Capítulo 61 : Libertad. [F I N A L]

Habían pasado semanas, Tayler ya se encontraba en alta. Pero en el momento en el que iba a su hogar, pasando por el pasillo, observó a un paciente de cabello blanco que se encontraba en una habitación individual, abrió sus ojos como platos al observar, que era Scott.

Caminó rápidamente junto a Sally hacia la salida en busca de una estación policial, para su suerte había una ahí cerca, fue hacia allí desesperado con su respiración agitada sólo le bastó observar a Scott para que aquel miedo volviera pero esta vez no quería callar.

Los policías se acercaron a él preocupados al igual que Sally.

— ¡Es el hombre de las noticias! — Dijo un joven policía sorprendido, pero era algo obvio, esa noticia cruzó por todo el mundo y era imposible confundir a Tayler.

— ¡Necesito...! — Respiró. — ¡Necesito declarar la verdad! — Exclamó con pequeñas lágrimas.

Los policías sorprendidos, le ofrecieron una silla para que se sentara e igual para la pequeña a su lado. Él observó a el grupo policial que lo rodeaba y habló. Comenzó a contar todo lo que sucedió en el circo, adsolutamente todo, sin un detalle fuera. Los rostros y expresiones de los presentes eran en shock. Casualmente en el momento que Tayler cerró la boca al terminar. Scott despertó.

— ¡Tayler! — Gritó por simple instinto el de cabello blanco.

Sally al igual que Tayler lograron escuchar su llamado, la pequeña miró a los policías suplicando con su mirada que hicieran algo rápido, los oficiales estaban dispuestos a no dejar que esas personas enfermizas causarán más daño.

...

Todos se encontraban en alta, tanto las víctimas como los secuestradores, pero ese día se encontraban en el jurado para condenar a aquellos causante de obvio daño. Kateryn se encontraba a el lado de Tayler al igual que Sally totalmente dispuesta a darle lo merecido a aquellos desgraciados. Williams al igual que Andrés se encontraban sentados con sus miradas totalmente serias puestas en los sobrevivientes del lado de la maldad. Sara tomaba con fuerza la mano Christian quien le transmitía tranquilidad a la chica, pero aún así él se mantenía serio.

— Bien, el día de hoy nos encontramos aquí para buscar la condena justa para estos malechores. — Dijo el juez al apuntar con su martillo hacia Scott, Mary, Alex y Fabián quienes se encontraban muy relajados lo cual le hervía la sangre a Kateryn.
— Por la confesión del joven Tayler Stom, ustedes serán sometidos a codena de muerte por; secuestro, acoso, homicidio, intento de homicidio y prácticas ilegales. — Miró con desprecio a los criminales. — El final de sus vidas se conllevará en dos días. ¿Alguna palabra?

— Sí, señoría. — Dijo inmediatamente Scott al acercarse a el micrófono, ya que sus manos se encontraban esposadas. Miró directamente a el lugar donde se encontraba el grupo de las víctimas, pero se fijó aún más en Tayler quien lo miró con el ceño fruncido. — No han ganado, en lo adsoluto. — Dijo con una sonrisa.

Todos quedaron sorprendidos ante esas palabras que abandonaron la boca de Scott, Mary sonrió con diversión al igual que Alex, Fabián simplemente los miró con odio pero su rostro expresaba tranquilidad. Tayler miró algo confuso a el grupo de maleantes, Kateryn formó sus manos en puños con total enojo.

Sally tomó con fuerza la mano de Tayker un poco temeroso pero aún con una expresión firme, Sara miró aterrada a Scott y Christian abrazó a su amada para calmarla mientras desde sus adentros maldecia de todas las formas que podía hacia aquello desgraciados. Williams bajó su mirada confundido y Andrés sólo frunció aún más su entre cejo.

