Capítulo 44 : Mark.

Ya había pasado todo un año. Todo un año en el cual habían sufrido y trabajado como nadie en la vida. Después de que Robert tomó la decisión de quedarse en ese pueblo, en el cual no le hiban para nada mal. Muchas personas venían de distintos países sólo para ver el asombroso circo. Incluso ya habían hecho comentarios en los periódicos de lo que pensaban respecto a el show, todos eran buenos, explicaban lo increíble y sorprendente que era mientras que otros comentaban las escenas más sorprendentes.

Robert se encontraba totalmente orgulloso por los comentarios y la cantidad de gente que venía sólo a ver su arte. Sus amigos se encontraban igual de orgullosos por los sucesos que sucedían con el proyecto en el cual tanto trabajaban.

Pero por parte de las víctimas, no sentían esa felicidad que comenzaba a expandirse en los superiores por lo que sucedía, ellos sentía simplemente regularidad; porque por un lado ya se habían acostumbrado a los shows y a cada una de sus acciones en éste, que era un gran alivio para ellos por ser un peso manos, los castigos disminuyeron al igual que los accidentes tantos en prácticas como en público.

Tayler por su parte, sus heridas se ya se habían sanado sin problema alguno, sólo dejaron en cada una de ellas una sicatriz como recuerdo permanente de esa terrible tortura. Desde ese día comenzó a ser una persona más seria y atenta ante todo y todos, no volvió a cometer ese accidente que lo marcó literalmente de por vida, simplemente decía sus líneas en sus debidos momentos con la naturalidad que exigía Robert.

Del resto todo había transcurrido como era diariamente para ellos, los shows, las prácticas, las comidas, entre otros. Todo ya era una costumbre que se les hizo finalmente fácil de seguir después de tantos meses. Obviamente ese miedo que sentían desde el primer día en el que se encontraron en la prisión abandonada seguía, aveces aumentaba otras veces disminuía pero jamás se iba, era el sentimiento que más reinaba sus mentes en cada cosa que hicieran ante la presencia de los superiores a su alrededor.

Acostumbrarse no era para nada lo mismo que olvidar.

Pero a pesar de ello, se esforzaban lo más que se les era posible para hacer todo a la perfección lo quisieran o no. Ellos siempre tenían en mente "Si hago todo bien para evitar castigos, ¡A dar lo mejor!" Se repetían, porque después de lo sucedido con Tayler ya ni siquiera se atrevían  a imaginarse a ellos mismos cometiendo un error.

Una idea que se llevó a cabo pod Robert fue construir una pared alta que rodeará el circo dejando obvio espacio para que las víctimas pudieran caminar al menos sin ninguna observación ya que era consiente de que ser vigilado y vigilar todo el tiempo era un tremendo dolor de cabeza, por ello los muros a su alrededor; no tenía techo pero de igual manera la pared era alta y el material que utilizaron era muy liso como para escalarlo, en pocas palabras, nadie podía entrar ni salir. La única salida que había (que utilizaban los superiores y las personas que venían a ver el show) era un tunel que cerraba sus lados evitando nuevamente a los participantes, entraban y salían de allí como cualquier circo de una sola salida que era la misma entrada.

Las personas no percataron lo extraño del muro que los refugiaba y el tunel con candado que los mantenía adentro por el hecho de que hicieron esa pregunta en un juego de preguntas realizada por Tayler, quien respondió  que ese lugar era como una casa para ellos, ya que literalmente vivían ahí y qué casa no sería una casa sin muros que la mantengan en pie y en protección, dijo como respuesta a lo cual todos lo tomaron como algo razonable.

Todo fue llevado así, hasta que algo alarmante sucedió.

Después de haber terminado otro increíble show en aquel circo, un niño de doce años se había separado de su madre y ésta no se dio cuenta de ello. El niño era de piel morena, ojos oscuros y cabello negro, su nombre era Mark. A pesar de su edad era un chico bastante listo, pero lo malo de las personas listas como él tenían una gran curiosidad que no se apagaba si no resolvían sus dudas.

Él había visto el gran show presentado y actuado por personas muy peculiares e inhumanas, y su curiosidad por ellas se encontraba por la nubes. Con su habilidad de escabullirse por las sombras logró pasar a el lugar donde supuestamente vivían en paz.

