Percy Jackson pertenece a Rick Riordan, y Avatar: La leyenda de Aang a Nickelodeon.

—Pensamientos—

—Hablando—

—{Otro Idioma}—

Este fanfic es un Universo Alterno (AU) Las explicaciones aparecerán a medida que avancen los capítulos.

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Avanzando con determinación por los pasillos irregulares, rocosos y sombríos de la mazmorra, Percy empuñaba con su mano derecha la misma espada con la que mató a la bestia en los túneles debajo de la ciudad, mientras mano izquierda sostenía una antorcha que iluminaba el camino por el cual andaba y con solo un par de provisiones esenciales para la travesía.

Con cada paso, su mirada escudriña los rincones oscuros en busca de peligros ocultos, sujetando firmemente su espada en su mano, listo para cualquier enfrentamiento que pueda surgir.

—Pero ¿qué rayos fue eso? —se preguntaba Percy muy confundido, sospechoso y algo paranoico sobre lo que había pasado antes de entrar a la mazmorra— ¿Ozai me defiende? Si algo así está sucediendo, es que la maldita mazmorra es una trampa mortal y las cosas irán terriblemente mal—

El eco de sus pasos resuena en las paredes de piedra, creando una sensación de inquietante soledad en el aire. Mientras que la mente de Percy se encontraba en otro lado, pero a pesar de llo se mantenía alerta y consciente de que en las profundidades de la mazmorra acechaba todo tipo de peligros y desafíos.

—¿Acaso le hice algo a Zuko? —se cuestionaba Percy así mismo en voz alta— Me dio la impresión de que me odiaba, nos hemos peleado antes, pero nunca sugirió que mi muerte sería de provecho ante los demás y menos antes ese par de imbéciles. ¡No lo entiendo! — el pelinegro de ojos verdes alzó al más al final frustrado por no saber que fue lo que pasó

En su búsqueda por otro lado, con cada curva de la mazmorra, Percy avanza con cautela, sus sentidos agudizados ante cualquier indicio de peligro. El metal de su espada refleja la tenue luz proveniente de la antorcha.

—Pronto terminarán los diez minutos de ventaja y el siguiente competidor entrará a la mazmorra y apuesto que si los gemelos averiguan que sigo respirando intentarán matarme—

A medida que avanza, el aire se vuelve más espeso, impregnado con un olor a humedad y decadencia. Sin embargo, Percy no se deja intimidar.

—Pero si logró salir ileso de aquí seré acusado de tramposo de nuevo— Perseo gruño al final, antes de detenerse por unos instantes y se preguntó molesto—¿Qué mierda hago aquí? Yo no quería participar. ¡Maldición! Este día ha sido una maldita locura—

—¡Rayos! tal parece que los problemas te siguen Percy —Dijo una voz desconocida desde los hombros de Percy—

De manera casi instantánea Percy giró con elegancia dando una estocada feroz al ser desconocido, seguido de poner distancia entre los dos con un salto pero dejando caer la antorcha y al ver su silueta en la oscuridad Percy atacó nuevamente.

—¡Te tengo! —dijo Percy, pero una sensación extraña inundó a Percy después del ataque, ya que solo toco aire.

—Eres muy rápido ¿Quién eres? —Preguntó Percy al desconocido— Sé que no te toque, los gemelos te enviaron a matarme ¿Cierto? Pues malas noticias amigo muchos lo han intentado y no han podido—

—¡Deberías agradecerme! ¿Acaso los dioses te enseñaron a atacar a las chicas cuando te saludan?—

—¿Dioses? De que mierda habl... Espera como que una chica —respondió Percy antes de registrar las palabras en su mente, así como reconocer que la voz no era masculina

—Por todos los cielos, todos los hombres son iguales —contestó la chica al recoger la antorcha situada en el suelo de la mazmorra

Una figura femenina emergió de entre la penumbra. Vestida con un exquisito vestido de seda de color rojo y blanco que ondeaba suavemente con cada movimiento, parecía una visión celestial en medio de la oscuridad opresiva. Encima del vestido portaba un saco color negro y un par de botas del mismo color. La piel de la chica era blanca como la nieve portando un par de pecas en la cara las cuales resaltan mucho.

