Capítulo 15
Percy Jackson pertenece a Rick Riordan, y Avatar: La leyenda de Aang a Nickelodeon.
—Pensamientos—
—Hablando—
—{Otro Idioma}—
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Este fanfic es un Universo Alterno (AU) Las explicaciones aparecerán a medida que avancen los capítulos.
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La batalla continuaba, los eslizones caían uno tras otro rápidamente, pero aún así no parecían estar en desventaja. A simple vista Aneth controlaba la batalla, sus brazos se arrojaron moviendo su arma tan rápido para destrozar y cortar el torso de las bestias.
Pero después de unos breves momentos ella jadeó de dolor cuando una garra alcanzó su espalda, por lo que la sangre salió y rápidamente cubrió las laceraciones en su blanca piel.
Percy no podía quedarse ahí y solo mirar.
Él debía hacer algo. Todo lo que el chico de ojos verde mar tenía que hacer era entrar en la lucha. Pero hacerlo y unirse de manera apresurada y directa sólo lo haría que este envuelto en el tifón de muerte, los eslizones lo atacarían al igual que Aneth, pero era la única forma de ayudarla ya que a este paso todos terminarían siendo devorados.
—Muy bien Eli —dijo Percy, pero era más a sí mismo que a la mencionada— si me asesina tu hermana te prometo que regresare como un maldito fantasma para atormentarte por el resto de tu vida.
Percy se resignó nuevamente antes de flexionar las piernas preparándose para correr si era necesario, respiró hondo y miró a los eslizones.
—¡HEY IDIOTAS! —Percy tomó el filo de la espada con su mano apretando fuertemente dando como resultado un corte que le recorría toda la mano— ¿Acaso ya se olvidaron de mí?—
Percy levantó su mano, la sangre escurría en su brazo, esperando que el olor a más sangre distraiga algo a las bestias
Pero algo extraño sucedió, el mundo se detuvo...
Una nube negra lo envolvió completamente con gritos desgarradores proviniendo de ella y no se podía mover ni un centímetro. Repentinamente ante los ojos de Percy una figura muy extraña de una mujer apareció frente a él, portaba un vestido blanco con un velo que ocultaba su rostro. Ella estaba frente a él posando su mano en la cabeza de Percy y acariciando gentilmente.
—Si supieras lo valiosa y especial que es tu sangre no harías eso joven mestizo —dijo la extraña mujer como si sermoneara a un niño pequeño— no puedes desperdiciarla en un lugar como este—
Entonces la mano de la mujer se deslizó sobre su mejilla acariciándola como si estuviera encariñada con él, pero entonces llego hasta su cuello y lo apretó fuertemente, pero extrañamente su mano se sentía suave.
El terror brotó dentro de él, no podía respirar y al momento siguiente, un dolor agudo atravesó todos sus nervios.
—Aún no es tiempo de morir niño... —
Percy dejó de ser él mismo. Desde lo alto de la cabeza hasta la punta de los dedos de los pies, tenía una sensación horrible e insoportable de que algo andaba mal. Su cerebro bullía en una tormenta de emociones y su conciencia se desvaneció dentro y fuera.
Sin embargo, el tacto suave llevaba calidez lo que era totalmente extraño.
Cuando finalmente pudo moverse, la nube había desaparecido junto a la mujer sin dejar rastro alguno.
—¡Volví! —dijo Percy al poder moverse
Su visión estaba borrosa como si hubiera recibido un fuerte golpe en la cabeza. Ninguno de los dolores había regresado con él, su garganta estaba intacta.
En el instante en el que Percy volvió a la realidad, se produjo un gran cambio dentro de la batalla. Aneth y los eslizones vertían toda su atención en Percy. Como si ahora él fuera el enemigo número uno, incluso Percy creyó tener un letrero en su espalda que decía "cómeme, mestizó gratis".
Aneth y las bestias aullaron al unísono para después lanzarse hacia su garganta instantáneamente.
—¡AAAHHHH!—Percy también gritó asustado, el sonido ya había llenado la caverna por completo.
Percy logró evadir las garras afiladas de los eslizones, evitando el ataque por apenas una fracción de segundo, una bestia tras otra se lanzaba sobre Percy, pero él evitaba el ataque. Moviéndose hacia la izquierda, derecha, agachándose, rodando y saltando para evitar los ataques que ni el mismo Percy lograba saber cómo lograba evitarlos y la bola de hierro también llegaba golpeando hacia él, esquivándola por los pelos.
