23. Alta y Regreso
Los días siguieron pasando, tan iguales como el anterior, Adrien conseguía visitar a su princesa durante las tardes, donde bromeaban y el chico robaba algún que otro beso a la joven, antes de partir de nuevo a su habitación. Alya y Nino a veces pasaban las tardes con ellos, traían videoconsolas o DS y jugaban todos juntos, haciendo que la azabache sonriera y ellos se alegraban por ello. Alya consiguió permiso y se quedó a dormir algunos días con ella. Los otros días se quedaba Sabine, su madre o los pasaba conversando con Tikki, quien no se separaba de ella.
Los médicos estaban contentos por la gran mejora que presentaba Marinette, quien mejoraba día a día, consiguiendo que le retirasen los goteros y la respiración artificial, pues ya no la necesitaba. En unos días le darían el alta. A Adrien se la darían esa misma tarde, ya que las heridas del chico eran menores que las suyas.
La despedida del rubio del hopital fue divertida, trajeron pintura facial y se dedicaron a pintarse los unos a los otros caras graciosas. Marinette rompió a reír cuando Alya le pintó unos morros negros y unos bigotes de gato a Adrien. Mientras que el rubio se sonrojó cuando entre Nino y Alya, le pintaron los labios de rojo a Marinette y le pusieron unos graciosos círculos en las mejillas.
-Pronto estaremos los dos fuera, princess-Musitó el chico rubio cuando sus amigos estaban fuera de la habitación. Marinette asintió, rozando sus narices con cariño mientras se sonreían, seguros de si mismos y de su amor.
Adrien la besó durante un par de minutos antes de marcharse. Alya y Nino la abrazaron antes de irse también. Alya le prometió seguir en contacto mediante el teléfono y le guió un ojo a su amiga antes de dejarla a solas con el modelo rubio.
-Chat vendrá a verte-Prometió Adrien a lo que consiguió un gran sonrojo por parte de su amada, puesto que sabía lo mucho que le importaba su alter-ego a Marinette. Él quería sentirse amado por su princesa, puesto que ella había sido la única que lo había amado por ser quien era en realidad; Chat noir, el coqueto y atrevido héroe de París.
-Te esperaré gatito-Sonrió la chica, moviendo la mano a modo de despedida.
Cuando volvió a estar sola en la habitación, Tikki viendo que no había peligro salió de su escondite para posarse en la cama de la chica, muy cerca para que la pudiera ver.
-¿Acaso eso es un sonrojo?-Preguntó sonriendo, viendo la cara encendida de su portadora.
-Oh...Tikki...siento tanta opresión en mi pecho...-Reveló Marinette, sintiendo como su corazón latía rápidamente. Aún podía sentir el calor de los labios de Adrien, había sido un solo roce antes de que el chico se marchase pero había sido intenso.
-¿Te sientes mal?-Preguntó preocupada la kwami, sin entender lo que la chica enamorada intentaba explicar. No creía ni que ella supiera.
-No..-Se apresuró a decir-Me siento bien, pero nunca pensé que pudiera estar así con nadie...
-Hace nada revestías tus paredes con fotografías de Adrien-Comentó la kwami
-Pero eso era solo por lo mucho que lo admiraba, era más una obsesión y ahora me doy cuenta de lo equivocada que estaba
Tikki torció su cabecita, algo confundida-¿Quieres decir que no lo amas?
-Claro que lo amo-Dijo Marinette con ojos soñadores-Adrien es Chat. Vale que antes sentía una obsesión insana por él, pero desde que empecé a sentir aquello por Chat noir, él pasó a otro plano y me dí cuenta que el amor que llegue a pensar que sentía por él, era solo obsesión-Tikki la escuchaba atentamente, sorprendida por el razonamiento de la chica-No es que no lo ame ahora, desde luego que lo hago y no podría amarlo más...lo que sucede es que me he dado cuenta de lo que Chat trataba de decirme siempre, que deseaba ser querido por alguien, quería ser respondido y yo....no me dí cuenta hasta que le hice daño..-Recordó lo mal que se había portado siempre como Ladybug, ignorando a aquel leal compañero gatuno-Pero, cuando vino a mi, no le importó mi forma civil y me amó...-Sonrió con dulzura al pensar en aquellas noches llenas de besos y caricias, haciendo que su cara se iluminase con su sonrojo-Tanto Adrien como Chat son uno mismo, y los amo a ambos
Se quedó callada durante un rato, puesto que habían sido muchas palabras y se sentía cansada. Además su latir acelerado no ayudaba.
