24. Fiesta
El día de la esperada fiesta por fin llegó. Marinette se levantó temprano, recibiendo un mensaje de Alya diciendo que pasaría por ella para ir de comprar y comer juntas. La fiesta sería a ultima hora de la tarde, por lo que podían pasar la mañana y la tarde juntas.
La azabache asintió, feliz de poder pasar un rato con su gran amiga. Se vistió con un su ropa habitual, pues aún tenía marquitas y alguna cicatriz de la pelea y no quería que se las viera nadie.
Bajó al piso de abajo, llevando a una Tikki medio dormida en su bolsito y saludo con un fuerte abrazo a sus padres, quienes la esperaban en la cocina.
-Buenos días, Marinette-Saludo su madre, besando su mejilla
-Hola-La chica se sentó, dispuesta a desayunar algo. Su madre le dio sus pastillas y aquel zumo asqueroso para que se lo tomara. Marinette arrugó la cara.
-Mamá...Alya me invitó a ir de compras con ella-Comentó la chica, pidiendo permiso para acudir al plan-¿Puedo ir con ella?
-Claro, tesoro. Pero debes tener mucho cuidado
-Si, mamá. Luego vamos a ir a una fiesta que nos va a hacer Nino a Adrien y a mi...
-Si, lo sabemos. Nino y Alya nos pidieron que te dejasemos ir
Marinette sonrió y los abrazó. Luego se escuchó el timbre y supo que se trataba de Alya. Se despidió con un beso en la mejilla y fue a encontrarse con su amiga.
-¿Preparada para un día de compras?-Alya sonrió, moviendo sus gafas al verla.
-Supongo...
Alya le pasó un brazo por los hombros y tiró de ella.
-Cuando terminemos, Adrien no va a poder reconocerte
-Jejeje
Las chicas se dirigieron en busca de un autobús para ir al centro de la ciudad, a las zonas comerciales, donde estaban la mayoría de las tiendas de moda.
Durante el trayecto hablaron de temas sin importancia, riendo y chocando sus puños.
El móvil de Marinette vibro y lo sacó, curiosa de que podría ser. Lo ocultó de la vista de Alya en cuanto vio el nombre de cierto rubio en la pantalla.
Teniendo cuidado de que su amiga no lo viera abrió el mensaje.
"Buenos días prrrincess,
este gato te extraña. Al parecer has preferido ir con Alya que
pasar el día conmigo :-(
Me lo cobraré después.
Te veré en la fiesta. Prepárate para pasar la noche con este gato.
Adrien Agreste"
Las mejillas de la chica se iluminaron al ver que junto al mensaje, el rubio había adjunto una imagen de él, como Chat noir, estirado en su cama, con el traje abierto a la altura de las caderas. Su garra agarraba su erecto miembro y sus ojos la taladraban con la mirada desde la pantalla.
De milagro no se le resbaló el móvil de las manos.
Alya la miró curiosa pero no preguntó, se imaginaba que debido a su estado, estaba más torpe que de costumbre.
Las chicas bajaron en su parada y se dirigieron a varias tiendas. Alya insistió en ir a una de ropa interior, puesto que quería comprar algunos sujetadores. Marinette asintió, pues ella también lo necesitaba. Entraron en una famosa tienda que solía salir en las revistas; conocida por sus encajes y el realce que hacían sus combinaciones.
-¿Que te parece este?-Preguntó la reportera con un conjunto naranja con encaje en blanco en sus manos. Marinette asintió, dado que el naranja le sentaba muy bien a su amiga.
Ella rebuscó un poco más hasta encontrar un conjunto en azul claro. Tenía la forma balconette, con un bonito encaje en blanco en la copa y en los tirantes. Hacía conjunto con unas sensuales braguitas que eran completamente de encaje azul y blanco.
Buscó su talla y sonrojada buscó una copa más de la que solía utilizar y acompañó a Alya en el probador. La reportera le mostró primero su conjunto y Marinette la alabó, viendo que como ella, su amiga había incrementado una copa.
-Te queda hermoso, Alya
-Muéstrame el tuyo-Marinette volvió al interior del probador y salió minutos después-Ohhh, es muy bonito, Marinette. ¿Eso es una copa D?-Preguntó con una sonrisa y las cejas alzadas.
