El cosmonauta frustrado
UN GATO CONTRA SHINRA
Capítulo 13: El cosmonauta frustrado
El grupo se dirigió al reactor mako para encontrarse con Sephiroth, pero todo fue una trampa porque en el reactor solo se hallaba un monstruo y tuvieron que derrotarlo para poder salir de allí.
―Mejor salgamos de Nibelheim ―sugirió Wedge―, ya encontraremos pistas de Sephiroth en otro lugar.
Cuando el grupo se disponía salir del pueblo, Percy vio a lo lejos que unos sospechosos hombres enfundados en hábitos negros se dirigían hacia un precipicio.
―Estamos muy lejos, ¡ve tú, Percy! ―le ordenó Wedge, y Percy salió volando en su forma de gato.
Al retornar, les dijo que los hombres "lemmingnearon" hacia el abismo, pero lo curioso del caso es que parecían pronunciar el nombre de Sephiroth.
Al no poder resolver este misterio, todos decidieron ir al pueblo más cercano, el cual era Ciudad del Cohete.
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―Ahora veo por qué llaman "Ciudad Cohete" ―decía Yuffie impresionada una vez que llegaron, y nadie podía culparla ya que a un costado del pueblo, se erigía una plataforma de lanzamiento con un enorme cohete.
―¿Por qué el cohete se ve inclinado? ―les consultaba Percy al mismo tiempo que giraba el torso y la cabeza para ver mejor la descuidada plataforma de lanzamiento.
―Es porque Shinra canceló el lanzamiento ―le explicaba Lydia―. Antes, Shinra se dedicaba a la exploración espacial, sin embargo, luego se dedicó al comercio de armas y a la extracción de energía mako, que era lo que le daba mayores beneficios. Supongo que una vez cancelado el programa espacial, ni se molestaron en desarmar el cohete.
―¿No es un lugar muy tonto para establecer un pueblo? ―preguntaba Biggs―, está justo al lado del cohete.
―El pueblo no existía antes ―le informaba Lydia―, supongo que las personas quisieron ganar dinero con la carcasa del cohete como atracción turística y fundaron el pueblo al lado.
―¿Crees que haya en este lugar pistas acerca de Sephiroth? ―preguntó Cait.
―Eso lo veremos ahora ―dijo Wedge y ordenó que todos buscaran pistas.
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El grupo se reunió luego de la búsqueda, y Dyne les dijo que había escuchado de un "capitán" que podría tener información, por lo que el grupo se dirigió a la casa del famoso sujeto.
Al llegar fueron recibidos por una mujer de nombre Shera, la cual tenía aspecto de ser científica o pertenecer a personal de mantenimiento de un laboratorio.
―¡Qué mierda! ―gritó un hombre enorme con un puro en la boca. Se veía nada contento de ver a tanta gente en su casa.
―Capitán Cid ―le decía Shera nerviosa―. Estas personas buscan información respecto a...
―¿Ustedes son los de Shinra, verdad? ¡Ya era puta hora de que viniesen! ―les vociferaba Cid, confundiéndolos con emisarios de Shinra.
Wedge aclaró el malentendido y Cid, lanzó más improperios.
A Lydia y a Percy ese hombre no les agradaba ya que ellos (en especial Lydia) ni siquiera usaban la palabra "imbécil", pero el adulto soltaba a cada momento las más fuertes groserías que hubiesen escuchado en su vida, y para indignación, no solo de las chicas, sino también de los hombres, la mayoría de los insultos estaban dirigidos hacia Shera.
Wedge se levantó de su asiento, pero luego lo pensó mejor y decidió volver a sentarse mientras se mordía la lengua.
«Su casa, sus reglas», pensaba Wedge para no criticarle al hombre su pésima actitud, algo que también llevaron a la práctica los demás miembros del grupo.
Cid les explicó que esperaba la visita del presidente Rufus, para que le dé el visto bueno para volar el cohete.
―¡¿Quiere decir que el cohete aún está operativo?! ―exclamó Lydia, sorprendida.
―Sé que se ve inclinado ―dijo Cid soltando más improperios―, pero pusimos un mecanismo que enderezará la plataforma para cuando Rufus me dé la orden del despegue.
―¿Y qué pasará con la gente del pueblo? ―preguntó Tifa.
―Qué se jodan, ¿quien les manda a construir un pueblo junto a mi cohete? ―soltó Cid y todos le miraron ceñudos.
―Aquí está el té, Cid ―le ofreció Shera luego de regresar de la cocina.
―Puaj ¡a esta mierda le llamas té! No eres más que una cojuda.
