayo! La señorita serpiente también se aproximaba dentro de una Van, su propósito era uno solo, conseguir el cuerpo completo o en trozos del chico Denji, la información que ella tenía también era parcial, pese a ser la cerebro de la operación y el señor Katana el músculo, ambos se encontraban por debajo de una jerarquía más grande.

Era la copiloto, uno de sus hombres de mayor confianza era su chófer, en la parte trasera otros dos hombres preparaban sus armas y algunos cargadores, desconocían si los cazadores pondrían resistencia.

Duda que fue disipada, el restaurante fue destruido a sus ojos, un zorro emergió de la nada y podían ver cómo poco a poco era cortado por dentro. Sabían que Katana había usado su extraña habilidad, que fue implantada por la misma señorita serpiente a través de largas sesiones de dolorosa experimentación.

—Estaciona aquí, subamos para allá. Este idiota va a necesitar de nuestra ayuda.

Las órdenes de serpiente se cumplieron, lentamente avanzaron para alcanzar a su compañero que estaba dispuesto a acabar con todos los que estuvieran interponiéndose entre él y Denji.

Himeno y compañía

No había una mejor forma de describir este momento de tensión que incertidumbre. El único hombre en pie que podía hacer frente a Katana era el mismo Aki. El cazador estaba seguro que la batalla estaba casi perdida, conocía parcialmente las habilidades de Denji en su forma demoníaca y si Katana era igual o mejor, Himeno y los demás estarían muertos.

—«¡MIERDA! ¡MIERDA! ¡MIERDA!» — Era lo único que se podía escuchar en la mente del pelinegro, quién ya se encontraba en guardia con su espalda en forma de clavo.

El primer ataque provino de Katana, usando sus dos brazos se aproximaba velozmente al cazador con las intenciones de cortar su torso con un tajo. Aki respondió rápidamente, cayendo de espaldas al suelo y observando la velocidad con la que el hombre Katana intentó matarlo.

Inmediatamente Aki se reincorporó, el primer ataque del combate sería conectado por Aki. Katana le había dado la espalda y esto lo usaría en su favor, de una estocada usaría su espada, a diferencia de otras está forma parte de su contrato más peligroso.

—¡AHORA!— Aki dio una orden hacía su socia, mientras ya había clavado la punta de su arma en la espada de su enemigo.

De la nada, un dedo emergió y de un solo movimiento, completó el ataque de Aki con un solo empujón desde la base.

—¡ESO DOLIÓ IMBÉCIL!

TRES

El combate cada vez era más complicado para el cazador, estaba desesperado por salvar a Himeno, el estado de Denji seguía siendo desconocido y solo Power era la última línea de defensa para cuidar a ambos.

Las espadas de katana atacaron en dirección a los brazos del chico, la velocidad se veía reducida, el daño que le causó la espada no era normal. Aki por su parte no podía contener su nerviosismo, empuñar su espada cada vez era más difícil, necesitaba otro momento preciso y no encontraba un punto ciego ante su rival.

—¡ME ESTOY CANSANDO DE ESTO, IDIOTA, DAME A DENJI Y TE DEJARÉ VIVIR!

Después de la frase, el pelinegro logró alcanzar la espalda de Katana por segunda vez, con toda su fuerza volvió a realizar un estocada, dando la orden a su socia de ejecutar otra estocada.

DOS

—¡PUTA MADRE ESO DUELE, HIJO DE PERRA!

Aki buscó evitar la demora, nuevamente logró esquivar otro tajo de las espadas del hombre Katana, los cortes de Katana se hacían lentos, el demonio notaba que algo estaba mal.

—¿Qué mierda estás usando jodido cazador?

Aki vio el punto ciego en la delantera de su enemigo, con toda la velocidad que aún le quedaba, evitó la estocada del hombre Katana que iba hacia su rostro, pero él sí tuvo éxito en la suya, penetrando dónde se suponía que estaba su hígado.

UNO

—AAAAAAGHHHH. PEDAZO DE MIERDA, CONSIDERA HISTORIA MI NOBLE OFERTA.

De una sola patada sacó volando a Aki hacía uno de los escombros del restaurante. Pero el daño ya estaba hecho, el clavo era parte del demonio de la maldición, aunque su coste era uno muy peligroso. La mitad de su vida sería drenada y fue lo que preocupó a Himeno quién solo pudo ver desde un área casi segura.