Tikki sonrió a su portadora, rozando su cabecita con su mano a modo de apoyo, recibiendo pequeña caricias por parte de Marinette.
-Este gato también te ama, my prrrrincess
Marinette casi se cae de la cama al escuchar la voz de Chat noir, hasta que lo vio, apoyado en la ventana, que había dejado abierta. Su rostro enmascarado tenía un leve rubor pero Marinette solo podía observar aquella sensual sonrisa que la dejaba sin respiración.
-Ch-Chat...-Musitó, sintiendo como el humo empezaba a emanar de su cabeza.
-Sabías que vendría a verte, como tu caballero, aquí estoy-Entró en la habitación, moviendo su cola falsa entre sus manos, sonriendo hasta estar al lado de la cama donde ella se encontraba.
-Tu...¿Es-Esch-aste?-Preguntó en un susurro la chica, pues se sentía avergonzada.
-Absolutamente todo, princess
Marinette quiso tomar la almohada y cubrirse con ella.
!!!Que verguenza!!!
Chat noir soltó una pequeña risa al ver la reacción tan tierna de la azabache. Se sentó en el borde de la cama, acercando su rostro al de su amada, quien se tensó.
Tikki los observaba, divertida. Se movió para darles privacidad.
-¿Que...?-Preguntó la chica, al ver que el felino no se movía. Le sonreía mientras la miraba con aquellos intensos ojos verdosos.
-¿Amas a este gato callejero?-Preguntó con aquella voz ronca y masculina. Se acercó para rozar sus labios. Solamente un roce. Lo repitió dos, tres veces; prolongando el momento cada vez más.
-Te...amo...-Musitó la pobre y sonrojada chica contra los labios dulces del gato-Amo a este gato...siempre tendrá un espacio en mi bal-cón-Rió contra otro beso del chico-De-jame...al menos...-Chat la volvió a besar, por lo que la chica colocó las manos en el pecho fuerte del chico-Hablar!
Chat noir sonrió, sacó los dientes y atrapó el labio inferior de la chica, quien temblaba ante su toque. Habiendo conseguido que ella abriera la boca, se introdujo en su calidez, besándola de manera intensa.
-Chat!!...-Gimió ella, sintiendo como el aire le empezaba a faltar.
-Lo siento, Marinette-Musitó el héroe, dejandole unos milímetros de separación entre sus rostros-Pero eres demasiado...no tienes ni idea de como te deseo
Las palabras del chico hicieron que la chica se convirtiera en una bombilla encendida, sus mejillas estaban hinchadas y rojas, sus ojos brillosos y azules lo observaban si poder creer lo que había salido por su boca. Aquella boca....
-¿E-Enserio...?
Chat alargó la mano para tomar una de las pequeñas manos de la chica, que apretaban fuertemente la sabana. Tiró de ella hasta que la colocó en cierta parte de su cuerpo, sobre el traje de héroe-Sienteme...¿Quien crees que tiene la culpa de esto?
Marinette sintió la boca seca. La erección del chico empujaba la tela de su traje negro y con el movimiento del felino, su mano sentía aquel grosor y aquella longitud. A pesar de lo grueso de su traje, podía sentir el calor de aquella zona.
Intentó tragar y volver a lubricar su boca para poder hablar, pero nada coherente salió.
-¿Te encargarás de ello, princess?-Preguntó en su oído, mordisqueando la pequeña oreja de la chica, mientras movía sus caderas contra la mano de la muchacha azabache.
-Supongo que...es mi culpa, gatito-Le respondió la chica.
