El anhelo de la sonrisa gentil
UN GATO CONTRA SHINRA
Capítulo 21: El anhelo de la sonrisa gentil
Luego de que Wedge se cambiase, ordenó que el Highwind descendiese por el cráter del norte y llegaron a una especie de explanada por la cual ya no pudieron avanzar más, por lo que decidieron que los quince compañeros irían a pie desde ese lugar.
El interior del gigantesco cráter tenía un aspecto bizarro, como salido de otro mundo y, lo peor de todo, radicaba en el hecho de estar lleno de monstruos debido a la energía mako del lugar.
El grupo se abrió paso hasta las profundidades del cráter y llegó al fondo de este, sin embargo, ya no se encontraron con un paisaje natural, sino más bien con una serie de plataformas artificiales en las cuales debían enfrentarse a monstruos masivos.
―Esto debe ser obra de Sephiroth ―dijo Tifa y todo el grupo siguió adelante.
Luego de atravesar las plataformas y vencer a todos los adversarios, llegaron a una especie de templo en el cual estaba esperándoles el monstruo Jenova.
―Veo que ahora tiene la cabeza, de seguro Sephiroth se la puso ―les señaló Lydia al ver al monstruo.
Jenova se parecía mucho al monstruo de Hojo, con la diferencia que la forma monstruosa de Hojo era una aberración con tentáculos, mientras que Jenova tenía una forma fémina bien definida y no tan amorfa pese a los tentáculos que poseía.
El monstruo presentó un desafío más difícil que los monstruos anteriores, sin embargo, también fue derrotado por los quince integrantes quienes se adentraron más en el templo.
Sin previo aviso, sintieron como la vista de Sephiroth se posaba en ellos y después fueron elevados en el aire sin control alguno de sus cuerpos y sintiendo como una fuerza invisible trataba de desmembrarlos.
―Mis patas y mi cola, creo que se desprenderán en cualquier momento ―aullaba de dolor Nanaki.
―El poder de Sephiroth, está en un nivel muy diferente al nuestro ―gemía Barret.
―Madre, ayúdanos ―rezaba Aerith y sacó la Materia Sagrado, que le heredó Ifalna. A continuación, la Materia voló sobre ellos como un orbe flotante y emitiendo una luz contrarrestó el poder de Sephiroth.
―¿Están todos bien? ―preguntó Wedge, adolorido, y todos le contestaron que sí.
―Todos los trucos se acabaron, ahora comienza la verdadera batalla ―advirtió Cloud.
―¡Sal, cobarde! ―le retó Biggs y Sephiroth se materializó frente al grupo.
Sin embargo Sephiroth ya había dejado de ser humano y ahora tenía la forma de un monstruo masivo, casi tan grande como los monstruos Armas del planeta.
―Es tan grande y oscuro como una montaña en la noche ―gemía Jesse.
―No se dejen dominar por el pánico, debemos atacarle ―dijo Vincent.
―¡Vamos a patear el puto de Sephiroth! ―gritó Cid y todos fueron a atacar al enemigo final.
El monstruo gigante era muy fuerte e hizo que el grupo se esforzase al máximo y utilizase a cada momento magia y pociones curativas. Al final, los amigos salieron victoriosos luego de la ardua batalla.
―Menos mal, ya no podía más ―dijo Yuffie exhausta y el grupo empezó a celebrar la victoria.
―¿Qué es eso? ―dijo Cait Sith al sentir el sonido del batir de unas alas aproximándose hacia ellos.
―¡Es Sephiroth! ―gritó Percy señalando arriba del grupo.
Al igual que Hojo, Sephiroth tenía una segunda transformación, pero a diferencia del científico loco, la suya no era una abominación, sino que más bien parecía tener la forma de un ángel venido de los cielos con el objeto de juzgar y destruir a los hombres.
Todos los corazones del grupo se encogieron de pavor ante la aparición de Sephiroth quien, como un dios, venía a destruirlos a todos, toda esperanza abandonó al grupo.
Una joven mano buscó la protección de otra y ambas manos se estrecharon entrelazando sus dedos. Lydia y Percy se miraron uno al otro y se levantaron para hacer frente a Sephiroth.
