12.Tras la mascara
Marinette había pasado 30 minutos en su espumoso baño de burbujas y al salir, envuelta en una toalla, se sentía mucho mejor.
Mientras se secaba el cabello con una pequeña toalla rosa, miró hacia su espejo, encontrándose unos ojos verdes que no le quitaban la vista de encima.
-KIAAAAAAAAAA-La muchacha apretó la toalla contra su cuerpo y empezó a lanzar todo lo que encontró hacia el intruso, en este caso Chat noir.
El minino intentó esquivar cada objeto que intentaba dar contra su cara; él era hábil pero no impidió que una bailarina rosa le diera en toda la cara.
-Ey, princesa, que me gano la vida con ella-Dijo burlón pero a su vez le dolía por el golpe.
-¿Chat??!!Gato pervertido!!!Fuera!!-Gritó sonrojada aun intentando taparse. En su mano tenía un nuevo proyectil en forma de estuche.
Chat noir esquivó el nuevo proyectil y levantó las manos en forma de rendición, saliendo por la ventana y quedando de espaldas a la ventana.
-No te voltees-Escuchó la voz de Marinette y gracias a sus orejas escuchó como se movía por el cuarto.
-Es que te ves muy hermosa princesa-Dijo sin más. Era cierto.
-Mooo, cállate-Dijo vergonzosa, terminándose de vestir. Se colocó una simple camiseta que le quedaba como un vestido y tenía un pequeño detalle de lunares verdes-Ya puedes entrar..
El minino se volteó para verla y entró temeroso con las manos delante por si a ella se le ocurría volver a tirarle algo.
-No te preocupes, no serás el blanco de mi ira-Dijo risueña la chica. El gato sonrió al escuchar su risa y la acompaño a la cama, donde ambos se sentaron.
-Veo que lo has cuidado bien-Musitó el felino sujetando el peluche de Chat noir. La azabache lo sujeto y jugueteó con él-¿Acaso lo prefieres a él teniendo al original a tu lado?
Su voz era graciosa y el puchero que hizo enterneció profundamente a Marinette.
-¿El gatito esta celoso?-Dijo ella en broma
-Lo estoy-Dijo serio el héroe y apartó el peluche, acariciando la mejilla de la joven-Muy celoso
-Chat??-El sonrojo se extendió por el rostro de la joven.
-No quiero que pienses en otro que no sea yo-Dijo triste.
-¿Lo dices por...Nath?
Chat noir torció la cara al escuchar el nombre del pelirrojo. No soportaba oír de labios de su princesa el nombre de otro chico y menos su diminutivo.
-Lo mataré cuando lo vea
Marinette subió de temperatura cuando le escuchó. Se asustó un poco por el tono de voz del chico, ya que sabía que el chico era fuerte.
-No...fue mi culpa por no haberlo detenido-Musitó y se volvió a encontrar con los ojos verdes del gato y no pudo seguir hablando sobre su amigo pintor.
Sus labios temblaban y de repente sentía la boca muy seca. Intentó tragar para volver a decir algo, aunque sea algo coherente.
Pero el minino se le adelantó.
-Mi princess...-Sus manos ahuecaron el rostro de la chica, sintiendo su calor, el olor de su champú,...tan delicioso-Soy un patán lo sé...pero no quiero que me dejes...
La voz de su compañero le hizo sonrojar y desear abrazar todo el dolor que veía en los ojos de su gatito. No pudo evitarlo y se arrojó a sus brazos.
-No te dejaré Chat-Dijo contra su pecho.
Alargó sus manos y acarició aquel rostro masculino y dulce. Sus yemas recorrieron la textura rugosa de la mascara negra del héroe, las mejillas llenas y suaves, pasó un dedo por la nariz respingona. Sus ojos verdes brillaban de nuevo, emocionando a la chica, que le sonrió dulcemente.
-Te quiero Chat...
Los brazos del chico la rodearon con fuerza, recostándola en la cama con algo de fuerza, colocándose sobre su cuerpo con las piernas separadas, observándola con los ojos llenos de deseo y amor. Marinette respiraba aceleradamente y aunque permanecía quieta, su cuerpo quería moverse y hacer algo, cualquier cosa.
-Princess....eres tan hermosa...
Chat noir no podía más. Necesitaba hacer algo, el olor de su princesa le estaba dejando sin coherencia. Su instinto felino quería marcarla de nuevo, pero esta vez hacerlo más intensamente. Marinette sería suya.