La luz de la antorcha destelló en su cabello pelirrojo, haciendo que sus mechones rojizos resplandecieran como el sol naciente. La luz reveló sus rasgos delicados y su expresión serena como si estuviera completamente en paz y sin temor ante la espada de Percy. Con gracia y determinación, la joven se acercó a Percy, su mirada fija en él con una intensidad intrigante.

—Hermosa—dijo Percy ante los rasgos de la fémina, antes de enfocarse nuevamente— ¡¿Qué hace una chica como tú en un lugar como este?!

—Buscando lo mismo que tú Percy —decía la chica mientras se acercaba a él

—¡Alto! —exclamo Percy— si das un paso más te volveré a atacar, no te reconozco, no vi tu cara en la fase de eliminatorias así que te lo volveré a preguntar ¿Quién mierda eres?—además de reconocer que nadie en la nación del fuego tiene rasgos como los de ella, ni tampoco concuerdan con los de otras naciones.

Un rasgo que el compartía, y que era otra razón por la que diversos individuos actuaban como imbéciles. Entonces se dio cuenta de que las únicas personas que había visto con rasgos así era las personas de los sueños que tuvo.

La chica por su parte le dirigió una sonrisa amable, iluminando su rostro de forma radiante. A la distancia, la chica cubrió sus labios con su mano para posteriormente realizar un gesto amoroso hacia Percy, mandando un beso por los aires como si su destino fueran los labios de Percy.

—Eso... —

—¡Muy bien mestizo! —dijo la chica al acercarse con gran confianza a Percy, además de interrumpirlo, quien no hizo nada para atacarla— ahora dime todo lo que sabes sobre la reina.

—Yo no...

—¡Apresúrate mestizo! —exclamó la chica con una impaciencia salida de la nada

—¡Yo no sé nada de una condenada reina!—

Ella le dio una bofetada al pelinegro por esto, solo para que un golpe fuerte impactara en su rostro, llevándola directamente al piso. Por unos instantes la chica perdió el conocimiento y cuando despertó sus brazos y piernas se encontraban sujetos con una soga.

—¡Hey hey! ¡¿Qué rayos significa esto?! —preguntó la chica, sorprendida ante su estado actual—¡ ¿Cómo llegamos a esto?!—

—Por fin despiertas —respondió Percy— si hubieras tardado un par de minutos más me hubiera ido—

—Tu... ¡Suéltame! ¡En este mismo instante! ¡Suéltame!— ella demando imperiosamente

—Cálmate, entre más movimientos hagas la cuerda se tensa más— dijo él, ya que el nudo no era una normal

—¡Esto es violencia de género! ¡Escuchaste!—

Nuevamente, Percy golpeó en la cara a la chica con la fuerza suficiente para generar dolor, pero no tanta para provocarle otra pérdida del conocimiento.

—Escucha bien chica tonta ¡Soy un fiel defensor de la igualdad como mi padre! Un hermosa chica como tú no me intimida en nada ¿Que rayos creíste que pasaría cuando me golpeaste? ¡Tu iniciaste esto, así que soportarlo!.

El rostro de la chica se llenaba de asombro e incredulidad.

—¿Por qué razón no funciona contigo?—

—¿Qué cosa? —preguntó Percy sin entender de que hablaba ella

—Me refiero al encantamiento, ¡se suponía que terminarías rendido a mis pies después que te lanzará el hechizo!— La chica exclamo con asombro mientras que lo único en lo que podía pensar en ese momento era —¿Por qué no funciona?—

—¿Qué cosa que?— él no entendida de que ella estaba hablando

—¡Tiene que funcionar! Se supone que también funciona con mestizos—

—No es la primera vez que me dicen eso ¿Qué es un mestizo? —preguntó Percy, dejando de lado el supuesto 'hechizo' — y más te vale decirme la verdad o tendremos problemas tú y yo—

—¿Qué? ¿Acaso no sabes lo que es un mestizo? —preguntó la chica incrédula— ¿Crees que soy estúpida?—

—Si lo creo — dijo el secamente

—Pero que grosero eres—respondió la chica ruborizada

—Pero qué fastidiosa eres—

Percy, con una mirada llena de curiosidad miraba furtivamente a la chica, no era la primera vez que escuchaba el término, pero sí era la primera fuera de sus sueños y que había una persona a la que podía preguntarle acerca de su significado, sin embargo, entendió que la conversación no llegaba a ningún lugar y tal vez era momento de un cambio de estrategia.

