Adios, pero no para siempre.


No habían caminado mucho de donde el tren los dejó, ya no había más vías, como ya no había vuelta atrás. Rey sabía que en el fondo esto era una locura, salir corriendo como loca, no desde la plaza, no huyendo de Rose, más bien huyendo de su vida, la cual justo en ese momento sentía pérdida, como si esa antigua vida no fuera más que una pesadilla. Pero en el fondo no se sentía mal por la pérdida de su vida pasada, se sentía más ligera.

Ben no tardo en notar ese cambio en Rey, supuso que su estado de "fantasma" Le daba cierto poder al sentir a alguien más.

—Rey, ¿Te encuentras bien?. —Pregunto casi como un susurro, Rey sonrió sin siquiera mirarlo.

Rey pensó que Ben había sido más su salvador que ella, aún así estos últimos días, ó quizá horas ella había comenzado a ver a Ben como un amigo, talvez más que eso.

—Estoy bien, ¿falta mucho?. —le regalo una sonrisa, una suave sonrisa.

—No. —dijo apuntando hacía una vereda, era una larga subida. —La casa esta en lo alto de la colina, me hubiera gustado haberte traído aquí cuando estaba vivo. —Parecía triste, aunque estaba cerca de la verdad, se sentía triste.

Rey quien como Ben habían pasado por mucho se dio cuenta que Ben tenía algo más que nervios.

Se detuvo y lo miro con determinación.

—Ben Solo, yo..... —la determinación en sus ojos se apagó.  —Yo te quiero mucho, y pase lo que pase cuando hable con tu madre, yo te quiero mucho. —¿Eran lágrimas?, porque el brillo de sus ojos era roció de primavera para el.

—Yo también...... —Una presión en el pecho no lo dejó hablar, Rey se asustó cuando Ben cayó de rodillas antes ella.

El dolor en el pecho lo derrumbó ante una Rey bastante asustada, ya no podía ver su hermoso rostro bañado en brillo celestial, solo podía oir a lo lejos la voz de su madre, un suave "Ben, ven a mí, ven a mí hijo mío". Otra voz, una voz conocida que extrañaba mucho, la fuerte voz de su padre. "Kido no es tu momento, aguanta, un poco más". De repente volvió a el, la voz de Rey, su dulce voz inundó su pecho.

Ben cayó, y Rey nunca soltó su mano, tenía lágrimas, esta vez Ben pudo sentirlas cuando su mano libre se posó en su rostro.

—Ben no te vayas, no te vayas, no me dejes sola. —con los ojos cerrados.

—No lo haré. —Dijo suave y ella abrió los ojos y lloro sobre su pecho.

—No me vuelvas asustar de ese modo. —Respiro profundo. Ben trato de levantarse, solo para ver el rostro enrojecido de Rey.

—Rey.—Tomó su rostro. —Yo te amo.

Rey se sobresalto, Ben miro la conmoción en su mirada, tenía miedo de sus futuras palabras.

—Yo, ¿porque me dices ésto? Justo ahora. —Ella sollozo de nuevo, algo se apretó en su pecho.

Ben no sabía que más decir, sabía que esto era una locura, un horrible error. Y que decir una palabra más era solo una condena, tanto para ella como para el. Cerró los ojos con frustración, su muerte solo le trajo más dolor que cuando estaba vivo.

—Lamento tanto haberte herido con mis palabras. —Finalmente dijo, apenado con sus propios sentimientos, sentimientos erróneos hacia Rey.

Ahora la que no sabía que decir era ella, Rey se quedó en silencio por unos instantes, meditando en medio de la nada sobre lo que "sentía" Por Ben, hacé unos minutos le había dicho que lo quería, aunque fue como una querer de amistad, ella sabía que en el fondo de esos pensamientos ella también le quería como algo más que un amigo, pero para que decirlo. El era un fantasma y ni siquiera sabía que pasaría después de este día, quizá el desaparezca para porfin encontrar paz en aquel más allá ó el se quedaría así. El silencio seguía.

—No tienes que decir nada más Rey. —Ben rompió aquel silencio doloroso y confuso.

—Ben yo... —Dijo pero Ben la hizo callar con un gestó.

—Será mejor que nos vayamos, se hace tarde y mamá tomá el té a las cinco. —Nostalgia, eso era, el camino por delante de ella, como si nada hubiera pasado, Rey se sentía estúpida.

Caminaron en un inmaculado silencio, no sabía con exactitud si era un silencio cómodo ó uno abrumador. Rey pensó y pensó, que le estaba pasando, acaso si estaba enamorada de el, lo miro por el rabillo del ojo y se veía serio.

Ben recordó las palabras de Esmeralda, aún así no tenía caso, aunque el amará a Rey, jamás podrían estar juntos, el no ataria jamás, el la amaba demasiado como para estar con ella de este modo, tan imposible y extraño. La miro por el rabillo del ojo y se veía triste y pensativa, después de verla reír hasta el punto de doblarse en su silla verla así, le ponía mal.

Rey divisó a lo lejos lo que parecía una mansión más que una casa, aunque no se extraño, ya que la familia de Ben era muy rica. Ben se detuvo de nuevo y Rey por fin lo miro a la cara, a este punto como el se sentía pérdida.

