Bacinica
Dedicado a Winona Laura Horowitz
Winona Ryder como Lydia Deetz
UN GATO CONTRA EL PRISIONERO DE AZKABAN
Capítulo 3: Cabeza de bacinica con sarro
En la clase doble de pociones con los de Slyterin, Snape estaba de un humor perro y se dedicó a quitarle puntos ¡a su propia casa! En cambio con Hufflepuff, acabó regalando la misma cantidad de puntos. Todos se preguntaron si el profesor no había enloquecido y trataron de verse no muy contentos por haber ganado la copa, solo por si acaso.
―Señorita Deetz ―quédese después de clase, le ordenó Snape a Lydia, cuando ella le entregó la muestra de su poción antes de terminar la clase.
―Te esperare afuera ―le dijo Percy algo preocupado.
―Gracias, espero no tardar.
Snape, una vez a solas con Lydia, la mandó a ocupar asiento con un movimiento seco de su cabeza.
―Debo felicitarla, señorita Deetz, por hacer que el patético equipo de Hufflepuff se hiciera con la copa de quidditch, no espere tener la misma suerte con la copa de la casa al finalizar el curso.
―Agradezco sus palabras profesor ―dijo Lydia sin inmutarse, al fin y al cabo, siempre había sido retada por las demás personas por su forma gótica de vestir―, lamento que su casa no haya tenido la oportunidad de mostrar su tan característica valía en el torneo ―le dijo mirándole directo a los ojos, algo que ningún estudiante hacía, ni siquiera los prefectos o el premio anual.
―Usted, Deetz, me desagrada, ¿cree que viniendo a Hogwarts puede voltear todo de cabeza como a usted le plazca?
―Señor, no intento voltear nada. Mi única intención es hacer de mi casa la mejor posible. ¿No es eso lo que queremos todos?
―Salga ―le dijo Snape.
Snape estaba confundido, ningún estudiante le había dicho algo así antes, sabía que la mirada y la sonrisa de la muchacha eran sinceras, por un momento le recordó a la madre de Harry. Decidió salir de su despacho, al abrir la puerta, se encontró con que todos los Hufflepuffs estaban justo afuera.
―Qué diablos hacen aquí ―les "ladró" el hombre.
―Lo sentimos, profesor ―dijo Percy―, es que nos quedamos a comparar notas, ya nos retiramos.
Dicho esto, todos los alumnos se retiraron en silencio, a Snape un frío le recorrió la espalda.
.
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Lupin regresó a dar clases, para recuperar el tiempo perdido, decidió dar clases dobles, esta vez el turno correspondía a Griffindor y a Hufflepuff. El profesor trajo una nueva criatura y tanto Lydia como Hermione ganaron puntos para sus casas.
―Ahora quiero se acerque, señorita Deetz, y nos muestre lo que aprendimos esta clase.
―Sí, señor ―le respondió Lydia―, Percy, devuélveme mi varita, por favor.
―Ups, lo siento, me distraje ―le dijo muy avergonzado, enseguida este se transformó en un gato y Lydia le cogió la cola y sin esfuerzo alguno esta se desprendió.
La cola peluda se puso rígida y se transformó en la varita de la chica. Tanto Lupin como los demás estaban impresionados, volvieron a mirar a Percy, el gato, y vieron que su cola se había regenerado, entonces, volvió a convertirse en un chico gato.
―Ejem —tosió el profesor para que sus estudiantes se enfocaran de nuevo en la clase.
La criatura en cuestión era un boggin que había traído de San Mungo, una donación al hospital de parte del Departamento de Misterios del Ministerio de Magia. Aunque invisible, Lupin le pidió a Dumbledore que encantara a la criatura para que esta adquiriera un color rosa semitransparente.
Lydia apuntó con su varita a la criatura amorfa y esta empezó a moverse y en su cuerpo salieron como puntos verdes, a la vez que salieron tentáculos, se parecía a una especie de mezcla entre un pulpo, un calamar y una medusa.
―Como ustedes pueden ver, el boggin fue sometido a un hechizo de felicidad, lo que le molesta; los boggins ―continuó explicando Lydia―, se alimentan de los sentimientos de desazón y otros similares, en eso se parecen a los dementores y al igual que ellos, atacan a magos y muggles por igual. Si un boggin no es detenido y permanece alimentándose de una persona, esta desarrollará una personalidad igual al sentimiento que el boggin le proporcionaba a su víctima y de la cual se alimentaba, es decir, si un boggin de la tristeza se alimenta de un hombre durante mucho y tiempo, dicha persona que en un principio presentaba un cuadro de depresión crónica, al final estará con esta misma patología aunque el boggin le abandone. Incluso se dan casos en que las víctimas pierden toda voluntad de vivir, esto también es similar al beso del dementor.