— Puede que nos hayan encontrando y atrapado, sí, los felicito por eso. — Aplaudió levemente con sarcamos. — Pero no significa que hayan ganado, ¿De verdad creen que todo será igual solo porque nosotros nos encontraremos bajo tierra? Por favor no me hagan reír. — Dijo con tranquilidad  y con un tono de diversión. — Estuvieron en ese lugar desde un principio... Por ser tan malditamente confiados. — Sonrió. — Les deseo, que duerman con tranquilidad en las noches después de verse en los espejos. Aquellas cicatrices que jamás se borrarán. — Kateryn no pudo evitar bajar las magas de su camisa ocultando las heridas de la cirugía. — Tuvimos nuestro momento, y no nos arrepentimientos ni en lo más mínimo. Apuesto que Robert se debe estar riendo de ustedes en este momento. — Rió. — Que tengan una linda vida, malditos deformaciones de Dios. Nacieron para nuestro entretenimiento temporal. — Movió un poco su cabeza sin mucho interés. — es todo, señoría. —Miró a el hombre quien lo observó impactado. — Que tengan una linda mañana malnacidos. — Dijo para después sentarse nuevamente con una sonrisa triunfante.

Tayler miró con dolor y desprecio a Scott quien le sonrió. Sally abrazo una de las piernas de Tayler con temor, Kateryn exigió que la muerte fuera lenta porque simplemente se lo merecían. Sara tocó su rostro dudosa debido a la falta de un miembro en su rostro, su novio la abrazó de lado recordandole que la amaría sin importar qué. Williams suspiró mientras ocultaba más de su rostro en su sudadera, Andrés en realidad no le importaba como se veía pero si le había hecho enojar las palabras de Scott.

...

Habían pasado dos días después de la muerte de los sobrevivientes/malechores, tal y como exigió Kateryn fueron electrocutados hasta morir, a excepción de Alex quien le inyectaron veneno debido a su edad.

Todos estuvieron presentes a excepción de Tayler y Sally, quienes habían salido ese día como uno de diversión entre padre e hija, como en parques y en centro comerciales, Tayler quería que la niña supiera que todo estaba bien y que no había de que temer, la sonrisa de Sally le transmitía paz a el mayor quien también se convencía de que todo simplemente estaría bien.

Aunque las palabras de Scott penetraran su cabeza, no podía negarlo, tenía razón en cuanto ellos ganaron de alguna forma pero eso ya no le importaba a Tayler, él siempre quiso tener su libertad y no ganar el juego de vida o muerte de Robert, y ya había conseguido aquella paz que anhelaba tanto en esos días de sufrimiento.

Más tarde ese día, ambos fueron a el cementerio que Tayler prometió visitar con frecuencia debido a que allí se encontraban descansando en paz las personas que estuvieron con ellos y que no merecían morir en tal horrible manera y detestable situación.

Tayler se arodilló para estar más cerca de la lápida de la joven Anny, del señor Luis y los mellizos Kyle y Karla. Tenía sus fotos puestas en las lápidas lo cual le rompía un poco más el corazón a el mayor, no pudo contenerse, dejó caer sus lágrimas las cuales recorrían sus mejillas con rapidez. Les había tomado aprecio, más que eso, cariño, eran una familia para él y le habían rebatado una parte de ese hermosa y especial familia.

Sally bajó un poco su mirada, no tuvo la oportunidad de conocerlos como quería pero sabía muy bien que eran importantes para su actual padre, por lo cual se acercó a las lápidas y dejó entre ellas rosas realmente hermosas y frescas de coloe rojizas, blancas y azuladas.

— Oye... — Escuchó una voz femenina llamarlo. Tayler se giró rápidamente al igual que Sally. Era Kateryn quien tenía una sonrisa melancólica en su rostro. Se acercó a ellos y se arrodilló al igual que Tayler aunque obviamente su altura era menor. — También los extraño mucho. — Susurró para después depositar unas margaritas en las tumbas junto a una pequeña sonrisa. Miró la de Luis en específico. — Luis... Había sido como un padre para mí en todo ese tiempo — Susurró con su mirada puesta en la foto de recuerdo en el hombre mayor quien en esa foto parecía muy feliz ya que una sonrisa iluminaba su rostro.

Tayler suspiró para después limpiar sus lágrimas con la manga de su camisa, notó que Kateryn llevaba una camisa manga corta cosa que lo enrarecio al igual qur Sally.

—  Sí, lo sé. — Susurró al tocar sus brazos cicatrizados. — Fui a la cirugía para quitarme esas horribles cosas... aunque quedaron estas notables cicatrices. — Rió un poco. — Pero... no quiero ocultarlas más, ya son parte de mí. — Sonrió al ver a Tayler quien le devolvió la sonrisa igual que Sally.