—ESA MIERDA NO ME HIZO NADA.

La melodiosa voz de su socia volvió a escucharse, el hombre Katana no podía moverse, cuando se dio cuenta una mano sostenía todo su cuerpo, había emergido de la nada. Una segunda dio aparición, agarró su brazo izquierdo y la que sostuvo su cuerpo, el derecho. Cómo si estuviera siendo crucificado.

A su alrededor una parrilla costal y a nivel de su cabeza, dos cráneos de bestias gigantes con cuernos prominentes apuntaban hacia sus hombros.

CERO

La voz no volvió a ser escuchada, el entorno del hombre Katana se volvió oscuro y dos mordidas en sus hombros fueron ejecutadas. El dolor incluso en su forma demoníaca era insoportable y mientras la habilidad más peligrosa de Aki estaba activa. El cazador volvió a dirigirse hacía Power y su amada.

—Power ¿Cómo está Himeno?

—¿Podrías cargar a tu novia, me estoy cansando de cargar a un peso casi muerto?

Power recibió un calvazo fantasmal, lo que respondió un poco el estado de Himeno, seguía consciente, pero cada vez era más difícil mantener esa tranquilidad que siempre la caracterizaba, estaba sintiendo frío y sus ojos pesaban. La sangre seguía brotando de su boca, en cualquier momento podría ahogarse con su propia sangre.

—Dejame cargarla, debemos llevar a Himeno al hospital, tu arrastra el cuerpo de Denji, debemos reportar su deceso.

El demonio de las maldiciones había concluido el trabajo y dejó tirado en el suelo al hombre Katana. Los 3 cazadores dieron por muerto a su enemigo e intentaron caminar lentamente hacia las escaleras.

Mismas escaleras donde una mujer rubia, de cabello corto, sudadera roja y unos shorts azules, con ojos fríos y una característica lengua bífida hizo acto de aparición. Sin miedo o reacción aparente, se acercó al señor Katana y sin mucho esfuerzo lo levantó.

—Eres un estúpido ¿Incluso en esta forma fuiste derrotado?

La consciencia del hombre Katana fue restaurada y su condición para pelear también.

—Estaba jugando. Ahí tienes a tu maldito corazón, déjame solo acabar con el idiota de la coleta.

—No lo arruines está vez— La señorita serpiente terminó la pequeña conversación, espero a su compañero y solo daría ayuda en caso que volviera a perder.

Aki estaba incrédulo, sacrificó otra parte de sí mismo en vano y ahora no podía usar la habilidad por segunda vez, el zorro tampoco le haría caso.

En posición de guardia, el cazador se preparó para una muerte segura no sin antes ordenar a Power llevar a Himeno a un lugar alejado y seguro. Power solo estaba sudando del nerviosismo, solo Denji en su forma del motosierra podía soportar tanto castigo, ahora tenían a uno similar, pero como oposición.

El hombre Katana no hizo ninguna posición para combatir se acercó lentamente y en calma, en contraste de su rival quien estaba nervioso por lo que sucedería. Solo pasaron unas micras de segundo para ver qué había desaparecido de la vista de Hayakawa.

—¿D-don... ¿DONDE MIERDA SE FUE?

Himeno y Power en sus narices vieron la respuesta, estaba a las espaldas de Aki, las dos espadas de sus brazos estaban manchadas de sangre y fue hasta que Aki se desplomó en el piso que se dieron cuenta que todo estaba perdido.

—Tendrán pésimo gusto para la comida, pero al menos si escogen tela de buena calidad— Bromeó un poco el señor Katana.

—Te podrías callar imbécil, necesitamos el maldito cuerpo de ese tipo.

Himeno estaba espantada, el chico que amada se encontraba inconsciente en el suelo, podía visualizar el cuerpo aún respirando, se notaba que los dos jefes y sus hombres ya no estarían buscando contratiempos y se llevarían el cuerpo de Denji, pero nada garantiza que después de esto los dejen con vida. Eran testigos.

Con la fuerza de voluntad que aún le quedaba, empezó a hablar después de tanto tiempo adolorida por el disparo, buscaba alternativas, pero algo le decía, que solo tenía una opción.

—Power ¿Puedes atacar a ese idiota de las espadas?

—¡Ni lo sueñes canalla! El tipo fue tan veloz que ni lo pude percibir, no voy a dejar que Nyako se quede solo para siempre.

