Capítulo 9


Antes del tiempo estipulado llegué al punto de encuentro. Elegí una mesa alejada cerca de un ventanal, a través de la cual se podía ver el edificio catalogado como hospital. Lugar del cual entraban y salían personas. Mientras los minutos pasaban trataba de serenarme y poner mis pensamientos en órbita. No podía parar de ver la hora, impaciente por ver que se cumpla la media hora.

A pesar de la distancia que nos separaba pude identificar a Mar, mientras caminaba hacia la cafetería donde me encontraba. Al mismo tiempo que recibía su mensaje preguntando si ya había llegado. A los pocos minutos, ya se encontraba sentada frente a mí con su semblante rebosante de alegría al darse cuenta que varias personas volteaban a verla. Uff, nunca dejará de querer llamar la atención. Esas es una de las grandes diferencias que existen entre ella y Azul.

—Ahora bien, Chiara, ¿para que soy buena? —Comentó una vez la camarera se fue, no sin antes tomarse una foto. Justo en este momento veo lo malo de salir con una famosa. —No he podido dejar de darle vueltas a las posibles razones, porque es muy extraño que me pidas ayuda a mí, siendo Azul tu mejor amiga.

—Es que... A ver cómo me explico—respiro antes de continuar—En estos momentos lo que necesito es alguien que me asesore sobre un tema delicado que tiene que ver con medicina, y tú como estudiante y conocedora de esta área siento que eres la persona idónea para dirigirme.

—Encuentro valida tu observación.

—Pero necesito que esto quede entre nosotras, no quiero que Azul se entere de este tema.

—¿Secretos con tu mejor amiga? Creí que no se mentían.

—No le estoy mintiendo, solo voy a omitir este detalle.

—Mentir, omitir, para mí es casi lo mismo porque comienzas omitiendo y terminas mintiendo. Una te arrastra a la otra.

—Puede que tengas razón, pero por el momento no pretendo decirle nada a Azul. Prométeme por favor que no vas a decir nada.

—Está bien, te lo prometo. Debe ser algo sumamente delicado como para que decidas no compartirlo con mi hermana.

—Mis razones tengo. —Mencione sin querer ahondar en dichos motivos— Todavía no lo asimilo por completo, pero bueno...—Debería ser fácil comentar con ella lo que me sucede, aunque la verdad es que no tenemos esa afinidad como tal para sentirme cómoda, sin embargo, no tengo de otra si quiero su ayuda—Ok, tratare de hablar sin mucho rodeo. El asunto es que tengo un atraso, por lo que me realice una prueba, de echo fueron tres, y salieron positivas.

—jajajja ¡estas embarazada! —Comienza a reírse como si no hay mañana, quiero matarla en estos momentos. Mientras yo me siento miserable, ella se burla de la situación. —Perdón, perdón Chiara. Sé que no me debo reír de esto, pero es que siempre he sentido que este día iba a llegar. Lo único que tardo y Azul terminó siendo madre antes que tú.

—Ya ponte seria Mar.

—Ya está bien. —Antes de proseguir, llegó nuestro pedido. Una vez estuvimos solas otra vez, ella tomó la palabra —Continúa.

—Puede caber la posibilidad que haya un error.

—La verdad es que las pruebas caseras no son cien por ciento fiable, pero que las tres hayan arrojado el mismo resultado considero que no estaban defectuosas. Aunque puede ser un falso positivo, a veces sucede. — Esta posibilidad abre una ventana de esperanza en mi interior.

—Tenía pensado hacerme una prueba de sangre para corroborar.

—Es lo mejor que puedes hacer, o si prefieres puedes hacerte una eco vaginal que puede ser más exacta. Puedo conseguirte una cita, lo antes posible, con mi amiga que es obstetra.

—Sí, por favor sería de gran ayuda. —Deje ir el aire que no sabía que estaba conteniendo.

Inmediatamente Mar sacó su celular y marcó un número para terminar llevándoselo a su oreja. Mientras yo pedía al cielo, como nunca antes, que me haya tocado una prueba defectuosa, bueno tres de echo. Solo podía escuchar la voz de Mar mientras hablaba, pero no entendía nada porque mi mente estaba cerrada en torno a un tema.

—Estas de suerte querida—Pronunció una vez cerro la llamada—Mi amiga tiene un hueco libre, puesto que su paciente movió la cita de hoy, por lo que te puede atender dentro de quince minutos. De modo que tenemos que apresurarnos para llegar a tiempo.

—Perfecto, ¿pues que esperamos?

