Fantasma en la azotea
Podía recordar lo bello y dulce que eran las caricias de Tod, el siempre tenía un amable y bondadoso tono para hablar con ella, aunque extrañamente podía ver en sus ojos lo cansado que estaba de todo, quizá ella era demasiado tonta ó distraída, quizá el ya no la amaba más y solo era bueno. Después sin más pudo ver como quería irse y aún así ella lo abrazo, de donde venían esos horribles recuerdos, ella aún lo tenía en sus brazos, rogando que se quedará, quizá el ya no quería quedarse más con ella, quizá el quería volar..
Algo la tranquilizó unos suaves toques en su frente y una voz, ella comenzo a soñar, pero no con Tod, si no con algo más allá de lo que ella podía imaginar, "calma" decía la voz, "¿quien eres?", preguntó la sombra bajo sus ojos. Al abrirlos miro el techo de la cocina, se levantó y se sentó, sus manos apoyadas en el suelo de la cocina, sintiendo un líquido pegajoso que la asustó, de inmediato mirando sus manos pensando que podía ser sangre, pero solo era leche que aún estaba húmeda bajo sus dedos. Aún con las manos sucias froto sus sienes aclarando sus ideas y lo último que recordaba.
Girando su cabeza recordó a un gato, un gato anaranjado en la azotea, después entrar a la casa con el en brazos, darle de comer, una taza de leche y luego, no sabía que más. Se levantó del piso lavando sus manos. Un maullido la hizo girar estrepitosamente hacia arriba donde el gato anaranjado estaba, sobre el refrigerador, ella bufo comenzaba a estresarla todo esto. Tomó el gato y lo bajo, para ir a limpiar el desastre del piso. Cuando por fin término, le dio un poco de leche, solo para ir a su habitación, necesitaba unas pastillas para el dolor de cabeza y un baño con agua fría.
El agua caía sobre su cuerpo, una ducha la ayudaría a calmar esta mañana tan agitada, hasta que un ruido la asustó, provenía de la habitación, se lavó rápido y salió al mirar no había nada, bueno solo algo, su foto con Tod tirada sobre el pisó, ella camino con cuidado para mirar si no se había roto, pero no fué así, la tomó para sonreírle, buenos momentos llegaron a su mente y tan pronto llegaron como se fueron cuando una voz desde el marco de la puerta la asustó aún más.
—Desnuda no me convencerá de nada. —El mismo hombre, el que pensó que había sido una pesadilla. —Fuera de mi casa. —ordenó en un tono serio, mientras la miraba de arriba a abajo.
Rey palidecio dejando caer el retrató al piso y huyendo al baño donde se encerró.
—Fuera. —gritó muy asustada, esto ya no era normal, era extraño y atemorizante. —Llamaré a la policía, váyase. —sé puso contra el lavado mirando la perilla, cuando esta comenzo a moverse al ver que alguien quería forzarla, ella la tomó y presionó su cuerpo contra la puerta. —Váyase, váyase porfavor. —comenzó a llorar, hasta que una voz familiar del otro lado la hizó reaccionar, abrió la puerta sin pensarlo y era Poe, ella lo abrazó.
Rose y Poe ayudaron a Rey quien claramente no estaba bien, se veía agitada y asustada, además de haber un desastre en el piso de su habitación. Poe fue por agua y Rose le daba consuelo.
—Rey, ¿que pasó?. —Rose era su mejor amiga desde el Colegio en Jakku y conocía muy bien a su amiga. —Rey. —Llamó su atención.
—Lo ví, bueno no a el, pero si a el. —parecían incoherencias a los oídos de Rose y claramente Rey tampoco sabía que estaba diciendo.
—No te entiendo, ¿había alguien aquí?. —al ver encerrada a Rey en el baño y gritando pensó que había un intruso. —¿Rey alguien te hizo algo?.
—No, solo me asustó. —su mirada siguió a Poe quien llevaba algo en sus manos que la delató.
—Quizá esto sea la explicación de todo. —la Ouija en sus manos hizo rodar los ojos de Rose para mirar a Rey con una clara molestia.
—Rey Kenobi. —dijo dura. —hablamos de esto cariño, no es real, eso es un juego. Pero todo esto es culpa de Poe. —Poe se encogió de hombros ante todo.