―¿Qué es el beso del dementor? ―preguntó Hermione.
―Es una acción en la cual, esta criatura, abre su boca desdentada y de forma tubular para colocarla justo sobre la boca del sujeto a ejercer esta acción, succionándole el alma de esa forma. Un cuerpo sin alma aún está vivo, se asemeja a estar en estado de coma con la diferencia de que el sujeto tiene una limitada capacidad de movimiento, obediente siempre a un factor externo que interno. El Ministerio de Magia aplica el beso del dementor a delincuentes peligrosos ―terminó de explicar Lydia.
Hermione y el resto de la clase, salvo Percy, hicieron gestos de asco ante la explicación de Lydia.
―Excelente como siempre, quince puntos para Hufflepuff, ahora a la demostración práctica, ¿algún voluntario?
Sólo Percy levantó la mano, animado, ni siquiera el valor Griffindor animó a los estudiantes a ofrecerse.
Lupin agarró al boggin y lo colocó sobre la cabeza de Percy, luego el Boggin desplegó dos raros tentáculos y trato de colocarlos en las orejas del Chico Gato.
―Como pueden ver, el boggin trata de pegarse a su víctima, miren como los tentáculos quieren penetrar el canal auditivo ―decía Lupin mientras agarraba las orejas de Percy y trataba de girarlas hacia adelante para que toda la clase pudiera observar mejor.
―Basta, me hace cosquillas ―reía Percy, usando onomatopeyas japonesas, cuando Lupin le tocaba las orejas.
―Tranquilícese, señor Percy ―trataba de decir Lupin, pero la cola de Percy se agitaba nerviosa en el rostro del profesor.
―¡Qué lindo! ―decían las chicas.
―No, por favor, deténgase.
Cansado, Lupin le sujetó la cola y este erizó sus cabellos, lo mismo que los pelos de su cola, la cual la movía con más fuerza.
―Señor Percy, por favor, contrólese ―le dijo impaciente y procedió a sujetarle la punta de la cola.
―NYAAA, ¡eso NO se toca!, esa parte es mi zona erógena ―gritó Percy todo colorado y Lupin le soltó la cola como si esta fuese un metal al rojo vivo.
»Nya, que malo ―dijo el chico gato, mientras con pena y expresión aún avergonzada se sobaba la cola.
―¡Qué lindo! ―volvieron a gritar las chicas, esta vez Hermione incluida.
Lupin se rascó la cabeza, sin saber qué hacer.
―Qué le parece si yo me ofrezco de voluntaria, profesor ―le dijo divertida Lydia.
Lupin aceptó y colocó al boggin sobre la cabeza de la muchacha.
―Como pueden ver, el boggin trata de introducir sus tentáculos en los canales auditivos de la señorita Deetz, sé que no se puede ver muy bien, lo óptimo hubiera sido mostrarles esto con el señor Percy, pero en fin ―suspiró divertido Lupin.
―¿Esas cosas andan siempre rondando por ahí? ―preguntó nerviosa Parvati.
―Así es, y lo peor es que son indetectables por magos y brujas, y por supuesto, mucho peor por los muggles. Es por eso que desde tiempo inmemorial, tanto magos como brujas tenían un gato como mascota. El felino siempre detectará al boggin y le atacará para salvar a sus amos.
―Disculpe, profesor ―levantó la mano Percy.
―¿Qué sucede, señor Percy? ―preguntó Lupin.
―Creo que comete un error, los gatos no atacan a los boggins para defender a sus amos, de hecho hacemos eso con el objeto de proteger a nuestros proveedores de comida que son los humanos, un gato que se precie, jamás verá a su humano como su dueño, de hecho consideramos a los humanos como nuestra posesión, bueno, la mayoría.
―Ummm, gracias por darnos a conocer un dato que no sabíamos, diez puntos para Hufflepuff.
―Entonces, ustedes, los gatos, ¿se encargan de derrotar a esos monstruos? ―preguntó una Griffindor.
―Sí, de lo contrario, nuestros humanos caerían en el vicio de la tristeza.
―Pues no hiciste un buen trabajo con Deetz ―dijo burlón Ron.
Lydia quien antes no se inmutó ante Snape, ahora se veía sorprendida y algo triste.
―Weasley, al parecer a usted se le pegó un boggin bocazas, cincuenta puntos menos para Griffindor; y Weasley, tendrá castigo conmigo.
