Pesadillas


Su cuerpo se sentía pesado y su hablar era lento. Tenía 8 años y había caído del segundo piso de su casa de campo en Yavin. El rostro enfadado de su madre, el regaño más fuerte que había recordado. Había caído sobre el auto de su padre, después de jugar a los pilotos sobre el tejado. En el rostro de su madre era tan claro como la primera vez, veía una mezcla de dolor y preocupación, ella lo amaba mucho, y por mucho tiempo se negó a creer eso, pero al ver lo alterada que se encontraba no dudó más de su amor.

Su padre lo llevó lo más rápido posible al hospital, mientras se quejaba de dolor, le dolía las costillas, le dolía la espalda, el cuello, además la cabeza le daba vueltas. Y como un zumbido oía todo a su alrededor.

No podía moverse muy bien, y poco a poco perdía la conciencia, su madre se acercó tomando su mano, ella hiba con el en la parte trasera del auto. "Ben" Susurraba, "hijo mío, porfavor no te duermas", pero el ya no podía ver su rostro, era borroso. " ¡Ben! " Le grito, pero no era su madre, era ella.

—Ben ¿estas bien?. —llamó su atención Rey, quien al parecer dormía a su lado. Ben froto sus ojos, para mirar a Rey, quién lucia tan bonita, con su cabello suelto y su piel desnuda. Con una sola una manta sobre ella.

Un impulso de romper con el espacio personal, Ben tocó levemente su mejilla y ella se dejó, inclusive tomó su mano con delicadeza. Le regalo una hermosa mirada, con una hermosa sonrisa.

—Ben, no te duermas. —le dijo mirándolo fijamente, mirándolo con miedo a perderlo.

—Rey.....

—Porfavor. —le interrumpió. Ella posó sus manos en su rostro atrayendolo a su boca, Ben no sabía que sucedía. La habitación estaba tan iluminada que parecía el cielo. Dejando que sus labios se posaran junto a los suyos a escasos centímetros. Cerro los ojos, y el susurró de Rey lo hizo abrirlos —Quédate conmigo para siempre.

Todo se oscureció a su alrededor y Rey se separó. Comenzó a llorar llevándose las manos al rostros, Ben trato de consolarla, trato de tocarla, pero esta vez no pudo, y de repente todo se torno negro y a lo lejos podía escuchar a su madre, rogar por el, llorar por el, rogar fervientemente para que despertara de cualquier sueño.

Por un momento abrió los ojos y de nuevo estaba paralizado no podía hablar, no podía moverse, solo tenía la vista fija en el espacio. Quizo correr pero no podía.

—Ben despierta. —La voz de Rey lo trajo a donde quiera que estuviera.

Miro a todos lados, y era el cuarto de la Posada. Las mismas cortinas, la cama, el piso, el techo y lo más importante Rey, era la Rey que el conocía.

—¿Estas bien?. —llamó su atención. —estabas convulsionando, me asusté mucho. —llamó su atención, y Ben se dio cuenta qué sus suaves manos -como anoche- estaban sobre las suyas.

—Creo que sí. —No pudo describir la avalancha de emociones que tenía este mismo instante.

—Estabas soñando. —dijo suave. En ese momento dejó cualquier emoción para concentrarse en ella, en su mirada y su atención. Recordó que alguien le dijo que "si no lo hacían bien, podrían éstar juntos", se aferró y luego lo alejó de su mente.

—Los fantasmas no sueñan. —Entró en razón, la razón que le decía que era imposible estar vivo, imposible amar, imposible soñar.

Se levantó mirando por la ventana ya era otro día, tenían que seguir, quizá la que podía ser feliz era Rey, en ella aún latía su corazón.

—Ya amaneció, es hora de irse. —ni siquiera la miro y Rey noto esta distancia, que de la nada había puesto entre ellos.

—¿No habláremos de ésto?. —se abrazo a si misma  como si el frío entrara por toda su piel, como si un miedo a algo desconocido la acechara, dispuesto a devorarle su buen juicio.

—No hay nada de que hablar Rey, vamos rápido, así podrás librarte de mí. —Lo dijo con un disgusto, Rey no sabía nada, aunque ese sueño obviamente había perturbado su buen humor y viendo las cosas quizá halla sido una horrible pesadilla.

Sin más salió por la puerta dejándola confundida, ella solo quería ayudarlo, pero talvez tenía razón, irse rápido para que esto acabará de una buena vez.

Se levantó, se iría a dar un baño y arreglar sus cosas para irse. Tomó su celular, ayer no encontró el cargador en su bolsa, así que no tenía carga, pensó que éste estaría en el auto, no le tomó mucha importancia, llamaría a sus amigos en algún teléfono en recepción ó en el camino.

*


Ben camino de nuevo, como ayer, pero esta vez no para ver el lugar, más bien para huir de sus propios deseos. No quería hablar con Rey sobre haberla visto en su sueño, ¿sueño? Nunca había tenido uno, bueno había tenido muchos sueños cuando estuvo vivo, pero ahora nunca.

