18. Descubrimientos y un gato herido
La clase estaba en completo silencio. Chloe tenía la mandíbula peligrosamente abierta, con los ojos abiertos observando la escena, al igual que todos sus compañeros que se encontraban en el aula. Nadie parecía creerse que el chico más popular de la clase estuviera haciendo algo como aquello.
Marinette reaccionó cuando Adrien mordió la zona que estaba besando y empujó al rubio, quien tropezó hacia atrás y quedó sentando en su mesa.
La chica estaba roja como la grana y tenía un tick en su ojo derecho de incredulidad. Una mano tapó sus labios y la otra se la llevó a la zona que el rubio había besado.
Alya, detrás de la azabache había grabado toda la escena con su móvil pero su rostro no estaba pendiente de la pantalla del aparato. Sus ojos veían a su amiga, que temblaba y castañeteaba los dientes.
-¿Q-Q-Que...?-Su voz salió tartamudeando, como de costumbre y antes de que nadie pudiera ver lo que sucedía, Adrien se había vuelto a levantar, recuperado del accidente y había besado en los labios a la azabache.
Nadie dijo o hizo nada. Un pelirrojo bajó la cabeza, derrotado; una rubia rugió por lo bajo y empezó una pataleta, un joven vestida de rosa empezó a fantasear con el posible amor de los dos jóvenes mientras que una chica de larga melena violeta le pasaba pañuelos de papel.
Pero todos se quedaron de piedra cuando Marinette le propinó una sonora bofetada al rubio y lo alejó de ella otra vez. La chica tenía lagrimas en los ojos y tropezando con sus pies, salió corriendo del aula, dando un sonoro portazo.
-¿Adrien, es pensabas que hacías?-Preguntó Alya, algo molesta, acercándose al rubio, quien se sobaba el golpe sin cambiar su expresión en su rostro.
-Quería....defender a Marinette-Dijo simplemente. Se le había ido de las manos la situación. No estaba en su plan besarla delante de toda la clase, solo quería que Chloe la dejara totalmente en paz.
-Si lo hubieras hecho hace unas semanas quizá no te hubiera golpeado-Dijo la reportera-Pero ella ahora parece tener a alguien importante. No puedes ir por ahí haciendo esas cosas.
Adrien no la escuchaba. En su mente solo pasaban los acontecimientos que habían sucedido. Él la amaba, daría todo por ella y ella lo amaba a él, ....a su otra mitad, pero seguía siendo él.
Sin responder a lo dicho por Alya y zafándose de su amigo Nino, el rubio salió por la puerta, en busca de su compañera azabache. Tenía que arreglar las cosas o no se lo perdonaría nunca.
Marinette corrió todo lo que sus piernas le permitieron, salió del colegio y se fue hacia el parque, sentándose debajo de la estatua que habían hecho para los héroes de París.
Observó el rostro en piedra de su compañero de luchas, junto a la figura imponente de Ladybug.
-¿Por que no puedo ser ella todo el tiempo?-Musitó abrazando sus rodillas.
Tikki no decía nada, oculta en el bolsito que portaba la chica. No sabía que podía hacer para ayudar a su portadora y comentar algo sobre lo ocurrido en clase no iba a ser buena idea.
La kwami solo rezó porque algo bueno sucediese.
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En otra parte, más concretamente en la guarida de cierto villano, una sombra reía por la desgracia de ambos héroes.
-El dolor, la ira,...adoro estos sentimientos-Decía el malvado Hawk Moth.
-¿Es hora de que un gato vaya a consolar a una dama?-Se escuchó detrás del malvado. Hawk Moth sonrió.
-Es tu turno. Copy Cat. Haz que Ladybug sea tuya. Corrompe al verdadero Chat noir al ver que su amada es de otro.
La sombra asintió y se alejó.
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La chica había intentando calmarse y no ser un manojo de nervios pero no lo había conseguido. Seguía con sus brazos rodeando sus rodillas hasta que escuchó unos pasos y de un salto alguien se colocó delante de ella.
-¿Que te ocurre?
Esa voz. Marinette levantó la mirada para ver a un Chat noir apoyado en su vara plateada justo delante de ella. El gato le dio una sonrisa coqueta y se acercó a ella hasta quedar acuclillado frente a ella.
