Memorias de invierno.
Se quedaron mirando fijamente, como si con la mirada se dijeran todo y a la vez nada. Había tantas preguntas, tantas dudas, tantas cosas que saber y había miedo ante lo desconocido..
Leia parecía confundida ante el silencio armonioso entre ambos.
—¿Se conocen?. —preguntó Leia, la primera pregunta de este largo día.
Los dos salieron de su ensoñación, avergonzados y confundidos ante la primeras palabras dentro de esta gran habitación, aún se seguían mirando confundidos por supuesto.
Rey estaba por negar, cuando Ben se levantó de la silla, ante la negación de Leia, quién trató de ayudarlo, pero Ben se negó.
—Es una vieja amiga. —sonrió mirando a Rey, quien estaba segura que sí era una vieja amiga, de algún mundo distante, del que ella desconocía.
—¿De donde?. —Leia parecía curiosa de su reacción, ya que conocía bien a sus amigos, ó eso creía. Aún así esta joven no figuraba en sus memorias.
—De la Facultad. —Rey dijo sin siquiera saber porque lo decía, solo recordaba un viejo consejo.
—Ya veo,—desconfiando totalmente. —muy bien. Rey te mostraré como...
—Yo lo haré, —Ben resonó en la habitación, su miedo a que fuera un sueño y ella se fuera, tenía que hablar con ella ahora mismo. —Yo le diré como funciona todo aquí. —dijo firmé. —los medicamentos y esas cosas, —ahora no parecía muy firme.
Leia miro a Ben, esta determinación, era algo nuevo para ella, usualmente Ben estaría colapsando por la "ayuda" De una enfermera, aunque sonrió internamente, sabía más o menos de donde venía esa "determinación".
—Bueno, pues los dejaré solos para que hablen. Estaré afuera, por sí me necesitan—Leia no había tenido mucha práctica con amigas de Ben, ya que nunca tuvo muchas que recuerde. ¿Que podría salir mal?, después de todo Ben acababa de volver a vivir, por así decirlo.
Cuando la puerta se cerró detrás de Rey, esta no sabía que decir, al igual que Ben del otro lado, ambos separados por unos cuantos centímetros. Pero se sentía una barrera entre ellos, algo que no veían pero que sentía a su alrededor. Una especie de burbuja.
El dio un paso hacia ella, dolía un poco, recordó que tenía que usar las muletas, pero en estos momentos algo más le dolía en el pecho, que su pierna adolorida.
Rey se quedó estática en su lugar, como una presa al borde de ser devorada, pero no tenía miedo, solo que no sabía que hacer, parecía un ciervo cegado ante la luz de un auto a toda velocidad.
Ben respiró profundo, ahora el sentía que veía un fantasma, la idea de que la mujer de sus sueños, la mujer que lo guió estába aquí, ella era real siempre lo fue. Siempre lo sería.
Rey dio un paso inseguro cuando Ben se detuvo cerca de ella.
El levanta su mano, tocando el vacío, como si existiera un cristal tan fino entre ellos que sería casí invisible para el ojo humano.
Ella le imitó, y poco a poco acercó su mano a la de el, a escasos milímetros y por fin se tocaron, por fin sintieron su calor. Sus ojos siguieron la línea de sus dedos y de pronto sus miradas como sus manos se unieron. Y ante el toque al igual que el, sentía el calor y la energía de ella.
Ambos entrelazaron sus manos, y se miraron fijamente, los ojos de Rey ya estaban rojos, al punto del rocio del llanto.
—Rey.—susurro.
Ella lo abrazo sin siquiera pensar en que jamás lo había visto en persona, pero que lo conocía más allá de cualquier cosa en su vida.
El se apoyo en ella, cubriendola de amor.
—¿Quien eres? Y ¿Porque te extraño tanto? . —pregunto Rey, casí acusándolo por este dolor que sentía en su pecho.
El apoyo su mentón sobre su cabeza, y ella se acurruco en su enorme pecho, como un cofre reluciente. Y ella apenas podía abrazarlo por completo.
—Solo se que te conozco y también te extrañe. —susurro sobre ella.
Ella se separó -no demasiado- para mirarlo, armarse de valor y tomar su rostro.
—¿Que nos pasó?.—mirando fijamente el firmamento en sus ojos.—Yo no recuerdo nada, solo que me desperté y no podía ni recordar tu nombre.
El apoyo su frente con la suya, aspirando el bello aroma de Rey, lilas frescas.
—No se, —dijo cansado.—Tampoco lo recuerdo, desperté en una cama, y es como sí esas tres semanas fueran años.