No supieron como pero de repente se dejaron guiar por sus instintos y Chat se encontró sentado en la cama con una muy sonrojada Marinette, quien tiraba de la cremallera de su traje para despojarlo de él. Gracias a que la chica no necesitaba más transfusiones no tenían que preocuparse de los cables, pero en su mano aún tenía una vía, por si fuera necesario.
Marinette consigió sacar fuera del apretado traje aquella vara, la cual saltó como si buscara su encuentro. Sin apartar la mirada de aquellos ojos verdes, bajó las manos y comenzó a acariciarlo. Sus manos recordaban el grosor, el tacto suave y algo húmedo en la punta.
-Aggg...Marine...tte....ggrrr-Los gemidos del chico no se dejaron esperar. Le gustaba, y mucho las caricias de su amada. La chica empezó dando toques tímidos, utilizando solo sus manos, moviendolas de arriba abajo, apretando algunas zonas con delicadeza, ya que sabía que tenía efectos en el chico-Grrr....así...más...princess...
Abrió los labios y rozó la punta con la lengua, sintiendo como el felino gruñía y se arqueaba, buscando más su toque. Ella quería compensarlo por lo que recorrió aquel espacio con su lengua, sintiendo las irregularidades y las pequeñas venas que surcaban aquella piel.
Procedió luego a meter todo su miembro en su boca, bombeando con rapidez, escuchando como él gemía y sus manos se movían a su cabello, ayudándola a subir y bajar.
-Es....bueno...-Los gruñidos del chico solo hacían que la chica se sintiera más atrevida y sus succiones fueran más rápidas y sensuales-Aaaa...voy, voy a....
La chica lo escuchó y se movió más rápido, succionando la punta y usando a su vez sus manos para estimular la parte inferior, sintiendo como Chat soltaba un profundo gemido y como su miembro temblaba y expulsaba una gran cantidad de sustancia blanca, que fue tragada por la chica, quien no dejó ni una gota. Un pequeño reguero de aquella sustancia resbaló por su mentón.
Ambos respiraban agitadamente por lo sucedido. Lo siguiente que supieron fue que el gato sujetaba a la chica de la cintura, cambiando posiciones mientras sus garras se encargaban de romper en pedacitos la fina ropa interior que ella llevaba debajo del camisón de hospital. Deseaba volver a estar en su interior.
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Alya fue quien ayudó a salir del hospital a Marinette cuando estuvieron firmados sus papeles del alta. La azabache caminaba lentamente, agarrada por su amiga, por la gran entrada del hospital. Cerró los ojos, sonriendo mientras sentía el calor del sol en su rostro, el aire en su cabello suelto y los diferentes olores viniendo a su nariz.
¿Cuanto hacía que no sentía esas cosas? Mucho.
-¿Como te sientes?-Preguntó Alya, viendo como su amiga sonreía.
-El aire se siente bien-Contesto Marinette
-Hacía mucho que no salías a la calle
-Y tanto
Alya la acompañó hasta el coche, donde la esperaba su madre. La acercarían a la panadería, donde sus padres la esperaban atendiendo a los clientes.
-Marinette-Llamó su amiga a la azabache, quien estaba distraída mirando por la ventana del coche.
-¿Si? Perdón Alya, ¿Decías?
La reportera no podía enfadarse con alguien tan tierno como Marinette, por lo que la tomó de los hombros.
-Te decía-Recalcó-Mañana vamos a celebrar una fiesta en casa de Nino. Para daros, a ti y a Adrien, la bienvenida por salir del hospital y estar de nuevo junto a los alumnos estresados
Las dos amigas rieron por la broma de la castaña. Marinette se mostró entusiasta por la idea de la fiesta, por lo que aceptó sin pensarlo demasiado.
No había visto a Adrien desde la noche en la que la fue a visitar al hospital y....hicieron, bueno, "eso". Las mejillas de la chica se iluminaron al recordar la manera, casi posesiva, en que se buscaban el uno al otro, la forma en que sus dedos arañaron la espalda del chico y el dolor en sus labios por tantos besos...
-Tierra a Marinette...-Parpadeó, al notar como la reportera volvía a intentar captar su atención-Enserio, a pesar de todo, sigues siendo la misma Marinette...