-Bueno....si...es que...
-¿Crecieron?-La sonrisa de la chica no se iba.
-Supongo
Alya hizó alguna broma más, haciendo sonrojar a la azabache, que se apresuró a quitarse el conjunto y volver a colocarse su ropa. Alya la imitó. Salieron del probador y siguieron mirando un poco más.
Poco tiempo después salían de la tienda cada una con una bolsa.
-No puedo creer que compraras el rojo-Comentó Alya a Marinette. Esta sonrojada solamente asintió. En su bolsa, junto al conjunto azul, había añadido uno similar de color rojo con encaje en negro. El sujetador tenía unos finos tirantes de encaje negro y en la copa se le añadía un trozo de encaje negro que comenzaba debajo de la circunferencia de los pechos. La copa era triangular y de encaje rojo, algo transparente. Un culote rojo con encaje negro completaba el conjunto. Alya se había comprado el naranja y uno en color gris con encaje en naranja tostado.
Visitaron algunas tiendas más antes de parar en un restaurante a comer. Marinette pidió pasta y Alya se decantó por una buena ración de carne. Las amigas conversaron un poco sobre la fiesta y luego divagaron en diferentes temas.
El camarero, joven y de ojos azules, sonrió a Marinette antes de servirles los platos, intentando rozar la mano de la azabache, aunque esta la retiró, colocandola debajo de la mesa.
-¿Has visto como te miró ese camarero?-Dijo Alya cuando el chico se había marchado. Marinette no le dio importancia y Alya suspiró. Marinette era muy inocente-Eso fue un coqueteo en toda regla.
-Estas imaginando cosas, Alya
-Venga ya, debería estar aquí Adrien, ya verías que celoso se pondría
La azabache se sonrojó.
-No digas tonterías...
-Engaña a otra señorita, esta clarisimo para mí-Alya sonrió al ver el aumento de sonrojo de la chica-Adrien es un celoso empedernido. Si no fuera porque Nino es su amigo, de seguro no le perdonaría por haber intentado salir contigo
-¿El día del zoo? Eso fue hace mucho tiempo
-Ya claro
-Además, estais saliendo,no?
Ahora le tocó el turno a Alya de sonrojarse.
-Se podría decir que si
-Sois adorables
-Adrien y tu si que lo sois
Entre risas y más comentarios las chicas terminaron su comida y salieron del restaurante. Ahora se dirigían a por un atuendo para la fiesta.
-Pensaba ir con esta ropa..-Musitó Marinette cuando entraron en una bonita tienda de vestidos.
-Venga Marinette, es una fiesta. No puedes ir de vaqueros y camiseta-Dijo su amiga, rebuscando entre los vestidos-Además, Adrien y tu sois los homenajeados, debes verte hermosa para tu príncipe
-Alya...
Al final, la azabache aceptó y también empezó a mirar con algo de curiosidad los bonitos atuendos que tenía la tienda. Decidieron que Marinette elegiría el vestido de Alya y ella el de Marinette.
Fueron de nuevo a los probadores y cada una le entregó varias propuestas a la otra. Marinette sacó la cabeza del probador.
-Ni de broma voy a ponerme esto-Dijo sonrojada.
-Venga, no es para tanto y te verás hermosa
-Pero....
-Solo pruebalo, si no te gusta no lo lleves
Marinette terminó poniéndose la elección de Alya. Era un vestido con corpiño blanco con un dibujo en hilo gris, a la altura de las caderas aparecía una falda de gasa negra. El mayor problema con aquel vestido era que no tenía tirantes y eso la avergonzaba, puesto que no podía usar sujetador con tirantes.
-Venga sal para que te vea-Escuchó a la voz de Alya y con vergüenza salió-Marientte estás hermosa, te queda genial
-¿Tu crees?
-Por supuesto, deberías llevarlo-La sonrisa de su amiga convenció a Marinette, que al final se lo llevó. Antes torturó a Alya con su elección de atuendo; la reportera al final eligió un vestido de corte recto y largo, que se abría en una de las piernas y se pegaba a su figura. El color crema del vestido acentuaba sus rasgos. Marinette alzó su pulgar, felicitándola y la chica aceptó sus bromas al igual que ella había hecho con la tímida azabache.