—Entiendo ¿Quieres que te dé tiempo para escapar?

Power se quedó sorprendida por sus palabras, no eran mínimamente amigas, convivían poco y aunque Himeno le enseñó una nueva perspectiva de quién es en realidad, la empatía de una chica preocupada por su gato fue lo único que necesitó para pedirle eso.

—¡Qué planeas hacer idiota!

—No mucho... Solo, cuida bien de tu gato. Sé de tus problemas para leer, se llama Avo-cat-o la marca que más les compro y... en mi departamento debe haber un poco de dinero, úsalo para comprarle el arenero, si no es para Nyako será para ti.

—Tch. Imbécil, lo haré por Nyako, no porque me lo pides— Power no sabía que decir al respecto.

—Acaricialo y dile que es de mi parte— Himeno le dio una última sonrisa a Power, quién sigilosamente huyó de la escena, no sin antes responder con una seña de amor y paz a la chica del parche, cumpliría con esa petición.

«¿Serás capaz de despertar, Denji?»

La mente de Himeno tenía esa duda.

Kobeni y Haka

—¡Espléndido!— Celebró Haka después de ver a su socia sudar y pensar en tan poco tiempo una respuesta— Supongo que por fin usas la cabeza para un contrato.

—S-solo... quiero que Himeno esté a salvo... Espero que Kei me pueda perdonar.

—No lo hará. Pero en fin, necesito que me des la mano para que nuestro contrato sea pactado.

Kobeni tenía en sus narices a Haka, el demonio con forma humana era imponente para la pequeña cuarta hija, no tenía ningún titubeo con intentar matar a dos personas cercanas de Kobeni ni tampoco a una anciana que lo único que quería hacer era salvar a su nieto.

—¿P-por qué... ¿no, otras personas?

—¿Te dolería verlas o saber que van a morir?

—C-creo que no.

—Ese es el chiste, una vez Arai, Kei y la anciana estén muertas estarás de luto. Así funcionan las cosas conmigo, dame algo que amas y te entristezca su perdida y yo te garantizo que el mundo verá a la Kobeni más brutal que el mundo pueda imaginar.

—Y-yo... no quiero hacerle daño a nadie.

—El mundo te lo hará a ti y no se va a disculpar por lo que es capaz. Tú, solo responde de la misma forma.

—(...)

—¿Sabes conducir autos?

—No... nunca aprendí.

Haka... se quedó un tanto sorprendida, su socia no sabía manejar.

—¿Motos?

—No.

—¿Conducir bicicletas?

—Si, eso sí sé... ¿Por qué preguntas estás cosas?

Haka chasqueó los dedos y una serie de brazos aventaron decenas de bicicletas en la calle que se encontraba Kobeni.

—Por hoy seré buena contigo, entendido amiguita. Te obsequio la que más te guste.

—O... Ok, señorita Haka.

—Y dame eso, tu mochila, será un estorbo para rescatar a tus amigos.

Kobeni le entregó la mochila donde tenía sus trabajos artísticos y una que otra comida preparada para el día, sus armas las tenía guardadas en su espalda en una pequeña funda.

—¿Por qué me hablas así? Por lo regular eres grosera.

—Ya entenderás, socia.

Otro chasquido proveniente del demonio de la muerte hizo que los brazos putrefactos se posicionaron alrededor de Arai y de la anciana, todos con el fin de cumplir el contrato.

Cada uno sostenía las extremidades, el abdomen o el tórax de las víctimas de Haka, su sonrisa era macabra mientras que Kobeni estaba aterrada por lo que vió.

Tanto la anciana como Arai estaban aterrados, estaban intentando batallar por su vida sin éxito, cada brazo tenía la fuerza suficiente para destrozar sus huesos y eso hicieron con la anciana, el crujir de sus piernas se hizo cada vez más potente y los gritos de dolor eran música para los oídos del demonio.

—¡BASTA, POR FAVOR TE LO SUPLICO!— Gritó la pobre anciana.

Arai corría con la misma suerte, los brazos que cubrían su tórax lo estaban oprimiendo, 3 pares de costillas se rompieron y empezaron a perforar los pulmones, el chico empezó a sacar sangre de su boca.

Solo pudo observar a Kobeni, con los ojos llorosos y aterrizados, no podía entonar ningún sonido solo veía a la chica de la que estaba enamorado mientras ella intentó socorrerlo. El chico intentó gritar por ayuda pero nada salía de sus cuerdas vocales.