—¿Pagar la cuenta? —se ríe—No es cierto, mi asistente luego la pagará. Déjame le envío un mensaje al Doctor Harris, para que me extienda el permiso. No quiero que me repruebe o me haga repetir la práctica. —Teclea por unos minutos—Listo, vamos.

°°°

Decir que estaba sorprendida que la amiga de Mar trabajara en unos de los mejores hospitales, era pecar de ingenua. Por supuesto que ella tendría contactos directos con personas de la salud sumamente competentes, puesto que desea ser una de ellos. En silencio seguí los pasos de la "estrella", subimos hacia el tercer piso donde se encontraba el área de ginecología y obstetricia. En ningún momento perdí sus pasos, mientras iba tan alegre saludando a cada persona que se le atravesaba. Sin embargo, yo no podía dejar de ponerme nerviosa, pero más aún cuando me percate de esos afiches que les encantan colocar en los centros de salud sobre el embarazo.

Me quede de piedra leyendo a gran velocidad esas informaciones, solo el carraspeo de Mar me sacó de mis turbulentos pensamientos. Me hizo seña para que pasará a un consultorio. Pude percatarme que la secretaria me observaba con interés. ¿Será que tendré alguna mancha en el vestido? No creo, ya Mar lo habría comentado.

Al traspasar la puerta, me encontré con una joven mujer sentada en un sillón a la vez que trabajaba en su computador. La obstetra levanto su rostro, sonriendo al ver a Mar.

—Mar, amiga que gusto verte—exclamo con evidente alegría, mientras le dedicaba un efusivo saludo—Solo de esta forma me vienes a visitar.

—Ya sabes que no tengo mucho tiempo. Ahora que estoy concentrándome más en mis estudios, no puedo socializar tanto como antes.

—Uff te entiendo pasé por eso. Pero que mal educadas somos—sonríe mientras su mirada se enfoca en mí—Hola, soy Jimena Díaz. —Se presenta al mismo tiempo que extiende su mano.

—Un placer, Jimena. Yo soy Chiara Torres.

—El placer es mío, Chiara. Pero vengan siéntense y así me cuentan que las trae por aquí—Emocionada se adelanto a ocupar su puesto. Por nuestro lado nos sentamos en las sillas colocadas frente a su escritorio.

Le doy una mirada a Mar para que hable ella. Acción que capta inmediatamente.

No entiendo porque justamente hoy pretendo ser tímida, ¡joder!

—Lo que nos trae aquí, es que la señorita aquí presente tiene un retraso—expuso— Ya se realizo unas pruebas caseras, las cuales salieron positivas. Pero en vista que puede ser un falso positivo, por diferentes motivos, lo mejor que podíamos hacer es consultarlo con un profesional en embarazos. Y todo esto nos trajo aquí.

—Has hecho bien aconsejándola. —murmuro la doctora —Chiara, que deseas que hagamos ¿Una prueba de sangre o un eco?

—Mar me recomendó el eco.

—Perfecto, denme unos minutos para ordenar todo—asentí, mientras ella agarró el teléfono y después de darle a un numero cruzo unas cuantas palabras con su receptora para finalizar la comunicación.

Al cabo de unos minutos, una enfermera abrió la puerta y me pidió seguirla. Una vez estuvimos en la otra habitación, me entrego una bata para que me pudiera cambiar. Cuando estuve lista, la doctora ingresó en el momento.

—Chiara, por favor recuéstate en la camilla y coloca las piernas aquí—Amablemente exigió la doctora. Sin cuestionamiento realice lo que me pidió—Acuéstese y mantenga la calma. Sentirás una pequeña presión...—Seguí sus indicaciones al pie de la letra, sin embargo, no le estaba prestando mucha atención hasta que el grito de Mar me saca de mi ensoñación. Por lo que mi mirada fue a la pantalla, donde se proyectaba mi útero y había algo ahí dentro, en el medio.

—Chiara, ¿Ves esto? —Mar señala justo el punto donde mi vista estaba enfocada.

—Sí.

—Es él bebe, ¡Felicidades, estas embarazada! —termina comentando la doctora. Mi reacción es tapar mi rostro con mis manos, tratando de evitar derramar las lágrimas. Sé que ya lo sabía, aunque cabía la posibilidad de que fuera un error, pero ahora que me lo confirman solo quiero llorar.

—¿Cuánto tiempo tiene? —indaga Mar.

—Intuyo que alrededor de unas siete u ocho semanas de gestación.

—Siete—murmuramos al mismo tiempo Mar y yo, para después mirarnos. Claro que ella sabe cuando fue y quien es el padre, porque ese día me animo a ello. Además, que no me haya preguntado quien es el padre, me confirma que ya lo sabe.