Las largas cadenas encendidas al rojo vivo quemaban a cualquier eslizón que tenían cerca incluso asesinando a algunos. Con cada movimiento que realizaba Percy, Aneth se veía obligada a cambiar la dirección del ataque creando un remolino que absorbía a todos a su alrededor y destrozando sus huesos con tan solo entrar en contacto.
—Tal parece que la gran pelea ya comenzó —comento Percy su tono de voz insinuaba un peculiar humor... sarcástico o retorcido
Una vez más tras otra, los eslizones eran golpeados por la bola de hierro y las cadenas envueltas en llamas, y se convertía el suelo de la cueva entera en pasta de eslizón. Sin prestar mucha atención a la muerte de sus camaradas, cinco eslizones se unieron para atacar a Aneth sin descanso, con el objetivo de infligir mayores heridas y si era posible devorarla como aperitivo. Pero la inteligencia pobre de las criaturas no era suficiente para realizar tal hazaña, porque la mano de Aneth los golpeó enviándoles lejos por los aires y una vez que estaban inmóviles en el suelo, se convirtieron en presa fácil para el descenso de la bola de hierro.
Percy miró atentamente por fugaces momentos el espectáculo de muerte mientras seguía moviéndose y esquivando los ataques de Aneth y de los eslizones.
Uno de ellos, escondido entre las rocas salto hacia Percy y con tan solo un ligero salto hacia su costado apenas evadió los colmillos afilados de la bestia, sólo para terminar yendo en dirección directa hacia Aneth.
Cuando Aneth se dio cuenta de que Percy se movía hacia ella, instantáneamente lo atacó para interceptarlo. Al percatarse de eso, Percy se detuvo bruscamente y para escapar del golpe de la bola de hierro, luego saltó hacia atrás y se agachó para evitar el latigazo de la cadena que le siguió al de la bola de hierro, con está pasando sobre la cabeza de Percy, pero al intentar asesinarlo la bola de hierro terminó estrellándose contra los eslizones enemigos.
Percy pudo escuchar los cuerpos destrozados derrumbarse justo detrás de él mientras se arrastraba tan rápido como podía por el suelo, al estilo de las cucarachas para escapar inmediatamente cubriéndose entre los escombros, sangre y restos de los cuerpos de las bestias.
Aneth había creado un campo de batalla ante sus ojos, partes de eslizones cubrían todo el suelo, garras, cabezas, alas y dientes, esparcidas a lo largo de la zona de la mazmorra donde estaban, creando charcos de sangre fresca. Los cadáveres de las bestias le impedían avanzar sin mencionar que otras más llegaban a cada momento.
Percy mantuvo la distancia mientras intentaba recuperar el aliento.
—¡Esa mujer realmente me iba a asesinar!— pensó él atento al siguiente ataque de la chica— Pero por fin me pude acercar—
En ese momento, las cosas se estaban desarrollando a favor de Percy. La situación parecía mejorar, al menos estaba comprando un poco de tiempo y el número de eslizones ya no era el mismo que el anterior.
Pero cuando levantó la mirada al resto de las criaturas, un escalofrío recorrió su espalda, percibió a las bestias en todos lados de la mazmorra, algunas ocultas esperando el momento indicado para atacar a su presa, otras olfateando en busca de su presa y las últimas lanzándose a la batalla contra Aneth y Eli, haciendo que la primera se concentrara en ellos. Mientras los eslizones obedecían sus instintos en respuesta al hedor que provocó la sangre.
"Esto podría funcionar" Percy vio una oportunidad para la victoria o al menos eso fue lo que pensó en ese instante, por lo que se levanto de suelo para actuar
—¿Uhh? —pero entonces Percy pronunció al detenerse— ¿Qué me pasa?"
Percy de un momento a otro se sintió mareado y se arrodillo pesadamente, como si estuviera cargando una bolsa repleta de piedras o sus piernas estuvieran atrapadas en el fango, pero no era como se hubiera descuidado con sus pasos, de repente, fue asaltado por una sensación de letargo cuando un agudo dolor recorrió todo su cuerpo, desde la punta de sus pies hasta el más largo y fino pelo que salía de su cabeza.
—Esto es... ¿Por qué ahora estando tan cerca? —dijo Percy— ¿Dónde?
Percy instintivamente bajó la mirada por su propio cuerpo y pudo distinguir la razón...
—¿Cuándo? ¿Cómo? —se preguntó Percy antes de reprenderse a sí mismo— ¡Por Agni, ¿Cómo fue que no me di cuenta?!
La pierna izquierda de Percy tenía clavadas varias púas en su parte lateral, no perdió el tiempo, rápidamente las tomó y las sacó. Pero ya era demasiado tarde, el veneno paralizante ya comenzaba a hacer efecto...