A media tarde, Marinette adolorida por tanta caminata le pidió a Alya ir a su casa, para descansar y luego poder arreglarse para la fiesta. La reportera asintió, pues aún le preocupaba la salud de su amiga. Fueron a la casa de los Dupain y subieron a la habitación de la azabache.
Vieron una película mientras estaban recostadas en el suelo, con mantas y Alya alzó una ceja cuando Marinette se recostó abrazando el peluche de Chat noir.
Marinette torció la cara, sonrojada. Nunca le dijo que había respondido el mensaje del rubio.
Sobre las seis de la tarde, Alya y ella comenzaron a arreglarse. Se turnaron para ducharse y lavarse el pelo. Alya se colocó su conjunto naranja y Marinette se conformó con colocarse las braguitas del conjunto azul. Metería el sujetador en una pequeña maleta, pues al parecer pasarían la noche en casa de los Agreste, donde se hacía la fiesta.
-Gracias por arreglarme el cabello-Agradeció Marinette a su amiga.
Ya estaba vestida con el vestido blanco, conjuntado con unos zapatos negros planos, pues era demasiado torpe como para llevar unos de tacón. Alya le había secado el cabello, rizándole un poco las puntas y recogiendo un par de mechones con un pasador plateado.
Marinette a cambió, le hizo un hermoso recogido a la reportera, que dejaba unos pequeños mechones a los lados.
-Estas hermosa-Dijo la azabache, abrazando a su amiga
-Tu igual-Respondió Alya-Ya verás la cara de Adrien cuando te vea
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A las siete y media, ambas llegaban a la puesta de la mansión Agreste. La azabache estaba nerviosa y no dejaba de mover sus manos. Afortunadamente se encontraron con Nathaniel, Juleka y Rose en la entrada, quienes acababan de llegar.
-Que hermosa estas Marinette-Juleka y Rose abrazaron a la azabache, felicitándola por su recuperación.
-Muchas gracias chicas, me alegro mucho de veros
Nathaniel se acercó, algo tímido-Hola Marinette
-Que bueno verte Nath-Sonrió Marinette, el chico se sonrojó al ver aquella dulce sonrisa.
-Me alegra ver que estas bien, estaba...estábamos muy preocupados
-Gracias-Sonrió de nuevo, mientras todos caminaban hacía el interior-Perdón por preocuparlos
Nath se rascó la nuca nervioso y sacó una pequeña bolsa de su chaqueta oscura-He aprendido a hacer...bueno, espero que puedas aceptar esto...
Marinette tomó la bolsita, encontrando una pulsera de cuentas plateadas y rosadas, la cual terminaba en un bonito dije con forma de flor-Ohh, es preciosa. ¿Para mi?
-Si...si la quieres aceptar
-Claro, muchas gracias-Se la colocó en la muñeca, pues era elástica.
-Siento lo que pasó aquella vez-Dijo el pelirojo, recordando la escena del parque en que él la besaba-Espero que podamos seguir siendo amigos
-Claro Nath
Los dos se sonrieron y Alya tiró de ellos para que entrasen, pues se habían quedado atrás.
Al entrar en la mansión vieron que todo estaba decorado con bonitos globos, una bola de discoteca y varias mesas con comida y bebida estaban colocadas a los lados. Muchos de sus amigos se encontraban ya allí, bailando y conversando animadamente.
Marinette se congeló en su lugar cuando sus ojos se encontraron con una mirada esmeralda que se encontraba en el centro del lugar. Su corazón rebotó al ver como abandonaba su conversación con su amigo Nino y acercaba a donde estaba ella.
Estaba hermoso. Marinette tragó secó al recorrer la figura del modelo que caminaba hacia ella. Vestía un elegante traje negro con una camisa verde con los puños doblados y el cuello abierto. Su pelo rubio estaba rebelde dándole un aspecto más parecido al de su alter-ego. No pudo evitar recordar la fotografía que le había mandado y su boca se secó.
-Hola-Escuchó su voz pero no pudo más que abrir la boca.
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Adrien sentía la boca seca y cierta parte de su cuerpo saltó al ver entrar por la puerta de su casa a aquella princesa vestida de pecado. ¿Que llevaba puesto su lady?