— Me alegro de ello, Kateryn. — Dijo Tayler junto a un suspiro.

— Aún así eres muy hermosa. — Dijo con una linda sonrisa la pequeña.

Kateryn río levemente encantada con la pequeña familia.

— Hablando de eso... — Buscó algo en su bolso. — Los estuve buscando por todos lados y es casualidad que los encuentre aquí. — Sonrió al sacar un sobre blanco. — Ten. — Se lo entregó a Tayler quien lo tomó algo curioso.

— ¿Qué es? — Preguntó Sally al acercarse a Tayler.

— Es una invitación. — Sonrió.

— ¿Invitación? — Preguntó esa vez Tayler.

— Así es, para mi boda.

Sally y Tayler miraron sorprendidos a Kateryn quien río levemente por sus expresiones de sorpresa.

— Me casaré con Michael. — Susurró con sus mejillas rojizas, el chico la había esperado todo ese tiempo incluso cuando dijeron que estaba muerta y cuando la vio en el hospital pidió rápidamente que se casará con él y ella con una gran sonrisa aceptó. — Y quiero que mi familia este ahí. — Dijo refiriéndose a ellos y al resto de los chicos.

— ¡Felicidades! — Exclamaron Tayler y Sally al mismo tiempo lo cual le sacó una sonrisa a Kateryn.

— Gracias aunque... me hubiera gustado que todos estuvieran ahí. — Miró de nuevo las lápidas con una melancólica sonrisa.

— Elloa estarán ahí, aunque no los veas. — Susurró Tayler.

Kateryn sonrió más tranquila para después recibir un pequeño pero cálido abrazo de Sally. La pequepequeña familia conocía el joven ya que Kateryn lo había mencionado cuando fue a la junta de chicas y parecía un buen sujeto, eso le alegró mucho ya que Kateryn había  luchado bastante y al final, tendría su cuento de hadas.

Muchas alegrías surgieron en esa misma tarde; Williams apoyó a Andrés a ir a el orfanato en busca de su único hijo, son muchas esperanzas se dirigió junto a él lugar. Para su suerte el pequeño aún se encontraba ahí ya que el pequeño se negaba todo el tiempo en ser adoptado por una familia, ya que siempre decía cuando lo elegían "¡Papá vendrá por mí!" Con grandes esperanzas sin importar que le dijeran lo contrario y al final, siempre tuvo la razón.

El infante miró a su padre ante y con una sonrisa y pequeñas lágrimas corrió a los brazos de su padre ignorando las notables heridas que se asomaban a ver en el cuerpo de Andrés. Ambos lloraban de alegría mientra se abrazaba con fuerza. Williams los veía con una sonrisa algo melancólica ya que recordó que tenía que volver a su deprimente vida.

— Hey  ¿Adonde vas? — Preguntó Andrés con el menor en sus brazos al notar que su amigo se daba la vuelta par irse.

— Volver... a lo que se supone que es mi vida. — Susurró con tristeza.

Andrés sabía su historia desde el principio hasta el supuesto final y sabía muy bien que su vida no era la mejor por lo cual se acercó a él y posó su mano en el hombro de Williams quien lo miró un poco confuso.

— Puedes vivir conmigo y mi hijo. — Le ofreció Andrés con una sonrisa mirando a su hijo quien al rato asintió totalmente de acuerdo con la idea, ya le había caído bien el amigo de papá como ya lo llamaba.

—¿De verdad? ¿No sería una molestia? — Preguntó un poco temeroso.

— No para nada, ambos buscaremos empleo y todo resuelto, además eres mi amigo y me diste mucho apoyo como para volver con mi hijo, te debo mucho. — Rió levemente.

Williams no pudo evitar llorar de felicidad que sentía, nadie había sido tan bueno. No pudo evitar abrazar a Andrés quien rió por la euforia de su amigo, el pequeñín al tener cerca a William lo tomó del cabello revolviendo el mismo junto a una pequeña sonrisa juguetona, Williams se separó y miró divertido a el menor para después hacer lo mismo despeinando el cabello del infante, Andrés sonrió al notar que se llevaban bien. Luego fueron a la casa de Andrés donde sería nuevamente un hogar pero ahora para tres personas en lugar de dos.

