Antes de que conocieran a Diane; Robert, Mary y Scott se graduaron con excelentes notas de la preparatoria. Ha pesar de los años que pasaron después de ello, decidieron finalmente hacer una pequeña celebración hecha por ellos mismo para su amigo Scott, ya que no hacían ningún tipo de fiesta para ninguna celebración y en la única que los invitaron, no participaron a la pequeña reunión que realizó el instituto para los recien graduados y ellos faltaron a la celebración por el hecho de detestar tales fiestas, más con personas que en sus opiniones, detestan.

Después de unos años y unas cuantas súplicas por parte de Mary, tomaron la decisión de reunir dinero e ir a un nuevo circo que había abierto apenas unos pocos días, especialmente porque el día en el que irían sería el cumpleaños número treintena de Scott, aunque este odiara celebrarlo por el hecho de que para él era algo completamente infantil e innecesario, en cambio para Mary era importante y para Robert, a él simplemente le daba igual.

Al tener el dinero suficiente fueron caminando a la dirección que específicaba en el volante que encontraron pegado en un poste de luz, como el lugar no era tan lejos decidieron ir a pie.

- ¿De verdad haremos esto? - Se quejó Scott por quinta vez.

- Oh, vamos Scott, por una vez en tu vida celebra tu cumpleaños. Además podremos ver finalmente qué es eso del "circo" que tanto hablan. - Dijo Mary con una sonrisa.

Scott suspiró y continuó con la caminata, Mary sonrió victoriosa mientras dirigía su mirada nuevamente al frente, en cambio Robert sólo miraba el volante que sostenía en manos, le dio curiosidad aquello llamado "circo" había oído al respecto, pero nunca lo había visto.

Duraron sólo minutos en llegar, ante ellos estaba el circo en inauguración, los colores era llamativos incluyendo los trabajadores que se encargaban de actuar en el lugar ya mencionado. Mary se veía muy contenta al llegar, Scott tan sólo rodó sus ojos fastidiado y Robert miraba sorprendido el lugar que se encontraba ante ellos.

Al lado de ellos estaba una pequeña cola que llevaba a una cajera que se encargaba de vender los boletos, Mary rápidamente se formó para después Scott y Robert seguirle pero con tranquilidad en su andar. Esperaron unos cuantos minutos para después ser atendidos gentilmente por la chica tras el vidrio.

- Buenas tardes, Son tres dólares cada entrada ¿Quieren tres? - Preguntó con una linda sonrisa la mujer.

- Sí, por favor. - Dijo Mary mientras le entregaba el dinero a la mujer y ésta le daba las dichas entradas. - Gracias.

Se retiraron dejando pasar a los siguientes, Mary les entregó una entrada a los chicos que la acompañaban para pasar, el vigilante los dejó entrar sin problemas, luego fueron a comprar unos bocadillos ya que permitían consumir alimentos en el show sólo y mientras sea comprados en el circo, no podía traerse de afuera ya que era contra las reglas del lugar.

Compraron unas palomitas para cada uno, bebidas y uno que otro dulce, se sentaron en los asientos de la fila del medio con los alimentos, Robert los comía antes de empezar si quiera el show, por tal hecho Mary lo regañaba ya que se quedaría sin comida y no quería compartir la suya, Scott se encontraba en el medio de ambos, ya que Mary estaba a su izquierda y Robert a su derecha, creía que se volvería loco con las palabras en tonalidad alta por parte de Mary.

Después se escuchó la voz del presentador del show anunciando que pronto empezarían con la actuación, pidiendo amablemente que los clientes se sentarán en sus respectivos puestos para comenzar, al estar todos sentados se comenzó a escuchar la música anunciando que ya era la hora de empezar.

- ¡Buenas tardes, espectadores! - Dijo un hombre que salió de una gran cortina con un traje llamativo y maquillaje en su rostro, sosteniendo un micrófono para ser escuchado por la multitud. - ¡Sean bienvenidos todos a el circo Stars! - Presentó con emoción en su tono de voz. - ¡Verán distintos espectáculos que los dejarán boquiabierta de la impresión! ¡Sin más preámbulo el primer show a presentar! - Dijo mientras se devolvia a la cortina a paso tranquilo.

Se escucharon aplausos por todo el lugar, risas de niños como de adultos se oían claramente. Mary aplaudía emocionada mientras que Scott y Robert observaban con seriedad en su rostros, pasaron shows tras shows, la gente se veía sorprendida y emocionada ante lo que presenciaban, incluyendo a Mary, por parte de Scott quería retirarse del lugar y por parte de Robert le llamaba mucho la atención lo que hacían en el circo, pero no aplaudía ni se emocionaba, simplemente observaba sorprendido e interesado cada espectáculo.

Luego salió el hombre nuevamente, por alguna razón se veía un tanto nervioso.

- ¡Bien, gracias por acompañarnos hasta el último show del día, un joven novato nos ofrecerá un espectáculo de magia para finalizar por hoy! - Todos aplaudieron contentos, al parecer sólo Mary, Scott y Robert notaban los nervios que contenía el presentador.

Todos atentos vieron como el joven entraba a el centro del lugar con un carro de madera con ruedas permitiendole moverse con facilidad, sobre este había materiales especializados para los trucos de magia. Se presentó; su nombre era Alex, su cabello era rulo de un color castaño, ojos oscuros, piel blanca y lo que le sorprendía a las personas era que el joven era sólo un chico de catorce años. Pero al recordar que era un "novato" suponieron que el líder del circo le dio una oportunidad de actuar en público.