Rey lo abrazó, sintiendo su amor.
—Soy feliz, me siento feliz. —esto último como un susurro suave, sin miedo a la reacción de Ben. Y Rey no se alejo, en cambio volvió a sus brazos. —Yo hasta ahora no te había visto, solo en mis sueños, en mis más profundos y amados sueños. Tu eres real. —lo miro a los ojos y luego a los labios. Los dedos curiosos de Rey tocaron esos labios que había besado en aquellos sueños, por fin cerrando una brecha que creyó imposible.
Lo beso, y el la tomó en sus brazos y sus labios tocaron los suyos, se sentía al cielo y es estaban en el, había soñado con besar a la mujer de sus sueños y era esta.
Rey cerro los ojos, amando este momento que se hacía realidad.
La puerta se abrió, y una taza se rompió en el pisó. Ambos se separaron asustados.
—Lo siento. —dijo Leia con la charola del té.
Rey recogió su cabello con pena y Ben se apresuró para hablar con su madre.
—Ya veo que se conocen muy bien. —hizo énfasis en eso, —creí que era más profesional. —llamó la atención.
—Mamá.—se adelantó Ben. —en realidad, ella y yo nos conocemos desde hace un...mucho tiempo.
Se dieron cuenta que tenían que ir lento.
—Lo lamentó señora Leia, yo me voy. —tomó su bolso.
—No.—Leia se disculpó. —Ben es un hombre mayor y tú, tú eres linda y Ben se a sonrojado.
Ambos rieron con timidez.
—Vamos a la sala a tomar té, hablaremos de.. Los medicamentos, grande ó no, aún es mí pequeño Ben.
Rey se sonrojo y siguió a Leia, Ben también fue.
*
Leia se despidió de su hijo, besando su mejilla y tomando su rostro.
Hux aún veía a Rey, como sí quisiera recordarla.
—De verdad Rey, no recuerdo de la Universidad, ¿en que fraternidad estabas?. El aún tenía dudas sobre ella, Hux conocía casí a todo el Colegio.
Ben tocío y Rey se rasco la cabeza.
—En realidad.... Yo... Yo estaba en clases de pintura. —dijo con una media sonrisa.
—Basta Armie. —Ben dijo en broma, —deja tu interrogatorio para otro día.
—Disculpa Rey, no quería incomodarte. —sonó compasivo.
—No te preocupes, estoy bien. La Universidad fue ruidosa y yo era silenciosa, quizá pase desapercibida. —con un poco más de confianza Rey sonó natural.
—Lo más seguro, ojalá algún día podamos ver tus obras. —Hux parecía alegre.
—Por supuesto. —Rey se ánimo de sobremanera. —lo siento, soy una novata aún.
—Tu entusiasmo seguro conquistó a Ben, cuidate mucho, y Ben estaré al pendiente. —saludo a Rey y se marchó con Hux.
—Hux,—llamó su atención antes de que se fuera.
—Sí, —dijo tranquilo.
—Rose odia las rosas, sus favoritas son las margaritas. —le guiño. Y el enrojecio casí como el color de su cabello.
—Tomaré ese consejo. —se despidió. —gracias Rey.
Ben miro la escena.
—¿Que fue todo eso?.
—Algunas cosas no cambian. —pensando en su amiga Rose.—Muy bien, tienes que tomar tus medicinas. —camino hacía la cocina, Ben la siguió cogeando hasta sentarse en la isla de la cocina.—Después de todo estoy aquí para cuidarte.
—Eres enfermera, ¿como paso eso?. —recordó que ella no era una enfermera, si no una maestra.
Rey ladeo la cabeza, en sus sueños ella no era lo que era ahora supuso.
—No se, todo esto es raro, soy enfermera y se que eso me lo heredó mi tía Maz, ella me heredero su amor por el cuidar a los demás, y bueno estoy tomando clases de pintura. —la emoción se veía en su sonrisa.—quizá viva de ello. —sonaba esperanzada.
—Estoy seguro que eres muy buena en eso, antes eh visto tu determinación así que seguro tus pinturas son maravillosas.—Rey se sonrojo.—Y por supuesto estoy seguro que eres la mejor enfermera.
—Aún tienes esa magia que me hace sentir especial. —recordando momentos en su memoria. —¿Que pasó?.—Rey dijo con pesar.—Se siente como tres años de distancia, pero a la vez no se siente nada. —todavía había muchas preguntas.
—No lo se Rey, en realidad no lo se. —ahora el se encogió de hombros. —como te dije, eres parte de un sueño.