Con cortesía, Percy envainó su espada y se dirigió a la chica con respeto, mientras en su mente repasaba la cierta clase táctica que su padre, hermano y amigos le habían enseñado y aconsejado. Sus ojos brillando con un destello de intriga en busca de respuestas dijo:

—Disculpa mi atrevimiento, pero me gustaría saber cómo puedo referirme a ti bella señorita—

Percy recordó las enseñanzas de su amiga Haru 'los métodos de conquista volumen uno' que su amigo le explicó con detalle siendo esta la primera vez que los ponía en práctica. Su tono es amable y respetuoso, mostrando una genuina curiosidad por la identidad de la chica que ha aparecido de entre las sombras. Aunque sin saberlo sus ojos empezaban a brillar con algo más.

—Dices eso, pero si de verdad quisieras saber eso no estaría atada a tu disposición, o acaso dime ¿Quién rayos ataca a una chica con su espada la primera vez que se conocen? —respondió la chica con un tono de molestia y furia dirigidos hacia Percy

—Puede que tengas razón señorita y me disculpo de verdad —al pronunciar estas palabras Percy hizo una reverencia en señal de respeto implorando el perdón, al mismo tiempo que recordaba las diversas enseñanzas de la gente cercana a él— pero creo que lo más correcto sea que usted entienda mis motivos, hermosa dama—

El corazón de la chica dio un leve salto de emoción al escuchar las últimas dos palabras, mientras lo miraba a los ojos.

—¿Tus razones, mestizó? —dijo la chica— explícate

—Dígame ¿Qué hubiera pasado si estuviera en mi lugar? —preguntó Percy— dada la situación, nos encontramos en una mazmorra llena de monstruos peligrosos en donde no hay nadie que nos pueda auxiliar, la entrada a esta mazmorra es cada diez minutos y no es como si los demás participantes me amen.—

—¡Eso que rayos tiene que ver!— se quejó ella sin entender el giro que había tomado toda la situación y la platica

—Tiene todo que ver —respondió Percy— Estoy seguro que si nos hubiéramos visto antes recordaría el rostro tan perfecto que usted porta, disculpe mi atrevimiento, pero un rostro tan hermoso como el tuyo no pasa desapercibido. Por lo que me fue lógico pensar en que usted está aquí para asesinarme.

—Eso no...— ella trató de explicarse, mientras que su ego empezaba a jugarle en contra ante la forma en que la describió, mientras que los ojos ligeramente brillantes de Perseo atraparon su atención.

—Le preguntaré nuevamente señorita —respondió rápidamente Percy, manteniendo el contacto visual— ¿Usted cree que mis actos fueron erróneos? AMABLE Y HERMOSA SEÑORITA— Al final, Perseo se tomo un poco más tiempo al pronunciar sus ultimas palabras.

Para este punto el rostro ruborizado de la chica al escuchar los cumplidos provenientes de la boca de Percy, el color de su rostro se asemeja al de la bandera de la Nación del fuego y el color resaltaba entre la oscura mazmorra en la que ambos se encontraban. "Muy bien, te tengo mocosa" Percy pensó, sin percatarse que ella se estaba atenta a sus ojos que brillaban tenuemente.

La chica, con una sonrisa cálida y misteriosa en los labios, contemplaba a Percy por un momento antes de responder. Cedió ante el tono de voz suave y sus los ojos de Percy, como el susurro de una dulce brisa.

—Me llamo Eli —respondió la chica sin pensar

Percy asintiendo con la cabeza como agradecimiento "Pan comido" penso casi felicitándose internamente

—Eli —dijo Percy— es un hermoso nombre que grabare en mi memoria. Es un placer conocerte Eli—

Percy mostró una sonrisa sincera o por lo menos eso era lo que parecía ante los ojos de Eli, que seguía concentrada en los ojos de él.

—Eli... ¿Puedes responderme una cosa? —dijo Percy— quiero estar seguro de poder confiar en ti.