―Vol, volveré a preparar el té ―dijo Shera y salió disparada a la cocina. Lydia se levantó indignada, pero Tifa le sujetó la mano y juntas fueron a la cocina acompañadas por Aerith.
―¿Por qué dejas que te hable así? ―le cuestionó Aerith, y Shera les contó su historia, de cómo Cid casi se convierte en el primer hombre en volar al espacio, pero por culpa de ella, se canceló el lanzamiento del cohete y Shinra decidió luego cancelar el programa espacial.
―Es mi culpa, sus sueños fueron destruidos por mi culpa, los sueños de todo el equipo, servirle al capitán es lo menos que puedo hacer ―suspiraba Shera con una expresión de resignación.
―Esta chica necesita terapia urgente ―le susurraba Aerith a Tifa.
―Oigan ―las llamaba Yuffie quien ingresaba a la cocina en ese momento―, miren por la ventana, hay un avion enorme en el patio trasero de la nave.
―¿A ver? ―decía Tifa mientras miraba por la ventana, pero de inmediato se escondió.
»¡Es Rufus y Palmer! ―les susurraba Tifa, haciendo que Yuffie saliese disparada a la sala a decirles a sus amigos.
El grupo entero se refugió en la cocina, lo cual fue difícil ya que eran catorce personas. Shera fue a la sala y le comunicó a Cid la venida de Rufus, con lo que el hombre fue al patio trasero a recibir a los visitantes.
―¡Presidente Rufus! No era necesario que viniese por la parte de atrás de mi casa, le hubiese recibido por el frente ―decía Cid sin soltar improperios está vez.
En la cocina, las cosas no estaban muy cómodas que digamos, ya que todos estaban juntos y revueltos.
―Oigan, no metan mano ―se quejaba Jesse indignada al notar como alguien se aprovechaba de la situación ―...esperen un momento, es, es mi mano, ¡diablos! se me adormeció y pensé que era la mano de alguien más.
―¿Estás bien, Lydia? ―preguntó Percy, quien con sus brazos extendidos, formaba una barrera para que su novia pudiese respirar.
―Sí, gracias. ¿Qué hay de ti?
―Estoy bien, salvo el hecho que el brazo-arma de Dyne está incrustado en mi espalda.
―Gracias, Wedge ―dijo Tifa y todos se voltearon a ver qué pasaba. Resulta que Wedge imitaba a Percy y así le daba algo de espacio a Tifa.
Quejas aquí, quejas allá, pero el grupo tuvo que aguantárselas para poder permanecer ocultos y escuchar la conversación de Cid y Rufus.
―Qué carajo, así que no vinieron para continuar con lo del cohete, ¡solo quieren mi hidroavión modificado, el que puede despegar ya sea en agua o en tierra!
―Mi avión sufrió un desperfecto y necesito el tuyo ―le informaba Rufus y cada vez Cid lanzaba más y más improperios.
―¡Suficiente! Palmer, encárgate de ultimar los detalles con este..., Capitán ―decía con sorna Rufus y se retiró del lugar junto con sus hombres.
―Uf..., ahora es cuando ―resoplaba Wedge faltó de aire y el grupo entero salió dónde palmer.
―¡Avalancha tomará el hidroavión! ―amenazaba Wedge. Palmer, sacando una ametralladora, empezó a disparar a diestra y siniestra, por fortuna, el gordo era más un ejecutivo que un francotirador y no acertó a ningún blanco, excepto al hidroavión.
Palmer, frustrado, volvió a cargar su arma y en eso fue arrollado por un camión salido de no sé dónde.
―¡Oh my miau! ¡Fuimos salvados por Optimus Prime! ―exclamaba Percy, sin darse cuenta del conductor ebrio al volante.
―¡Varios soldados de Shinra se aproximan! ―gritaba Barret y todo el grupo se introdujo al hidroavión, incluyendo a Cid.
―Este es mi puto hidroavión, si ustedes se van con él, yo también ―les decía de forma terca el hombre.
El hidroavión alcanzó la costa del continente y luego empezó a perder altura.
―Ese hijo de puta de Palmer alcanzó el motor de la nave ―le informó Cid a los demás y tuvieron que hacer un amerizaje.
Cid, junto con Barret y Dyne, trataron de reparar el motor luego del amerizaje, pero no tuvieron éxito.
―Las buenas, son que podremos llegar hasta Wutai y reabastecernos ―les informaba Barret y Yuffie se emocionó ante la noticia.
»La mala, es que el hidroplano no volverá a volar, así que tendremos que usarlo como barco.
Cid se molestó mucho con la noticia pero luego le vino un gusto sádico cuando se enteró que el grupo iba por Sephiroth y también por Shinra, con lo que gustoso ofreció sus servicios al grupo.