Se asomó y observó como los participantes hablaban entre ellos mientras uno que otro de los superiores pasaba a su alrededor.

— Debo admitir que cada vez tengo más miedo. — Admitió Sara.

— Yo también, cielo. — Respondió Christian.

— Yo sólo tengo miedo de que Robert traiga otra persona inocente a esto ¿Recuerdan lo que dijo? Si alguien que no sea ellos, entra aquí los más probable es que muera. Siendo honesto no quiero eso. — Comentó Luis preocupado.

Mark abrió los ojos sorprendido no esperaba aquellas palabras. Bajó la mirada por un momento pensativo, luego la levantó creando contacto visual con Tayler quien aún utilizaba la máscara pero le permitía observar su cabello largo café y sus ojos oscuros brillar contra la luz de la luna.

Sus pupilas se encontraban muy pequeñas, Mark no sabía si estaba sorprendido, asustado o querer matarlo con la mirada, lo único que sabía es que le causaba miedo. Luis al notar la fija mirada de Tayler, curioso en ver lo que su amigo miraba observó a la misma dirección creando una expresión de preocupación total en su rostro. El resto notó a ambos mirar una sola dirección de una manera preocupante, por lo cual todos miraron a el mismo lugar. Quedaron en shock.

Luis observó al igual que kyle y Christian desde sus lugares si había alguien a su alrededor ya sea como el pequeño extraviado o alguno de los superiores.

Todos entre susurros le decían a el chico "Sal de aquí" lo más fuerte para que el chico escuchara pero no lo suficiente como para alarmar a los superiores, temían de lo que había dicho Robert de exactamente esa misma situación sucediera, para peor él sólo era un niño.

Pero Mark no lograba comprender lo que decían, se encontraba un poco lejos de ellos por lo cual sólo escuchaba diferentes voces en bajo tono intentando decir algo que no era fácil de captar desde ese lugar en el que se encontraba, no quería acercarse a ellos por lo extraños que eran y por alguna razón no quería volver con su madre quien la buscaba inesperadamente por todo el lugar.

Las voces cesaron, pudo ver como los rostros de los artistas del circo (a excepción de Tayler) se volvían pálidas mientras sus miradas fueron retiradas de él y posadas sobre él. Los veía como si tuvieran demasiado miedo por lo cual retrocedió un paso, pero chocó con algo que no le permitía retroceder aún más para irse de allí. Asustado -casi como las víctimas- levantó la mirada, obteniendo contacto visual con una de las mujeres que trabaja ahí, Stella.

Lo tomó por el hombro mientras con su palma cubrió sus labios evitando cualquier grito por parte de él. En ese momento Fabián y José se acercaron apresuradamente hacia el grupo de participantes ya que los notaron pálidos mientras veían una misma dirección la cual era la entrada entre los muros. Al estar junto a ellos miraron a el lugar exacto en el que veían con miedo, sorprendidos se acercaron a Stella junto a el niño que intentaba gritar.

— Debemos devolverlo. — Sugirió Fabián.

— ¿¡De verdad van a matarme!? ¿¡Qué les hicieron a ellos!? — Preguntó el chico cuando Stella retiró su mano.

Fabián lo miró sorprendido, ya lo sabía, sabía que lo que hacían en ese lugar no era nada de lo que pensaban. Mandó a José a buscar a Robert para que él decidiera qué hacer con él niño, con rapidez corrió hacia la entrada del circo donde se encontraba Robert atendiendo una que otra persona. Le susurró lo sucedido, Robert no evitó entrar en preocupación por lo cual le avisó a Scott que se iría a atender algo importante. Ambos corrieron hacia la salida trasera del circo que llevaba a afuera, donde se encontraba las víctimas y Fabián junto a Stella sosteniendo a el niño.

Se acercó y le susurró algo que las víctimas no lograron escuchar creando un ambiente de suspenso y preocupación a su alrededor causado por el pequeño que se encontraba luchando, algo totalmente inútil si es contra adultos por lo cual no hacia una gran diferencia pero aún así no detuvo.

Fabián asintió y agarró a el niño para después llevarlo hacia el lado izquierdo del circo donde se encontraban puestos vacíos que ellos usaban para domir sólo que los suyos se encontraban a el lado derecho.

— Robert ¿Qué harás con él? — Preguntó Luis preocupado.

— Se unirá.— Respondió para después retirarse.

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