Capítulo 19

Nota: Aquí estamos de vuelta, no lo hice antes porque este miércoles me tocó entrevistarme y me fue excelente. Ahora solo tengo que esperar un correo para hacerme unos análisis y todo estará listo. Como ya no tengo que estudiar estaré más presente.

Chiara

Una semana después.

Día de la boda.

Nunca pensé que podría experimentar esos intensos nervios que todas las novias, en su gran mayoría, confiesan haber sentido el día de su boda. Consideré que esto nunca me sucedería porque no soy esa clase de chica que llegan al altar, o es lo que siempre he escuchado, aunque confieso que nunca ha formado parte de mis sueños. Sin embargo, Azul dice que la vida nos da aquello que merecemos a pesar que no lo busquemos.

Ahora me encuentro esperando que la wedding planer nos avise cuando puedo salir. Azul es mi dama de honor, y la única porque ella siempre ha sido mi salvavidas. Hace un momento salió para ayudar en algo. Aunque ya todo está en su respectivo orden, además los invitados se encuentran sentados, y el novio esperando en el altar. Pero ella quiere supervisar que todo este perfectamente bien. Por mi parte, estoy completamente lista. Vistiendo "el vestido de novias indicado", según mi amiga, aunque tengo que admitir que ella tiene un don para diseñar estos magníficos atuendos. Quede enamorada cuando me lo probe por primera vez, ya que es estilo sirena lo que provoca que todas mis curvas se noten y estiliza mi figura, tiene un escote ilusión y sus mangas son transparentes con encajes, pero lo mas hermoso es la cola que no sobresale tanto, sin embargo, los detalles al final de la misma son hermosos.

—Mi amor, estas hermosa—exclama mi padre una vez que le permiten entrar a la habitación donde estoy. Le presto atención y corro a sus brazos, porque veo sus ojos cristalizados de la emoción de ver a su única hija vestida de novia.

—Gracias, papi. Te amo. —beso su mejilla, mientras contengo el nudo que se ha formado en mi garganta.

—Le doy gracias a Dios, que he podido estar presente en un día tan importante para ti. Además de que espero poder estar en todos los demás que faltan por venir. —Me cobija bajo sus brazos, donde me siento segura y llena de amor.

—Aquí estas—comenta mi madre, dirigiéndose a mi padre—Vas a hacer que se le estropee el maquillaje. Porque mejor no vas y buscas un vaso de agua para Chiara. —él aceptó a regañadientes la orden de mi madre. Quien espero hasta que desapareciera de nuestra vista, para por primera vez en el día dirigirse a mí—¿No podían haberse casado en la mañana o en la tarde? Aunque no me sorprende viniendo de ti.

—¿A qué te refieres? —Le pregunté indignada porque me imaginaba hacia donde se dirigen sus palabras despectivas.

—No es obvio, porque eres una mujerzuela barata—escupió con odio, mientras me quede pasmada por su declaración. — En serio no entiendo porque ese chico se quiere casar contigo, aunque pensándolo mejor tal vez cree que es el padre de esa criatura, sin embargo, no estoy convencida que él sea el padre. Porque tú y yo sabemos que es de Tim, y ahora le quieres endosar la responsabilidad a alguien más porque sabes que tu noviecito no se va a hacer responsable.

—¡Cállate! ¡Ya basta! —explote cansada de sus falsas acusaciones. No le permitiré meterse con mi bebe, puede decir lo que quiera de mí, pero que no se atreva a menospreciar a mi hija— Que me hayas parido no te da el derecho de tratarme de esta manera. Hasta un desconocido me trata mejor que tú, que supuestamente eres mi madre. Quiero que entiendas esto de una vez por toda, no me importa lo que pienses, hagas o dejes de hacer en mi contra, de ahora en adelante obtendrás las consecuencias de tus actos. De modo que desde hoy dejaré de tratarte con respeto, así como lo haces, con la vara que me midas así te mediré. Ten lo en cuenta.

—¿Quién te dio el derecho de hablarme de esta forma?—su furia contenida la pude vislumbrar a través de sus cristalinos.

—Tú te lo has ganado. Con el poco respeto que aun te tengo, te pido que te retires de esta habitación y me dejes en paz.

—Aunque te cases y presumas de ser una dama respetable, en el fondo siempre serás una promiscua. —Fue lo último que dijo para después dejarme sola, que es cuando pude respirar nuevamente.

