Capítulo 6

Percy Jackson a Rick Riordan, y Avatar: La leyenda de Aang a Nickelodeon.

Pensamientos

—Hablando—

—{Otro Idioma}—

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Punto de Vista de Percy

Apenas terminamos el desayuno, Haru y yo salimos temprano de la casa del señor Chen con el equipo necesario para explorar las vías de drenaje y este consistía en dos lámparas de aceite, dos cuerdas de varios metros de largo, un botiquín de primeros auxilios, un par de palas y picos, y por supuesto, alimentos, los necesarios para pasar la noche.

Decidimos entrar al sistema de drenaje a través de un punto apartado del centro de la ciudad, era necesario no ser vistos para evitar cualquier problema o inconveniente ya que si los guardias nos veían es posible que nos reconocieran, sin mencionar que uno de nosotros dos es responsable de la presencia de un casino ilegal. Llevábamos puestos unos uniformes del personal de mantenimiento de la ciudad, básicamente son trajes enormes de una sola pieza color naranja y al costado una línea fosforescente que abarca desde los hombros hasta los pies, botas de trabajo para evitar mojarnos y cascos, aunque aún no me decido si pesa más el casco o las palas. Llevaba puesta mi espada en la espalda, de esta manera todo el equipaje la escondía.

Al llegar nos estaba esperando un guardia de la ciudad, lucía bastante tranquilo pese a estar sentado al lado de lo que ya es un posible nido de monstruo.

—¿Cómo va la supervisión del drenaje, guardia? — preguntó Haru

De inmediato, el oficial se puso de pie y adoptó posición erguida como si Haru fuera su oficial al mando e incluso puso su mano en la frente mostrando respeto.

—Señor sin problema señor, nada interesante que reportar señor—dijo rápidamente el oficial

—¿Alguna señal de la bestia?—

—Ninguna, señor—

—¿Alguien más ha entrado a los túneles?— preguntó Haru mientras inspeccionaba la entrada- ¿ya reunieron un equipo de búsqueda?

—Negativo, señor—

—¡¿Qué?!, creí que la guardia de la ciudad ya sabía sobre este problema—

—Así es señor—

—¿Entonces qué pasó?— preguntó Haru

—Los otros oficiales no quieren que se sepa sobre el monstruo, temen perder su puesto y hacen todo lo posible para evitar llamar la atención, fingen no estar enterados de nada, señor—

—¡Ya han desaparecido casi cinco personas! —exclamó Haru al golpear el suelo— esto no es un juego, personas inocentes ya han sido afectadas—

—Lo lamento señor, pero se me ordenó no decir nada del asunto—

Saben, entendía perfectamente la ira de Haru, es deber de los oficiales y de la ciudad proteger a su gente es lo que siempre me ha dicho mi padre y mi hermano mayor, por culpa de estos oficiales es que no se ha hecho una búsqueda de las víctimas o eliminado a la bestia. Haru siempre fue así, le molestan este tipo de cosas y no lo culpo, sus padres fueron asesinados hace años y Jeong Jeong con su mano dura lo crio.

—Muy bien, abre la maldita puerta y espera aquí hasta saber de nosotros, si en tres días no aparecemos informa directamente a mi abuelo, ¿Entendiste?—

—¿Que hago en caso de ser asignado a otro puesto señor?—

—Diles que se vayan al infierno —dije antes de agregar— y deja de decir señor— no me gustaban las formalidades a menos que fuera alguien a quien respetaba

—Está bien, señor -dijo el oficial al volver a levantar su mano y ponerla en la frente— mucha suerte—

—Gracias, nos vemos— dijo Haru

Bajo la bulliciosa superficie de la ciudad, el ruido de la vida urbana se desvanecía mientras más nos adentramos a los túneles hasta que solo un susurro distante era percibido. Era un laberinto subterráneo de secretos entrelazados y pasadizos que resonaban con el eco de las historias no contadas, Haru me contó que su abuelo Jeong Jeong le dijo que aquellos que osaban aventurarse en este mundo subterráneo se sumergían en un reino clandestino y antiguo, donde la penumbra se convertía en su cómplice silenciosa.

Actualmente estos túneles son usados por distintos contrabandistas o bandas mafiosas, así como personal del ejército corrupto que trabaja para algunos políticos, desde hace años mi padre investigaba estos asuntos pero sin éxito, la aparición de los monstruos y los problemas con otras naciones tienen más prioridad, pero también fueron usados en los antiguos tiempos de guerra como una forma de evacuar a los ciudadanos y a todo el personal de forma rápida si es que la situación se complica, en la actualidad los mapas que se hicieron con gran detalle de los túneles han desaparecido y no se sabe si fueron robados o destruidos, lo que sí sé es que son necesarios ya que este laberinto tiene montones de cámaras ocultas, trampas y muchos de ellos te dejan en callejones sin salida y de esta forma obtener un camino seguro.