Percy miró hacia arriba para tratar de ver si las bestias estaban lo bastante cerca como para poder devorarlo. Preguntándose cual o cuales de todas las malditas bestias fue la que le logró clavar las espinas y por qué no pudo darse cuenta, pero imposible distinguir a una sola bestia entre tantas. El veneno del eslizón le hizo perder su equilibrio y caer al suelo.
Si los eslizones mordían a Percy hasta la muerte era sólo cuestión de tiempo hasta que le hicieran lo mismo a Eli o Aneth.
—¡Ahhhh!—
Un gran grito resonó en la mazmorra con la suficiente fuerza como para desgarrar el aire, era Aneth que balanceaba con todas sus fuerzas su bola de hierro antes de impactarla en un solo instante, con una increíble y gran fuerza explosiva.
Ella había destruido las filas de las bestias para matar a aquellas que se encontraban cerca de ella y de Percy, que rodo por el suelo por la fuerza de la explosión y como cualquier persona su cuerpo reacciono por la adrenalina de estar demasiado cerca de una explosión, lo que le permitió luchar contra el veneno, así que con todo el dolor del mundo tomó su espada y realizó un corte vertical en su pierna.
—Si esto no funciona nada lo hará —dijo Percy mientras con sus manos intentaba expulsar la mayor cantidad de sangre y veneno mezclada que se acumuló en él, incluso si por la cantidad de espinas no sería de mucha ayuda, en el mejor de los casos sería mínimo el cambio, pero era mejor que nada.
Pero unos momentos después Percy estaba respirando más fácil, el letargo había disminuido rápidamente y de alguna forma había logrado liberarse de los mayores efectos del veneno, sin embargo, aún sentía dolor.
—De cierta forma funciono— pensó en voz alta el adolescente pelinegro, entonces Percy observó a la chica en medio del combate mientras se daba cuenta de algo
Percy no estaba seguro si ella lo hizo a propósito o sin querer, si tal vez no estaba lúcida o estaba en un estado racional y pragmático, aunque por la furia salvaje que veía en ella, no parecía estar enfocada del todo, por lo que probablemente fue más por accidente que ella lo salvo, pero Aneth lo había salvado múltiples veces ser comido por esas bestias. Aunque también había estado protegiendo a su hermana.
—Supongo que estoy obligado a salvarte a cambio, pero como mierda hago que me escuches sin que quieras matarme— pensó Percy, pero para lograr su objetivo Percy necesitaba hacer que Aneth recupere la cordura de su estado homicida incondicional.
De pronto el cerebro de Percy le lanzó una idea estupenda... o estúpida
—Un fuerte golpe a la cabeza y regresaras a la normalidad— pensó su idea en voz alta
—¿Estás seguro de eso? —dijo Eli que había logrado aproximarse a él, mientras los eslizones restantes se encontraban enfocados Aneth intentando devorarla, que se había convertido en la mayor amenaza en los últimos momentos.
—Bueno... —dijo Percy después de sorprenderse de que Eli se le acerco y darse cuenta de que ella también había luchado contra varias de las criaturas mientras su hermana la cubría —seguro no lo estoy, pero es la mejor idea que tengo, digo, una vez el anciano Jeong hizo entrar en razón a Haru después de propinarle una paliza—
—¿Esa es tu mejor referencia? —respondió Eli incrédula
—Mis oídos están abiertos a todas las ideas posibles ¿Tienes alguna?
—Eh...
—¿Hum? —expresó Percy mientras estaba atento a cualquiera de las bestias que pudiera atacarlos— ¿Entonces? —
—No tengo ninguna —respondió Eli
—Muy bien, pues el golpe será—
—Rayos... Quiero creerte, pero suena...— dijo ella antes de mirar a su hermana sumida en furia ciega y sed de sangre a pesar de que más bestias seguían apareciendo y algunos lograban herirla poco a poco, mientras la abrumaban cada vez más
Verla de esa forma se le rompió el corazón, Eli quería que su hermana dejara de pelear para poder atender sus heridas o escapar.
—¡Bien! —dijo Eli— ¿Qué necesitas? —
—Necesito propinarle un buen golpe en la cabeza sin que los eslizones, las cadenas o esa bola de hierro sean capaces de tocarme—
—Una distracción...— dijo Eli atenta a si alguna de las criaturas se les acercaban a ellos, pero noto que seguían atentos a su hermana, que lentamente empezaban a abrumar
—¡Exacto! —dijo Percy—
—Creo que puedo ayudarte con eso —respondió Eli con algo de clara resignación en su voz— tu dame la señal y te ayudaré
—De acuerdo—
Percy se preparó solo 2 segundos antes de comenzar a correr hacia la chica para poder rescatarla, corría tan rápido que atrajo la atención de las bestias y los eslizones no pudieron ignorarlo, por lo que corrieron hacia él. Utilizando su espada Percy cortó la cabeza del primer eslizón, otros dos saltaron, cada uno a un costado de él, rápidamente Percy dio un salto vertical provocando que los eslizones chocaran entre sí y sin esperar que de un solo ataque él acabara con ambos.