El rubio recorrió con la mirada el cuerpo de su novia, quedándose con sus hombros desnudos y aquel vestido que había decidido ponerse. Estaba hermosa, demasiado para su propia seguridad.
Dejó su conversación con Nino para acercarse a ella, pues había entrado con Alya pero a su otro lado venía un molesto pelirrojo que estaba hablando con su amada. Y ella le estaba sonriendo.
No iba a permitir aquello.
-Hola-Musitó cuando estuvo cerca de ella, Alya pasó por su lado pero a él le daba igual. Marinette abrió su boca pero no dijo nada. Él sonrió y le pasó un brazo por los hombros, sintiendo como ella dio un respingo.
Le dio una mirada a Nathaniel quien entendiendo el mensaje se marchó con Juleka y Rose.
-Princess-Musitó Adrien cuando estuvieron solos y tiró ella hacía el interior de la casa-Vamos a llevar esa maleta arriba primero.
Marinette por fin hizo algún movimiento y asintió, siguiéndolo hacía las escaleras.
-Estas hermosa-Dijo el rubio al entrar en su habitación, ella entró después y dejó la maleta en el suelo, dejando salir a Tikki de su bolsito.
-Gra-cias....
Tikki voló hacia Plagg quien salió a su encuentro y los dos jóvenes los dejaron en la habitación.
Antes de salir, Adrien rodeó la cintura de la chica acercándola a él.
-¿No tienes nada que decir, princess?-Preguntó con el rostro cerca del suyo.
-¿D-de-cir?
Adrien sonrió como solo Chat noir podría hacer.
-Algo como porque estas tan hermosa...¿Acaso es algún plan para hacer caer al gato?
-No...-Musitó ella sintiendo que le faltaba el aire. El chico estaba muy cerca y sentía que podía rozar sus labios mientras le hablaba.
-¿No?
-Alya...y yo...fuimos...de compras....-Dijo ella con la respiración acelerada
-Maldición, no puedo más-Gruñó el chico y cubrió violentamente sus labios con los de la chica y la besándola con devoción durante unos instantes. Ambos se separaron con las respiraciones aceleradas.
-Debemos bajar...
-No quiero...
-Adrien
-Quiero poseerte, princess
La azabache consiguió que el chico al final se rindiera y bajase al piso inferior donde ocurría la fiesta. Se reunieron con sus amigos y alzaron sus copas para brindar por los dos chicos que habían conseguido salir del hospital.
Marinette se sonrojó por tantas atenciones y Adrien solo sonrió, pero su sonrisa se borró cuando se percató de la pulsera que portaba su amada.
-¿Que es...eso?-Preguntó, tomando la mano de la chica y alzándola para ver mejor la pulsera.
-Ah, es un regalo de Nath por la recuperación-Dijo la chica simplemente
Adrien torció la boca, nada contentó por aquella respuesta-¿Él te la regaló?
-Si, cuando nos encontramos en la puerta
-No me gusta, quitatela
-No lo haré-Dijo ella apartando su mano de la del rubio-Fue un regalo, no me dirás que estás celoso?
-Mucho-Gruñó el chico. Estaba rabioso por sus celos pero también estaba triste, pues él no tenía nada para regalarle a su amada.
-No deberías, sabes que eres el único gatito-Dijo de modo que solo él pudiera escucharla. Después de todo, seguían en la fiesta.
-Pero llevas el regalo de otro
-No estés celoso-Tiró de su mano-Ven, vamos a bailar
Adrien al principio quería negarse pero al final aceptó y fue a bailar con su azabache a la pista improvisada, donde sus otros amigos también bailaban con sus respectivas parejas.
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Plagg y Tikki estaban en la habitación del rubio. La kwami vestía un trajecito que su portadora le había confeccionado y Plagg llevaba un gracioso lazo verde al cuello.
-Te ves bien, Plagg-Dijo Tikki
-Tu también
Los dos se sentaron en un pequeño cojín, mirando las vistas de París que se veían desde la gran cristalera de la habitación.
-¿Cuanto tiempo llevamos así?
-Mucho
-Y tu sigues amando tu horrible queso
-Sabes que nunca podrá superarte
Tikki lo miró, con un adorable sonrojo en sus pequeñas mejillas.