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El hidroavión llegó a las costas de Wutai, pero el grupo tuvo que descansar en la playa ya que era de noche. O al menos esa era la idea, porque Barret y Cid metían mucho bullicio por estar pasados de tragos y ni le hacían caso a Wedge quien intentaba poner orden.
―Creo que lo mejor será mover el campamento a otro lado ―le sugería Lydia a Tifa, al ver que el barullo prometía extenderse hasta el amanecer.
―Pero si ya montamos el campamento ―le dijo Tifa.
―Pero igual no dormiremos nada con esos dos metiendo bulla ―le hizo notar Lydia.
―¿De dónde sacaron las cervezas? ―preguntó Aerith.
―Estaban en la parte de atrás del hidroavión ― les informaba Yuffie quien al parecer ya había consumido algunas latas y se estaba riendo.
―Lydia tiene razón ―intervino Jesse, ceñuda―, mejor nos vamos lejos. Desmontemos las tiendas y llevémonos a Yuffie con nosotras.
―Epa, no me olviden ―les decía Biggs.
―¿No quieres quedarte a disfrutar la fiesta? ―le preguntó Jesse.
―Ni loco ―le respondía Biggs negando con la cabeza―, ya sabes cómo se pone Barret cuando bebe, y me parece que a ese Cid le pasa lo mismo. Ya hable con Cloud y Wedge, ellos también vienen con nosotros. ¿Qué hay de Percy?
―Percy y yo somos muy jóvenes para beber ―le recordaba Lydia―. ¿Qué hay de los demás?
―Bueno ―decía Biggs―, Dyne y Vincent, están huraños y absortos viendo el océano, así que no creo que les importe dónde estén, en cuanto a Cait Sith, se desconectó, y resulta que Nanaki ya se les adelantó y se fue a dormir lejos.
Las chicas les pidieron a los hombres que desmontaran las tiendas y no tuvieron más remedio que hacerles caso, luego se alejaron bastante del lugar y los chicos empezaron a levantar el campamento.
―Tifa, ¿puedo sentarme a tu lado? ―le pidió Lydia.
―Claro, ¿sucede algo?
―No, solo quiero tener algo de conversación, hasta que los chicos terminen de levantar las carpas.
―Pronto terminarán y luego podremos dormir ―le decía Tifa mientras observaba como Cloud armaba una de las carpas.
―Ojala podamos dormir, luego de la caminata hasta aquí, ya se me pasó el sueño.
―Tienes razón. Estúpidos Barret y Cid, estúpidos adultos ―rezongaba Tifa y Lydia ahogó una risa.
―Bueno, supongo que para ti, todos los que estamos aquí somos los adultos, con excepción de Yuffie y Percy.
―La madurez no es algo que viene con la edad ―le recalcaba Lydia con los ojos entrecerrados y fingiendo molestia, pero la sonrisa le delató.
―Tienes razón, allá están Barret y Cid y se comportan como dos críos ―negaba Tifa con la cabeza.
―Supongo que tendremos que dejarlos con Cait Sith ―hacía notar Lydia con voz seria―, no podemos ir dónde vive Yuffie con el hidroavión, tendremos que caminar desde muy temprano y los dos "adultos" no estarán en condiciones de caminar con rapidez.
Tifa asintió y las dos mujeres siguieron observando el trabajo de los chicos. Aerith y Jesse cuidaban de una soñolienta Yuffie.
―Sí que son malos ―decía Tifa, refiriéndose al trabajo de los chicos―, los hombres son malos para este tipo de cosas.
―En realidad los hombres y las mujeres no son tan diferentes ―razonaba Lydia―, los hombres deben de dejar de ver tanto deporte y prestarnos más atención, y las mujeres deben de dejar de ver tantas telenovelas y darles más atención.
»Dime, ¿quién crees que será el primero en levantar la carpa?
―Cloud ―dijo sin titubear la joven de ojos rojos.
―Es curioso, porque hace tiempo que Wedge terminó de levantar la suya, ahora solo arregla los detalles.
»Cuando te pregunté si nosotras podríamos levantar más rápido y mejor las carpas, ya Wedge había terminado, pero tú solo te fijabas en lo que Cloud hacia.
Tifa miró fijo a Lydia.
―Cloud nunca levantará esa carpa —dijo Lydia, refiriéndose a otra cosa, símil que Tifa comprendió.
―Cloud la levantará.
―Tal vez, pero tardará tanto, que llegará un nuevo día. ¿Seguirás pretendiendo que es de noche, con tal de esperar a que Cloud termine?
―Podría apresurarse en terminar mi carpa.