Hizo los truco básicos, como el cruce de aros, las cartas, la aparición y la desaparición de objetos, entre otros. Todos estaban encantados con los trucos que realizaba el chico y más aún por la edad que tenía aquel joven, para finalizar dijo que usaría un truco original nunca antes visto.

De su sombrero de copa mostró que no había nada en su interior, luego dijo unas cuantas palabras juntos a unos pocos movimientos con el sombrero, acto seguido metió la mano, al retirarla sacó un conejillo blanco de ojos rojizos, pequeño y muy peludo. Todos aplaudieron ante tal sorprendente acto de magia, luego sacó una caja colorida de la mesa que había traído con él en el carro de ruedas, la posó sobre el pequeño animal, dijo unas pocas palabras y luego levantó la caja mostrando en lugar del conejo real uno de peluche con las mismas características del pequeño que anteriormente tenía.

Luego tomó un cuchillo. En ese momento los padres se preocuparon un poco pero no lo expresaban los adolescentes miraban atentos los movimientos que realizaba el chico sorprendidos por la herramienta que sostenía y los menores sonreían obviamente sin entender lo que se aproximaba. Robert al igual que Mary, no apartaban sus miradas fijas del joven mago y Scott por primera vez en todo el show observó el espectáculo interesado.

Cortó a el conejo de peluche por la mitad, pero la sorpresa no fue esa, la sorpresa fue lo que contenía en su interior. Contenía órganos reales de un pequeño animal, es este caso del conejo que había hecho aparecer hace apenas unos pocos minutos. Todos comenzaron a gritar horrorizados; había adultos que gritaban espantados, niños que lloraban y sollozaban mientras que otros vomitaban o intentaban retirarse del lugar, a excepción de Robert y Scott que observaban sorprendidos, no por el hecho de que mató a un animal indefenso en público sino porque fue un buen truco, Mary por su parte comenzó aplaudir fascinada.

Alex los miró a todos confundido mientras con sus manos sostenía las partes del conejo que caían a el suelo, eran reales claramente y lo sabía, pero su extrañesa fue escuchar gritos de horror en lugar de aplausos, creyó que era un buen truco. El presentador entró alarmado a el show pidiendo perdón por el inesperado incidente que el chico había causado, que no era parte del show y que les darían un rembolso por ello.

Las personas se retiraron del lugar enojadas por la trauma que le habían causado a sus hijos, sin embargo unos pocos se quedaron en las afueras del circo conversando sobre lo sucedido, ahí se encontraba Robert, Mary y Scott que charlaban entre ellos de lo mismo.

- No entiendo el trauma, ¡Fue increíble! - Dijo Mary.

- Estoy de acuerdo, fue sorprendente. - Admitió Scott a lo cual Robert asintió.

En ese momento se escuchó como el presentador sacaba a patadas y a gritos a el joven mago, el cual decía que ya se iba, obviamente lo despidieron del show. Mary al ver como Alex comenzaba a retirarse del lugar fue hacia él para felicitarlo, Robert y Scott fueron tras ella para acompañarla.

- ¡Oye Alex, amé tu parte del show, en especial el final fue asombro! - Dijo Mary ante el chico.

- ¿De verdad? Creí que todos lo habían odiado. - Dijo el chico al recordar la escena.

- Pues, a nosotros si nos gustó, de verdad fue original. - Felicitó Scott.

- Hehe, gracias. - Agradeció.

- ¿Sabés? Nosotros planeamos hacer un circo también. - Dijo Robert con una sonrisa, Mary y Scott lo miraron confundidos, nunca había dicho eso. - Es por lo cual hemos trabajado por años ¿Recuerdan? Mis ideas, tus modificaciones Mary y tus pruebas Scott, ¡Quedarían sorprendentes para esto!

- No es mala idea. - Susurró Scott a lo cual Mary sonrió.

- Si quieres puedes entrar, Alex - Ofreció Robert. - Tendrá esa originalidad que creaste allá y más. - Sonrió.

Alex lo pensó por un momento para luego pedir detalles. Scott le ofreció que los acompañará a su hogar para en el camino explicarle a detalle y en casa mostrarles las ideas. Alex aceptó sin problemas, dijo que vivía con su padrastro el cual no estaba pendiente ni en lo más mínimo de él, por lo cual podía ir sin problemas. En el camino hablaron con él y cada palabra que escuchaba lo sorprendía, obviamente admitió que era una locura, pero a él le gustaba ese tipo de "arte" como le llamaba, por lo cual aceptó ser parte del proyecto liderado por Robert.

Unos años después, Robert sonriente se acercó a el cuarteto de amigos que se alojaban en una vieja prisión abandonada que el mismo había encontrado y reconstruido con la ayuda del grupo que había conformado al pasar los años. Todos en sí estaban presentes en el lugar en una gran habitación la cual usarían en un futuro como la "sala de reuniones" llevaba consigo una foto de una persona. La dejó sobre la mesa permitiendo que todos la observarán.

- Fabián. - Llamó Robert a el líder de el cuarteto. - Este hombre es Luis McLean, vive en esta ciudad a cuatro horas de aquí exactamente en esta dirección. - Volteó la foto, la cual tenía escrito en su parte trasera una dirección. - Al fin tengo un trabajo para tí y tu grupo; necesito que lo investiguen completamente, su horario, su datos personales, toda su vida y lo más importante, sus relaciones sociales. Este será el comienzo de nuestro proyecto. - Sonrió.

Fabián tomó la foto para después asentir dándole a entender que estaba de acuerdo con el pedido. El resto ya tenía en mente sus trabajos a realizar en el proyecto, lo llevarían a el éxito sin importar lo que tuvieran que hacer; ya sea el derramar sangre o la pérdida de una vida inocente. Estaban dispuestos.