—Soy real Ben, —Ella se dijo ir lento, pero como podía sí el hombre frente a ella la había vuelto loca por semanas y ahora sabía que habían pasado años en su mente. Aún así tomó su rostro. —dime que nunca te irás, que iremos de paseo por la ciudad, que iremos a Naboo, que iremos en bicicleta, que iremos juntos. —comenzó a llorar, su voz se quebró. —por carretera, escuchando la radio.
El la sostuvo. —No se como haré para ir en bicicleta. —Rey se soltó a reír bañada en lágrimas. —Pero si, haremos muchas cosas juntos, y nos conoceremos.
—Te conozco de toda la vida y te amo sin siquiera conocerte. —las palabras fluyeron como el agua. —es una locura.—y antes de pedir si quiera disculpas, el atrapó sus labios.
Suave y firme, ella se tendió sobre el como un lienzo en blanco, deseaba esto, lo deseaba con locura y sabía que el también.
—También te amo Rey. —En jadeos lentos pero apresurados. —no es una locura este amor, no lo es. Lo que sentimos va más allá de la cordura.
El frío azotaba fuera de la casa, la noche sería larga.
*
Frente a frente en la sala, con una taza de chocolate en sus manos, se miraban con fervor.
—¿Pelicula favorita?. —Pregunto Ben, después de una ronda de preguntas, de caricias miradas de amor.
Rey lo meditó, tomando un poco de la bebida caliente. —Diría, lo que el viento se llevó*¹, aunque también podría decir que Ever After*². —se hecho a reir por lo cursi que sonaba.
—Creo que la propuesta de matrimonio de Henry a Danielle es lo más realista y romántico que allá visto. —Dijo sin quitarle la vista a Rey, ella se sorprendió por su conocimiento.
—Pienso igual, lloró con ella, incluso más que Danielle. —sonrió para sí misma.
Llevaban un rato conociéndose, habían acordado llenar esos espacios aunque el amor seguía ahí.
—Y ahora tu. —ella interrogó.—¿cual es tu película favorita?.
—Película favorita,—lo pensó.—diría que Los amantes del círculo polar*³, quizá demasiado. —miró con curiosidad su reacción.
—Es sumamente hermosa, pero tiene un final tan triste. —fue sincera.
—Es un final justo, no todo se puede tener en la vida, pero las casualidades no existen, el destino nos marca desde que nacemos. —miro a Rey, quien parecía nostálgica. —aunque aveces juega de maneras misteriosas.
—Solo espero que el destino no te alejé de mí, —mirándolo fijamente.—no viviría tres años más sin tí, y estoy segura que moriría si ni siquiera en tres años te vuelvo a ver.
—El destino no sería tan cruel, nos mando un hechizo que supimos romper, —tomó su mano, cálida al tacto ella afianzó el agarré.—estoy seguro que pagamos el precio de este amor.
—Ahora se que te amo. —se acercó probando sus labios.
Se besaron a la luz tenue de las velas, afuera hacia frío, pero eso no importaba, mientras ellos estuvieran juntos con sus memorias el invierno podía seguir golpeando las ventanas.
*
Hay por Diox, perdón, perdón. Había tenido unas semanas bastante ajetreadas, pero todo tranqui. Aquí les dejo el último capítulo, aunque lo dejaré así como un "to be continue" (🤠👉👈) ya que el final será el epílogo. Así que atentos.
Muchas gracias por la espera, votos, comentarios los quiero infinito.
Espero sus comentarios. Son importantes para mi, y estoy tan agradecida con su apoyo, enserio muchísimas gracias, les amo.
Nos vemos en el epílogo ✨🧡.
Notas.
*¹: Lo que el viento se llevó, es una película estadounidense de 1939, protagonizada por Vivien Leigh, Clark Gable y Leslie Howard.
*²: Ever After: a Cinderella story, es una película de 1998, protagonizada por Drew Barrymore y Anjelica Huston. La recomiendo muchísimo, para mi la mejor adaptación del cuento de hadas (sin hadas) de la Cenicienta, y si, la propuesta de matrimonio del príncipe Henry es lo más romántico que he visto en una película.
*³: Los amantes del círculo Polar, es una película Española de 1998, protagonizada por Najwa Nimri y Fele Martínez. La película es una joyita. Una breve sinopsis, Ana y Otto se conocen desde niños en un accidente que desencadena que sus padres, madre y padre respectivamente se casen, entre ellos hay un poco de odio pero mediante su vida avanza también sus sentimientos. Pero el destino está marcado y tiene un final diferente a sus deseos. Os recomiendo muchísimo 👌.
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