—Claro... —respondió Eli totalmente embelesada ante la mirada penetrante de Percy

—Me puedes explicar cómo fue que entraste en este lugar ¿Acaso los guardias no te vieron? Es hora de la verdad, necesito saber la verdad sea como sea —dijo Percy escondiendo sus verdaderas intenciones— ¿Por qué me intentaste besar?

—Yo... este... eso de beso fue... — ella trato de responder, pero las palabras no salían

"Mierda ¿Me excedí con las preguntas? ¿Fuí muy atrevido?" se preguntaba Percy —No puedo perderla después de tanto avance—

Pero al pensar que se equivoco en como conseguir información, rompió por un momento el contacto visual y sus ojos que ante su ignorancia brillaban tenuemente, dejaron de hacerlo

—Tranquila —dijo Percy— tomate tu tiempo para responder, como te dije antes de verdad quiero poder confiar en una chica tan hermosa como tu

El rostro de Eli continuaba ruborizado, pero entendiendo las circunstancias respiró profundamente para relajarse un poco, por lo que de esta manera pudo expresar y pronunciar de manera correcta las palabras.

—Me disculpo Percy —dijo Eli— Logré entrar a la mazmorra por medio de una entrada subterránea y sobre lo otro... bueno...—

Un momento de silencio se extendió entre Percy y Eli, como una pausa en la melodía de la mazmorra. Percy, con una expresión de curiosidad mezclada con preocupación, se rompió el silencio con una pregunta que pesaba en el aire.

—¿Por qué estás aquí Eli? ¿Qué te ha llevado a adentrarte en esta peligrosa mazmorra?—

En ese momento la expresión en el rostro de Eli cambió, como si fuera otra persona completamente diferente, sus pensamientos estaban claros y su mente enfocada en los sucesos actuales, Eli, con una mirada intensa y decidida respondió.

—Estoy buscando algo de suma importancia, al igual que tú, Percy —Eli respondió, con un tono de voz con determinación que no admite dudas— La "reina" últimamente ha estado en movimiento dentro de la Nación del fuego y quiere encontrar algo que perdió, tengo que recuperarlo primero antes de que sea demasiado tarde—

Las palabras de Eli dejaron a Percy momentáneamente aturdido, su mente zumbando con preguntas y posibilidades. En este punto las cosas no podían ser más claras y Eli es la clave para responder y aclarar sus dudas sobre sus sueños.

—¿Qué puede ser tan importante como para que alguien entre a una mazmorra como esta cuando está custodiada por miembros de la armada por fuera y monstruos peligrosos por dentro? —preguntó Percy—

—No lo sé con exactitud, pero sí sé que es algo de gran poder—

Antes de que Percy pueda preguntar más cosas, ambos se detuvieron abruptamente al darse cuenta de que han estado en la misma zona de la mazmorra por un largo tiempo sin encontrar a algún otro participante o monstruo, lo cual no era normal. El silencio que los rodea es ahora más inquietante que reconfortante y la ausencia de cualquier signo de vida (amigo o enemigo) solo aumenta la sensación de inquietud.

Percy y Eli intercambiaron miradas cargadas de incertidumbre, compartiendo la misma preocupación por lo que esto podría significar. ¿Están solos en la mazmorra? ¿Hay algo más oscuro y siniestro acechando en las sombras, esperando su momento para aparecer en escena?

—Eli... ¿Sabes cuánto tiempo ha pasado desde que entraste? —preguntó Percy—

—Entre justo después de ti —respondió la chica— En el momento en que te vi entrar me apresuré a entrar, me debió haber tomado alrededor de quince minutos y desde que te encontré solo han pasado un par de horas estoy segura.

—Si... lo mismo pienso, pero hay algo raro. Tengo una sensación extraña —dijo Percy— Sea lo que sea debemos movernos, no es normal que los gemelos no hayan intentado matarme.

—¡Si! espera ¿qué?—

De su cintura Percy sacó una daga lo bastante filosa para cortar la cuerda que detenía a Eli y lo bastante pequeña para pasar desapercibida.

—Escúchame bien Eli, te voy a soltar, pero tienes que prometerme que no me atacarás ¿Esta bien?

—¡Eso deberías decírtelo a ti! —respondió Eli

—Cierto, perdón... Hay que salir de aquí...