A pesar del inmenso dolor y deseo de llorar por largas horas no permitiré que las palabras necias de mi progenitora destruyan mi vida. Ya me cansé de tratar de tolerar sus insultos, desde ahora en adelante tomaré esa frase de mi amiga Laura, "A palabras de insectos, oídos de Baygon".

—Mi niña, ya me informaron que está todo listo—entra mi padre, sacándome de mis pensamientos revolucionarios— ¿Y tu madre?

—Salió hace un rato, tal vez para ver como iban con los preparativos finales. —le sonrío, porque no quiero amargarle el día con la discusión que tuve con ella. Aunque sé que no lo engaño porque me da una mirada significativa, dándome a entender que sabe que tuvimos una discusión, sin embargo, me sigue la corriente porque sabe que no deseo hablar de ello.

—Ah, bueno. Pues entonces vámonos que nos están esperando—Me ofreció su brazo, no sin antes besar mi frente y darme su bendición, recordándome que soy lo mas valioso que tiene. Sonrío ampliamente porque con sus palabras a aliviado la pesadez que se había incrustado en mi corazón hace unos minutos atrás.

Nos dirigimos hasta la puerta que conecta con el Jardín de los padres de Zabdiel, una vez que la abran sé que habrá un camino de pétalos de rosas blancas y amarillas, las cuales conducirán hacia el altar, que esta ubicado bajo la copa de un árbol conjuntamente con un arco floral, además de una guía de luces que se entrecruzan por todo el jardín para que haya abundante iluminación.

Nos dan el visto bueno y es cuando abren la puerta. Debo de admitir que saber cómo estaría decorada no empaña la hermosura que contemplo, y es que todo al final es una decoración sencilla como la queríamos. Sin tantos adornos y parafernalias, solo están las flores, la naturaleza y las luces, solo las necesarias de manera que no se ve sobrecargado. Mientras inspeccionó mi padre comenzó a caminar conmigo a su lado, y una vez que vi al hombre que me estaba esperando en el altar todo quedo eclipsado para que solo el fuera el centro de atención ante mis ojos. Tanto que me he tratado de convencer y, a su vez, a todos que no siento nada por Zabdiel, me doy cuenta que solo me he estado engañado a mi misma porque este aleteo que siento en mi estómago y esta emoción de querer que esta boda no sea una falsa es un claro indicativo de que estoy enamorada de él.

Sin ningún percance llegamos hasta el improvisado altar, donde mi padre expresó sus palabras.

—Zabdiel, te hago entrega de lo mas valioso que tengo. Sé que ya a estas alturas estas palabras para mucho será un cliché, pero no para mí porque mi niña es todo para mí y espero que también lo sea para ti. No tengo que decirte mucho porque ya te lo expresé anteriormente, y sé que no me quedaras mal. —Sé dieron un abrazo y mi padre unió nuestras manos para terminar yendo a su puesto. Mientras Zabdiel, beso mi mano y me ayudo a ubicarme en mi puesto.

Si no supiera que este matrimonio es por nuestro bebe, llegaría a pesar que esa mirada que hay en él es de amor. Sin embargo, eso es imposible.

Zabdiel

Si digo que le preste atención a las palabras del oficiante de la boda civil, miento. Solo puedo pensar en la mujer mas hermosa de este lugar, la cual esta a mi lado uniéndonos en sagrado matrimonio. Aunque ella solo lo haga por nuestro bebe, no me importa porque con gusto me sacrificaría por su amor y felicidad. No sé que nos depare el futuro, pero viviré el presente y eso es hoy.

El juez nos pregunta si es nuestra voluntad contraer matrimonio, lo cual aceptamos con un sí. Su mirada se fija en la mía cuando es nuestro turno de intercambiar nuestras alianzas y terminamos diciendo nuestros votos, aunque algo improvisado le expreso los míos y después escucho los de ella esperando que algún día sea verídico.

Después de declararnos unidos en matrimonio delante de nuestros invitados, y firmar nuestros papeles es cuando el oficiante nos dice que puedo besar a la novia. Sin hacerme del rogar la acerque a mí, y baje mi rostro hacia el suyo. Cuando nuestros labios se tocaron, sentí esa corriente vibrante recorrerme el cuerpo y solo fue señal para ahondar el beso, que de recatado no tiene nada, lo que provocó que los invitados se rieran y suspiraran. Una vez que rompimos el beso, nuestros familiares se acercaron a felicitarnos.

