Capítulo 28 : Diane.

Habían pasado tres meses desde que los hermanos conocieron a Robert junto a el resto de sus acompañantes, la herida de Money se curó dejando un cicatrices, la cual ocultaba con pañuelos de vez en cuando sólo por estilo propio, ya que no sentía vergüenza por la marca permanente en su rostro.

Ambos jóvenes caminaban con unas sonrisas en sus rostros por el hecho de que irían a ver a una linda amiga que habían conocido hace unos pocos días en un pequeño centro comercial, donde habían robado una tienda y la chica los ayudó inesperadamente con ello. Al salir exitosamente del lugar la chica les dio su dirección pidiéndoles que la visitaran cualquier día, luego se despidió y se fue dejando a los hermanos confunsos.

Como los hermanos era curiosos hasta con la cosa más peligrosa, decidieron ir a visitar a la chica. De todos modos eran mayores que ella ¿Por qué temer? Se veía de unos trece o catorce años de edad. Querían saber por qué los ayudó con el robo y por qué les dio su dirección como si fueran buenos amigos, sin siquiera se conocían formalmente.

Al llegar a la dirección -que estaba escrito en un pedazo de papel- observaron la casa. Era una casa de dos pisos, color beige, traía dos ventanas en el segundo piso dejando ver dos habitaciones, en el primero sólo una, dejando ver la cocina y al lado una gran cochera.

Se miraron entre ellos algo sorprendidos y confunsos, era un linda casa, en ese momento se preguntaron como aquella chica le dio la dirección de su hogar a unos completos extraños, además de ello ladrones. Pero no les importó y se dirigieron a la puerta. Money tocó el timbre para unos pocos minutos después escuchar "¡ya voy!" Proviniendo del interior de la casa ante ellos.

Luego la puerta se abrió dejando ver a un chica de catorce años, estatura pequeña, de cabello marrón corto hasta su hombros, piel clara y ojos oscuros. Sonrió al ver a los jóvenes del mismo ADN ante ella. Los saludó rápidamente para acto seguido invitarlos a pasar como si se tratase de unos viejos amigos que no había visto en un tiempo. Ambos aceptaron segundos después de pensarlo.

Todd admiraba los detalles de la casa, le fascinaba la simpleza pero acogedora decoración que le habían realizado, mientras que Money era guiada con su mirada puesta en la joven chica que la llevaba a la sala con una sonrisa en su pálido rostro.

Les pidió que se sentarán mientras buscaba unas tazas de leche para tomar y empezar una breve conversación. Al retirarse Money miró a su hermano confundida, pero luego frunció el ceño al notar como Todd admiraba un simple jarrón de flores con diseños de Japón, amaba a su hermano pero debía admitir que era un idiota.

— Les agradezco que vinieran. — Dijo la chica con una bandeja en manos, sobre ella tres tazas con leche fresca en su interior.

— Si, em... ¿Por qué nos diste tu dirección sin siquiera saber quiénes somos? — Preguntó Money con tono firme.

— Oh, es que vi que robaron una tienda.

— ... ¿Quieres que te robemos? — Preguntó Todd confundido.

— Claro que no. Es que... ¿De casualidad serían capaz de crear un homicidio bien planeado? — Preguntó la chica con seriedad al dejar la bandeja sobre la mesa.

Money la miró sorprendido y un tanto impactada, un niño menor de quince años no te pregunta si sabes matar sin dejar rastro. Todd dejó el jarrón a un lado, agarró una de las tazas con leche, tomó un sorbo, tragó el líquido y luego le preguntó si estaba loca.

— No porque seamos ladrones expertos somos asesinos, niña. — Aclaró Money, la chica iba a hablar pero la interrumpido sin previo aviso. — Pero... conocemos a alguien experto en eso.

Mencionó Money al recordar (por la peculiar pregunta de la joven) a su amigo Robert quien era bueno en ello, pero el mismo admitió que no era de ensuciarse las manos, prefería algo rápido y sencillo, no por el hecho de que le tuviera fobia a la sangre ni nada por el estilo, simplemente detestaba el tener que limpiar la escena después de una agotadora masacre, luego limpiar tu propio cuerpo y limpiar cada evidencia, para él era demasiado, por ello admitió que su especialidad era planear y mentir. Pero de igual manera lo tomó en cuanta, además de ello sabía que Robert buscaba más aleados para un interesante proyecto que tenía en mente a realizar, incluyendo si sólo son personas que le deben algún favor.

— Te lo puedo presentar si quieres, pero, debes explicarnos que es lo que quieres hacer en realidad. — Dijo con firmeza Money.