Pero ahora nadie sabe cuál es y nadie sabe cuál es el final ni a qué lugar puedes llegar.

—Mi abuelo una vez me relató una historia bastante curiosa ¿Quieres escucharla?, es sobre estos túneles— Haru me pregunto

—Una historia de Jeong Jeong ¡Pero claro amigo! —contestó Percy

—Las entradas a estos túneles estaban disfrazadas, camuflajeadas en la arquitectura desgastada de la ciudad, recordemos que en esos tiempos la bruja Bathsheba tenía tanto poder que estaba en una guerra simultánea con la nación del fuego y el reino tierra. Mi abuelo Jeong era muy joven, posiblemente de nuestra edad. Gran parte de la ciudad había sido evacuada cuando las líneas defensivas fueron atravesadas, algunos monstruos llegaron a la ciudad y comenzaron una masacre, los maestros fuego dieron una gran pelea, entre toda la confusión del combate, mi abuelo se separó de sus hermanos y una gran explosión ocurrió cerca de él, con el cuerpo aturdido y lleno de tierra por la explosión se levantó, al levantar la mirada pudo ver algo, un monstruo sin ninguna duda, pero era diferente—

—¿En qué? —pregunte totalmente metido en la historia

—No interrumpas — se quejó Haru y aclaró la voz para seguir con el relato— hmmm en que me quede. Así...

Hace varias décadas

Punto de Vista en Jeong Jeong

Era tan solo un joven soldado, ni siquiera un hombre cuando vi a esa pesadilla.

Las piernas humanas retorcidas se entrelazaban con las patas de un insecto. Sus brazos, una monstruosa parodia de anatomía humana, se extendían hacia adelante, transformados en garras afiladas

La cabeza, un horror indescriptible, albergaba ojos sin pupilas que resplandecían en un tono de amarillo enfermizo... Dientes filosos como cuchillas macabras, sacados de instrumentos de tortura que ni los más enfermos criminales se atrevían a usarlas, se asomaban desde la boca desproporcionadamente grande, insinuando una voracidad insaciable. La piel, si se le podía llamar así, era una amalgama de tonos grotescos y retorcidos de color rojo como si las llamas le quemaran desde adentro o si estuviera poseída por una maldición ancestral.

Cada movimiento del monstruo resonaba con un crujido siniestro, como si sus propias articulaciones protestan contra la deformidad que las obligaba a moverse. Emanaba un hedor nauseabundo, una mezcla de carne en descomposición y la esencia misma del miedo. Sin embargo, a pesar de su monstruosa apariencia, el monstruo se movía con una agilidad inhumana.

Y su sola presencia desataba el pánico entre todos los presentes incluyendo a la armada entera y el sonido de sus múltiples extremidades resonaba con un eco aterrador en la mente de quienes tenían la desgracia de presenciar, algunas personas decidieron quitarse la vida ante su sola presencia o simplemente perdieron las ganas las ganas de vivir, quedando incapaces de moverse siendo víctimas de otros monstruos.

Era una criatura que desafiaba toda lógica, una manifestación de horrores insondables.

Su existencia misma recordaba a aquellos que lo contemplaban, que, en los rincones más oscuros de la imaginación, acechan pesadillas que desafían la comprensión humana, o de esa manera lo describió mi abuelo mencionando que en la actualidad duerme con una enorme espada debajo de su almohada...

De vuelta al presente

Punto de Vista de Percy

—¿Qué pasó después?— pregunte, su dramatismo me impacientaba

—¡Te dije que no interrumpas!— otra vez se quejó Haru, mientras seguían contando y caminando

—Haces demasiadas pausas dramáticas — dije mientras rodaba los ojos— pero, continúa amigo—

Hace varias décadas

Punto de Vista en Jeong Jeong

El humo se elevó tan alto que un ligero manto negro cubría el campo de batalla, donde un pequeño ejército, se preparaba para enfrentarse a la pesadilla viviente. Las espadas, empuñadas con temor de algunos miembros de ejército, pero también con valentía reflejaban un brillo como estrellas desafiando la amenaza que se avecinaba.

El monstruo, que con sus extremidades retorcidas y dientes afilados emergió lenta y completamente de la penumbra.

Dio un rugido brutal que resonó en el aire, erizando los vellos de los soldados que se alineaban en formación y apagando las llamas de sus puños proveniente de su fuego control. Los ojos sin pupilas del monstruo brillaban con una intensidad malévola mientras evaluaba a sus adversarios. De fondo una voz humana se escuchó con gran valentía, un joven soldado gritaba a todo pulmón.