—Mi niño, estoy tan feliz de poder haber visto este día. Shane y tú me han hecho una madre muy feliz y orgullosa de verlos convertidos en padres de familia, aunque tú bebe no haya nacido aun, pero sé que serás un excelente padre. —Con lágrimas mi madre me expreso su amor y me abrazo.

—Gracias mami. Te amo. —Bese la coronilla de su cabeza, porque estaba abrazada a mí y su cabeza quedaba a unos pocos centímetros de mi barbilla. Cuando terminó de felicitarme, se dirigió a Chiara demostrándole lo agradecida que esta con ella.

La organizadora nos comunicó que ya el lugar donde se celebrara el banquete esta listo. De modo que los invitados se movilizaron hacia allá estaban tan concentrados en el camino que aproveché, para robarme un momento a la novia. La cargue en mis brazos y me dirigí hacia la casa de mis padres.

—Zabdiel, ¿Qué rayos haces? —Indago asustada, mientras sus manos se aferraban a mi cuello.

—Me robo a la novia por un momento.

—Estás loco, que pens...—interrumpí su argumento.

—No me importa lo que piensen y se que a ti tampoco te importa. ¿o me equivoco? —le cuestiono sabiendo su respuesta.

—Estas en lo correcto—enuncia sonriendo y a su vez una de sus manos acaricia mi cuello.

Se me hace eterno el camino hacia mi antigua habitación, cuando nos detenemos frente a la puerta, Chiara la abre y con ella aun sobre mis brazos entramos a la estancia. Cierro de una patada la puerta, y deposito mi bella esposa en la cama, quien inspecciona el lugar con su mirada.

—Espera un momento tengo algo para ti. —Comento antes de ir hacia el armario donde guarde el obsequio. Cuando regresé donde la dejé la encontré revisando mis antiguos libros de arte. Una vez que notó que había regresado dejó de inspeccionar y se acercó a mí. Sonrío mientras pienso que esta Chiara es la que me gusta ver, aquella que no tiene miedo a nada y que deja que todo fluya.

—¿Eso es mío? —su pregunta me recordó porque la traje hacia aquí, aunque sé que muchos pensaran algo fuera de mi propósito.

—Sí, es uno de mis regalos de boda para ti—le entregó el paquete.

—Gracias, pero no tengo tu regalo aquí.

—No importa, ábrelo.

Se dirigió hacia la cama y abrió el paquete, sostuvo el osito de peluche y los demás obsequios pensado en nuestra bebe.

—Zabdiel, gracias—con lágrimas se lanzó a mis brazos. —son los primeros regalos de nuestra bebe, amo que compraras esos vestidos, el peluche y todo lo demás.

—No tienes que agradecer. Todo lo que este en mis manos para hacerlas felices lo haré con mucho gusto y tan solo quería ser el primero en regalarle un osito de peluche, su primer vestido, y esos objetos para peinarla, además de consentirla. —le confieso mientras correspondo su abrazo, y el osito esta en su mano derecha.

Nunca imagine que esta acción nos uniría y crearía este ambiente hipnotizante. Levantó su rostro y se puso de puntilla para conectar nuestros labios, sus manos fueron a mi cuello, mientras aun sostenía el osito, aprovechando su suspiro tomé el control del beso. Aunque pronto dejo de ser un simple beso, y permitimos que nuestros labios se reconocieran a conciencia, además de que recuperaran todo el tiempo perdido. Todo fue de algo puramente inocente a candente, creo que si alguien entrara justo ahora podría quemarse con las chispas que saltan.

Nos perdemos en nuestro mundo en un beso largo, húmedo, cálido y sensual. De aquellos que provocan una revolución en todo tu cuerpo. Cuando rompimos el beso nuestra respiración estaba acelerada.

—Debemos ir al banquete—pronuncié una vez pude controlarme.

—¿Después de semejante beso eso es lo que tienes para decir?

—Ja,ja habrá tiempo para más—enuncio y beso su cabeza, para tomar su mano. —Sin embargo, ahora nos esperan.


—Claro, vamos—menciona mientras deja el oso de peluche en la cama, y deja que la guie de regreso al jardín. Sé que para nadie paso desapercibido nuestra desaparición, pero la verdad es que no me importa. Volvería a hacerlo de nuevo.

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