—Yo no le dije comprará una. —sonó despreocupado dejando la tabla cerca del tocador.
—¡Ya basta!. —gritó Rey. —Es real, traté de hablar con Tod, tal y como me dijo la adivina. Pero algo salió mal y terminé invocando al fantasma del joven que se suicidó en está casa. —Mientras Rey decía eso, sus amigos la miraban cómo a una loca, aún así comprendían su pérdida. Rey recordó que la adivina le dijo que no era un juego invocar espíritus. —Rossi, Poe, el fantasma de ese joven se me apareció y habló conmigo, no me miren así, no es broma, no fue un sueño, el gato de la cocina fue una señal. —Los ojos de Rey se humedecieron ante la impotencia de que sus amigos no le creyeran.
—Rey. —tomando sus manos Poe le abrazo. —cariño pasaste por unos días malos, pero no está bien aferrarse a eso.
—¿No me creen verdad?. —se levantó de la cama.—Vengan conmigo, el gato es una señal, cuando lo vean sabrán que no miento.
Rey saltó hacia la puerta, corriendo a la cocina para que mirarán al gato. Rose y Poe la siguieron expectantes ante lo que podría haber en la cocina. Para sorpresa de Rey y alivio de sus amigos no había nada, no había gato, ni rastro de que hubiese estado ahí. Rey se llevó las manos a la cabeza, estaba volviéndose loca.
—Rey, bebé todo estará bien. —le abrazo Poe, Rey lo sujetó.
—No estoy loca, se lo que ví. —con aparentes lágrimas.
—Estas pasando por momentos realmente duros y es normal, te queremos amiga. —le dio su mano, y Rey asintió resignada a que todo fue una ilusión, seguro resbaló y se golpeó la cabeza.
—Esta bien, me iré a cambiar. —regresó a su habitación, mientras sus amigos la miraban con pena.
Rey se miro al espejo y respiro profundamente, dándose cuenta de lo loco que sonaba todo, un fantasma, una adivina, un gato.
El resto de la mañana, ellos ayudaron con la comida, dejando la cena para la noche. Rose sugirió de nuevo con un tono sereno que podía y sería mejor que ella se quedará unos días en su casa o la de Poe, estar tan lejos de la ciudad en medio de un bosque no era sano en estos momentos, sería bueno que se rodeará de sus amigos en estos días. Poe también le dijo que sería bueno una noche de chicas en un bar, Rey sonrió ante todo eso pero se negó a irse. Sus amigos estaban preocupados por Rey, pero ella alegó qué quería estar sola.
Era más de las 5 cuando tomaron sus cosas para irse, Rey prometió que no jugaría con la ouija y que el lunes por la mañana pasaría a devolverla.
Después de que los despidió en la planta baja, regresar a su departamento, cruzó la puerta, camino hasta su Sala solo para ver a su mayor dolor de cabeza sentado en el sofa mirándola con impaciencia y hasta diría qué con odio.
—¿Se puedo saber cuando te dignaras a irte?. —serio, apacible, cómo un cazador ante la presa.
En ese momento Rey supo que solo eran ilusiones, visiones y estrés por todo lo que había estado pasando en su vida, que ya de por si era miserable, así que lo tomaría con calma. Cruzó los brazos e hizo un gesto.
—¿Irme?, es mi casa.—que estaba haciendo, acaso discutiendo con un ¿fantasma?. Sea lo que sea no tenía que tener miedo de el. Una vez le dijeron que es más factible temer a los vivos que a los muertos.
Sentado al otro lado de la habitación, se levantó molesto, dando pasos hacia ella, en ese momento se dio cuenta de lo alto que era, y sus pasos eran más bien zancadas.
—Es mi casa. —la señalo con su dedo, en señal de molestia. Rey pensó que había hecho enojar a un fantasma, sonrió internamente.
—No lo es. —segura de si misma, no era la primera vez que peleaba por algo que era obviamente era suyo. —Es mi casa, yo la compre hace unos meses y vivo aquí desde entonces. Así que te pido de la manera más amable que saques tu fantasmagórico trasero de mi propiedad. —dando un paso hacia el, si era pelea, ella le daría el golpe primero.
El comprendió que ella no se iría, y no entendía lo de fantasmagórico.
—Es una clara equivocación, es mi casa yo soy el dueño legítimo de este lugar. —Volvió a estar a la defensiva.
