Capítulo 1: El principio del fin

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JiMin acababa de salir de su espacio cuando un repentino golpe de energía erizó todos los pelos de su pequeño cuerpo. Él se quedó paralizado durante un largo momento; estupefacto.

"¿Qué es esto?", se preguntó mentalmente.

Mirando con ojos cautelosos la habitación desde dentro de su jaula, él trató de concentrar su poder espiritual para captar la energía a su alrededor; sin embargo, no era una ilusión, el poder de cultivo realmente había aumentado repentinamente.

Frotando sus mejillas con sus pequeñas patitas, él se lavó la cara con preocupación. Se había ido solo por un anoche. Ayer, tarde en la noche, decidió entrar a su espacio para echar un vistazo a su cosecha después de un tiempo, pero nunca imaginó que cuando saliera, los cuatro puntos de poder de cultivo originales de este planeta, aumentaría repentinamente tres niveles y parecía seguir aumentando.

Era demasiado extraño, originalmente este era un planeta inferior en el mundo del cultivo, pacífico e ignorado por los de su clase, que fue la razón por la que él, como pequeño demonio hámster cansado de las intrigas y luchas de su clase, había decidido escapar al mundo humano.

Aunque este planeta había tenido el mínimo de poder de cultivo, como planeta ignorado por los cultivadores demoníacos y superiores, no había sido malo para él. Probablemente eran pocos los que están allí, entonces, aunque escaso, su poder de cultivación no sería llamado insuficiente. Además, luego de cientos de años en este mundo y haber cultivado su poder espiritual cada día desde su llegada, de hecho, este había aumentado sustancialmente.

"Es preocupante; demasiado extraño".

Aún inquieto, JiMin se acercó a la puerta de su jaula y quitó el seguro con sus patitas. Él saltó fuera de esta hacia la mesita de noche donde estaba apoyada y corrió directamente hasta el borde, para saltar a la cama a un lado de ella.

JiMin cayó sobre la esponjosa almohada y rodó hasta caer sobre el colchón. Enderezándose sobre su cuatro patitas, sacudió la cabeza y continuó su carrera hasta el borde de la cama, para utilizar la tela sobrante de la cocha y deslizarse con agilidad hasta el suelo.

La facilidad y rapidez con que el pequeño hámster llevó a cabo cada acción, dejaba entrever su experiencia en el acto.

Una vez que sus rosadas patitas tocaron el suelo, corrió fuera de la habitación a través de la puerta semi abierta.

Por alguna razón, tenía un mal presentimiento sobre este repentino aumento de poder y algo le impulsaba a buscar al molesto humano que hacía de su cuidador, mientras su autoproclamado padre adoptivo realizaba su servicio militar obligatorio. Acercándose a la puerta del baño, no pudo captar ningún sonido u olor, por lo que se deslizó por el pasillo hasta la sala, donde finalmente escuchó un ligero murmullo.

Rodeando el sofá por la esquina, todavía no encontró nadie allí, pero sí se dio cuenta de la televisión encendida, de la cual aparentemente venía el murmullo. JiMin escuchó que hablaban acerca del clima o algo así, pero ignoró el hecho rápidamente cuando sus orejitas captaron sonidos metálicos en la cocina.

"Je, allí estás".

Trotando con pasó más ligero hacia la cocina, se encontró con el molesto humano moviendo algo en una olla en la estufa. JiMin suspiró al ver que estaba aparentemente bien y luego se paralizó.

"Oye, ¿por qué me preocupa un humano tan molesto?", bufó para sí mismo.

Viendo cómo el humano se movía de un lado a otro aún ignorando su presencia, se sintió repentinamente molesto. Por lo que comenzó a gritar en su dirección.

—¡Shi, shi! ¡¡Shi, shi!!

Por supuesto, aunque JiMin podía usar el lenguaje humano, nunca realmente lo utilizaría con ellos, después de todo, era muy probable que murieran de un infarto debido al susto o aún peor, trataran de llevarlo a un laboratorio para que abrieran su bello cuerpecito y ser examinado como en esas extrañas películas que su autoproclamado padre HoSeok veía a menudo.