—¡Atención soldados! no retrocedan, aún hay civiles presentes y nuestro deber es protegerlos. ¡Matemos a esa maldita pesadilla!—

Con un impulso aterrador, el monstruo avanzó hacia el joven soldado. Las piernas humanas deformadas se movían con una agilidad sobrenatural. El choque de metal resonó cuando algunas espadas chocaron contra las extremidades traseras de la bestia, pero la carne retorcida del monstruo parecía resistir los golpes con una resistencia antinatural, era como golpear escudos de hierro. Rápidamente los portadores de espadas retrocedieron, la bestia hizo en tajo a sus oponentes, atravesando el torso de lado a lado a cuatro soldados, sin perder el tiempo los maestros fuego continuaron con múltiples ataques dirigidos a la bestia, pero eran inefectivos.

Las garras afiladas se lanzaron en todas las direcciones como cuchillas voraces, era como ver a un animal ser retorcido en contra de su voluntad. Los soldados lucharon con determinación, intentando esquivar las brutales embestidas mientras buscaban vulnerabilidades en la armadura de carne al rojo vivo que constituía todo el cuerpo del monstruo.

Pero a medida que la batalla se desarrollaba, el miedo se apoderaba cada vez más del corazón de los soldados. Porque a pesar de sus valientes esfuerzos, las espadas y el fuego control apenas lograba arañar la el piel de aquella aberración.

El monstruo, imperturbable y voraz, avanzaba como un desastre ambulante. Los gritos de los soldados, el choque de las espadas, junto con las breves explosiones y lanzamiento de grandes bolas de fuego se transformó en una sinfonía caótica de desesperación. Pero el joven soldado logro llegar justo detrás de la bestia, lo que parecía ser su punto ciego, mientras los demás soldados peleaban con desesperación lograron crear una pequeña ventana de oportunidad y sin esperar, envolvió la espada misma en llamas utilizando su fuego control, de un salto se postró sobre las extremidades traseras y de un salto la punta de la espada ardiente logró llegar a la cabeza de la pesadilla, pero todos estos esfuerzos fueron en vano ya que de esa estocada, la espada se rompió en pedazos.

La bestia levantó sus garras y de un segundo al otro, la cabeza del joven oficial rodaba en el suelo mientras que el torso y las extremidades fueron devoradas de un mordisco.

La antinatural risa del monstruo resonaba en la oscuridad como un eco ante los esfuerzos inútiles de los guerreros. Cada rugido parecía transformarse en una carcajada retorcida mientras la criatura avanzaba, sus extremidades retorcidas desafiando las espadas que chocan en vano contra su carne monstruosa. Los ojos sin pupilas del monstruo lucían diferente, como si le resultara placentero, como si disfrutara de la desesperación y los intentos fallidos de los soldados por causarle algún daño. Mientras las garras esquivan hábilmente los ataques de los soldados, la boca de dientes afilados se abría en una mueca que podría interpretarse como una risa muda, pero mucho más aterradora de lo que nadie podía imaginar.

Cada vez que una espada se estrellaba contra la carne del monstruo, este respondía con un gruñido profundo que resonaba como una risa maligna. Al observar la batalla pude notar que los movimientos que realizaba la bestia parecían transmitir un mensaje de que los guerreros eran insignificantes ante su poder, como si la batalla fuera una cacería o, mejor dicho, un juego. La risa del monstruo se volvía más intensa a medida que la desesperación se apoderaba de los soldados, disfrutando la impotencia de aquellos que se enfrentaban y negaban su abominable existencia. Toda el área que rodeaba el monstruo se había convertido en un suelo de cadáveres con ríos de sangre, cabezas separadas de sus cuerpos, órganos tirados en todo el piso y brazos cortados que aún sujetaba su espada.

—¡Corre! —un soldado de mediana edad se apresuró a levantarse y me sujetó con fuerza la cabeza— ¡Niño escúchame, tienes que sobrevivir así que corre, no des la vuelta y sin importar lo escuches no dejes de correr!—

—Pero mis piernas... no me responden —

Al terminar de decir esas palabras lo siguiente que supe era que quería era vomitar, pero me di cuenta que el soldado de mediana edad me había dado un buen golpe en el abdomen.