— Por supuesto. — Sonrió. — Pues, yo vivo sola con mi padre, ya que se ha divorciado de mi madre hace años y se quedó con mi custodia, y sinceramente ¡ya no lo soporto, quiero que muera, a sido un gran fastidio en mi vida, siempre me dice que hacer y no sé que me cree, pero de seguro me ve con cara de mucama o algo así y quiero deshacerme de él! pero, no sé como y busco a alguien quien tenga experiencia para ayudarme.

Ambos hermanos se miraron por unos segundos para después sonreír. Money sacó su celular y llamó a su fiel amigo para comunicarle de algo interesante. Al contestar Money explicó lo que la chica les había dicho, Robert respondió que estaba bien pero que necesitaría hacer unos acuerdos con la chica antes de realizar el homicidio, luego colgó. Money le dijo que en pocos minutos llegaría, la menor sonrió. Mientras esperaban a el que mayor de los presentes llegara, decidieron conocerse, como sus nombre y ciertas hechos sucedidos en sus cortas vidas, por simple curiosidad.

Cuando Robert llegó, se presentó a la chica, un tanto sorprendido por el hecho que de que era en realidad un niña. Le preguntó si estaba segura de eso y si soportaría guardar el secreto junto con estar relacionados con ellos, la pequeña respondió con simpleza que estaba muy segura. Luego se encargó de hacer un perfecto plan que llevarían a cabo esa misma noche.

Money se retiró junto con su hermano para dejarlos actuar.

— ¿Estás segura de esto, niña? — Preguntó Robert con una soga en manos.

— Muy segura, y me llamo Diane, no "niña" — corrió.

Robert tan sólo asintió. Al ver las luces del auto del progenitor de la chica corrió a esconderse a los árboles, al llegar miró a la chica y ésta asintió dándole a entender que estaba preparada. Llegó su padre estacionando su auto cerca de la entrada, salió y se dirigió a su hija. La saludó con cansancio y esta le devolvió el gesto pero de manera más decente. Ambos entraron a la casa, Diane mencionó que la comida la tenía lista invitándolo a comer, el hombre inmediatamente aceptó.

Comió tan apresuradamente que ni notó el extraño sabor que contenía el agua. Diane había hecho polvo una pastilla de dormir que Robert le había entregado para mezclarlo con el agua. Luego se retiró y fue directamente a la sala a leer el periódico un rato, mientras Diane lavaba los trastes y Robert entraba de manera sigilosa por la cochera (que ya se encuentraba abierta de manera intencional) colgando la soga que traía en manos a los resistentes tubos del techo sin hacer un ruido, su padre quedaba dormido poco a poco.

Al caer completamente dormido, Diane revisa que el plan haya salido con éxito lo cual sucedió, llamó a Robert quien se acercó rápidamente y cargó a el hombre llevándolo a la cochera. Al estar en el lugar que esperaban, colocaron la cuerda al rededor de su cuello, lo solteran y ésta lo sostuvo. El hombre al sentir la presión en su cuello despertó, pero no pudo librarse ni siquiera gritar ya que la soga lo ahorcaba fuertemente.

Minutos después falleció. Diane suspiró aliviada, le agradeció a Robert con una sonrisa en su rostro.

— Eso es todo, ya sabes la historia; lo encuentras mañana, lloras y gritas, los policías vienen, lo consideran suicidó ya que tu padre lo era, creen que volvió ese sentimiento, decidió matarse, sin carta de despedida y listo. No iras a un orfanato porque tienes personas que te cuiden. — Se apuntó a sí mismo. — Claro sólo de mentira porque te cuidarás sola. — la chica asintió.— y puedes sobrevivir porque en el testamento dice que cuando el falleciera el dinero será pasado a tu persona, fin. — Finalizó.

— Gracias pero... ¿Cuál es el favor que te debo? ¿Parte del dinero? — Preguntó Diane.

— No, será un favor que te pediré en otro momento ¿Bien? — La chica asintió.

Al día siguiente Diane hizo exactamente lo que le relató Robert y los oficiales le creyeron. Se hice el funeral, los familiares se quedaron sin dudas de que era un suicidio ya que el hombre ahora bajo tierra tuvo ideas suicidas al divorciarse de la única mujer que amó. Irónico ¿no? Que la única persona que amó lo dejó y la persona que le quedaba que era su propia hija lo mató.

Hasta la familia puede llegar a ser el que te apuñale por la espalda.

Pero el lado positivo es que al fin Diane tuvo la vida que simpre quiso. Con la ayuda de su fiel amigo Robert. Para no crear claras sospechas envió a los hermanos para que se presentarán como los nuevos representantes de la chica evitando que la llevaran a un orfanato. No podía ser casualidad que estuviera presente en el asesinato de el cuarteto de amigos y en el suicidio de el padre de Diane.

"Si quieres hacer algo, hazlo bien"

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