Sintió un dolor en la parte baja de su espalda y de pronto sus rodillas cedieron ante el dolor, que subía rápidamente por su vértebra, el dolor de su vieja caída hace tantos años, el mismo dolor que sintió en aquel sueño. De repente cayó en la piscina.

*

Rey salió del baño, lista para irse, Ben de nuevo no estaba, igual no se molestaría en buscarlo, lo dejó con sus cosas de fantasma. Mientras salía de la habitación no pudo dejar de pensar en sus propias pesadillas.

Anoche soño por primera vez en aquel horrible suceso de su vida, esa horrible voz y su cuerpo sobre ella sin siquiera pedir permiso, tomándola, forzándola, fue un momento donde quería morir. Y aún así con todo el odio del mundo ella se quedó. Ella guardo en lo más profundo de su alma y su cuerpo aquel horrible pasaje de su vida, y como guardó silencio y no escuchó consejo alguno.

Era tan diferente ésos toques que una vez soño con aquel hombre misterioso, de algo estaba segura no era Tod.

*

En algún lado de la ciudad de Coruscant, Rose no había podido siquiera dormir. Después de que le contó a Poe y a Hux sobre lo que había pasado con Rey y supuesta "misión". Ambos se preocuparon mucho por ella.

Hux hizo todo lo posible, moviendo sus influencias para dar con Rey, Rose no había podido ni siquiera imaginar donde estaba su amiga y Poe la llamó todo el tiempo, pero su teléfono estaba más que muerto.

Algo se agitó en el pecho de Rose, como un presagio, una maldición ó alguna de esas cosas malignas sobre su amiga. Recostada en el sofá meditando cualquier posibilidad de perderla, trato de llamarla igual.

Su teléfono sonó, su corazón se apretó a su pecho, pensando que era Rey ó algo peor. Lo tomó dudando de las posibilidades. Para su mala suerte era la madre de Tod, "¿Como demonios había conseguido su número?" Pensó mientras atendía.

—¿Donde está mi auto?. —De una manera tan grosera, era demasiado temprano además tenía algunas otras cosas en las que pensar.

—¿Porque tendría que saberlo?. —se mordió la lengua esperando que desistiera.

—Mira Rose, se que Rey se lo llevó. No se que espera esa niña. —antes de siquiera terminar su comentario mordaz sobre su amiga, Rose no dudó en dejar en claro que ella no dejaría que la humillará más.

—Miré usted, su hijo no fue un Santo precisamente, el auto es al menos algo que le deben, así que será mejor que dejé de molestar, adiós. —le colgó, aunque el valor la hizo sentirse bien, en el fondo sabía que sería una mala idea que la denunciará por robo. Tenía, tenían que encontrarla antes. Cogió el teléfono para hablar con Hux, eso del avión privado podría servir para llegar antes a donde Rey planeaba ir.

*

Ben salió de la alberca como pudo, no era muy bueno en la natación y realmente odiaba nadar, otro recuerdo desbloqueado. Para su sorpresa no estaba empapado. Otra cosa fue la risa de aquella niña de anoche.

—Tendrías que tener más cuidado. —llamó su atención. Ben la miró con molestia pues se estába riendo entre dientes. Una de sus fobias el agua, ni muerto se hiba ese miedo a morir ahogado, pero ya estaba muerto.

—Burlate. —la retó, parecía niño pequeño peleando con una niña, en que estaba pensando siquiera.

—No lo hago. —Miró hacia otra lado, el guió su mirada a la suya y no había nada, solo el vacio del cielo. —Espero que ahora que sabés quién eres, sería mejor que se apuren, ya no tienes más tiempo. —lo ánimo.

Toda esta confusión, porque sabía tanto y porque le decía todo. Estuvo a dos de contarle sobre su extraño sueño, donde Rey era su musa y su madre aún pedía por el. No podía negar que toda esta situación era extraña, de pronto recordó a Rey, a quien le había tratado mal esta mañana. La niña tocó su mano de nuevo pero esta vez no fue como que le mostrará algo. Ese suave toque le dio un impulso de fé, quizá esta niña si tenía un don. Ben le sonrió, por primera vez no tuvo miedo, si no algo de paz algo de esperanza. Como un impulso de correr tras Rey.

—No pierdas más tiempo, aún la hay. —le dijo. Ben no sabía que responder, pero tenía la necesidad de ir tras ella.

—Es imposible. —le susurro.

—Nada es imposible en esta vida. —Ben estaba tartamudeando algo pero ella siguió callando sus balbuceos. —Ten fé Ben Solo.

—Gracias.— las ganas de querer recompensar tal acto.—¿como podría pagarte?. —como si eso fuera necesario.

Ella solo tocó su mejilla. —Los favores se hacen de corazón, sin esperar nada a cambio. —Esta le beso levemente la mejilla.

En cuenta cayó que Rey lo hacía porque quería, porque quería ayudarlo de corazón. Y el También la quería ayudar.

*

Rey subía la pequeña maleta al auto, y suspiro cansada, no había dormido bien. Su sueño de anoche la manipuló de una forma que la hizo sentir asqueada y confundida, tanto tiempo llamando al amor y cuando creyó tenerlo, fue capaz de perdonar las peores calañas, todo por amor.