—¡KOBENI, AYUDAME POR FAVOR!— La cuarta hija leía los labios del pobre chico de la cicatriz.

La pequeña estaba aterrada por lo que Haka le hacía a sus dos acompañantes, Haka quién estaba a su lado solo disfrutó del retorcido pero bello momento en su punto de vista. Le encantaba ser la espectadora de las desgracias, pero en esta ocasión ella debía ser activa para que Kobeni se vuelva lo que ella tenía planeado.

—¿¡Qué le haces a Arai?! ¡POR FAVOR DETENTE!

Luego de gritar que se detuviera, Kobeni intentó ayudar a su amigo corriendo hacia donde él se encontraba, pero fue detenida por el demonio de la muerte.

—Nu-huh. Trato es un trato y ya nos estrechamos las manos— Haka estaba feliz por el dolor que Kobeni estaba sintiendo— Tómalo como un cobro, por hacerme reconstruir a tu familia, cuando a mí me repugna eso.

—¡¿Eh, QUÉ ESTÁS TRAMANDO HAKA?, YA SUÉLTAME!

Haka tenía con solo un brazo contenida la cuarta hija, la pego a su cuerpo sin que ella tuviera la fuerza para oponerse y la otra mano se introdujo en la cabeza de la pequeña, en dirección al lóbulo temporal. Su mano se volvió intangible una vez dentro, pero cuando tocó su objetivo, un fragmento de él estaba siendo arrancado del cerebro de Kobeni.

—¡AAAAAAAAAAAAGH!— Un desgarrador grito de dolor proveniente de Kobeni se escuchó en toda la calle.

El dolor era inmenso y a Haka le divertía el sufrimiento de su socia, sentir como ella se retorcía de dolor y gritaba por piedad mientras ella poco a poco quitaba una estructura esencial de su cerebro.

—Debo advertirte que una vez te la quite no me podrás observar, por 3 minutos no sentirás mi presencia pero no te preocupes, te guiaré por el camino más rápido para que logres alcanzar a Himeno.

—¡DEEETEEENTEEE POR FAVOR!— Las lágrimas de Kobeni estaban brotando, sentía como los dedos del Demonio estaban invadiendo su cabeza sin que ella pudiera defenderse.

Haka tiró a Kobeni del suelo, ella estaba llorando del dolor mientras que solo se podía observar la mano ensangrentada del Demonio, en ella contenía un fragmento de su amígdala cerebral.

—Esta horrible cosa de acá volverá a estar dentro de tu cerebro como si nada hubiera pasado. Hasta entonces, tienes 3 minutos para ayudar a tus amigos, por lo pronto te aseguro dos de ellos, pero no te preocupes el tercero viene en camino.

Las últimas palabras que Haka pronunció para Kobeni, sonaban débiles para luego desaparecer, ella ya no sentía temor por nada, ni por el demonio que le hacía su vida difícil.

Kobeni se terminó levantando del suelo y limpió el polvo que se había acumulado en su traje. Sintió su cabeza y podía sentir la sangre que salía de ella, pero eso no importaba, los gritos que tanto ella como la anciana habían lanzado fueron un llamado para 3 terroristas que estaban cerca, ellos no querían demorarse en acabar con Kobeni... al igual que la protagonista.

Kobeni aceleró de 0 a 100 en cuestión de segundos, logró alcanzar el arma que estaba cerca de la anciana y ágilmente esquivó los disparos de los 3 terroristas. La puntería de ellos era buena, pero la velocidad de una kobeni sin miedo era superior, su puntería era igual de eficiente.

¡BANG! ¡BANG! ¡BANG!

Solo 3 disparos salieron del arma que tenía en sus manos la cuarta hija y los 3 dieron en el blanco, las cabezas de los terroristas tenían un agujero de 9 mm cerca de su ojos.

—Nada mal. Pero debo advertirte que está será la última vez que me chantajeas usando la vida de mis hermanos, Haka.

Aunque Kobeni no podía verla, ella se encontraba frente a su rostro, orgullosa de su brutal creación. Hasta que escuchó la frase que le quitó su sonrisa.

—Perra de mierda— fue la primera grosería que dijo Kobeni en su vida y fue directo al ser más poderoso que ella tenía noción de su existencia.