El humano que vestía una camiseta oscura y pantalones deportivos, giró en su dirección y miró por encima de la encimera. Sus ojos bagaron un momento hasta que se posó en la entrada, donde JiMin se había erguido sobre sus dos patitas traseras.

Los labios del humano se fruncieron y él dejó la cuchara de madera en su mano sobre la encimera cuando acusó—: Te volviste a escapar.

JiMin utilizó sus patitas para peinar el blanco pelaje de su pecho mientras fingía una mirada de desentendimiento, luciendo tonto y adorable. El humano entrecerró los ojos y caminó hasta él para recogerlo en su mano.

—Tú, pequeño bribón, no finjas ser tonto —regañó este, llevando su dedo índice hasta su rubia cabecita para comenzar a frotar de un lado a otro.

JiMin chirró de horror y enojo cuando el humano comenzó a despeinarlo activamente. Él se revolvió y lo maldijo con múltiples y ruidosos "Shi, shi, shi" que salían de boca, utilizando sus patitas para apartar su mano sin éxito. A JiMin realmente le caía mal este tonto humano, porque siempre estaba frotándolo aquí y allá, desordenándo su suave pelaje y volviéndolo un manojo enredado y erizado.

No obstante, este humano parecía encontrar placer en hacerlo enojar, porque mientras más luchaba JiMin por apartarlo, con más ahínco lo frotaba. Frustrado, JiMin abrió la boca e intentó morderlo, pero el astuto humano fue más rápido en alejar su dedo.

—¿Qué te he dicho sobre morder? —El humano le apuntó con severidad, pero JiMin solo volvió a intentar morderlo. Este apartó su dedo una vez más—. JiMin, ¿necesitas que le diga a HoSeok de tu mal comportamiento?

JiMin bufó, volteando su cabecita para ignorarlo y comenzó a peinarse con sus patitas, usando sus pequeñas garras para desenredar y alisar su rubio pelaje.

El humano chasqueó la lengua y sin previo aviso, apretó sus mejillas con su dedo índice y pulgar, y amasó.

—¡Shi, Shi! —JiMin chilló por el nuevo ataque.

—No parece haber comida en tus mejillas, ¿tienes hambre?, ¿por eso volviste? —El humano alejó sus dedos a tiempo para que JiMin no lo aruñara y le dejó sobre la encimera—. Creo que quedan algunas nueces, pero tengo que ir a conseguir más, más tarde. Necesito comprar algo de comida y detergente —él comenzó a enumerar mientras se acercaba a la estufa y removía el contenido en la olla, antes de abrir la alacena y tomar una bolsa de nueces mixtas, de donde tomó el último puñado para entregárselo.

JiMin vio las nueces en la encimera y tragó, sus pequeñas garras terminando de peinar su pelaje mientras el rico aroma seducía su nariz. Él extendió una pata y se metió una en la boca furtivamente mientras fingía que nada pasó y seguía con su labor de desenredo.

Una risa ahogada se escuchó y cuando miró algo hacia arriba, los ojos divertido del molesto humano estaban sobre él. JiMin le miró mal.

—Venga, come bien. Te llevaré a ver tu serie en cuanto termine aquí —anunció este.

El humor de JiMin se apaciguó ante la promesa de ver anime y meneó la cabeza en un asentimiento. El humano, YoonGi, sonrió y se volvió para seguir atendiendo las ollas y sartenes en la estufa.

JiMin terminó de arreglar su pelaje y se lavó la cara con felicidad cuando centró su atención en las nueces a su lado. Era apenas una pequeña pila y aunque él mismo tenía su plantación personal en el espacio, no eran como estas nueces mixtas confitadas a las que HoSeok le había hecho volverse aficionado.

En realidad, a lo largo de los años, JiMin fue conservando una gran variedad de comida en su espacio, pero al darse cuenta de que era más factible cosecharlas él mismo, fue recolectando y sembrando pequeñas hectáreas de casi todo alimento que le gustara.

Actualmente, el espacio en su mejilla derecha se había convertido en un espacio de cultivo y cosecha, que almacenaba en el espacio de su mejilla izquierda.