Solo que para sorpresa del adolescente de ojos verdes, la bola de hierro cayó a un costado de él, a tan solo centímetros de él.
—¡Eso estuvo cerca! — exclamo Percy antes de darse cuenta de que Anneth no había estado viendo en su dirección
Percy volvió a correr hacia ella para lograr colarse en la defensa de Aneth al mismo tiempo que un par de eslizones frente a ella, sin embargo, Aneth utilizó sus cadenas envueltas en llamas para incinerar a todos los presentes frente a sus ojos antes de jalar la bola de hierro destruyendo los cuerpos de algunas bestias próximas a ella por uno de sus costados para después girarse nuevamente y ver a Percy, viéndolo de nuevo al momento que ella se giro
—¡AHORA!—
Una ráfaga de viento azotó el lugar, levantando los cuerpos de las bestias destrozadas que se encontraban por todo el suelo, las piedras sueltas de la mazmorra y una gran cantidad de tierra y polvo imposibilitando la visión para todos.
PAM
El sonido de la bola de hierro incrustándose en el suelo lleno todo el lugar. Su bola de hierro no había dado en el blanco, aunque Aneth no se encontraba en sus cinco sentidos era capaz de distinguir el sonido que hace su arma cuando asesina y cuando no lo hace, instintivamente comenzó a buscar a Percy, mirando en todas direcciones buscándolo y más de las bestias, pero él simplemente no aparecía gracias al polvo.
Pero unos segundos después Percy apareció, habiendo aprovechado el polvo aún dispersó en el aire para acercarse a ella, revelándose justo en frente de Aneth, con su espada lista para atacarla. Percy apuntaba hacia la frente de Aneth, estaba tan cerca que incluso ella no podía responder a tiempo al ataque de tan repentino, ni evitar el filo de la hoja.
Pero en un gesto sorprendente, Percy giró su espada y golpeó a Aneth con la empuñadura en la cabeza, con la fuerza suficiente para dejarla inconsciente, pero no lo suficiente como para matarla o que amenazara su vida.
Sin embardo el sonido que resultó de tal colisión parecía como el de dos piezas de acero chocando entre sí. Aneth cayó al suelo inerte, mientras que Percy se quedaba de pie, respirando profundamente. Guardó su espada con cuidado y se arrodilló junto a la chica. Miró a Eli la cual suspiraba aliviada por haber detenido a su hermana.
El ambiente en la mazmorra era húmedo y oscuro ahora que el fuego de las cadenas de Aneth había sido apagado, el suelo se encontraba lleno de los cuerpos sin vida de un sin número de eslizones jóvenes, la sangre de estas bestias llegaba incluso a las paredes de piedra de toda la cámara subterránea de la mazmorra. Pero no había más bestias a la vista, ¿se fueron?
Percy, Eli se encontraban con la respiración agitada por la tensión y el esfuerzo físico. La joven guerrera inconsciente fue recostada contra la pared con las manos amarradas a petición de Percy la cual Eli no pudo rechazar.
—Percy, ¿Crees que Aneth estará bien? —preguntó Eli con preocupación en su voz, mirando hacia donde Percy había depositado suavemente a la mencionada, quien yacía inconsciente tras el golpe que había recibido en la cabeza
Percy giró la cabeza para mirar a Eli, su expresión seria pero compasiva.
—Creo que sí, el golpe no fue lo suficientemente fuerte como para causarle un daño grave, pero necesitará descansar y recuperarse —respondió Percy—
Ella asintió con la cabeza mostrando su rostro visiblemente aliviado, antes de mirarlo después de pensar cuidadosamente en las palabras que dijo.
—Gracias por detenerla, Percy. Aneth... no es de las chicas que escucha primero y pelea después y ha estado esforzándose mucho para apoyar a nuestro padre.
Percy se acercó a Eli y puso una mano reconfortante sobre su hombro.
—Entiendo, no me lo tienes que explicar y sabes, sin rencores.
—Gracias Percy...
