Más allá del cielo

//¿Que habrá más allá de la muerte?. ¿Habrá un cielo?, ¿habrá un paraíso?, ¿habrá un infierno? ¿Que cosa hay más allá de lo que llamamos cielo?.//

Una brisa fría recorrió su mente, una brisa tan helada como el viento del Norte, sus ojos permanecían cerrados, pero su mente aún tenía conciencia. Sentía pesado su cuerpo y tenía frío, pero como moverse si su cuerpo se lo negaba.

Alguien rozó su frente, unas manos quitaron algunos cabellos húmedos sobre su cara, no abrió los ojos, no tenía ni los ánimos y mucho menos la fuerza para hacerlo.

El piso debajo de ella era tan suave como el algodón ó las plumas, pensó rápidamente en Ben, y que si estaba muerta, era bueno, quizá por fin podría ser felíz, sabía que había más allá de la muerte, sonrió con paz en su corazón.

-Despierta.-Una voz le susurro, era una voz tan suave como la de un Ángel. -despierta.-continuó.

Rey se movió con sueño, pero abrió los ojos con pesadez, miro el cielo sobre ella, había muchas nubes, era como el cristal, y debajo de ella una cama de flores, de todas las flores habidas y por haber. Y a su lado una niña, una niña pequeña con una gran sonrisa y pelo al sol, Rey le sonrió, ella le dio la mano, Rey la tomó con cuidado para levantarse. No dijeron nada, tomadas de la mano caminaron por un largo valle lleno de color verde, con un cielo azul, el paraíso pensó.

La pequeña a su lado se le hacía conocida, algún Ángel de algún libro de poesía ó quizá la pequeña niña de Posada.

-¿Esmeralda?. -de la nada y con toda certeza sabía que era ella.

-Sí, -asintió.-te dije que era especial. -Ella se burló y Rey meditó todo.

-¿Estoy muerta?. -habló Rey. -Si es así, Ángel mío podrías llevarme a Ben.

-No soy un Ángel, pero si te puedo llevar con Ben. -sonrió. El corazón de Rey se llenó de alegría.

Rey lloró de felicidad, hasta que su camino llegó a una pequeña casita, que parecía más bien una bodega para guardar la podadora, tenía flores a su alrededor. Rey dio una mirada curiosa a Esmeralda.

-¿El esta dentro?. -Temerosa y ansiosa por correr a el.

hippieElla negó. -No.

-¿Que eres?. -La interrogó.

-Una guía, quizá un Ángel pero no tengo alas y no vivo en el cielo, tengo sueños donde ayudó a quien lo necesita -tomó sus manos y Rey sintió calor. -Ahora, tú tienes que sanar y poder despertar, para poder estar con Ben, sólo así estarás con el.

-¿En el cielo?. -Algún lugar más lejano que sus propios deseos.

-Un lugar más allá del cielo, ahora ve. -señalo la puerta detrás de ellas. rey se giró para abrazarla, estaba tan agradecida.

-Gracias, y espero verte del otro lado.-no la había conocido más que unos minutos para darse cuenta que ella era la clave.

-Quizá nos veamos, en alguna otra ocasión. Eres tan bonita, Ben tenía razón. -Sin decir alguna otra palabra le señalo la puerta. Rey la miro con cuidado y curiosidad, tenía tanto miedo a la vez que tenía mucha emoción.

Tenia que decirle algo más a la joven, pero ya no estába.

*

//Nunca había apreciado tanto la vida como lo había hecho cuando niño. Es que cuando creces se muere las ganas de vivir. //

Ben tenía miedo, el lugar era obscuro y frío, pero no tenía otra lugar a donde ir, supuso que su final se acercaba cada vez más. Y aunque quisiera negarlo estába listo para ello.

Una luz al final del túnel, eso creyó que vería al final de su vida. Y es que jamás pensó en la forma en la que moriría, pero quizá no dolió mucho porque desde que cayó por la ventana hace años no había sentido, salvó el dolor de perder a Rey, su madre y su padre.