Más manos se juntaban y todos se levantaron para continuar la batalla.
―No te preocupes, nosotros te protegeremos ―le dijo Tifa.
―Y yo les protegeré a ustedes ―aseguró Lydia con decisión y se alejó del grupo para conjurar "Tsunami Mágico"
Lydia se concentró al máximo para invocar los poderes de la madre tierra, pero los poderes caóticos de la energía mako del cráter dificultaban la labor. Cuando estaba por darse por vencida, el gentil rostro de su madre apareció ante ella, y no sólo ella, también aparecieron el rostro de Percy, Wedge, Tifa, Aerith y de todos los otros miembros del grupo, también aparecieron las imágenes de cada una de las bondadosas y gentiles personas que conoció Lydia al comenzar su aventura.
El espíritu de la madre tierra se manifestó ante ella, tenía la forma de un gran felino y era tan grande como la misma Tierra. Lydia sintió como su cuerpo se llenaba de energía mágica y descargó esta hacia Sephiroth.
El poder de Sephiroth era brutal, pero ni aun así pudo resistir el ataque y su cuerpo se desintegró en el acto.
―Lydia, ¡Lydia lo logró! ―gritó Percy y fue presuroso donde Lydia quien se veía agotada.
Lydia se desmayó por un momento y al abrir los ojos vio que todo el grupo la rodeaba mirándola con preocupación.
―Les dije que les protegería... ―dijo Lydia cansada y Percy llorando la abrazó con fuerza.
Una vez Lydia recuperada, el grupo decidió retirarse del cráter y empezó a salir del templo que estaba empezando a derrumbarse.
Cloud empezaba a retirarse cuando sintió como de alguna manera Sephiroth le llamaba.
―Tengo que ir, Aerith.
―No necesitas ir solo ―le dijo Aerith con una gentil sonrisa y Cloud asintió.
―¿Cloud, Aerith, adónde van? ―les preguntó Tifa.
―Sephiroth nos llama, debemos enfrentarnos a él por última vez ―le dijo Cloud.
―Tifa, tú y los demás salgan de aquí, yo acompañare a Aerith y a Cloud ―le ordenó Wedge.
―¡No, si tú vas, Wedge, yo también iré! ―le reclamó Tifa dispuesta a no ceder ni un milímetro en esto.
―De acuerdo, sé que tú eres muy mujer para vencer a Sephiroth ―le dijo Wedge con orgullo y Tifa le agradeció con la mirada por no subestimarla por ser mujer.
Los cuatro amigos avanzaron unos cuantos pasos y de pronto se vieron envueltos en la total oscuridad. Luego de un par de tensos segundos Sephiroth se materializó frente a ellos.
Esta vez Sephiroth no tenía una forma monstruosa, sino más bien su forma humana, tenía el torso desnudo y sostenía su poderosa espada, la Masamune.
Los cuatro amigos le atacaron al mismo tiempo, pero Sephiroth bloqueó todos los ataques con su espada la cual aún estaba dentro de su vaina. Wedge y los demás miraron asombrados, pero no tuvieron tiempo de reaccionar porque Sephiroth sacó su espada de su vaina y de un solo golpe derrotó a los cuatro compañeros.
Wedge jamás experimentó un dolor así en su vida, sentía que la línea del corte de la espada quemaba como fuego, pero al mismo tiempo era fría como el hielo. Se sentía como una mariposa la cual fuese clavada con una aguja para luego ser exhibida, no tenía más ganas de luchar, se tumbó y espero la dulce muerte.
―No otra vez..., este dolor..., mi pecho, se siente tan vacío... ― gemía Tifa mientras se sujetaba la herida.
Wedge abrió los ojos y miró la herida de Tifa, sin embargo, no había nada de sangre, pero Tifa seguía tratando de cubrir con sus manos la herida para que esta "dejase de sangrar".
Wedge se miró el corte que tenía y pudo observar que tampoco él sangraba, entonces se dio cuenta de la verdad y empezó a sudar frío, la espada de Sephiroth era terrible, no cortaba la carne, sino el misma alma.