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Después de asegurarse de que Aneth estaba bien, Eli se paseó por las proximidades de donde se encontraban en la caverna con una antorcha, observando los restos de los monstruos derrotados con una mezcla de alivio y cautela. Los cuerpos inertes yacían esparcidos por todo el suelo, al mirar con cuidado era posible observar algunos cortes limpios que correspondían a la espada de Percy y otros con marcas de quemaduras y golpes contundentes, recordatorios de la feroz ira de Aneth durante la batalla.
—Percy —comenzó El— no es seguro quedarnos aquí mucho más tiempo, quién sabe cuántos más podrían venir, la batalla causó mucho ruido y toda esta sangre atraerá más monstruos.
Percy asintió con serenidad, consciente del peligro que representaba permanecer en un lugar tan expuesto como ese.
—Tienes razón Eli, debemos seguir moviéndonos y cuanto antes salgamos de este maldito lugar, mejor.
Ahora que todo había terminado Percy por fin observó a la hermana de Eli, la cual se encontraba en el suelo inconsciente e indefensa a cualquier ataque "Ahora no luces tan intimidante maldita" eran las palabras que cruzaban en la mente de Percy, al poner atención sobre Aneth se dio cuenta que era una joven bastante atractiva, con una gran figura.
—Y pensar que un bombón como tú es capaz de causar una masacre —dijo Percy con un tono bastante bajo evitando que Eli pudiera escuchar ya que estaba seguro que le daría un fuerte golpe por aquel comentario
Aneth era una jóven de piel con tono bronceado y ojos de color café al igual que su cabello, la chica llevaba puesta una chaqueta como la de Jackie de color negro, el mismo color de su pantalón, excepto por su camisa interior de color verde y sus botas del mismo color. Puede que sus rasgos no fueran tan exóticos como los de Eli, como el pelo rojo, pero ambas chicas al igual que él tenían rasgos que no coincidían con los habitantes de las cuatro naciones, como la forma de los ojos, la mandíbula o el resto de la cara
Percy también noto que la chica tenía guantes de protección en ambas manos las cuales le ayudaban al movimiento en el uso de sus armas homicidas. Al igual que Eli, la chica llevaba puesto un par de pendientes con la forma de una linterna de aceite.
—¿Mismos gustos? —se preguntó Percy
Con cuidado, Percy levantó a Aneth en sus brazos una vez más, asegurándose de que estuviera cómoda antes de comenzar a caminar por los intrincados pasajes subterráneos. Eli caminaba a su lado, con la antorcha en alto para iluminar su camino mientras se adentraban más profundamente en la oscuridad de la mazmorra intentando encontrar una salida. El eco de sus pasos resonaba en las paredes de piedra, mientras que el aire fresco y húmedo de la cueva los envolvía. Eli mantenía su mirada alerta, lista para cualquier signo de peligro que pudiera surgir en los oscuros recovecos que se extendían ante ellos.
Percy se concentraba en avanzar con determinación, buscando cualquier señal que pudieran salir cuando de pronto recordó lo más importante y la razón por la que se encontraba ahí.
—Mierda —dijo Percy— lo había olvidado ¿Qué voy a hacer?
—¿De qué hablas? —respondió Eli—
—¡El pergamino! Sin eso no podré avanzar a la siguiente fase. ¿Cómo fui capaz de olvidarlo?
—Supongo que con eslizones persiguiéndote olvidas algunas cosas — Dijo Eli después de procesar las palabras de Percy y darle una mirada incrédula ante las preocupaciones del chico.
—...Supongo que es cierto—
Ambos se rieron brevemente de lo absurda que se volvió la conversación después de todo lo sucedido, lo que ayudaba a apaciguar el ambiente hostil en el que se encontraban.
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Después de caminar por un tiempo en los intrincados túneles subterráneos, Percy finalmente encontró un pequeño rincón algo más tranquilo y seguro. Colocó suavemente a Aneth en el suelo, asegurándose de que estuviera lo más cómoda posible antes de centrarse en sí mismo.
Con manos expertas y usando lo que le quedaba de su equipo de busqueda, comenzó a limpiar la herida de su pierna, donde las espinas de los eslizones lo pudieron alcanzar infringiendo daño durante la batalla. Usando una pequeña botella de agua que llevaba consigo, enjuagó la herida con cuidado para eliminar cualquier rastro de suciedad o veneno que pudiera haber quedado. Sentía el dolor punzante con cada toque, pero se obligó a mantener la compostura mientras trabajaba.
Eli observaba en silencio, con la antorcha arrojando sombras sobre las paredes de la cueva. Su mirada mostraba preocupación mientras veía a Percy limpiar su herida. Pero después de unos momentos, ella no pudo contenerse más y preguntó con un tono suave en su voz pero firme al mismo tiempo.