La sonrisa de Haka se borró de su rostro y Kobeni agarró la bicicleta que parecía ideal para la misión, el contrato se debía cumplir y Haka estaba señalando a través de la destrucción de su alrededor para que Kobeni lo siguiera, no se tenía que preocupar por testigos ya que la mayoría fueron evacuados.

Solo observó el cuerpo de Arai y el de la anciana en el suelo, ambos habían muerto por la constricción de los brazos. Pese a no tener miedo, sentía completo remordimiento por lo que había hecho.

—Lo siento— Dijo Kobeni para después agarrar camino y pedalear a máxima velocidad en su bicicleta.

Makima

Makima tenía en su poder manipular la situación en favor de los cazadores de demonios, pero unos intereses de por medio provocó que la muerte de varios de sus colegas fueran necesarios para continuar con sus propios planes.

La pelirroja estaba en el mismo lugar, teniendo enfrente la ciudad de Kioto mientras aún parecía estar haciendo un juego de manos. A sus espaldas se encontraban los policías, Tendō y Kurose, los encargados del santuario, el alcaide y como cereza en el pastel, los prisioneros, todos con los ojos cubiertos y estos últimos, asustados porque tenían una idea de lo que a ellos les deparaba.

En las memorias de Makina yace la información más importante para defenderse de los terroristas, sus identidades. No necesitaba conocer su rostro, solo su nombre y que estaban involucrados en la masacre hacía las divisiones de Tokio era suficiente. La mujer paró de hacer su extraño ritual y se empezó a acercar a la fila de la izquierda.

El primer prisionero, cometió infancidio hace 3 décadas ninguno era de su sangre, debido a algunos contactos, no recibió pena de muerte. Pero este iba a ser el castigo que merecía.

Makima se agachó para estar a su altura. El hombre empezó a sudar, no conocía  de nombre ni la naturaleza de la mujer, pero la vibra que ella misma emanaba era hostil incluso cuando ella con su reconocible y adictiva voz dijo.

—¿Puedes decir el nombre de Nakagawa Masahiro?

«Serás idiota si crees que voy a decir un nombre como ese» — La mente del hombre estaba dispuesta a no decir ninguna palabra.

—Nakagawa Masahiro.

«¿¡Qué?!» — El prisionero estaba incrédulo de haber dicho el nombre que le pidieron.

Makima agradeció la cooperación, se levantó y en el mismo punto, juntó las dos caras de sus dos palmas como si estuviera conteniendo un objeto. La mano derecha estaba fija y boca arriba, mientras la izquierda boca abajo, hacía una pequeña rotación en contra de las manecillas del reloj.

Ninguno de los hombres presentes con excepción de Makima sabía lo que eso produciría. En Tokio, antes de asesinar a un testigo que observó cómo asesinó a 2 cazadores, un veterano y a una novata, Masahiro Nakagawa sintió una extraña presión en su cabeza. La presión poco a poco se iba intensificando y de la misma forma que Makima rotó su mano, su cuerpo siguió el mismo sentido, no pudo contenerlo y terminó explotando dejando un rastro de sangre, su ropa y el arma, ningún rastro de su cuerpo sería hallado.

El infanticida terminó cayendo muerto en su propio lugar. Makima pudo observar el cuerpo del repugnante ser, sus ojos tan distintivos tenían puesta su mirada en la cabeza del sujeto, le repugnaba conocer a alguien así, pero su rostro emitió una pequeña sonrisa.

«Al menos debería agradecerte, después de tantos años tu vida sirvió para un propósito correcto, señor Sakakibara» — Pensó Makima.

La mujer se fue aproximando al siguiente en la fila. Continuando con el mismo proceso.

—¿Podrías decir el nombre de Yamamoto Ryo?

Madoka

Algo que Madoka tuvo que reconocer que fue de las cualidades que más le encantaban de Kei era su determinación para lograr sus objetivos. Esa característica fue algo que él notó durante los años de servicio que ambos coincidieron.

Su relación desde que se conocieron fue en ascenso y fortaleciéndose, en su primer contacto había un cierto click, que ambos chicos habían percibido, podían hablar de cualquier cosa, ir a cualquier lugar y ver lo que sea y lo disfrutaban. Keiko le había enseñado sus lugares favoritos para comer y luego de haber hecho el contrato con el demonio perro, ella le pedía el favor a Madoka que le contara qué sabores podía percibir.