—¡Sin duda!—

Con cada paso que dan, Percy y Eli avanzan con cautela por los intrincados pasillos de la mazmorra, sus pasos resonando en la oscuridad con una cadencia de incertidumbre y precaución.

—¡Puedes por favor caminar más despacio, o por lo menos no hagas tanto ruido! —dijo Percy un poco preocupado

—Tranquilo, no hay monstruos cerca, sería la primera en darme cuenta—

—¿De qué estás hablando? Si los malditos monstruos o los gemelos se dan cuenta que estamos aquí definitivamente nos atacarán.

Eri avanzaba sin prestarle atención a Percy

—¿Me estás escuchando o me estás ignorando? —preguntó Percy—

—Un poco de ambos supongo —dijo Eli mostrando una sonrisa burlona— Hasta hace unos momentos fuiste un chico lindo, pero ahora no lo pareces—

"Maldita sea, te hubiera dejado sujeta con aquellas cuerdas—se quejó Percy en sus pensamientos—

—¿Y bien? ¿Por qué esperaste a que yo entrara en la mazmorra para tú también hacerlo?

—Creí que tenías información sobre la "reina" —dijo Eli— pero al ver que eres un mocoso perdido me decepcionaste un poco. Quiero decir ¿Cómo es que no sabías que eres un mestizó? Tal parece que más que ayudarnos nos vas a estorbar—

A medida que se adentran más en la mazmorra, el aire se carga con una sensación pesada de inquietud palpable, como si estuvieran caminando hacia lo desconocido con cada respiración. El olor a humedad y descomposición impregna el ambiente, mezclados con la tensión que se acumula en el aire.

—¿A qué te refieres con "nos"? —preguntó Percy al escuchar las palabras de Eli— ¿Hay más personas contigo?

De repente, Percy y Eli se detuvieron en seco al encontrarse con una escena macabra, a lo largo del pasillo yacen los restos desmembrados de monstruos, sus cuerpos mutilados y devorados por algo desconocido. La sangre seca y los restos de carne se esparcen por el suelo como macabros trofeos de una batalla que ha tenido lugar en la oscuridad.

La mirada de Percy y Eli se encuentran nuevamente, sus ojos reflejando la misma mezcla de horror y confusión.

—¿Qué criatura podría ser lo suficientemente poderosa como para derrotar a tantos monstruos de la mazmorra? —preguntando Eli esperando que Percy supiera que criaturas había en la mazmorra

—Al menos ya sabemos por qué no nos encontramos con ninguno antes —dijo Percy— tal parece que todos fueron masacrados—

—Pero... la sangre está seca, esto tiene por lo menos varias horas ¿No se supone que supervisan la mazmorra? ¿Cómo es que nadie se dio cuenta que la mazmorra llena de monstruos, bueno, dejó de tener monstruos?

Sin embargo, lo que más perturba a Percy y Eli es la ausencia de cualquier señal de los demás participantes del torneo, quienes también se aventuraron en la mazmorra en busca del pergamino. No hay rastro de ellos en ninguna parte, solo los restos destrozados de los monstruos que una vez acecharon estos pasillos.

—Tenemos que salir de la mazmorra —dijo Eli— esto ya se volvió demasiado peligroso.

—Concuerdo contigo —respondió Percy— solo hay que encontrar el pergamino y estaremos listos para irnos.

—¿Pergamino?—

—¡Si! con el que puedo pasar a la siguiente ronda, todavía no lo hemos encontrado.

—¡¿Acaso tu sangre de meztizo no te llega al cerebro?!—exclamo Eli incrédula ante las prioridades del pelinegro

—Otra vez con esa maldita actitud y esa palabra, ya te dije que no sé lo que es un mestizó ni porque lo dicen.

—¡Entiende que la situación ya es muy peligrosa, sea lo que sea que devoró a esos malditos monstruos también pueden devorarte a ti! —afirmó Eli— ¿Y todavía piensas en ir por un maldito pergamino? Solo sal de la mazmorra y dile a tu padre lo que viste aquí y el torneo será cancelado—

—Si las cosas fueran tan simples no estaría metido en este problema —respondió Percy— si hago eso los malditos peces gordos estarán molestos, este torneo es importante en toda la Nación del fuego. Las cosas no solo dependen de mi padre.