Al principio, JiMin no creía que realmente podría sembrar alimentos en su espacio, pues originalmente este estaba dedicado para el crecimiento de plantas medicinales. No obstante, luego de plantar un árbol de durazno y que este comenzara a crecer sin problemas, JiMin casi se volvió loco plantando toda clase de nueces, que luego derivó en la plantación de frutas y por último, en algunas patatas y batatas cuando HoSeok se las dio a probar y se enamoró de ellas.

Por supuesto, JiMin plantó patatas cuando escuchó a HoSeok decir que las ricas papas fritas que hurtó y comió después de verlo disfrutarlas tanto, se hacían a partir de estas; no fue hasta más tarde, luego de plantar dos hectareas de ellas, que se enteró que la producción no era tan simple. JiMin se sintió desconsolado, pero ya que las había plantado, las mantuvo y cosechó con cuidado.

Luego, las babatas fueron plantadas cuando HoSeok, ebrio, le dio a probar batata asada y a JiMin le encantó el dulce sabor. Estas al menos sí se podían hacer sin mucho problema, por lo que JiMin le enviaba a HoSeok una ración de patatas y batatas cada cierto tiempo.

Por alguna razón, HoSeok pensó que estas venían de parte de sus tíos que vivían en el campo y al parecer se dedicaban a la agricultura. JiMin lo dejó ser, después de todo, era una excusa conveniente para él. Aunque HoSeok luego terminó enviándoles dinero a estos tíos cada fin de mes como agradecimiento, lo que provocó una confusión en doble dirección que él aún no aclaró.

Cada vez que JiMin cosechaba su espacio de cultivo y su espacio de almacenamiento se llenaba —principalmente de nueces—, donaba el resto a organizaciones beneficas y orfanatos, esto debido a las observaciones y vivencias que pasó a través de los años en este mundo humano. Además de que encontraba estas causas muy nobles. Y porque de lo contrario se echaría a perder en su mayoría.

Entonces, se puede decir que a JiMin no le hace falta comida, pero como un pequeño demonio hamster, todavía ama acaparar y no puede evitar babear cada vez que se le ofrecen nueces o cualquier otro alimento que le guste.

JiMin acababa de terminar sus nueces cuando el humano comenzó a servir la comida en la estufa. Él le vio dividir y empaquetar la comida que sabía luego guardaría en la nevera para los próximos días, porque este humano trabajaba largas jornadas en la clínica y pocas veces tenía tiempo de prepararlas.

Esta es otra de las razones por las que JiMin no entendía por qué HoSeok decidió que Min YoonGi era una buena opción para cuidarlo. El hombre pasa más tiempo en el trabajo que en casa y JiMin era cuidado más tiempo por la señora del aseo que por él mismo, pero HoSeok insistió en que YoonGi era el único que no dejaría a JiMin morir antes de que regresara se su servicio militar, o algo así le escuchó argumentar cuando le pidió a este que se hiciera cargo de él.

—Está listo, JiMin, vamos a la sala para que puedas ver la televisión —el humano dijo, recogiendo su plato de comida en una mano y a JiMin con la otra.

JiMin cooperó para ser cargado y se dejó dar un paseo hasta la sala. YoonGi le dejó encima de la mesita de centro, donde había un cogin que fue traído desde casa de HoSeok y donde JiMin suele descansar.

"La gran lluvia de meteoritos pasará esta noche", JiMin escuchó venir desde la televisión cuando YoonGi subió el volúmen; sus orejas se mivieron con interés, pero el tonto humano cambió el canal repentinamente.

—¡Ah! ¡Shi! ¡Shi, shi, shi! —JiMin chirrió señalando la televisión. El tonto humano le miró extrañado.

—¿Qué pasa?, calma, ya voy a poner tu anime —este argumentó sin mucho interés.

JiMin se lavó las mejillas con frustración y negó con la cabeza, chillando y señalando la televisión nuevamente. El tonto humano pareció más desconcertado mientras le miraba.

—No te entiendo. —Él blanqueó los ojos y sus ceño se arrugó—.  A veces juro que tratas de hablar.