Madoka siempre aprovechó esos momentos para exagerar lo que él sentía, siempre exageraba el dulzor, incluso aprendió términos como el umami, cuando comían platillos de su nación, todos con el fin de irritar a la que en ese tiempo era su amiga.

Las peleas aunque de juego nunca acababan. Cuando Madoka terminó quemando su casa por un descuido, solo pudo recurrir a Kei para que le diera techo en lo que pagaba su remodelación.

Una cosa llevó a la otra, diversión y unas cuantas cervezas, aunque Keiko no podía percibir su sabor u olor, el efecto que producían si estaba presente. Madoka estaba empezando a sentir algo por su amiga y estar parcialmente ebrio le dio la valentía para intentar hacer una jugada, misma que completó la propia Kei, dándole un beso en los labios que ni él mismo se esperaba.

A diferencia de Himeno y Aki, no tuvieron intimidad tan rápido. Pasaron meses para que se sintieran cómodos el uno al otro para ser cariñosos, la dinámica de ellos estaba tan marcado en joder al otro. Kei, pese que los dibujos no eran su fuerte, a veces le dejaba a Madoka uno que otro que representaban las pesadillas que ella escuchaba de su pareja.

La pasión entre ellos era lenta pero fuerte, la misma noche que Keiko intentó llevar a Kobeni a su casa y su amiga se negó, yendo a la casa de Himeno. Kei buscó una alternativa, ir con Madoka y lo que sucediera esa noche. Posiblemente para otras parejas, ellos se habían tardado, pero para ambos, eso estaba bien, ambos confiaban el uno al otro y se jodían mutuamente.

Esa misma noche, en la casa apta para incendios de Madoka, ambos tuvieron su primera vez como pareja. Kei se burló de su novio, ya que él aún era virgen. Aunque luego de eso lo abrazó y dijo que ella le ayudaría en todo, lentamente y a su propio ritmo, la pareja era una. En todo momento ambos veían su rostro, gemían y expresaban su amor mientras sus miradas no se despegaban.

Keiko sabía que no era fértil esa misma noche y dejó que su novio se viniera dentro de ella. Ambos estaban contentos por la experiencia que habían compartido. Madoka le contó de sus planes para Hokkaido y... él, le ofreció que también la acompañara.

Ambos estaban felices, se continuaron besando y tuvieron su merecido descanso. La joven castaña estaba sobre el pecho de su novio, mientras él podía abrazar su espalda desnuda. Durmieron felices y con la esperanza de una vida pacífica, en una hermosa posición.

Misma posición que ellos estaban teniendo en medio de un tiroteo, el policía estaba herido por 2 balas que habían llegado a su pierna y a su hombre. Uno de los dos terroristas que se quedó en la escena, se aproximaba más y más al oficial, a quemarropa acabó con su vida.

Los latidos de Madoka estaban acelerados mientras que él podía sentir a través de la mano de su mujer que los de ella poco a poco se iban haciendo más débiles. Keiko seguía cubriendo la boca de su amado con su mano ensangrentada, así como sus latidos, la frialdad de la mano de Keiko se hacía más presente.

Madoka no podía contener su tristeza, de la misma forma que ellos terminaron una noche tan hermosa, la vida de ambos corría peligro. Keiko seguía luchando por seguir con vida y tranquilizar a su novio, pero era difícil, cada vez tenía más cansancio y su mirada estaba más perdida. Poco a poco iba cerrando sus ojos.

Madoka no soportó lo que estaba viendo, si su mujer tenía que morir en este momento, él también.

Abrazó el cuerpo moribundo de su novia, con la delicadeza suficiente para no hacerle más daño, fue suave pero notorio, ambos hombres quienes estaban regresando en posición veían la escena y sabían que el trabajo no estaba acabado.

—¡SIGUE CON VIDA!— Uno de los dos hombres gritó.

Ambos podían matarlos a lo lejos, pero el furor que sentían por haber matado tan cerca a un oficial hizo que ambos se acerquen a los dos enamorados.

Kei ya no podía sentir nada, las sensaciones corporales eran cosa del pasado y se habían ido junto con su olfato al más allá. Ella solo lagrimeo un poco, no había logrado su objetivo y ahora Madoka estaba a Segundos de morir acribillado como ella. Por su lado, Madoka aceptó su destino, morir abrazando a su mujer.