-¿C-Cha-t?-Justo lo que le faltaba a la joven. Sentía que su mundo se rompía en pedazos. Primero su compañero, si es que podía seguir llamándolo así, la besaba frente a sus compañeros, sabiendo que ella le había dicho en su casa que no lo volviera a hacer. Puede que lo hiciera para ayudarla con Chloe, que lo dudaba pero...de nuevo Adrien Agreste se metía en su interior, intentando hacerse con un espacio en su corazón.
A ella le dolía. Ella amaba a Chat noir.
-¿Estas llorando?-Las manos enguantadas del felino retiraron con delicadeza los restos de lagrimas de sus mejillas-No llores, eres demasiado hermosa.
"No seas tan bueno conmigo" Pensaba la chica, mordiéndose el labio inferior hasta hacerlo sangrar de la presión que le ponía.
Se lanzó a sus brazos musculosos y enterró la cara en aquel pecho fuerte, que siempre la protegía. El héroe la abrazó y acarició su cabello intentando consolarla, mientras una sonrisa surcaba sus rasgos. La chica no la vio.
El abrazo se intensificó, pues ella lo necesitaba y el gato no la soltaba, hasta que se vio invadida por unos labios. Chat noir la estaba besando.
-Marinette!!!
Los dos amantes se separaron al escuchar una tercera voz que había llegado al parque. Marinette se asomó por debajo del brazo del gato para ver a un Adrien enfadado que iba corriendo hacia ellos.
El rubio llegó hasta ellos y apartó a Chat noir poniéndose entre él y la chica. Estaba que hervía de celos y de rabia. Rodeó la cintura de Marinette para pegarla a su pecho y protegerla.
-¿Adrien? ¿Que ...haces?-Preguntó Marinette, sorprendida por haberse visto en aquella situación. Intentó apartarse de Adrien pero este por ningún motivo la iba a soltar. Miraba al Chat noir que tenía frente a él.
-Protegerte, esta claro-Dijo elevando la voz-Ese no es Chat noir
Marinette abrió los ojos sorprendida por la voz de Adrien. Se le veía tan seguro, sus ojos verdes brillaban molestos. Ella miró hacia el felino, que sonreía sin parecer sorprendido por la intrusión del chico.
-Claro que soy Chat noir-Dijo el felino, moviendo sus brazos, haciendo que sus músculos se notasen-¿Acaso no ves que estas interrumpiendo?
-Adrien...-Susurró Marinette
-No le hagas caso Marinette, es un impostor. Seguro que es CopyCat de nuevo-Dijo con seguridad.
-¿Copycat? ¿Como...sabes?
Adrien la miró a los ojos, ella se veía confusa y con miedo y él apretó los labios en una linea y su rostro reflejó todo el dolor que sentía por hacerle daño. Reparó en los labios de su amada, el inferior sangraba un poco.
-Porque siempre he estado a tu lado, my lady-Dijo acariciando aquel labio inferior con los dedos.
-¿Ehhh?
-No voy a dejar que te hagan daño, princess-Dijo Adrien y tiró de ella para que corriera con él, alejándose del falso Chat noir.
-Pero...!!Adrien!!-Marinette tropezó con sus pies pero consiguió mantener el ritmo y correr junto con el rubio. Se alejaron unos metros del héroe gatuno quien negando con la cabeza los empezó a perseguir.
Adrien llevó a Marinette a un callejón entre dos edificios. Ambos respiraban con rapidez y Adrien todavía no la soltaba. Temía que ella escapase de él.
-¿Que esta ocurriendo?-Preguntó ella en un susurro.
-Parece que hay un nuevo akuma, princess
-No me digas así-Dijo ella algo molesta-Eso solo...
-¿Te lo llama Chat noir, cierto?
Marinette se quedó sorprendida.
-¿Como...sabes...?
-Te lo dije, princess-Dijo Adrien mientras levantaba su mano donde tenía su anillo plateado-Siempre estuve a tu lado-Movió su camisa blanca para dejar a la vista un chupetón en su cuello. Marinette lo reconoció enseguida. Ella se lo había hecho a Chat noir-Tu me hiciste esto, princess-Con una orden, una luz verde lo envolvió y el verdadero Chat noir.