El hombre estaba por perder la consciencia por el dolor y en ese preciso instante, la imagen de varias personas se presentaron ante él, eran los padres de Tifa y Aerith, que le pedían que él salvase a sus hijas. También estaban presentes los padres de Cloud y le pedían por su hijo.
―No cometas el mismo error que yo, no te rindas ―le decía el padre de Cloud.
Wedge se mordió los labios hasta hacerlos sangrar y se levantó pese al dolor.
El rostro de Sephiroth no mostró ninguna emoción pero esta vez sus labios se despegaron.
―Tú no tendrías que estar aquí, esta ni siquiera es tú historia ―le dijo, y Wedge sintió como si todo su cuerpo, mente y alma fuesen golpeados de forma cruel.
Sephiroth sonrió de manera cruel ante su rival que agachaba la cabeza.
«No pude hacer nada por mí mismo», pensó Wedge al recordar su timidez ante Tifa.
«No pude hacer nada por mí mismo», pensó Wedge al recordar la ayuda que le prestaron Lydia y Percy.
«Mi príncipe», de pronto recordó las palabras de Tifa, así como su hermosa sonrisa y rostro de felicidad.
―Tal vez esta no sea mi historia ―le declaraba Wedge a Sephiroth mientras miraba a este directo a los ojos y con decisión―. Tal vez este universo no sea más que la imaginación de alguien y al final mis sentimientos no sean correspondidos en el mundo real, tal vez incluso este muerto, pero aquí y ahora, yo pelearé contigo porque este no es un sueño, la mujer que yo deseo, también me desea a mí.
Sephiroth no dijo nada, solo sujetó su espada con ambas manos y colocándola junto a su rostro, tomó impulso para atacar a su oponente.
La velocidad del ataque de Sephiroth fue como un rayo y Wedge apenas pudo bloquearla con su fusil-espada. Wedge sintió como los músculos de sus piernas y brazos se desgarraban ante el esfuerzo y eso que la batalla recién comenzaba.
Nuevos ataques vinieron por parte de Sephiroth, cada vez más rápidos y fuertes, pero de alguna manera Wedge lograba bloquearlos todos.
Sephiroth se sorprendió, y ahora él sentía la arremetida de los golpes del contrincante, pero también los bloqueaba con su magnífica espada.
Las espadas chocaban y hacían saltar chispas por todas partes, al mismo tiempo que el estruendo del chocar de las armas reverberaba por todo el lugar con un sonido lúgubre.
Ningún contrincante intercambiaba palabras, solo el duro intercambio de miradas que se asemejaba a la de dos bestias. La espada de Sephiroth tenía la letalidad del rayo, y el arma de Wedge seguía golpeando orgullosa, aunque ya empezaba a resquebrajarse.
Un ruido como el de una gran roca partiéndose en mil pedazos anunció la destrucción de la fiel arma de Wedge. Sephiroth al ver esto dio una vuelta completa para rematar de forma más espectacular a su enemigo, pero al completar la vuelta se encontró siendo atravesado por la espada de Cloud.
Cloud se encontraba en el piso con su brazo extendido, en el último segundo arrojó su espada contra Sephiroth antes de que completara su mortal giro.
―Reconozco esta espada... Zack... ―gemía Sephiroth con el rostro descompuesto.
La energía mako empezó a rodear a los contrincantes y el aura de Sephiroth tomó la forma de Jenova que como un monstruo enorme estaba sobre él.
―Madre... ―gemía Sephiroth, pero al mirar sobre Wedge, sus ojos se abrieron mucho por la sorpresa. Sobre Wedge se hallaba su aura, muchísimo más grande que el aura de Sephiroth, tenía la forma de una hermosa y joven mujer desnuda, su cabello largo tenía la forma de la cola de un delfín, era igual a Tifa.
―¿Por qué?, ¿por qué me sonríes? ―le decía Sephiroth al aura de Wedge―. Yo acabé con todo lo que tenías, acabé con todo lo que amabas.
El aura de Wedge sonrió gentil a Sephiroth.
―Madre... Nunca me sonreíste de esa manera... ―susurró Sephiroth y su cuerpo se fundió con la corriente vital.
CONTINUARÁ...
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