JiMin se quedó paralizado por un momento y miró a este humano con cautela, tratando de decifrar el significado de sus palabras, pero este no pareció repar demasiado en ello cuando salió de la aplicación y volvió al canal de noticias.

—Oh, me salí de nuevo —bufó, pero JiMin se apuró a chillar y asentir hacia la televisión—. ¿Qué? ¿Quieres ver las noticias? —YoonGi pareció estupefacto y su ceño se arrugó cuando JiMin asintió y volvió su atención a la pantalla.

JiMin no le prestó más atención mientras escuchaba a la presentadora hablar.

"En las partes más rurales del país se podrá ver con claridad", ella continuó hablando, "será un gran espectáculo que muchos podrán disfrutar en gran parte del mundo. En otras noticias...", JiMin se entumeció ante el final abrupto y suspiró, se lo había perdido.

Sin embargo, esta noticia regresó su atención a su preocupación original. Este extraño aumento en el nivel de poder de este planeta, ¿podría tal vez estar influenciado por este peculiar fenómeno? JiMin no podía explicárselo de no ser así, porque no sentía que hubiera nada anormal sucediendo en este mundo.

Acomodándose en su cogín, JiMin cerró los ojos y se dispuso a meditar mientras absorbia la nueva energía espiritual que se desbordaba por todas partes. Tras él, el humano comía en silencio y JiMin no se percató de la curiosa y peculiar mirada que estaba sobre su pequeño cuerpo.

🐹🐹🐹

A las siete de la noche, JiMin vio al humano entrar por la puerta con un montón de bolsas en mano. JiMin se quedó parado sobre sus patas traseras en medio de la sala mientras veía al hombre luchar en la puerta.

Se había pasado el día tratando de averiguar qué sucedía e incluso se contactó con algunos amigos en el mundo demoníaco, pero ninguno de ellos supo darle una explicación factible de lo que sucedía. Aún así, la ansiedad en su pecho solo parecía aumentar con el pasar de las horas. Su pelaje se erizaba y corrientes eléctricas le recorrían cada tanto, enfriándole y apretándole el pecho.

Tenía el profundo y siniestro presentimiento de que algo muy malo iba pasar.

No era la primer vez que se sentía así, pero la única vez que lo sintió antes, casi todo su clan fue erradicado y su mundo se cubrió de sangre y del inconfundible olor a muerte. Entonces, JiMin no podía evitar su ansiedad ahora.

—¿Qué pasa, me extrañaste? —La voz del humano le sacó de sus pensamientos—. Te dije que no tardaría demasiado y que solo iría a la tienda. No trabajo hoy.

JiMin miró al humano y luego dejó salir un chirrido despectivo, girándose para correr hacia el sofá, donde uso sus garras para escalar y sentarse. La televisión seguía reproduciendo uno de sus animes, aunque JiMin no había podido prestarle verdadera atención a estos.

—Al menos esta vez has sido bueno y te has quedado en casa —YoonGi dijo mientras trasladaba las bolsas a la cocina—. No entiendo a dónde se supone que te escapas cada vez o por dónde lo haces, sino fuera porque HoSeok dijo que era un comportamiento normal tuyo... pero de todas formas, ¿creí que todo lo que a los hámsters les gustaba era almacer nueces y correr en las ruedas de su jaula?

JiMin ignoró las diatribas del tonto humano. En su estancia juntos, se había dado cuenta de que a este le gustaba hablar en voz alta consigo mismo o hablarle sobre un montón de cosas en un monólogo.

—Compré mucha carne esta vez, porque había oferta. Oh, también compré dos bolsas de tus nueces confitadas. —Las orejas de JiMin se movieron con interés ante lo último dicho—. Aunque no creo que un hámster debería comer nueces confitadas. Se lo he dicho a HoSeok, pero si a él no le importa, ¿quién soy yo para prohibirlo? —Había un claro tono de reproche en la voz del hombre que de alguna forma le divertió.

De hecho, el molesto humano tenía razón, pero eso solo aplicaba para los hámsters ordinarios de su mundo. A un demonio hámster como él, no le afecta en nada. JiMin puede comer todo lo que desee, en realidad, estaba seguro de que fácilmente podría ingerir algunos venenos del mundo humano y todavía estaría en óptimo estado.