Marinette se quedó estática mientras asimilaba lo que acababa de suceder. Frente a ella estaba Chat noir, que resultó ser Adrien. El Adrien que ella supuestamente amaba hacía no mucho, el que le había roto el corazón, que luego sano Chat noir, que era Adrien.
Su rostro enrojeció.
Había hecho el amor con Chat noir, es decir, había hecho el amor con Adrien, que es Chat noir. Y no una vez, si no varias.
Todos los acontecimientos pasaban a cámara lenta por su mente, avergonzandola todavía más.
-Chat...eres...Adrien-Dijo en un susurro.
Chat noir se rascó la cabeza, vergonzoso y asintió, pero enseguida la acercó a él y colocó su arma frente a ella para protegerla.
-Lo discutiremos en otro momento princess-Dijo con la voz ruda, mirando al intruso que empezaba a caminar hacia ellos-Hay que encargarse de un akuma primero
El falso Chat noir les lanzó un ataque a lo que Adrien, tomando a la chica en brazos saltó, impulsado por su bastón hasta el tejado de un edificio.
-Agárrate fuerte, tengo que ponerte a salvo-Dijo corriendo por los tejados, buscando un lugar seguro.
-Me quedaré contigo-Dijo ella, algo bajito pero él chico lo escuchó perfectamente.
-No pienso exponerte al peligro
-¿Terminaron de hablar, parejita?-El falso Chat noir les dio caza y con su bastón golpeó el estomago de Chat noir haciendo que este terminase golpeándose contra un muro. Marinette fue soltada antes de que eso pasase y solo rodó por el suelo.
-!Chat!
-Alejate...-Dijo él mientras se levantaba y encaraba al otro chico, que le volvió a atacar. Adrien lo esquivó, utilizando a su vez su bastón para alejarlo de donde se encontraban. No duraría mucho pero así lo alejaría de Marinette.
Una pelea de bastones y golpes empezó. Los dos chicos eran fuertes y estaban algo igualados en destreza. Adrien sangraba por la nariz y tenía un profundo dolor en uno de sus costados; se mantenía de pie gracias a su bastón, que utilizaba para propinar algún que otro golpe.
En un descuido, por estar más pendiente de Marinette que otra cosa, su bastón salió volando y su rival lo aprovechó para tirarlo al suelo y colocarse sobre él.
Empezó a darle potentes golpes por todo el cuerpo.
-Chat...-Marinette había quedado olvidada en un lado de la pelea y en esa situación no podía transformarse y ayudar a Chat noir. Su corazón estaba en un puño al ver como golpeaban a su amado. Ya podía ser Adrien o el rey de París, no podía dejarlo solo.
Corrió hacia donde vio que había caído el bastón de Chat noir y lo tomó. No era su arma puesto que ella luchaba con un yo-yo pero algo sabía. Podría distraerlo hasta que Chat reaccionara y pudiera liberarse.
Si supiera donde estaba su akuma...
Cuando copycat se akumatizo tenía una foto suya como Ladybug en su bolsillo, recordó la joven mientras ideaba un plan.
Sin que él se diera cuenta caminó hasta colocarse detrás de él y le pasó el bastón por el cuello, tirando de él para que se alejase de Chat noir.
-Ohh...parece que una princesa quiere salvar al gato-Comentó el villano. Intentó tomar el bastón pero el agarre de Marinette era firme y tenía poco movimiento para los brazos.
Chat noir se apresuró a levantarse como buenamente pudo y se colocó de pie.
-Esto se acabó-Dijo el héroe gatuno apuntándolo con uno de sus largos dedos.
-Eso quisieras-Dijo copycat, alzando el bastón y lanzandolo hacia él con una Marinette sorprendida, que chilló con fuerza.
Adrien abrió los brazos para tomarla y volvieron a caer al suelo en un mar de piernas y brazos confusos.
-¿En que estabas pensando, princess?-Preguntó el chico debajo de ella. Había recibido el impacto y de su frente empezaba a caer un pequeño hilo de sangre.