—Eres un fantasma, ¿para que querrías esta casa? ¿Asustar a alguien?. —Ella negó con la cabeza y pudo notar algo en el, una especie de desconcierto, en ese momento Rey bajo sus defensas y su postura altiva cambio, parecía que no sabía nada.
El dió un paso hacia atrás, estaba demasiado confundido, le faltaba el aire. Rey se acercó rápido a tratar de ayudarlo, que en ese momento no se dio cuenta que era un fantasma, un ser de otro mundo, que podría pasarle, ya estaba muerto. El se alejó de ella, dando pasos hacia atrás con miedo a caer.
—Mentiras. —le dijo con temor de ella, por primera vez Rey se sintió mal, el se sentó en el sofá con la cabeza abajo tratando de tomar aire, Rey trato de tomar su hombro y el la miro bruscamente. —Eres una mentirosa.
—Si es una mentira, ¿porque este lugar tiene mis cosas?. Ve a tu alrededor, los muebles, los cuadros en la pared. —Rey señalo las cosas a su alrededor y el siguió su vista, al parecer el no sabía ni siquiera donde estaba, efectivamente no eran más sus cosas, sus cuadros, sus fotos con sus padres o sus muebles, el se dejó caer en el sofá tras el, parecía asustado.
Algo se resolvió en su estómago, pobre, el quizá no sabía nada, quizá como en las películas no sabía que había muerto, ahora se sentía miserable por esto.
—Lo siento, pero es la verdad, tú estás muerto. —está vez su tono de voz fue suave y más apacible.
Su mirada cambio, y su enojo se volvió pena y angustia. Rey pudo notar las motas de lunares que bañaban su rostro, un poco pálido y algo enrojecido. El color de sus ojos, un café claro profundo. Ella quiso descubrir más, pero el se levantó, se alzó sobre ella, entonces pudo confirmar lo alto que era, su sudadera color azul obscuro le quedaba ceñida a su cuerpo, y era alto como su nevera. No tuvo miedo, pero sí una especie de intimidación, su presencia era imponente.
—¿Como?. —la miro suavemente, ella se quedó callada, se quedó quieta y confundida. —¿Como morí?. —siguió el.
Rey aclaro su garganta y miro hacia un lado y otro, el no quitaba su vista de ella, la puso nerviosa.
—No se, bueno sí y no. —en realidad ella no sabía todos los detalles. —hasta donde se, tú caíste ó resbalaste por el balcón hace unos cuatro ó cinco años. Al parecer al morir tú madre heredó este edificio de apartamentos y los vendió, yo compre junto con mi novio este piso que venía junto con la terraza hace un par de meses. —el no parecía estar, bueno estaba con el, pero no su presencia es como si mirara através de ella. Rey trato de tomar su brazo, fantasma, ente, espíritu ó lo que fuera merecía un poco de consuelo. Pero el se apartó, mirando por la gran ventana frente a la Sala. Rey pensó en dejarlo solo, quizá ahora podría "descansar en paz".
Un sonido al otro lado en su habitación hizo que el joven caminará hacia el, Rey no quiso seguirlo. Recordó la foto en el libro, así que fue por ella. Tomando la foto, Rey fue hasta donde el y lo encontró hasta la terraza, en silencio sentado mirando hacia el cielo. Rey tomó asiento hacía el para verlo cargar el mismo gato de la mañana.
—¿Era tuyo?. —rompió el silencio, el joven la miro para sonreírle, ella se la regresó.—¿El gato?.
—No, nunca me gustaron los gatos. —le sonrió otra vez. Su sonrisa era cálida y contagiosa. —no recuerdo nada, ahora que lo pienso bien, no recuerdo mucho.
—Al parecer se llama BB. —mirando como el gato saltó de su regazo para irse hacia la barandilla y lamer su pelaje.
—Lindo nombre. —su tono de voz era sereno. Rey no perdió más el tiempo y saco la foto de su bolsillo para enseñarsela.
—Mirá. —llamando su atención. Le mostro la foto y el se quedó perplejo, la tomó en sus manos, rozando los dedos de Rey y pudo sentirlo, se sentía firme, no era como en las películas, no era como Patrick Swayze en Ghost, era como Patrick Swayze en el cuerpo de Whoopi Goldberg, un poco frío pero se sentía de carne y hueso, era como si estuviera vivo. Era una locura estar sentada junto a el y hablando de gatos eso ya era una locura. Fue un instante y el retiro la foto de sus manos como el tacto que se produjo.