-Jejeje, ya sabes...
Chocaron sus puños, sonriendo cómplices entre ellas.
"Si Alya supiera..." Pensaba Marinette intentando alejar aquellos pensamientos lo antes posible y concentrarse en lo que su amiga le decía.
Iba a ser un día largo.
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Sabine y Tom la recibieron con un fuerte abrazo y agradecieron con pasteles y galletas a Alya y a su madre por traer a Marinette a casa. Después de un abrazo y un "te escribo luego", Alya y su madre se marcharon, dejando a la familia Dupain en su casa.
-¿Te encuentras bien, cariño?-Preguntó Tom, mientras acomodaban a la azabache en un sillón del salón. Se había cambiado de ropa y llevaba un simple pijama rosa-¿Te traemos algo? ¿Necesitas algo?
-Estoy bien papá-Respondió la chica, abrumada por tantas atenciones. Se sentía un poco débil pero podía moverse perfectamente. El médico le había recetado unos batidos de vitaminas y un par de pastillas que tendría que tomar durante al menos dos semanas.
Sabine se sentó al lado de Marinette, pasandole a la chica un gran baso lleno de un contenido amarronado y que no tenía buena pinta.
Marinette torció la cara al verlo.
Puaj. Eso debía estar malisimo.
-Debes tomarlo, el medico dijo que tenías que tomarlo durante un par de semanas
-Tiene muy mala pinta...
-Luego podrás comer uno de los ricos pasteles que ha hecho papá-Intentó convencerla su madre, a lo que Marinette tomó el baso y aspiró con fuerza, abriendo la boca y tomando un poco del contenido.
Malisimo. Nunca había tomado nada que supiera tan mal.
Después de poner varias caras de asco, pudo terminar con el contenido y recibir su recompensa: un delicioso pedazo de pastel de tres chocolates.
-Buen trabajo-Dijo Sabine, llevándose el baso vació y el plato del pastel.
Al ver que se quedó sola, sacó el móvil de su pantalón, encontrando que tenía varios mensajes sin leer. Respondió a dos de Rose y Juleka que le preguntaban como se encontraba y si podían ir a verla. Sonrió al encontrar un corto mensaje de Nathaniel; le había adjuntado un precioso dibujo de ella sonriendo. Marinette guardó la imagen en su galería y le respondió con un chibi de un tomatito rojo.
Alya le mandó los datos de la casa de Nino y el horario de cuando la iría a buscar. Le respondió rápidamente con un icono.
Llegó al ultimo mensaje, que se había mandado hace pocos minutos. Sus ojos se ensancharon y sus mejillas se sonrojaron al ver el nombre de Adrien en el aparato.
¿Adrien le había escrito?
Con dedos temblorosos, clicó en el mensaje y lo desplegó.
"Espero que haya llegado sana y salva a su casa, princess,
espero me disculpes por no poderla acompañar a su casa
Nino insistió en quedar para ponernos al día. Al parecer va a
haber una gran fiesta para nosotros.
¿Vas a ir? Querría verte.
No puedo olvidar nuestra ultima noche.
Aún me duele la espalda ;-)"
A Marinette casi se le resbala el móvil.
¿Que era aquello? ¿Acaso le había mandado un guiño?
Sus ultimas palabras le recordaron aquella noche. Aquel acto que había tenido lugar en la cama del hospital. Toda su sangre se agolpó en sus mejillas.
-Gato tonto...y además pervertido...
Cuando pudo controlar sus temblores, abrió un borrador y le escribió una respuesta al rubio.
Con los ojos cerrados le dio a <<Enviar>>, echando todo el aire que había retenido mientras escribía.
Su móvil pitó segundos después.
"Quiero que llegué ya mañana para poder tenerte
de nuevo entre mis brazos.
No te preocupes por la espalda, confío en que my
Lady pueda hacer algo por mí"
Definitivamente, era un gato tonto.
Marinette volvió a abrir el borrador para contestar a su amado felino.
"Yo tampoco puedo esperar, gatito"
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