-Lo siento...yo...quería
-Debes ponerte a salvo, no me perdonaría que te pasase algo-Dijo acariciando la mejilla de la chica. Ella estaba a punto de volver a llorar. Viendo que en su forma civil no podía hacer mucho por él, decidió que era hora de que Ladybug apareciera. Se acercó a él y dejó un suave beso en labios del rubio.
-Iré por ayuda. Solo aguanta-Dijo y vio como él asintió y los levantaba a ambos.
-Estas hablando con Chat noir, princess-Dijo coqueto. Ella solo sonrió.
Chat noir avanzó unos pasos, dando vueltas a su bastón de forma amenazante en sus manos.
-¿En donde estábamos?
-¿Crees que puedes vencerme en ese estado?-El villano reía, confiado en sus posibilidades.
-Un gato enamorado lo puede todo-Dijo Adrien. Vio como Marinette conseguía meterse al interior del edificio y se preparó para atacarlo. Lo entretendría el tiempo en que ella fuera a transformarse en Ladybug.
Y juntos derrotarían al malo de nuevo.
Sus ataques comenzaron de nuevo, esta vez parecía que Chat llevaba la pelea a su terreno y podía con él. Su cuerpo dolía y sentía que iba a perder el conocimiento pronto pero tenía que esperar por su dama. Sabía que ella no tardaría en llegar.
Efectivamente, unos segundos después, un yo-yo se enredó en la pierna de copycat y lo tiró al suelo, cosa que Chat aprovechó para inmovilizarlo.
-My lady
-Hola gatito, parece que necesitas ayuda-La figura de Ladybug aterrizó con gracia al lado del villano y rebuscó en sus bolsillos en busca de la fotografía.
Su rostro se sorprendió al no encontrar nada en ninguno de los bolsillos del villano. Su cara volteó a ver a Chat noir, que la miraba de la misma manera.
-¿Os pensabais que sería tan sencillo?-Dijo el villano con una sonrisa. Se libró del hilo que lo retenía y lanzó lejos a Ladybug que rodó un par de veces por el suelo. Chat noir empezó de nuevo una lucha de bastón contra bastón y gritos.
Ladybug se levantó, notando como su rodilla dolía un poco. No se preocupó por el dolor y empezó a observar al villano, buscando cualquier cosa que pudiera ser su akuma.
Era exactamente igual a Chat noir, en traje y peinado. Solo que ella podía distinguirlos puesto que veía la marca roja que ella le había dejado en el cuello.
Si bajaba un poco más, podía ver su mano.
!Claro!
-Chat, el anillo, seguro que tiene su akuma en su anillo!!-Dijo ella, invocando el lucky charm
-Entendido, my lady
Chat empezó a atacarlo más enserio, echándolo hacía atrás para que chocase con la pared. Ladybug mientras había invocado un gran manto rojo con lunares negros y ya tenía una idea de lo que tenía que hacer. Aprovechando que su compañero estaba atrayendo al villano hacia un callejón sin salida, corrió hacia ellos y cubrió al falso chat noir con aquella manta, haciendo que tuviera fácil acceso a su mano y tomar su anillo.
-Ya no harás más daño-Dijo y le dio un fuerte pisotón haciendo que el anillo se partiera y de él, saliera un oscura mariposa-Yo te libero del mal-Siguiendo su típico ritual, la mariposa se volvió blanca y salió volando del yo-yo de la chica-Adiós pequeña mariposa.
El chico volvió a la normalidad y se fue de allí, sorprendido por la presencia de los dos héroes. Ladybug iba a chocar puños con su felino compañero cuando este cayó al suelo de un golpe seco.
-!!!Chat!!-Ladybug se arrodilló a su lado, tomándolo en brazos y buscando su rostro. Sangre seca y alguna fresca cubría gran parte de su rostro y no lo podía ver por su traje negro pero imaginaba que su cuerpo también estaría en condiciones similares.
Ignorando el dolor de su pierna, sujetó al felino con uno de sus brazos y sujetándose con su hábil yo-yo, fue saltando de casa en casa. No sabía a donde llevarlo, si a su casa o al hospital pero Chat consiguió susurrarle que lo llevara a la mansión Agreste. Ladybug asintió y fue hacia ese lugar.