Miro atentamente la foto, como si decifrara algo, ella lo miro más detenidamente, tenía el cabello negro, negro como la obscura noche, sus orejas eran algo desproporcionadas a su rostro, había algo en el que le hacía conocido.
—Creo que son tus padres. —en voz baja, todo esto era tan raro.
—¿Los conociste?. —preguntó sin mirarla.
—No, todo la compra de este lugar se hizo con agentes de bienes raíces no tuve el gusto de conocer a tú madre ó tú padre. —el alzo la vista para mirarla, ella se sintió extrañamente culpable por no conocerlos quizá le hubiera dado consuelo. —¿Eres Ben?.
—¿Si?.—fue una pregunta más que una afirmación.
—Bueno.—ella señalo la foto, este eres tú y esta debe ser tú madre y el tú padre, quizá ese es su perro.—el se le quedó viendo analizando su rostro como ella lo hizo con el. —¿que pasa?.
—Es tan raro estar muerto. —parecía un chiste.—¿como sabes mi nombre?.
—Amm. —tomó la foto de sus manos reales y la volteo. —aquí dice para Ben, supongo que tú eres Ben.
—Si lo soy ó lo era, lo que sea. —parecía decepcionado.
—Lo eres. —de nuevo le dio consuelo con su mirada. —aunque no estés más vivo, siempre serás Ben.
El se quedó callado en silencio, mirando la foto de nuevo, meditando todo, la sensación de estar muerto, y el aire frío que ahora sentía. Y la chica a su lado, la joven menuda y pecosa que le había dicho que era un fantasma, le intrigada mucho pero estaba muerto, los muertos no sientes, ¿o si?.
—Aún no puedo creerlo, es como si hubiese despertado de un largo sueño pero no me siento muerto. —la complejidad del asunto la ponía contra la espada y la pared, ella no sabía cómo manejar esto, era maestra de primaria y apenas llevaba unos años siéndolo, podía manejar a unos niños pero a este... Hombre no sabía cómo.
—¿Quieres que haga algo por tí?. —No sabía cómo ayudarlo, pero podía intentar.
—No se si esto sea como en las películas, digo ¿crees que mi alma esta aquí porque no tengo descanso eterno?. —Rey negó rápidamente.
—No quise dar a entender eso, solo que, no lo se, no se si es real que estoy hablando contigo, y no sea que me halla desmayado en la cocina y siga inconciente. Y Todo esto porque quería hablar con mi novio muerto. —comenzó a reír por lo tonto que sonaba todo.
—Bueno, realmente solo estoy yo aquí. —se encogió de hombros. Ella dejó de reír mirándolo en silencio.—Soy Ben Solo. —extendió su mano, ella sonrió tomándola, ahora era amiga de un ente.
—Me llamó Rey Kenobi. —tomando su mano se dio cuenta que era real ó al menos se sentía real.
—Creo que si puedes hacer algo por mí. —la miro decidido, tenía esa especie de aura mística. —Necesito hablar con mamá ó al menos escuchar su voz.
Rey se quedó estática ante su petición, pero ella había dicho que lo ayudaría, quizá si necesitaba cerrar un ciclo.
*
Investigando en Internet encontró algo sobre la familia Solo-Organa, eran al parecer dueños de una línea Aérea en Coruscant y Naboo, eran millonarios, Rey se sorprendió al ver su fortuna valuada y su apellido en la revista Forbes y le dio algo de extrañez haber comprado a precio módico este lugar.
—¿Ya encontraste algo?. —Ben estaba detrás de ella mirando por la computadora.
—Tú familia es millonaria. —casi podría decirse que lo miro con sorpresa por omitir ese detalle.
—Si, algo así.—siguió mirando el computador.
Rey siguió navegando por la red hasta encontrar una nota que quizá no sea buena idea mostrarle a Ben. Cerro la laptop y solo le sonrió. —Trataré de buscar en la guía amarilla.
El le arrebató la laptop, para mirar con tristeza la nota.
"Tras la muerte del empresario y aviador Han Solo hace dos años, su único hijo y heredero de 'Resistance' el arquitecto Ben Solo muere tras haberse caído por la ventana de su habitación, se creé que fue suicidio. Le sobrevive su madre Leia Organa Solo, quien no a dado declaración ".