-Aquí estás. -llamó su atención una voz entre las sombras.

Muerto o no, algo alertó a Ben, ¿quien era?.

-No tienes que temer. -le calmó. De entre las sombras tomó su mano y Ben quien antes tenía miedo ahora sentía una paz celestial. De repente camino con ella de la mano y sí efectivamente había una luz.

Esta pequeña voz sería su última voz antes de irse por completo de este mundo.

-Me hubiera gustado decirle muchas cosas a mi madre. -algo se apretaba en su pecho, en su corazón.

-Lo harás, sí tu lo quieres. -En ese momento cuando la luz se hizo más intenso, Ben se sorprendió de la pequeña a su lado.

-Esmeralda. Eres tú. -parecía confundido.

-Sí, una vez te dijeron que era especial. -Ben pudo sentir cierta paz, talvez no se iría de este mundo tan solo.

-Entonces esta aquí para guiarme a..... No se, algún lugar después de la vida. -Ante todo tenía una especie de miedo, pero cierta paz en su por venir.

Ella volvió negar, tranquila, el la tomó y camino por la pequeña vereda iluminada junto a ella, hacia un punto donde sus ojos comenzaron a doler por aquel brillo incandescente.

*

Rey tomó la perilla de la puerta, un fuerte chirrido se escucho, pero ya nada la podría asustar a estás alturas. Dentro estaba bastante obscuro, pero no había más donde ir. Dio un paso con calma a su destino, decidida a no mirar hacia atrás nunca más.

La puerta se cerró detrás y se sobresalto, Esmeralda le había dicho que tenía que enfrentarse a ella misma y sus miedos más profundos y la verdad y Ben estarían ahí.

Caminado a ciegas con la tenue luz pensó en todo aquello que no pudo hacer, quizá ahora nunca podría hacerlo.

De repente en seco se topo con otra puerta, se le hizo tan familiar como el bullicio que estába detrás de ella. No había tenido tanto tiempo hasta que se vio obligado a abrirla. Con el valor que recientemente había nacido la abrió solo para darse cuenta que esto debería ser el mismísimo infierno.

Era la casa de el amigo de Tod, donde su vida fue marcada con algo más que heridas exteriores, solo quería irse.

Todos hablaban, gritaban y algunos bailaban a su alrededor parecía que nadie más podía notar su presencia. No sabía exactamente que significaba todo esto, pero como si un rayo la atravesará, corrió entre la multitud hasta donde.

Una Rey, alguna Rey de este mundo que no era ella, era otra, bebía alcohol con disimulo. Rey se miro a sí misma sentada junto a un Tod bastante impertinente, y se dio cuenta lo tonta que fue, pero no culpable de lo que le sucedió.

Se suponía que el la protegería, no que la dañaria aún más. Negó con frustración y es esto era mucho más doloroso que cualquier golpe. Cerro los ojos apretando los puños, intentando calmar las ganas de golpear a ese infeliz que solo arruinó su vida al grado de tener la con miedo a la soledad.

Abrió los ojos con lágrimas pesadas que caían sobre sus mejillas. Y no vio más que ella misma sentada en el sofá, inmóvil con la mirada fija en algún punto, era ahora o nunca.

-No se que sea todo esto. -tomó la mano de su otro yo. -Pero vales mucho más que esto, no se si es real ó no, pero debes irte, debes soltar a Tod, el no es para tí, no es para nosotras. Hay más sol allá afuera de lo que pudimos imaginar.

Le había dicho todo esto a ella, de una manera tan maternal y ni siquiera se había movido, pero algo en su pecho se sentía mejor, de alguna manera se sentía más ligera con el recuerdo.

Aquella mujer se levantó y dentro de la multitud que no se veía pero se oía, ella salió de la habitación.

-Gracias.-dijo finalmente perdiéndose en aquella puerta.