Por otro lado se encontraban Sara y Christian; se había mudado nuevamente en la casa del chico ya que Sara se encontraba muy segura de que sus padres estaban de lo más felices solos y aunque Christian le insistiera en ir a verlos Sara se negó hasta que el joven de rindió, además ellos se encontraban muy bien juntos.

Estaban totalmente dispuestos a mejorar sus vidas sin importar nada, el hospital para su suerte había recreado ciertos miembros humanos de plástico y otros de distintos materiales dependiendo del comprador para poner extremidades y miembros que le faltaba a algunos humanos para que lucirán comunes un ejemplo muy visto y conocido; Reemplazar un brazo o una mano por una de plástico.

Ellos aceptaron ese pequeño artefacto para la falta de su nariz, no les molestaba aquello en realidad ya que era cuestión de acostumbrarse. Aún así eran una pareja que se amaba mucho en realidad, siempre estaban el uno para el otro y las cosas de bien a mejor ya que estaban dispuestos a tener empleos estables para después tener su propia familia.

Sara estaba más que dispuesta en ser todo un ángel con su hijo, no como había sido madre con ella. Sin importar el sexo que tuviese el pequeño lo amaría con todo su corazón al igual que Christian quien se encontraba muy feliz por la determinación de su amada para ser una excelente madre, además, él estaría con ella para ayudarla con lo maternal igual que ella con la paternidad.

¿Y Tayler? Simple, había vuelto a su antigua casa con euforia y Sally se encontraba muy emocionada por tener un hogar y finalmente tener una familia. Después de adaptarse a el lugar Jessica, Linda, Mabel y su esposo fueron a la casa de Tayler recibiendo con alegría a la nueva integrante de la familia quien quedó encantada con todos los presentes.

— Bueno, es una promesa. — Dijo Mabel al dejar un pastel de fresa en la mesa. — Nos visitaremos más seguido. — Dijo con una sonrisa para después acercarse a su hijo y abrazarlo con mucho cariño. — De verdad estoy muy feliz de que estés bien, cariño. — Dijo la mujer para después sentarse a un lado de su esposo.

Tayler sonrió muy feliz.

— Sip. — Dijo Linda con un poco de pastel en su boca.

— Si Tay Tay, no vuelvas a pederte y pasar años en un extraño lugar. — Rió Jessica, pero después observó a los demás presentes que la miraban con desaprobación por lo que había dicho. Pero después Tayler rió y todos lo miraron sorprendidos incluso, Jessica.

— Bien, Jessica no lo haré de nuevo. — Dijo entre risas. — ¿Qué pasa familia? — Tomó un poco de pastel. — Sé lo que ha sucedido pero no dejaré que una experiencia me arruine la vida ni como la conozco, los quiero tal y como son. — Dijo para después comer un poco.

Sally sonrió muy contenta por la respuesta de Tayler. Mabel sonrió levemente orgullosa de su hijo, Jessica rió nuevamente al saber que podía seguir siendo la mismo de siempre, eran hermanos al fin al cabo, Linda al igual que Javier rieron levemente por el chiste de la chica.

No hay que permitir que experiencias arruinen nuestro estilo de vida ya que para ver el arco-iris se debe pasar primero por la tormenta, sólo tendremos lo que queremos y anhelamos con el esfuerzo y esperanza.

Además...

La familia siempre estará ahí para sacarnos una sonrisa y sentirnos seguros, por ello, nunca hay que aislarse o alejarse de ellas, porque son el verdadero tesoro que tenemos en nuestras manos.

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Hola, Hola

¡Aquí finaliza Un Gran Show!

Me siento orgullosa con todo esto :v

Aunque prácticamente nadie lo lee pero no me importa :'v es mi trabajo y esfuerzo y me siento feliz por haberla escrito y finalizado con mucho amor, aunque hice sufrir a muchos personajes ahre :v

Les agradezco a aquellas personas que han llegado hasta aquí, en serio, para mí es mucho ♡♡♡

Veré si empezaré con otras historias, también si me adentro de nuevo en el mundo yaoi (Para escribirlo porque leyéndolo hay papuh, hasta cuando muera) y otras así se suspenso y eso.

¡Gracias!

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