Fue así como terminó siendo adoptado por HoSeok dos años atrás.

JiMin recuerda estar tomando una siesta entre el montón de hierba suave en el bosque cuando de repente fue abordado por el humano; él se asustó tanto que casi lo elimina de este mundo, pero para su suerte, fue rápido en percatarse de que no era peligroso.

La primera vez que JiMin vio a HoSeok, el humano tenía los ojos acuosos y una mueca preocupada deformando su cara. Él sostuvo a JiMin entre sus manos mientras mormuraba una y otra vez que no tenía de qué preocuparse y que estaría bien, asegurando que él lo ayudaría.

JiMin no tenía idea de lo que el extraño humano que lo secuestró estaba hablando y no fue hasta un par de horas después, luego de ser llevado a un veterinario que le hizo un "lavado de estómago" —lo que en su cognición significaba vomitar todo lo que ingirió en una semana—, que se enteró que al parecer todas esas bayas silvestres que se comió, de hecho, no eran aptas para ser ingeridas.

Entonces, cuando HoSeok encontró a JiMin desmayado —durmiendo— al lado del árbol de bayas, con todo su pelaje manchado con el líquido de estas y su barriga hinchada a más no poder luego de comer hasta el hartasgo, pensó que se estaba muriendo por intoxicación.

A JiMin le pareció gracioso y conmovedor el acto del humano en su momento, pero lo único que esas bayas le hicieron, fue dejarle satisfecho y darle un poco de sueño. Aún así, en esa lluviosa tarde, HoSeok lo llevó a casa y se autodeclaró su padre adoptivo.

JiMin trató de escapar muchas veces, pero el humano se las arregló para atraparlo cada vez. En cada ocasión se veía tan angustiado por él corriendo fuera de casa, que a final JiMin se rindió y le dejó criarlo.

JiMin terminó haciéndose cercano a HoSeok y descubrió ciertos placeres en ser criado, como la comodidad de ser alimentado sin esfuerzo, poder ver la televisión tanto como quiera y comportarse mimadamente y aún así ser elogiado. HoSeok le dio una buena vida y JiMin le recompensó quedándose a su lado.

No cualquiera podría tener un pequeño demonio hámster como él, y mucho menos cuando era tan poderoso y guapo.

—Pequeño bribón, has estado extraño todo el día.

JiMin chilló por el susto cuando el humano apareció de repente y habló. Él nunca se percató de cuándo se acercó.

YoonGi lo recogió en sus manos y le acarició la barriga con los pulgares mientras se sentaba. JiMin chirró indignado, zapateando y revolviéndese, pero otra vez fue en vano.

—¿Qué te pasa? No estás enfermo, ¿verdad? —El humano le preguntó, acercándolo a su cara para revisarle con cuidado.

JiMin bufó y abofeteó su mano con un grito cuando este de repente acarició sus tesoros con un dedo. JiMin le miró incrédulo.

¡¿Cómo se atrevía este tonto humano?! ¡Realmente tenía cara para aprovecharse de este demonio hámster de esa forma!

—¿Oh? ¿Qué pasa con esta reacción? —El humano sin escrúpulos le miró con perverso interés y trató de tocar sus tesoros de nuevo.

Esta vez, JiMin le rasguñó.

—¡Shi, shi, shi! ¡Shi! ¡Shi, shi! —Bastardo humano depravado, ¿te atreves? ¿Aún quieres aprovecharte de este hámster?

—No me digas, ¿estás en celo? ¿Por eso has estado tan ansioso hoy? —YoonGi le miró con duda y JiMin se preguntó por los extraños circuitos cerebrales de este humano—. Espera, ¿cuándo es el celo de los hámsters, cuánto dura y qué se debe hacer si no tienen pareja? No recuerdo que Hoseok me dijera nada al respecto.

YoonGi le dejó sobre el sofá y buscó entre sus bolsillos hasta encontrar su celular, donde comenzó a teclear con rapidez. JiMin deseaba abofetear a este tonto humano por su estupidez, en especial cuando de repente le dedicó una mirada de circunstancia una vez buscó lo deseado.