―¿Segura? No será que si se apresura, será para terminar la carpa de alguien más ―susurró Lydia mientras señalaba con el rostro la playa.
Cloud había terminado de levantar la carpa pero se dirigía hacia Aerith y le ofrecía su carpa para dormir. Tifa miraba la escena dolida.
―Ninguna carpa lleva tu nombre o el nombre de alguien más ―le hacía notar Lydia―. ¿No crees que sería mejor ayudar para que dos personas pudiesen levantar la carpa juntos?
Lydia se levantó y se fue a ayudar a Percy, mientras que Wedge se dirigía dónde Tifa y le ofrecía la carpa que él había levantado.
―Gracias, ahora termina de levantar tu carpa ―le agradeció Tifa y Wedge se dirigió a la playa.
Una vez terminadas de armar todas carpas individuales, el grupo se fue a acostar, sin embargo, Tifa se quedó sentada mirando el resplandor de las estrellas en las negras aguas del océano.
―Tenía razón, se me quitó el sueño ―murmuraba Lydia enojada y se sentó junto a Tifa.
―Lydia... ―empezaba a decirle Tifa―. ¿Crees que hago mal en esperar que alguna tienda lleve mi nombre?
―Al final nada lleva tu nombre, ni nada te cae del cielo ―le revelaba Lydia―. Lo mío con Percy, aunque parezca salido de un fanfic romántico, también fue fruto del esfuerzo, la aceptación y el compromiso de ambos.
―Esfuerzo, aceptación y compromiso...
―Esas palabras dan miedo, que implican no solo estar para lo bueno, también para lo malo.
»Tifa ―la sorprendió con voz seria Lydia y se sentó de frente mirando a la luchadora―. Cuéntame el motivo de que estés tan interesada en Cloud, y no me relates la misma historia que le dijiste a Percy en Ciudad Cañón.
Tifa se sorprendió, pero le contó todo lo referente a su niñez y su breve contacto con el rubio.
―Por lo que me dices ―analizaba Lydia―, estas poniendo a Cloud sobre un pedestal, nunca lo conociste bien, nunca hablaron lo suficiente.
―Hablamos lo suficiente ―le cortó Tifa―, lo suficiente como para que él se comprometiera a ir en mi auxilio cuando algo malo me sucediese.
―A esa edad nadie sabe lo que significa la palabra compromiso ―le contradecía Lydia y Tifa frunció el ceño.
»Es bonito ―suspiraba Lydia―, esperar por tu caballero en brillante armadura y que te rescate. Yo misma deseé eso también, sin embargo, sabes qué, el gusto por los caballeros en brillante armadura se me pasó a los diez u once años.
Tifa sintió como si le hubiesen dado una bofetada y miró a Lydia de forma enojada, pero la chica gótica no desvió la mirada.
―Y estoy segura que mis demás compañeras de colegio, también desecharon esos gustos a la misma edad, y eso que ellas son unas... ―Lydia quiso continuar, pero se mordió el labio para no recurrir a los insultos―. Tifa, tú nunca saliste del estado de coma luego de caer del puente, sigues esperando a tu príncipe azul, con tus adorables diez años.
―Soy una mujer adul... ―empezaba a decir Tifa enojada, pero Lydia la interrumpió.
―Sabes pelear, manejas un bar ―evaluaba Lydia con una calma antinatural―, pero por lo que sé, aprendiste a pelear para ya no ser lastimada, manejas un bar porque odias sentirte sola. Lo único que haces es escapar o mejor dicho, escondes la cabeza como un avestruz y te refugias en el recuerdo infantil de alguien a quien ni siquiera conociste bien en un principio.
Tifa se cubrió los oídos con las manos, pero Lydia continuó.
―Uno no debe desechar los recuerdos, menos los dolorosos... Pero si nos aferramos a estos, corremos el riesgo de perder aquello valioso que está justo delante nuestro y que nos extiende su mano o incluso como en tú caso ambas manos.
―¿Te refieres a Wedge?
―Wedge siempre te extendió su mano, pero lo que te niegas a ver es que él también te extiende ambas. No solo te aprecia y respeta como amiga, también te aprecia y respeta como mujer, la mujer que desea con todo su corazón y con todo su cuerpo. Wedge, nunca te pondrá en un pedestal y te verá como una muñeca, nunca te transformará en su madre o su criada, siempre serás para él ese preciado objeto de amor y pasión que estará siempre dispuesto a corresponder.
Lydia se levantó y luego acarició el rostro de Tifa.
―Solo quiero que pienses en lo que te dije ―concluyó Lydia y se fue a dormir a su carpa.
CONTINUARÁ...
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