-De nada. -creyó de que alguna forma había dejado ir a aquella Rey, aquella chica que quería un marido sin importar lo mierda que podría ser. Tomó sus mismas palabras, ella era algo mejor que eso.

Podía sentir calor, sentía una especie de agonía ahora, como si le faltará el aire, como si alguien estuviera en peligro, algún sortilegio.

Miro a su alrededor y no había nada, salvo una puerta que de nuevo ella conocía, algo la llamada, tenía ese mismo presentimiento con la habitación de la casa de la señora Leia, pero esta vez nadie podría dejar que ella mirará y supiera la verdad.

Era la puerta del departamento en Coruscant, aquella puerta donde conocía a Ben, y supo lo que era vivir más allá del cascarón.

La abrió segura sin miedo porque sabía que en este lugar estaría a salvo de cualquier peligro.

La luz era tenue y aunque parecía su departamento se dio cuenta que no era el mismo, hasta que miro el viejo libreto de roble, sin duda este el lugar. Lloro un poco, no por el pasado, eso ya lo había dejado atrás y ahora cada paso que diera sería hacia el frente y no hacia atrás, nunca más miraría el pasado.

Miro hacia todas direcciones y no miro a Ben por ningún lado, estába por anochecer, salió hasta la terraza y nada. La vida no podía ser tan injusta.

Hasta que la puerta se abrió y ella giró era Ben, se veía hermoso, con su pelo largo, su barba afeitada, su suéter negro y su mirada celestial. Ella lloro, pero el la ignoro, no la veía, no podía verla. El paso a su lado sin siquiera notarla, ahora ella se sentía atrapada.

Ben vago entre la sala hasta que tomó el teléfono. Rey le susurro algo pero no podía escucharla. No había pasado ni 10 minutos pero esta situación la estába estresando.

-Hola mamá, soy Ben. -dejó dicho a la contestadora. Se rasco la cabeza. -Iré la próxima semana, te extraño y te amo. -dejó el teléfono.

Y observo como Ben tenía los dedos sobre las botones, enviar ó borrar.

-No lo borres, Ben dile a tu madre que la amas. -Rey habló cerca de su oído. Ben se percató y la miro por primera vez y está sonrió, pero no sabía que miraba o que había.

Un ruido arriba apartó su mirada de la de ella, Ben se levantó dejando el teléfono sobre el mueble y camino hacía el ruido.

Como un relámpago ella recordó lo último que sabía Ben el día que murió. Ella se apresuró para subir a la terraza y ver a Ben tratando de atrapar un gato, el mismo gato color naranja que ella había visto la vez que lo conoció.

-¡No Ben!. -Grito, este giró sobre sus talones y por primera vez la pudo ver, ó eso creyó Rey.

-Te amo Ben Solo. -dijo como si fuera lo único que quisiera hacer en lo que le restará de existencia.

El gato saltó de los brazos de Ben y este perdió el control cayendo sobre el barandal que se rompió tras su espalda.

Rey gritó hacia el, tratando de tomar su mano, no podía alcanzarlo.

-Ben aguanta, Ben porfavor no me dejes, aguanta. -Rey se agachó lo más que pudo.

-No puedes hacer nada por mi, dejame ir, encuentrame en otra vida. -le sonrió como agradecido con la muerte tan inesperada.

-Pero te amo. -lloró Rey aún tratando de alcanzar su mano.

-Te amo Rey, cuidate y búscame, siempre te estaré esperando. -cerró los ojos y cayó al vacío.

Rey se estremeció ante todo, lo perdía de nuevo, lo perdía.

Flashbacks venían a ella como se hiban rápido.

//Una madre llorando por su hijo//
//Un cuarto de hospital//
//Voces de médicos//
//¿No tiene muchas esperanzas?//
//Vivirá de esta manera//
//Y la sonrisa de Ben//

Volvió en sí, agitada mirando hacia todos lados, le dolía la cabeza y sentía húmeda su cabeza, ¿era sangre?.

-Rey, -llamó Rose a su lado.