Era Virgen cuando comenzó a salir con Tod, puesto que el fue el primero, el único. Así que en aquella fiesta, borracho embriagado de sí mismo la forzó, apartó esas ideas, no las quería, no las quería ahora en su mente, su pesadilla de anoche, con la voz sobre su oreja y el calor abrumante de su cuerpo sobre el de ella, la hizo querer devolver el estómago de nuevo.

—Hola. —llamó Ben. Quien noto que no se veía bien, —¿Estas.....

—Vámonos.—cerro la cajuela con fuerza. Dispuesta a olvidar. Ben no podía siquiera quejarse el había hecho lo mismo, al tratar de apartarla. —Lo siento. —Tocó sus cienes agobiada por sus demonios.

—Yo debería de disculparme. —Rey levanto la cabeza, como pensando que no había porque. —Te trate mal en la mañana, tuve un sueño después de tanto tiempo y se sintió raro, pero lleno de esperanza.

Rey le sonrió nostálgica. Subió al auto y el la siguió.

—Quisiera por un momento volver a sentir la magia de un sueño. —encendió el auto y se dispusieron a seguir. —¿Fue un lindo sueño?. —lo abordó y Ben enrojecio, mirando hacia otro lado.

Como podía decir que fue hermoso, soñar con ella y sentir su calida piel desnuda sobre sus manos.

—Fue hermoso, pero luego se torno estresante. —Rey sabía sobre eso. Y Ben no dejó de pensar en su madre gritando.

—No te preocupes, los sueños no nos pueden hacer daño. —Un pinchazo en su pecho la hizo derramar una lágrima. Aún era difícil entender porque se quedó con Tod, y porque le había llorado, realmente nunca fue feliz, y se autoengaño con eso. Luego sonrió sobre sus lágrimas. Ben observo callado su reacción, sus emociones a flor de piel.

Pensó en las palabras de Esmeralda, el podría hacerla feliz, antes de irse completamente.

—Yo no se que fue lo que soñaste Rey, pero estoy aquí, no me iré hasta que tengas paz. —Rey dejó de llorar y lo miró con sus ojos rojos y una sonrisa tenue.

—No se que seas Ben Solo, pero no me siento sola contigo, quizás seas un sueño ó un trauma,— sonrió confundida.— no lo se, pero agradezco que estés aquí.

Como poder reaccionar a eso, posó su mano sobre la de ella.

Un impulso de besar sus labios creció en su pecho, Rey nunca había sentido este magnetismo antes, nunca lo había experimento, y en este momento lo sentía, quería atrapar sus labios, sus labios rojos, quería dejar el auto y montarlo, besarlo, acariciarlo, como en el sueño. Como aquel sueño maravilloso donde era acogida con cautela pero desenfreno.

El trago saliva, podía sentir algo qué lo acercaba a ella, quería rodearla con sus brazos y acunarla en su pecho, mientras besaba sus pequeños labios al compás del suave movimiento.

Un auto detrás sonó el claxon, y quedó claro qué el era una fantasía, que no podía ser.

No dijo nada, solo sonrió para sí misma. Ben tampoco dijo nada,brecordó quién era y quién era ella. Un imposible y como si eso lo llevará a las palabras de Esmeralda, "no existen los imposibles".

Rey pensó en Tod, no quería pensar en el, pero sentía algo como "engaño" En su mente, como si al sentir algo por Ben, fuera una traición para Tod. Rose le hubiera dicho que el no merecía nada más de ella, seguramente le hubiera regañado por sentirse así, Tod estába muerto y Ben, bueno el también. A quien engaña esta mal y ya. ¿Como te enamoras de alguien que ya no está vivo?. No sabía ni porque se preguntaba eso. Buscó a Tod en su corazón y no había nada, solo lealtad, se culpó por tener lealtad por el, no la merecía en realidad.

Ben recordó lo que tenía que hacer, y pasó a pasó lo haría, aunque sus impulsos salieran a flote.

—¿Algo de música?. —Mencionó Rey, después de un largo lapso de silencio.

—Sí, un poco de The Cure, ó ¿demasiado pretencioso?.

Rey alzó la vista ante eso. Negó y asintió. El solo pudo reír.

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Oh por Dios, tengo que dar las gracias a todos, muchas gracias por la maravillosa apreciación de esta historia, que salió así nomas 🤡. Los amo. No olviden votar ☑ eso es vital para mi.

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Una chica que lee el fic me comentó en DM, que si me había basado en una película llamada "just like heaven" Y la verdad es que jamas había visto esa película 😅. Y me entere que sale Mark Ruffalo.

La verdad es que no, en la descripción de mi historia puse que me había basado ó más bien tomado como inspiración la película del 2019 "Last Christmas" Con Emilia Clark. Y de otra película, que más adelante diré cual es para darle el crédito de mi inspiración (porque ojo tampoco está basada en esa película), y no la mencionó, porqué posiblemente tenga un spoiler de mi historia, (que muchas ya están teorizando).

Gracias les amo 💚💚💚💚.

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