Cuando las armas apuntaban a ellos, el cuerpo de uno de los individuos explotó.

—¿R-RYO, PERO QUE MIERDA?

El otro hombre estaba asustado, vio como su amigo quien se sentía raro y luego reventó sin ningún tipo de contratiempo. Apuntó a otros lugares, con la espera de visualizar a otro cazador que los tenía en la mira, sin éxito. Madoka estaba incrédulo por lo que veía, pero se daba una idea de quién podría orquestar esto.

El otro terrorista presente, pasó por lo mismo, tiró el arma al suelo incapaz de moverse, hasta que su cuerpo se empezó a deformar y reventó sin dejar más rastro que el de su sangre y su ropa.

Madoka cerró los ojos un momento, su cara estaba manchada de la sangre del hombre mientras que Kei también tenía abiertos los ojos. Al menos le había dado el tiempo suficiente a su novio para que sobreviviera y esto de alguna forma ocurriera.

Delicadamente, Madoka intentó reincorporarse, seguía agachado observando a su mujer quien dejó de expresar alguna sensación de dolor, no podía hablar y solo tenía la vista puesta en el rostro de su novio. Ella le sonrió e intentó con mucha dificultad acariciarlo.

—No, no, no ¡NO! ¡NO! ¡NO! — Poco a Poco el cazador incrementó el volumen de su voz, sin importar que algún otro terrorista lo escuche.

—Kei, por favor resiste, vamos ya estamos a salvo, solo necesito llevarte al hospital y busquemos la forma solucionarlo.

Kei dejó de responder a cualquier estímulo, su respiración cada vez era más lenta.

—¡MIERDA KEI,  TÚ NO ERES ASÍ!

El dolor en cada grito que soltaba Madoka era desgarrador, intentó levantarse pero también se le dificulta, cargando a su novia para poder llevarla a algún lugar que la puedan atender.

—Vamos, resiste cariño, tú puedes, eres la mujer más fuerte que conozco, lo sabes, lo sabes muy bien. Por favor, vive, sigue respirando amor. No puedo hacer esto solo, necesito tenerte a mi lado, vamos vamos vamos.

Madoka intentó dar palabras de aliento a su novia y a él mismo, el panorama no era alentador, pero el seguía avanzando.

—Piensa en tus hermanos, vamos, no lo voy a discutir, vivirán con nosotros, tendrán un hermoso cuarto y mucho campo donde ellos puedan jugar. No permitas que pierdan a otra persona que aman, nos están esperando. ¿Quieres el cuarto más grande para tu salón, verdad? Te lo doy, es tuyo al 100% pero por favor sigue luchando, sigue luchando para que yo lo decore por ti.

Los ojos del cazador seguían sacando lágrimas y su vista se nublaba, intentó parpadear lo más fuerte, pero no se aclaraba.

Madoka continuó su rumbo hacia cualquier lado, aunque él ya no lo percibía, habían rastros de ropa ensangrentada, Makima estaba continuando con su propia masacre sin que él se percatara.

—¡MALDICIÓN MADOKA, NO PIERDAS LO MEJOR QUE TE PASÓ EN TU PUTA VIDA, YA ESCUCHASTE KEIKO, ERES LO MEJOR QUE ME PUDO PASAR, NO MUERAS! ¡POR FAVOR, NO MUERAS!

Madoka entró en desesperación, cada vez la situación era más adversa para él y su mujer, al punto que se tropezó. Cayendo él y su mujer, Keiko estaba cada vez más débil y aunque ella le estaba haciendo caso a su novio, su voz era más irreconocible.

«Te amo» — No podía expresar nada, pero en la mente de Kei, era las últimas palabras que ella podía decir directo a su pareja.

—¡MADOKA, ERES UN GRAN ESTUPIDO! ¡MIERDA MIERDA MIERDA, ¿CÓMO DEJASTE QUE TU NOVIA CAYERA!?

el tobillo de Madoka se había lastimado y no podía volver a levantarse, con todas sus fuerzas buscó arrastrarse hacía su pareja, pero era imposible. Madoka no lo percibía, pero uno de los brazos de Haka fue quién impidió que continuara su paso. Otro brazo agarró su pierna, impidiendo que él pudiera moverse.

—¿¡POR QUÉ, POR QUÉ EN ESTE MALDITO MOMENTO?! ¡VAMOS CUERPO, NO SEAS ESTÚPIDO, TU NOVIA NECESITA AYUDA!