Rey miro a su alrededor, había caído sobre un matorral de flores, miro hacía arriba y había un Ángel de yeso extendiendo una mano hacia el cielo, con enormes alas, cerros los ojos saboreando el dolor de su cuerpo, Rose decía cosas que Rey no entendía, esta la ayudó a sentarse con sumo cuidado. Mirando una pequeña cabaña adornada con flores cerca de ellas.

Detrás de ella venía el mayordomo y con el, Leia quien le miraba con pena.

La oyó decir "llamen a una ambulancia".

Tocó su cabeza y miro al cielo, casi de noche con la última franja de sol al horizonte. Tocó su cien, dolía y recordó su sueño.

-Rey. ¿Estas bien?. -Pregunto Rose a su lado.

Rey negó y se levantó. Rose trato de contenerla pero Rey no esperaría más. Se acercó a Leia con el dolor de su cabeza y todo lo demás.

-¿Donde está?. -casi podía llorar.

Ella tomó sus manos negando.

-Rey tienes que ir a un hospital. -dijo serena.

-Porfavor.-lloró, se quebró. -¿donde está?. -se ahogó con el dolor.

Ella apretó sus manos con las de ella.

*

El mayordomo la ayudó a subir las escaleras y Rose hiba detrás de ella. Rey podía sentir como su corazón salía de su pecho, pero se armó con sus últimas fuerzas.

Finalmente llegaron al pasillo con ventanales de donde ella había caído, el sabor amargo de la derrota.

Leia la guió hasta la puerta, Rey tenía mucho miedo pero porfin podría saber la verdad.

Leia abrió la puerta y lo que vió Rey la dejó sin aire, Leia la sostuvo.

Ben yacía quieto sobre una cama con sabanas blancas y rodeado de cables.

Ella sollozo, el no estaba muerto.

-Se cayó de la terraza, se golpeo su cabeza y los médicos no le dieron esperanza, pero después de casí 5 años, el aún se aferra a la vida. -Leia parecía tan nostálgica y dolida.

Rey se acercó y lo miro dormir tranquilo.

-Yo aún tengo la esperanza que el despierte, se que esta aquí, creo que los has visto. -le dijo, Rey sostenía su mano con cariño y mucho cuidado, se veía tranquilo y apacible.

//¿Debo irme?. -dijo Ben cerca de ambos, de Rey y su otro yo en coma.

Esmeralda llamó su atención.-Esa decisión es solo tuya, alguna vez te dijeron que no era tu momento.

-Si, mí papá en mí cabeza en mí corazón, me a dicho que aún tengo porqué vivir. -sonrió.

-Entonces hazlo. -lo insto Esmeralda. -cuida tu vida, cuídala.//

Ben se acercó a su otro yo, dormido en una cama, respirando gracias a un aparato, miro a su mamá, con algunas lágrimas, mientras Rey lloraba desconsolada en su cuerpo inmóvil.

El cerro los ojos y cuando los abrió todo fue blanco, la habitación, y todos uno a uno desaparecieron, primero su madre, luego Rey, su llanto se hizo casi inaudible, hasta que como su madre su silueta se disipó.

Al final solo quedó el solo con su cuerpo inmóvil a un lado de el, sonrió y todo se fué.

*

Pss si Ben no estaba muerto 😇. Ayy ¿que pasará ahora? 🤷‍♀️ jajsja tranquila banda, pronto sabrán que pasó con Ben.

Y felicidades a los que adivinaron que Ben no estaba muerto desde el segundo capítulo.

Su regalo (๑˃̵ ᴗ ˂̵)و🍗 una carnita asada ksjsjsj los amooo 💓💓💓.

Estén atentos al final mis bbs, habrá una sorpresa doble 💙👊.

EsmeraldaLezro

Perdón sí tiene una falta de ortografía, pero tengo un pinche sueño dlv.

[Se inspire chingon con Chromatica 11, 911 y Chromatica III, de lady gaga, vean el video y sabrán porqué 😇✨. También turning page]

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