-Plagg
-Puede que sea un glotón pero tengo muy claro que siempre serás mi prioridad, galletita
Tikki soltó una risita.
-Hacía mucho que no me decías así
-Porque tu no te dejabas ver
-Sabes el porque
-No es justo
-Lo sé
Plagg tomó la manito de la kwami moteada.
-Ahora estamos juntos
-Si
-Tikki, no quiero que te alejes-Sus ojos verdes la miraban de manera tierna, haciendo que la kwami temblara.
-No lo haré, gatito. Estamos solos ahora
-Eso me gusta, galletita
Los kwamis se abrazaron y se recostaron en el cojín.
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La fiesta terminó a eso de la una de la madrugada y los amigos de la azabache y del rubio se fueron marchando uno a uno. Alya abrazó a Marinette antes de irse con Nino a una habitación que había preparado Adrien para ellos. Eran los únicos que se quedarían en la mansión a parte de la azabache.
Marinette abrazó a sus amigas y las despidió con la mano mientras veía alejarse a sus amigos de la mansión. Alya y Nino ya habían subido a la habitación y gracias a eso no escucharon su pequeño grito cuando Adrien la tomó en brazos como una princesa.
-¿Qu-e...haces?-Preguntó avergonzada.
-Lo que debí hacer cuando te vi pasar por mi puerta-Dijo con voz ronca, subiendo las escaleras hacia su cuarto. No se detuvo hasta entrar por la puerta y cerrarla con un pie.
La posó en el suelo y la beso levemente.
-¿Adrien?-La chica se sentía acalorada, pues imaginaba que iba a suceder pero se sentía nerviosa.
-No quiero obligarte a nada princess....-Dijo el rubio, siendo como siempre un caballero-Voy a ducharme primero-Musitó besándola de nuevo y yendo hacia el cuarto de baño.
Marinette se quedó sola en la habitación, con su corazón latiendo acelerado. Intentó relajarse mientras escuchaba el grifo abriéndose y el sonido del agua.
Esperó un poco antes de caminar hacia donde había dejado la maleta. Se hincó de rodillas y sacó el sujetador y un pijama que había traído para pasar la noche.
Tiró de la cremallera del vestido y se lo sacó, al igual de los zapatos que tiró a algún rincón de la habitación. Se sentía mucho mejor sin aquellos zapatos en sus pies.
Se colocó el sujetador y se ajustó los tirantes.
Dio un grito cuando sintió a alguien detrás suya, que rodeó su cintura.
-¿Que es esto tan bonito?-Preguntó una voz ronca en su oído. Un lengua traviesa recorrió su oreja y fue hacia su cuello.
-A-drien...
Las manos del rubio acariciaron sus caderas.
-¿Acaso es nuevo?-Mordió su oreja al ver que ella no respondía-Responde, Marinette...
-Si...es...nuevo
-Me gusta
El rubio subió sus manos hasta sus pechos y los rodeó.
-AHhhh....-Gimió la chica por aquellas atenciones.
-¿Lo compraste para mi?
Marinette gimió cuando Adrien volvió a apretar sus pechos.
-Es que....han...crecido...
-Oh...ya veo
Adrien sonrió y sus manos buscaron el broche para quitárselo y después lanzarlo fuera del cuerpo de su amada.
-¿Que...haces?-Preguntó Marinette acalorada.
-Solo compruebo...-Dijo el chico risueño. Le dio la vuelta y Marinette pudo comprobar que el chico solo llevaba puesta una toalla en la cintura. Su cuerpo aún estaba húmedo por el baño y eso la excitó. El chico rodeó sus pechos con las manos y los amasó-Compruebo que sea cierto
-¿Cierto?
-Que sean más grandes
El chico atormentó sus pechos y tiró de sus pezones con los dedos, sintiendo como ella gemía y enterraba sus manos en su cabello rubio y lo apretaba contra ella, exigiéndole más. El chico gustoso lo hizo. Abrió los labios y rodeó el pezón rosado y succionó, alternando succiones con tirones de sus dedos. Marinette sintió como se humedecía y tiró del cuerpo del chico para encontrarse con su boca.
No supo mucho más hasta que se vio en brazos del chico y este la llevaba hacia la cama.
Lo único que sabía era que esa noche no iba a dormir demasiado.
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