—¿Cómo te encuentras? ¿Estás bien? —preguntó Eli— ¿Cómo se encuentra tu pierna?
Percy levantó la vista, encontrando la mirada preocupada de Eli antes de asistir lentamente y ligeramente forzando una sonrisa reconfortante.
—Mejor de lo que creí —respondió Percy— Parece que solo era una herida superficial, me preocupe más de lo que debería.
Eli caminó hacia él, dejando la antorcha a un lado para poder ver mejor la herida.
—Deberíamos vendar eso para evitar que la herida se complique —sugirió, preocupada por la posibilidad de una infección
Percy asintió y sacó de su equipo un par de vendas limpias. Juntos, trabajaron en envolver cuidadosamente la pierna de Percy, asegurándose de que la herida quedara lo más limpia y protegida posible. El contacto con las manos de Eli mientras vendaba su pierna enviaba una sensación reconfortante a través de Percy recordando que no estaba solo en esa peligrosa travesía
—Estuviste genial ahí atrás, tu hermana me hubiera asesinado si no fuera por ti— Dijo mientras ella casi terminaba de vendarle la pierna.
—No es nada —respondió Eli— tu salvaste a mi hermana y de verdad te lo agradezco, si esos eslizones hubieran seguido atacando ahora mismo no estaría con nosotros.
"Pero fue extraño que se fueran y no siguieran atacándolos" el pensó
Una vez terminado, Percy movió la pierna vendada con cuidado, probando su movilidad.
—¿Está muy apretada?
—No... —respondió Percy— Está perfecta
Percy se sintió aliviado al descubrir que podía mover la pierna con más facilidad de la que esperaba, aunque con algo de dolor. Miró a Eli con gratitud en sus ojos cansados.
—Gracias, Eli. Ahora sí, creo que podríamos seguir adelante.
Eli asintió, recogiendo la antorcha y preparándose para continuar explorando los laberintos subterráneos en busca de la salida.
—Percy antes de que se me olvide tengo algo que darte
—¿A mí? —preguntó Percy—
—¿Acaso hay alguien más aquí? —respondió Eli con sarcasmo—
Al estirar sus brazos Percy pudo notar que Eli llevaba algo en la mano, extendió hacia él un pergamino cuidadosamente preservado a pesar de todos los inconvenientes que se presentaron hasta el momento.
—Quiero darte esto como muestra de mi agradecimiento por haber salvado a mi hermana —dijo Eli— Es lo menos que puedo hacer después de lo que hiciste por nosotras. Gracias a ti, Aneth tiene otra oportunidad
—Eli... —dijo Percy con una increíble sonrisa en su rostro— esto es increíble, creí que había perdido mi oportunidad de seguir en la competencia.
—Cuando me dijiste que huyera y comenzaste a correr como loco hacia los eslizones, tuve la suerte de encontrarlo, ¿Es el que necesitas cierto?—
—No me digas que... —dijo Percy— la razón por la que regresaste fue para darme el pergamino
—No... —respondió Eli— realmente regrese porque no podía dejarte solo, eso solo fue un golpe de suerte supongo.
—Con que un golpe de suerte... Parece que por fin está de nuestro lado por una vez en el día
Eli sonrió con modestia, sintiéndose aliviada de poder hacer algo por él y se ruborizó un poco al ver la gran sonrisa que mostraba Percy al tener en sus manos el boleto a la última etapa de la competencia.
De repente, un ruido sordo apenas resonó a lo lejos y una extraña sensación llenó por completo a Percy, provocando que cada parte de su cuerpo se preparara para lo que sea que causo ese sonido, no era fácil de explicar que era lo que estaba sintiendo, sin embargo, Percy sabía que algo estaba por llegar y no necesariamente eran buenas noticias.
—Eli ¿Escuchaste eso?— pregunto Jackson, preocupado sin saber realmente la razón por la que lo estaba.
—¿Escuchar qué? —respondió Eli
Un ruido diferente surgió en alguna parte en las profundidades de los oscuros túneles antes de ser seguido por un chapoteo suave que parecía acercarse rápidamente. Percy frunció el ceño y se quedó mirando hacia una dirección de los túneles subterráneos, alertando a Eli quien se puso en guardia instantáneamente al notar su reacción y los últimos sonidos
—Percy... ¿Qué está sucediendo? —dijo Eli— ¿eslizones de nuevo?
El suelo empezó a vibrar ligeramente bajo sus pies, y entonces, el agua comenzó a filtrarse por las grietas en las paredes, formando pequeños charcos en el suelo rocoso.
Eli miró a su alrededor, su corazón latiendo rápidamente mientras el nivel de agua comenzaba a subir lentamente.