La desesperación de Madoka era tal, que decidió gritar lo más fuerte por ayuda.

—¡AYUDA! ¡AYUDA! ¡AYUDA! ¡HAY UNA MUJER HERIDA, POR FAVOR, VENGAN A AYUDARLA, OLVÍDENSE DE MÍ, PERO POR FAVOR, QUE ELLA NO MUERA!

Luego de eso, Madoka lloró, no podía avanzar hacia donde seguía su novia, aún respirando, el tiempo era más limitado y el ya no tenía poder en lo que podía hacer. Haka entró en escena.

—El sufrimiento acaba hoy— Haka estaba parada al lado de un Madoka intentando arrastrarse hacía su novia, sin poder avanzar ni un solo milímetro. Con solo tocar su nuca, la conciencia del cazador se había suspendido— No te toca morir el día de hoy, Señor Madoka.

Luego de dejar inconsciente al hombre, Haka estaba preparando los brazos para torturar a Kei cómo lo hizo con Arai y la anciana. Pero algo la hizo cambiar de opinión, al igual que con la anciana, ella tocó una de las heridas de bala que estaba expuesta. Viendo sus memorias, los dolores que ella sufrió, ver amigos morir, ser vomitada por Himeno, observar el rostro de Madoka asustado cuando ella recibía cada disparo y lo peor, fue ver a sus padres muertos víctimas del demonio pistola. Algo en Haka había cambiado.

Un vistazo de las memorias de Kei le hizo darse cuenta que ella a diferencia de Arai o la anciana, no tenía remordimientos. Sus hermanos estaban bien, ella les contó sobre los riesgos de su trabajo y que tenían fondos suficientes para sus estudios, Madoka estaba vivo y por alguna razón, tenía la extraña sensación que Kobeni no corría riesgos. Podía morir sin reclamar nada.

Un chasquido proveniente del demonio hizo que todos los brazos desaparecieran, ella haría el trabajo sucio por esta ocasión.

Haka había visto todo lo que tenía que ver, por respeto a la cazadora se quitó sus gafas y dejó ver sus ojos. El mismo tipo de ojos que tenía la jefa Makima, solo que de un color distinto. Kei se dio cuenta de esto, pero no pudo importarle menos. Ella había aceptado su destino desde que protegió a Madoka.

—Shinoda Keiko. Fue un honor ver tus memorias.

Haka puso una de sus manos sobre la nariz y boca de la cazadora, en vez de ahogarla violentamente, solo tapó bien y quitó todo el oxígeno que hubiera en el pequeño espacio. Poco a poco, Keiko iba cerrando los ojos, hasta que nunca más los volvió a abrir.

—Conociste el dolor de lo que es capaz de producir tu propia especie, no hay necesidad que yo lo continúe. Ve en paz, conocerás un lugar qué ni yo puedo alcanzar.

Haka observó el cielo mientras eso sucedía. Posterior al deceso de Keiko, se levantó y abandonó el lugar luego de chasquear los dedos.

Es bien sabido que Madoka tenía pesadillas que le impedían volver a dibujar después de pasar tanto tiempo cazando demonios y perdiendo gente que él estimaba. Pero todas sus pesadillas eran en los sueños, luego de despertar y notar que ya se podía mover, vio por primera vez, una pesadilla en carne y hueso.

Con mucha dificultad se acercó a su novia, ya no respiraba y estaba con los ojos cerrados. Acaricio su rostro y solo pudo sentir la frialdad de su piel, aunque Kei expresaba una sonrisa, lo único que Madoka hacía era llorar, llorar como nunca lo había hecho. La peor pesadilla en la vida de Madoka se había hecho realidad y lo único que podía hacer era sostener el cuerpo de su novia inerte.

Shinoda Keiko había fallecido y con ello, el tercer minuto para Kobeni se había cumplido.

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Sé qué la expectativa estaba más en ver a Kobeni siendo John Wick y su combate contra Katana man así como todo lo que tenga que ver con Himeno, pero tenía que concluir unos pequeños arcos sobre todo el de Kei, de la que nos despedimos.

Tengan lindo inicio de semana, espero poder entregarles pronto el capítulo 19 y con fé, será la conclusión de la primera mitad del arco de Katana man.

Los amo

Kobeni empezó bien el día y cada vez se está haciendo más retorcido.

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