El le regreso la laptop, enojado deambuló por la habitación, Rey estaba preocupada.
—Yo no me suicide. —la miro con enojo pero con una mezcla de clamor por ser creído. —Yo no me lancé por la ventana, yo no le haría esto a mi madre, yo no la dejaría sola, no después de que papá murió en aquel accidente de auto, no le haría esto a mamá, ella tiene que saber. —parecían lágrimas en sus ojos, ó eso veía Rey.
—Ben, a veces nos sentimos solos y....
—¿Crees que lo hice?. —la incredulidad en sus palabras.
—No. —no sabía si era cierto o no. —creo que amas a tu madre y tu muerte fue un accidente. Aunque no sabías lo de tu padre.
—Mis recuerdos llegan, ahora recuerdo muchas cosas, como que yo no me suicide, tengo que hablar con mamá. —se acercó a ella y le rogó con la mirada, parecía un enorme cachorro.
—¿Y que le diré?, señora habló con el fantasma de su hijo. —bromeó.—Ya lo dijiste, me tomarán por loca, justo ahora creo que alucino. —fue sincera.
—Por favor. —le susurro y sin darse cuenta tomó sus manos, estaban frías. —por favor Rey.
—Bien.—se alejó de el, como si sus toques la electrocutaran. —buscaré su número telefónico.
*
Después de buscar como nunca antes en todos lados, inclusive a la vendedora de bienes raíces, consiguió el número, un número de la ciudad de Yavin, marcó, solo para ser una extensión, ya nadie de la familia usaba ese número, aun así y con todo el miedo mintió diciendo que era una sobrina lejana de Coruscant, al parecer le creyeron. Otro número, pero ahora con residencia en Naboo, al otro lado alguien contestó y Rey se alegro al igual que Ben a su lado.
—Mansión Solo-Organa, ¿quien habla?. —La voz formal al otro lado le contestó.
—Miré habla Rey Kenobi, de Coruscant, quisiera hablar con la señora Organa. —quiso parecer todo menos nerviosa.
—Lo lamento Señorita Kenobi, pero la señora Organa no recibe llamadas a este número, que tenga un buen día.
—Aguarde.—antes de que colgará y Rey siguió. —tengo que hablar con ella.—miro a Ben, quien parecía nervioso casí como ella. —es sobre su hijo.—no hubo más que silencio al otro lado, creyó que le habría colgado, pero una voz le contestó.
—No tengo nada de que hablar con usted y mucho menos sobre mi hijo. —era la voz de una mujer mayor, era Leia Organa.
—Por favor. —suplicó.
—Mamá.—grito Ben.
—No te escuchá. —lo calló Rey.
—Señora.—siguió hablando con Leia. —es algo un tanto inusual y extraño, pero es real, es sobre su hijo Ben.
—Ya le dije que no quiero hablar sobre mi hijo con usted....
—Yo me comunicó con el. —le interrumpió. —me comunicó con su hijo, es algo así como su espíritu.—Dios sonaba como una loca.
—Mire señorita, no vuelva a llamar ó rastreare su número y la metere presa. —Sin más colgó.
Ben parecía bastante decepcionado y Rey como todo una estúpida.
—Mi madre es así, pero si seguimos....
—No. —fue clara y dura. —se acabó, lo siento Ben, pero no puedo hacer más, parezco loca. —Cerró su laptop y se levantó.
—Hey. —la siguió Ben. Pero ella no hizo más caso. —Hey, —tomando su brazo.
—Ya oíste, no me cree, nadie me creerá, podríamos olvidarlo. —Rey estaba cansada.
—Rey ayúdame, te lo imploró, quizá siga en este mundo terrenal hasta que hable con mi madre ó me cerciore de que ella no me crea un suicida y así por fin mi alma descanse en paz. —parecía convincente.
Rey cruzó los brazos. —Creí que no creías en las películas. —Touche. —Esta bien. ¿Que sugieres hacer señor arquitecto?.
—Ir a Naboo.
Rey cayó en cuenta de lo que le pidió, el solo sonrió.
**
Hola, quiero dar las gracias a todos, el recibimiento de esta humilde historia me llena el corazón. Infinitas gracias por leer y votar ☑
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