—¡DIOS! ¡Por qué los mestizos siempre son tan difíciles, por eso no me gusta trabajar con ustedes. Mi padre se equivoca y deberíamos dejarlos a su suerte!—

—Como gustes, pero yo continuaré hasta encontrar el maldito pergamino. Tú puedes irte y huir de aquí— Percy respondió a sus quejas

—¡Eso es mucho mejor que morir como un tonto, estúpido mestizo!—dijo Eli

—¡Bien!

—¡Bien!

En medio de la mazmorra, Percy y Eli se encontraban debatiendo. Sus voces resonaban en el aire cargado de tensión, cada uno expresando sus preocupaciones y argumentando su punto de vista. Mientras debaten sobre el tema, el sonido de pisadas pesadas y gruñidos se filtran desde los pasillos cercanos de la mazmorra, interrumpiendo su discusión con una advertencia ominosa. Los corazones de Percy y Eli se detuvieron momentáneamente en sus pechos, una vez más, intercambiaron miradas de alarma y determinación.

—¿Escuchaste eso? —preguntó Percy—

—¡Claro que lo escuche! ¡Por eso te dije que nos fuéramos de este lugar cuanto antes. Sea lo que sea parece que nos ha encontrado!—

—Pues claro con esos gritos que das es obvio que cualquier maldito monstruo vendría a comernos —respondió Percy con molestia

Su mano instintivamente se aferró al mando de su espada

—No hay tiempo que perder —dijo Percy— Tenemos que irnos de aquí, seguro encontraremos otra salida.

Eli asintió la cabeza con seriedad, su expresión reflejando una mezcla de miedo y resolución. Con el sonido amenazante de las bestias Percy y Eli rápidamente corrieron por el túnel más cercano, buscando desesperadamente una vía de escape de la inminente amenaza. Con cada paso hacia delante, la oscuridad parece cerrarse a su alrededor volviéndose un túnel bastante estrecho.

—¿No dijiste que serías la primera en detectar monstruos? —dijo Percy mofándose de la actitud de Eli—

—Me hubiera dado cuenta de ellos si no hubieras sido demasiado terco en querer buscar tu maldito pergamino —respondió Eli— Te lo advierto, si muero en este lugar contigo atormentaré tu alma por el resto de la eternidad.

—¡Vaya! No solo me envías besos, ¿Ahora quieres pasar conmigo el resto de la eternidad? Que atrevida—

El rostro de Eli se ruborizó de nuevo.

—¡Idiota! Sabes perfectamente que no me refería a eso—

Descendieron aún más en las entrañas de la mazmorra Percy y Eli avanzaban con cautela, atentos ante cualquier sorpresa que de lo que puedan encontrar en las profundidades de aquel laberinto subterráneo.

Finalmente, después de una serie de giros y vueltas, el túnel se abre en una vasta cámara subterránea, sus paredes rugosas y húmedas brillando débilmente bajo la luz de la antorcha que Eli sostenía con firmeza. La camara es vasta y cavernosa, con sombras oscuras danzando en las esquinas más alejadas, estalactitas y cristales hermosos llenaban la cámara subterránea.

Percy y Eli se detuvieron en el umbral de la cámara, sus miradas exploradoras recorrieron el vasto espacio en busca de cualquier indicio de peligro o descubrimiento. A medida que avanzan lentamente hacia el centro de la cámara, sus pasos resonando en el suelo de piedra con un eco sordo, una sensación de asombro los invade, maravillados por la magnitud y la majestuosidad del lugar en el que se encuentran.

Al llegar al centro se detuvieron para descansar unos instantes.

—No sabía que algo como esto se encontraba en los pisos inferiores de la mazmorra —dijo Eli algo exhausta

—Me preocupa más cómo saldremos de este lugar —dijo Percy— solo espero que esas cosas, sean lo que sean, no nos encuentren—

Eli se tumbó en el piso.

—Esperemos un par de horas para que las cosas se calmen y busquemos otra salida.

"CRASH"

—¿Qué fue eso? —dijo Eli— ¿Lo escuchaste Percy?

—Si, parece que viene del suelo.

Sorpresivamente el área en donde Eli estaba recostada se abrió repentinamente, dejándola caer de espaldas.

—¡PERCY!...

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