Encontró la ventana del cuarto del rubio abierta y entró por allí, dejando al felino encima de la cama, quien gimió de dolor al sentir el material en su cuerpo.
La chica rápidamente buscó algo con lo que limpiar el cuerpo de su compañero y encontró unas toallas y un botiquín en el cuarto de baño.
Regresó a su lado enseguida.
-¿Chat? -Preguntó, pues el chico estaba demasiado quieto. Se acercó hasta que pudo escuchar su tenue respiración-Tranquilo, cuidaré de ti
Apoyándose en el borde de la cama, buscó con los dedos el cierre del traje debajo del cascabel y tiró de él, mostrando aquel pecho musculoso que a ella tanto le gustaba besar. No se permitió contemplarlo mucho rato y empezó a sacar sus brazos de él, para luego bajarlo por sus caderas y sus piernas hasta dejarlo tirado en el suelo.
Fue al baño de nuevo en busca de un utensilio donde guardar agua y encontró una palangana verde bajo un armario de toallas. La llenó de agua y volvió a la cama.
Tomando una de las toallas, la mojó en el agua y fue limpiando con delicadeza el rostro del chico, teniendo cuidado de su antifaz y apartando aquellos mechones rubios para tener un mejor acceso.
Limpió todo su cuerpo, teniendo cuidado de sus heridas y recibiendo algún que otro gemido por parte de Chat noir. Ella le pidió perdón suavemente y siguió con su trabajo, pasando unas cuantas vendas por su pecho y tratando la herida de su costado con pomada y un ungüento especial que encontró en el botiquín y al parecer era muy usado por el rubio puesto que no quedaba mucho. Apuntó mentalmente el nombre para otra ocasión en que lo necesitase.
Cuando terminó de vendar cada herida, ordenó todo lo que había usado y llevó al baño las toallas usadas y manchadas y desechó el agua por el lavabo. Miró el cuerpo de su querido gatito que reposaba en la cama y de repente una luz verde lo rodeó y quedó el cuerpo de Adrien.
Un kwami oscuro revoloteó, quedando apoyado en el borde de la cama.
-¿Quien eres?-Preguntó Ladybug acercándose.
-Soy Plagg, el kwami de Adrien-Dijo el pequeño, revoloteando hacia un armario y abriendo la puerta, sacando un pedazo de queso-Gracias por cuidar de mi portador.
Ladybug sonrió hacia el pequeño kwami y dejó que su transformación terminara y Tikki saliera de sus pendientes.
-Deberías cubrirle, podría tener frío-Dijo la dulce Tikki mientras observaba a Adrien. Solo había conservado su ropa interior verde y entonces Marinette se dio cuenta de ello, por lo que le pidió al kwami de Adrien si sabía donde podía estar su ropa.
Plagg le señaló un armario y con un poco de esfuerzo por su parte, Marinette pudo vestir al chico con una simple camiseta blanca y un pantalón gris de chándal.
Cansada por todo, la chica se lo pensó mucho antes de tomar prestada la ducha del modelo y darse una merecida pero rápida ducha. Se puso la misma ropa interior pero sustituyó la ropa por una camiseta del chico y un boxer que Plagg le tiró a la cara.
No quería pensar en que estaba usando su ropa cuando salio del cuarto de baño, ni mucho menos cuando se estiró al lado del cuerpo del chico.
Se había curado su propia herida, poniendo un pequeño parche y ya no le dolía demasiado pero en comparación con su compañero no había recibido nada.
Mientras curaba su pecho, la chica pensó en lo mucho que había sufrido para protegerla. Aun estaba sorprendida de que aquel chico fuera su querido gatito. No tenía ningún sentido, pues ambos eran sumamente distintos y aunque ella también cambiaba cuando se convertía en su alter-ego, no concibía que alguien que le había hecho tanto daño fuera a su vez quien la había consolado y amado como ningún otro lo había hecho.
Marinette se hizo una bola bajo las sabanas de Adrien y cerró los ojos, pensando en lo que sucedería al día siguiente.
Seguiría amando a su querido gatito pero no sabía si iba a hacer lo mismo con el modelo rubio que ahora dormía a su lado.
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