—Aún no se que pasará cuando veamos a tu madre, pero Ben, yo estaré contigo. —Tomó su mano, y de nuevo se sintió a salvo con ella, Rey era esa especie de Ángel guardián que nunca soltara tu mano.

—Tengo miedo Rey, a pesar de que se que mi madre no puede verme, siento que ella me verá. —Apretando su mano, la suave mano de Rey.

Ella le sonrió, esa sonrisa llena de paz, el la amaba, estaba seguro de ello. Una parte de el, la parte egoísta quería que Rey jamás se fuera de su lado, pero la parte coherente y razonable le decía que lo mejor para todos era que esto terminara de una buena vez.

—Sí tu estas a mi lado yo jamás tendré miedo, no estás sola.

—Ni tú. —Le respondió tan natural, tan real.

Una pequeña pausa, ¿que pasaría ahora?.

—Solo que, realmente no se que decir, ¿como me presentaré?. —Rey jugó con las posibilidades.

—Solo di que me conocías de la Facultad, mí madre se sorprendera, seguro querrá oír historias. —Pensando que en realidad no tenía muchos amigos, salvo Hux, seguro si se sorprendera, para bien quiso creer.

Rey creyó que podría hacerlo, sabía muchas cosas de Ben, el diálogo que tendría lo memorizaba, justo antes de querer tocar el timbre.

Ben sintió una pequeña parálisis en sus piernas, un hormigueo que subía por sus pies.

—Rey, —dijo nervioso, creyó que esto no volvería a pasar, no sin antes ver a su madre tampoco quería volver asustar a Rey.

—¿Que pasa?. —Se giró despreocupada. Para asombrarse como Ben desaparecía como una sombra cuando la luz solar se mueve de posición. —Ben... —casí susurrando, casí alargando su nombre como su estadía con ella.

—Rey, tienes que hacerlo no me queda mucho tiempo aquí, creo que a llegado mí momento. —Con una sonrisa disimulando el dolor de decir adiós.

—Ben, dijiste que estarías conmigo. —El llanto volvía a ella.

—Rey, tienes que hacerlo, salvate...

—Ben.... —Trato de tomar su mano.—Solo quiero que sepas que, que.... —Rey se armó de valor y lo besó, profundo y sinceró. Un beso de amor.

El sonrió, ella sonrió y el solo se desvaneció, como si nunca hubiera existido, como si nunca hubiese tocado su piel o besado sus labios, fue un instante que Rey atesoraria por siempre...

—Te amo, —Dijo a la nada, al vacío del mundo y de su corazón, tarde comprendió que lo amaba, más allá de que solo era un fantasma, así es la vida de difícil pensó.

Rey lloró, cerrando los ojos deseando que al abrirlos el estuviera ahí, pero nada, el se había ido, tenía que aceptar su destino.

Se contuvo lo suficiente, sería valiente, apretó los puños, sería valiente, levanto la cabeza. Ben Solo la había salvado de algo más allá de sus posibilidades y ella lo salvaría a el. Era su turnó.

No estaba segura si el cielo o el Infierno existían, aunque estaba segura de algo, en donde fuera ella encontraría a Ben. Pero por lo pronto lo ayudaría en este mundo mortal.

Se acercó a la reja, miro el timbre con altavoz, aclaro su garganta y presionó el botón.

—Mansión de la familia Solo-Organa. —La voz de un hombre al otro lado le dio la bienvenida.

—Se que no tengo cita con la señora Organa, además. —Tartamudeo un poco. —me llamó Rey Kenobi, y quisiera hablar con la señora Leia Organa.

Se mordió el labio por temor a que la hecharan ó hablaran a la policía.

—¿Viene por el puesto de enfermera?. —la voz de una mujer al otro lado la hizo acercarse más al timbre, aunque no sabía que decir. —¿Señorita Kenobi?. —De nuevo la voz femenina.

Rey sabía que no la dejarían entrar a esta gran mansión, donde seguro la señora Organa tenía mil pendientes, ya había mentido bastante, pero una mentira más no le haría daño.

—Sí.—Dijo sosteniendo la mentira en su lengua. —vengo por el trabajo de enfermera.

Un chirrido, la puerta automática se abrió ante ella.

—Puede pasar. —Dijo la voz, colgando antes de que ella pudiera darle las gracias.

Se armó de valor, miro hacía atrás por última vez, pero no había rastros de Ben, ella cumpliría la promesa.

—Te lo prometo. —Susurro a la nada.

A paso firme entró, detrás el crujido de la puerta y por delante un sol luminoso, lo haría por el.



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Hola, soy 🤡 por haberme ido y haber vuelto diciendo que regresaría y nada. Perdón de verdad, pero la situación que estoy viviendo me había dejado sin  ganas de nada, pero bueno, hace unos dias me arme de valor y bueno aquí está.

Gracias a todos los que me han mandando mensajes de ánimo después de mi última actualización. Y a todos los fans de este trabajo. Espero les guste este capítulo. Gracias por leer, espero sus comentarios y sus votos ☑ 💚.

EsmeraldaLezro amiga, gracias por ayudarme en esto.

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