—Creo que el agua está inundando los túneles —dijo Eli preocupada
—¿De verdad? ¿Qué te lo dijo? ¿El sonido del agua correr a nuestros pies o los charcos y ríos que se están formando a nuestro alrededor?—
—¡El sarcasmo no ayuda!, Debemos salir de los túneles o encontrar un lugar más alto antes de que el agua nos cubra por completo— exclamo ella
Percy asintió con decisión, cargando a Aneth la cual seguía inconsciente. La antorcha que Eli sostenía iluminaba el camino, pero cada vez más charcos de agua aparecieron a su paso, obstaculizando su avance poco a poco.
Los sonidos de agua goteando y el murmullo distante se intensificaban a medida que avanzaban, al agua ahora alcanzando sus tobillos y subiendo rápidamente. Percy buscó frenéticamente cualquier señal de una salida, pero los túneles parecían estirarse sin fin en la oscuridad opresiva.
—¿Dónde están los otros competidores? La armada ya debería saber lo que pasa aquí adentro— exclamo Percy, ya que la armada debería reaccionar a esta situación
De repente, el nivel del agua alcanzó sus rodillas y continuó subiendo implacablemente. Eli trataba de mantener que la antorcha se mantuviera alta y seca, pero la desesperación comenzó a apoderarse de ellos mientras el agua seguía subiendo sin piedad.
—¡Percy no hay salida! —dijo Eli completamente asustada al ver que no encontraban camino por donde escapar a pesar de que trataban de alejarse del agua los más rápido que podían— ¿Qué hacemos?—
El tono de Eli fue inconfundible, su voz entrecortada por la ansiedad mientras el agua seguía ascendiendo, acercándose peligrosamente a la altura de sus pechos, que era evidencia del terror que sentía. La mirada de preocupación en los ojos de Eli reflejaba la misma angustia que sentía Percy en ese momento de desesperación, pero a diferencia de ella podía sentir que podía seguir corriendo a pesar del agua que inundaba el lugar, por lo que ahora el estaba arrastrándola al mismo tiempo que cargaba a Aneth para tratar de salir del agua
Percy miró a su alrededor, buscando frenéticamente cualquier indicio de una salida mientras sostenía a las dos, mientras el rostro sereno de la inconsciente Aneth era un completo contraste con la urgencia de la situación. Los túneles parecían cerrarse cada vez más, sin ofrecer una sola vía de escape clara.
—¡No hay salida! —dijo Percy con voz angustiada, luchando por mantener la calma mientras buscaba una solución para que los tres pudieran escapar— ¡Estamos atrapados!—
Sin embargo, Eli lo miró con determinación, su mirada fija en Percy con una mezcla de urgencia y desesperación.
—¡USA TU PODER! —exclamo Eli— ¡La única forma de salir de aquí es con el poder de tu sangre de mestizo¡, ¡Percy, es nuestra única esperanza!—
Percy frunció el ceño, confundido por las palabras de Eli y pensando que la desesperación la estaba haciendo delirar
—¿Poder?, ¿Qué poder?, ¿Qué quieres decir con eso? —preguntó Percy mientras seguía sosteniendo a ambas chicas para evitar que se ahogaran— Ya te dije que no entiendo nada sobre esos mestizos.
Eli se más acercó a él, sujetándolo fuertemente y con urgencia del frente de su ropa
—¡TIENES QUE INTENTARLO, PERCY! ¡SIEMPRE HAY PROFECÍAS SOBRE LOS MESTIZOS, SIEMPRE TIENE PODER, DENTRO DE TI HAY UN ENORME PODER!, ¡ÚSALO Y SÁCANOS DE AQUÍ!— exclamaba ella con desesperación y gritos, si no estuviera flotando ya por el agua, ella estaría zarandeándolo
Percy la miró incrédulo, pero la expresión desesperada en el rostro de Eli le hizo pensar en lo que dijo y recordar lo que pasó en las puertas de Azulon, Percy sabía perfectamente que las minas acuáticas explotaron por su culpa, sin embargo, pero ni siquiera sabia como fue capaz de hacer eso.
—¿Crees realmente que puedo hacer algo así? —preguntó Percy rápidamente antes de notar que se acercaban peligrosamente al techo del túnel en el que estaban y había estalactitas en algunas partes
—¡Lo creo! —dijo Eli al asentir con firmeza— ¡es nuestra única oportunidad de salir vivos de aquí!
Percy suspiró profundamente, sintiendo el peso sobre sus hombros, pero sin saber que hacer. Miró a Aneth, aún inconsciente en uno de sus brazos, y luego a Eli, que se sostenía de él mirándolo desesperada.