—Te ves mejor niño, creo que ya puedes correr —dijo el hombre

Fue una sensación extraña, mis piernas habían dejado de temblar así que me levanté y comencé a correr, como me lo pidió ese hombre no miré atrás, no tuve ni el valor para preguntarle sobre su nombre. Al correr varios metros pude llegar al corredor con escaleras, me encontraba en el viejo mercado lo cual era bueno ya que subiendo las escaleras y cruzando el mercado lograría llegar a los establos y con algo de suerte un transporte aún estaría ahí. Pero no tengo tanta suerte.

Una sombra se proyectó en la parte superior de las escaleras y podía percibir múltiples pasos, pero sabía perfectamente que no eran humanos, me escondí a un costado de la escalera y me cubrí con un pequeño manto, cerré lo ojos e intentaba controlarme sin embargo no o pude resistir y abrí lentamente los ojos con el deseo de ver a toda la armada de la nación del fuego.

Entre las escaleras, el monstruo se movía con una habilidad furtiva, sus ojos resplandecientes en la penumbra exploraban cada rincón con una malicia que sugería una inteligencia retorcida. En sus extremidades deformadas, se escondía un conocimiento innato para rastrear la presencia de cualquier sobreviviente oculto. Los dientes filosos relucían en la oscuridad mientras la bestia olfateaba el aire, buscando cualquier indicio de la presencia humana. La mía.

El monstruo se desplazaba está vez con un silencio mortal, como una sombra acechante, explorando cada escondite posible con la certeza de que algún testigo de la masacre yacía oculto.

Las extremidades, ahora utilizadas como herramientas diestras, levantaban escombros y desplazaban objetos. Cada movimiento era calculado, como si el monstruo pudiera sentir la presencia de alguien y para mi mala suerte ese era yo.

Los ojos sin pupilas se movían con una intención asesina, explorando cada rincón en busca de su presa. Mi respiración era agitada, pero se mezclaba con los sonidos de la destrucción circundante.

El monstruo era como un depredador acechante, se acercaba cada vez más y parecía deleitarse en la caza, disfrutando de la tensión que su presencia generaba en aquellos que aún luchaban por mantenerse ocultos. Con un leve movimiento presioné algo que se parecía a un botón las paredes detrás de mí se abrieron, caí de espaldas, pero el monstruo intentó atraparme con sus garras, fue por pura suerte que no lo logró, y no logró entrar a donde caí, ya que se cerraron las paredes quedando solo un gran muro de piedra delante de mí.

No entendía nada, me encontraba en un corredor que no había visto antes, con un poco de fuego control las cosas se aclararon y lo que vi me dejó sin palabras, a escasos metros de mí un hombre se encontraba observando, pero solo era mitad hombre, de la cintura hacia abajo tenía un cuerpo peludo, como el de un animal de granja. Piernas peludas y con pezuñas, piel bronceada con pecas, sus ojos chispeantes y llenos de astucia, la barba enredada adornada con flores silvestres y pequeños trozos de musgo. La melena de cabello rizado adornada con hojas y ramitas con dos grandes cuernos.

Pero su presencia no era para nada temible como el de la pesadilla, pero no me iba a arriesgar, disparé una gran llamarada directo a él, pero hábilmente salto a una pared y luego a otra, continué con mis ataques sin surtir efecto, ese ser mitad hombre solo esquivaba los ataques, di un paso hacia atrás y nuevamente se volvió a abrir el muro de lado a lado para después cerrarse.

Al darme la vuelta creí que estaría la pesadilla sin embargo esa sospecha era errónea, no había nada, me apresuré a subir por las escaleras y cruzar el mercado, al llegar a los establos se encontraba un gran campamento de soldados, cerca de ellos un joven de mi edad que portaba uniforme militar y al verme todos y cada uno de ellos se quedaron petrificados.

—Ayuda por favor, monstruos han invadido la ciudad y han asesinado a casi todas las personas, no sé dónde están mis hermanos por favor ayúdenme —dijo el joven Jeong Jeong

—¿Eres un sobreviviente? —Preguntó el chico con aspecto militar- ¿Estuviste escondido todo el tiempo?—

—Ayúdenos por favor, los soldados no van a poder resistir más ante esa cosa—

—¿Hay alguien peleando todavía?—

No podía entender nada, ¿acaso los soldados no saben que estamos bajo ataque?

—¿Qué quieres decir? -preguntó Jeong Jeong—

—Verás, llegamos tarde, el ataque fue hace una semana, revisamos toda la ciudad pero no encontramos sobrevivientes solo algunos monstruos pero ya fueron derrotados. Me sorprende nadie pudiera encontrarte— Me respondió el chico

—¿Hace una semana? — Yo no entendía nada, y si se trataba de una broma era una horrible— ¿Quién eres?—

—Me llamo Iroh y me alegra que estés vivo, ¿Cuál es tu nombre?—

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