—¿Tu especie está en celo cada siete días aproximadamente? —YoonGi miró a JiMin con escrutinio—. ¿Debería buscar según tu especie?, creo que escuché a HoSeok decir que eres un hámster sirio, ¿no? Buscaré así —balbuceó, concentrándose nuevamente en su celular.

JiMin estuvo a punto de chillarle un par de cosas, pero una potente descarga de poder le congeló el cuerpo. Él se quedó paralizado y percibió cómo los niveles de poder espiritual en este mundo aumentaban de forma descontrolada.

JiMin chirró con un estremecimiento y saltó del sofá; él escuchó al humano gritar asustado por su repentina acción, pero JiMin no tenía tiempo para prestarle atención. Él rodó en el suelo cuando cayó y corrió tan rápido como pudo hacia la pequeña terraza.

Las puertas corredizas estaban cerradas, por lo que JiMin se paró sobre sus patas traseras y se apoyó contra el cristal, mirando el cielo y los alrededores. Insatisfecho, giró sobre sus talones y corrió directamente hasta la habitación de YoonGi, colgándose de las cortinas que casi rozanban el suelo y escalando con habilidad hasta que pudo pararse en el alféizar de esta.

La ventana de la habitación estaba abierta y JiMin sintió la cargada brisa entrante. Hubo algo siniestro en el aire y la respiración de JiMin falló; miró desesperado de un lado a otro sin encontrar nada. Él quería saltar fuera para averiguar, pero unas manos le atraparon antes de que pudiera escapar.

—¡¿Qué haces, JiMin?! ¡¿Acaso quieres morir?! ¡Esto es un doceavo piso! —YoonGi le apretó entre sus manos casi de forma dolorosa, pero JiMin no podía detenerse ahora.

Algo muy malo estaba pasando y él tenía que averiguar qué demonios era. JiMin arañó las manos que le sostenían; sin embargo, sin importar el daño que realizara y las maldiciones que el humano soltara por el dolor, él todavía no le soltó. De hecho, JiMin le vio estirar una mano para cerrar la ventana.

—¡Shi! ¡No lo hagas! —Gritó incluso antes de reparar en ello.

El humano se congeló y JiMin se llevó las patas a la boca, asustado, porque él realmente acababa de utilizar el lenguaje humano para hablar. Mirando atemorizado al humano que le sostenía, JiMin se dio cuenta de que en realidad este no lo estaba mirando y sus ojos estaban fijos en la ventana frente a ellos.

—¿Qué demonios es eso? —JiMin se percató del horror en las palabras del humano y cuando giró su cabeza y miró en la dirección en que este lo hacía, se le encogió el corazón.

Fuego callendo del cielo; mucho de ello. Cientos de bolas de fuego se precipitaban hacia la tierra desde el cielo rojizo.

Una ruidosa alarma estalló y los oídos de JiMin pitaron, un profundo silbido sonando en ellos mientras su sangre corría agresivamente por todo su cuerpo al ver las bolas de fuego acercarse cada vez más a la tierra.

—C-Cuidado, c-cuidado —balbuceó sin aliento—. Corre, corre YoonGi, ¡corre!

JiMin no sabe si el humano realmente le escuchó, pero este se alejó de la ventana y corrió hacia el interior de su departamento.

Un segundo después, el temblor y el fuerte estruendo de todo quebrándose y sucumbiendo le siguió a sus pasos y YoonGi salió disparado directamente hacia la pared del pasillo por el impacto.

Este humano, protegió a JiMin con todas sus fuerzas contra su pecho.

🐹🐹🐹

Así que, aunque me encantan las historias de apocalipsis, nunca había escrito una. Amo especialmente la de los zombies, así que espero hacerlo aunque sea un poco decente.

Esta historia ha nacido de la frustración, jajaja. Después de haberme leído dos historias de apocalipsis con hámsters como protagonistas, me han dejado el mal sabor de que había algo que faltaba, así que escribo para suplir ese algo, jajajaja.

En fin, espero que disfruten la lectura.

Y les advierto, está historia no será corta.

Stars_Saturn.

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