—¡Está bien! —dijo finalmente cerrando sus ojos, recordando y siguiendo los consejos que había escuchado a su padre y a Jeong darle a Lu ten y a veces a Zuko, tal no sirva de nada, pero era lo mejor que tenía sobre que hacer, por lo que siguió concentrándose tratando de sentir el poder que Eli esta convencida de que habita en su interior
—¡Percy!— decía Eli con urgencia mientras ella estiraba una mano para evitar que chocaran contra una de las largas estalactitas sobre ellos
Percy la ignoro mientras seguía tratando de sentir lo que sea dentro de él
—¡Percy!—
Los tres estaban llegando al techo, el aire se escapaba, sus cabezas aún estaban fuera del agua y Aneth era quien corría más riesgo y probablemente ya habría tragado bastante agua de no ser por su hermana-
Pero entonces una sensación de energía que nunca antes había experimentado, atravesó a Percy
Extendió la mano y sintió una corriente de energía fluir desde su interior hacia sus dedos, formando una corriente tenue alrededor de su mano extendida.
—¡Vamos Percy! —alentó Eli la urgencia en su voz estaba mezclada con alegría — ¡Tienes poder en tu sangre, úsalo!—
Sus palabras llegaron a él y con determinación renovada, Percy siguió concentrándose en liberar el poder que había estado oculto dentro de él todo este tiempo. De alguna manera Percy era capaz de sentir todo el túnel a su alrededor, todo el laberinto subteraneo.
Se conectó con toda el agua que se encontraba dentro de la caverna, Percy distinguió cada roca, cada pared y corriente dentro de la mazmorra, usando el agua como una extensión de su cuerpo capaz de sentir todo a su lado y de pronto, encontro la salida.
—¡La encontré! —dijo Percy— Eli, retén la respiración.
Sin esperar, Eli contuvo el aliento y trato de hacer lo mismo con su hermana, al cubrirle la boca y la nariz.
La mazmorra ahora estaba inundada, completamente bajo el agua y en este momento se creó una fuerte corriente, los cuerpos de Aneth, Percy y Eli fueron arrastrados sin más, con un inexplicable cuidado que evito que chocaran contra alguna roca, los tres recorrieron decenas de metros dentro de la mazmorra en tan solo un par de segundos mientras eran llevados a la salida.
Bajo el agua Eli apenas fue capaz de distinguir como progresivamente las corrientes los llevaban hacia lo que parecía ser luz solar, Percy miró hacia la luz con gratitud y asombro ni siquiera sabía si realmente funcionaria.
Con la salida recién descubierta ante ellos, Percy se encontró sorprendido por la nueva sensación de poder que fluía a través de su cuerpo. Inspirado profundamente, se concentró en el flujo de energía que parecía emanar de su interior o su propia sangre como dijo Eli, con un gesto determinado, extendió ambas manos canalizando su nuevo poder, las corrientes obedecían sus gestos, serpentinas y ágiles bajo su control. El agua rugía a su alrededor, pero no como una amenaza, sino como una aliada en su escape, impulsándolos aún más hacia adelante con fuerza y determinación. La corriente los arrastraba hacia arriba, deslizándose y el resplandor del sol los recibía por completo cuando alcanzaron la libertad del mundo exterior.
Una vez fuera de la mazmorra, Eli se acercó a él, con los ojos brillantes de completa sorpresa.
—Percy, nunca imaginé que fueras capaz de algo así—
—Pero claro que... Espera un momento, tú fuiste la que dijo que hiciera eso—
—Lo sé —respondió Eli— pero no creí que funcionaria—
—¡Hey!—
Cuando Aneth recuperó la conciencia realmente se confundió un poco, ya no se encontraba dentro de una mazmorra, más bien, su cuerpo se encontraba recostado suavemente en la hierba.
Había un par de sogas que la sujetaban firmemente de manera que la inmovilizaban y escuchaba un par de voces conocidas muy cerca de ella.
—¿Entonces no me tenías fe? —
—Claro que te tenía fe, pero entiendes que la situación fue una apuesta, estábamos a punto de morir y entonces...
—¡Maldita embustera! —
—¡¿A quién le llamas embustera maldito mestizo? ¡—
—¡Aún no entiendo qué rayos significa eso!—
—¡¿No lo entiendes? ¿Ni siquiera con lo que acabas de hacer?! ¡Realmente eres un bru!—
—¡Hey! —
—Me duele mucho mi cabeza ¿Qué fue lo que pasó? —
—Percy te dio un buen golpe—
—Tú me ayudaste a hacerlo además... espera, ¿Aneth estás despierta? —
—¡Hermana! —
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