Sus ojos recorrieron aquel cuerpo femenino, aquellas piernas lisas que tenía bajo su cuerpo, quería recorrerlas con las manos. El cabello azulado de la chica se esparcía por la almohada rosada de ella, como un manto de noche. Sus ojos azules brillaban y lo observaban expectante a su próximo movimiento.
Se agachó hasta la pequeña oreja y antes de morderla, le susurró.
-¿Puedo hacerte mía?
Pudo sentir como sus cabellos se erizaban y el sonrojo recorría todo su cuerpo.
Adorable.
Le mordisqueó la oreja en varias veces, lamiendo la herida después. Una de cal y otra de arena.
Lo hizo varias veces pues ella todavía no le contestaba.
El astuto gato decidió seguir sus besos por su cuello, aquella unión de su oreja a sus hombros, el punto más sensible de la joven, quien soltaba pequeños gemidos que encantaban al chico.
Más. Quería más.
Las manos con garras del minino recorrieron, casi sin tocar, la figura de la chica, metiendo los dedos por debajo de la camiseta de la chica. Ella arqueó la espalda cuando las garras de él, le recorrieron las caderas.
-Voy a quitarte esto, mi princesa
Marinette se preguntaba porque se paraba a hablar con ella. No es que no deseara escuchar la voz sensual del felino pero ella no podía hablar, no podía articular palabra.
Se sentía nerviosa.
-Chat...
El chico felino tomó la parte inferior de la camiseta y tiró de ella con algo de insistencia, sacándola y tirándola a alguna parte de la habitación.
"No lleva sujetador". Fue lo primero que pensó Chat noir al observarla.
Por comodidad, la chica no llevaba ese molesto objeto que solo hacía que le doliera la parte superior del cuerpo. Pero aquella no parecía una buena idea. No después de ver la mirada cargada de deseo del gato.
Marinette intentó taparse, pues se sentía demasiado sonrojada.
-No,no...no me prives de esa belleza-Musitó él, tomando las manos de la chica y, como había hecho con Ladybug, las colocó sobre su cabeza.
Chat noir observó aquellos hermosos montículos y cuando iba a posar sus labios en uno de ellos, descubrió unas marcas rojizas en su pezón derecho.
Él le había hecho unas marcas muy similares a Ladybug.
-¿Chat?-El minino se había detenido y permanecía absorto, observando sus pechos.
Chat observó sus ojos y con delicadeza tomó su rostro para ver su cuello. Efectivamente allí había una marca rojiza. La misma que le había hecho a su compañera moteada.
¿Acaso Marinette podría ser su Lady?
Había muchas posibilidades pero no pudo seguir pensando mucho en ello porque la chica lo apartó algo triste. Auch...¿Que había hecho?
-Princess?
-No...Chat...-Dijo ella tapándose con las manos su pecho
-¿Por que?
-No quiero hacerlo si tu no quieres-Dijo ella en un susurro.
-Claro que quiero hacerlo, eres hermosa
-¿Y que pasa con Ladybug? La deseas más a ella
El gato se quedó sorprendido por las palabras de ella. ¿Como sabía ella aquello? Supuestamente Chat le había dicho que no iba a volver con Ladybug, que solo tenía ojos para ella así que...¿Como sabía lo que había "casi" ocurrido con la catarina?
Sus sospechas eran ciertas. Marinette era su lady.
Chat noir sonrió como un gato travieso.
-Solo hay una chica a la que deseo-Tiró de ella para colocarla sobre sus piernas, él sentado contra la pared y ella sobre sus caderas, con solamente unas braguitas rojas con lunares negros-Esa chica eres tú
Marinette le miró aun temerosa, con la duda en sus ojos.
El minino le rodeó las caderas y un dedo travieso comprobó su espalda y bajó hasta rozar su intimidad por encima de la tela. Estaba húmeda.
-Eres más hermosa que mi compañera-Dijo él, muerto de deseo en aquellos momentos. No era una mentira. La jovencita tenía cosas en común con la catarina pero lo había conquistado con su inocencia, su risa y sobretodo por el consuelo que le había brindado cuando ella misma lo había causado. Era dulce y hermosa como un bichito recubierto de chocolate-¿Debo demostrarte cuanto te deseo?
Se rozó suavemente pero haciendo que se notase, su cadera contra su centro intimo, haciendo que la joven sintiera como un bulto se rozaba.
Apretó a la chica contra sí y buscó su rostro para besarla. Todavía no lo había hecho desde que había llegado.
Aquel beso cambiaría todo para ambos.
Pues Chat noir ya sabía quien se escondía tras la mascara de catarina.
Y por sus siete vidas que haría todo lo que estuviera en sus garras para hacerla suya.
Quería a su Lady pero estaba enamorado de Marinette.
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