—¿Cuánto tiempo debo tener para realizarme un aborto? —Pregunte con todo el dolor que me genero después de ver ese puntito frágil.

La doctora se quedo boquiabierta y su expresión era de disgusto, al igual que el rostro de Mar.

—Chiara—pronuncio Mar.

—Por favor, quiero saber—insistí.

—Doce semanas es el tiempo máximo. —soltó la doctora—Antes de que lo preguntes, no realizo abortos porque no estoy de acuerdo.

—¿Sabe de alguien?

—Chiara, espera...

—Mar, por favor.

—Sí. Voy a buscarte la información, pero Chiara solo déjame decirte algo. Ese bebe es un milagro de vida que muchas mujeres quisieran, sin embargo, por una u otras razones no pueden quedar embarazadas. Sí la vida te premio con él, no le niegues la vida—con ojos llorosos me observo, para después salir y dejarme sola con Mar.

—Solo quiero saber algo ¿De verdad quieres abortar el bebe o alguien más quiere que lo hagas?

—Que diferencia hay en ello

—Para mí mucha, porque no puedo creer que esa decisión provenga de ti. Sé que no somos amigas, que siempre nos hemos llevado mal, pero a pesar de ello puedo deducir que es idea de tu madre.

—¿Cómo lo sabes?

—Porque la conozco. Ella es del tipo de personas que no le gusta el que dirán y harán lo que sea necesario para mantener su vida y la de sus seres queridos bajo sus reglas absurdas. —encogí mis hombros restándole importancia a lo expresado—Yo también me tomaré el atrevimiento de darte mi opinión, que se que no me has pedido, pero da igual.

—Mar...

—Solo escúchame Chiara.

—Vale, está bien.

—No le hagas eso a tu bebe, ni a ti misma. Tal vez en el momento no lo sientas inmediatamente, pero después siempre a parecerán momentos donde tu consciencia no te dejará dormir y te recordará esa decisión que no pensaste bien. El arrepentimiento es el dolor más grande. —Mientras hablaba sus lagrimas comenzaron a humedecer su rostro.

—Mar, ¿Tú...?

—Sí. En mi familia nadie lo sabe, porque me da vergüenza contarles lo que hice y no quiero ver su rostro de decepción. —Sollozo—Cuando Sofia quedo embarazada no aborto a mis hermanos, a pesar de que ellos eran hijos de un hombre casado porque Azul y Mike no tenían la culpa.

—No sabes lo mal que me siento cada que recuerdo ese día. Aun no he superado que yo misma haya terminado con la vida de mi bebe. Ahora trato de aconsejar a mujeres para que lleven a termino sus embarazos. También es la razón por lo que estoy estudiando medicina, para especializarme en los embarazos. —Mientras ella hablaba, yo solo podía escucharla—Chiara, eres adulta por lo que debes tomar tus propias decisiones y no las de tu madre. Además, esa criatura no es culpable de nada, tú bien sabias los riesgos que se corren cuando se tiene relaciones sexuales.

—Claro que lo sé. Pero me siento entre la espada y la pared. Mi madre, por un lado, mi desempleo por el otro y tampoco quiero recargar a mi padre.

—Te estas olvidando de algo muy importante, Chiara. ¿Ya le dijiste a Zabdiel? ¿Sabe que quieres abortar?

—No. Solo fue una noche, nos dejamos llevar y no tiene por qué saber sobre...

—Chiara, te diré esto por experiencia. Debes de decirle sobre él bebe, tomes la decisión que quieras, pero esta en su derecho de saber como padre de la criatura. —Sus palabras me dejan pensando seriamente— A veces vemos los problemas más grandes de lo que son, debes buscar a alguien que te escuche y te dé su opinión, porque muchas veces ellos ven una salida donde nosotros vemos un laberinto. Antes de que tomes una decisión me gustaría que asistas conmigo a un lugar que espero que como a muchas mujeres te pueda ayudar a tomar la mejor decisión. ¿Qué dices?

—Está bien. —Pronuncio después de pensarlo unos minutos.

°°°

Hola, espero que disfruten este capitulo que me ha costado un poco de investigación, por algunos conceptos médicos que no se mucho de ello. Sí se percatan de algún error, por favor, pueden señalarlo. Siéntanse libres. Ahora bien, esta escena siempre ha estado en mi mente porque quería que Mar contará un poco más sobre ella, puesto que después de la historia de alguien más, irá la de ella. Poco a poco en mi cabeza se está formando el muñeco.

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