―Subnormal, imbécil, discriminador, cretino, bocazas insufrible, racista... ―susurraba Hermione contra Ron para que nadie más la escuchase.
Harry negó con su cabeza y vio como Percy miraba ceñudo a Ron, estaba seguro que si Lupin no se encontrase presente, Percy se abalanzaría contra el pelirrojo.
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Al acercarse la navidad, Percy se encontró con Harry cerca del comedor.
―Hola, Harry ―le dijo―, ¿has visto al cabeza de bacinica con sarro?
―¿A quién?
―Ya sabes...
―JUA, JUA, JUA. ―Surgió una risa detrás de Harry, era Malfoy junto a sus dos gorilas―, es obvio que se refiere al traidor a la sangre, el cabello color sarro de orín de Ron, estúpido cabeza rajada.
―¡Que!, mira Percy, sé que Ron a veces habla sin pensar antes, pero no le digas así.
―¿Decirle cómo? A una bacinica se le puede pegar el sarro y no sirve sólo para orinar, también puede estar llena de caca.
Malfoy se desternillaba de la risa al igual que sus lacayos.
―Retráctate ―le amenazó Harry.
―Okey, creo que me pasé, no volveré a decirle así ―le dijo alegre a Harry y se dirigió al gran comedor dando saltitos.
El trío de las serpientes cuchicheaban entre si y, mirando de soslayo a Harry, corrieron hacia su sala común. A Harry esto le dio mala espina, sabía que Percy había planeado todo esto, se encontró con él al mismo tiempo que Malfoy y sus secuaces.
El chico gato de seguro cumpliría en no repetir el mote despectivo, pero los Slyterin eran otra cosa, estaba seguro que la casa común de Slyterin llamaría a Ron de esa forma y no podría hacer nada para evitarlo, mientras que Percy, actuaría como el buen chico Hufflepuff que era, no podía decir nada contra Percy, nadie le creería.
―El sombrero tenía razón, debía haberse ido a Slyterin ―murmuró para sí mismo.
Al llegar al gran comedor, vio como Percy que estaba transformado en gato doméstico, era acariciado por todo el plantel femenino del equipo de quidditch.
―Qué lindo es.
―Y escucha como ronronea.
―También todo su cuerpo vibra al ronronear.
―Es tan suavecito.
―Mira esa carita, es adorable.
Harry vio como Percy el gato, le dirigía la mirada, pero en vez de una mirada burlona o sarcástica, pudo ver una mirada llena de inocencia y bondad. Harry se estremeció y comprendió que Percy era alguien con quien uno no debía enemistarse.
Lydia y Hermione hablaban animadas mientras observaban divertidas como Percy divertía a las chicas de Griffindor.
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Los Slyterin, para espantó de Harry, trabajaban rápido y para la mañana siguiente, todos ellos le coreaban a Ron cosas como: "hola señor cabeza de bacinica ensarrada", o "¿qué hay?, cabeza de bacinica con sarro", o "¿todavía no te quitas el sarro, bacinica?", etc., etc.
La cara de Ron cambiaba de blanco a rojo, dependiendo si estaba enojado o avergonzado, hasta los de primer año le insultaban en su cara, Filch le señalaba con el dedo y se reía más que cualquiera.
Las chicas de todas las casas no hacían nada por defender a Ron debido al trato ruin que le daba tanto a Lydia como a Hermione. Incluso Snape se desternillo de risa cuando vio al pelirrojo en uno de los corredores vacíos del castillo (aprovechó que no había nadie a la vista).
Hermione trataba de que cesaran las burlas, pero no logró gran cosa. Sólo los Hufflepuffs dejaron de burlarse porque Lydia se los rogó.
Los hermanos de Ron tampoco le ayudaron mucho, ya que consideraron que Ron se lo había buscado. Por fortuna, llegó pronto la visita a Hogsmeade, Hermione, Lydia y Percy (para preocupación de Harry) decidieron acompañar a Ron para que se alegre un poco.
Cerca de la casa de los gritos, los amigos observaban la estructura embrujada.
―¿Quieres que nos acerquemos? ―preguntó Hermione.
―Qué hay de ti, Lydia, ¿nos acercamos? ―preguntó Percy.
―Claro, no veo por qué no ―dijo Lydia.
Entonces Percy abrazó a las dos chicas de forma muy golosa, mientras Ron miraba avergonzado.
―Me refería a acercarnos a la casa ―dijo nerviosa Hermione.
―Lo siento, mi culpa ―dijo Percy sin soltar a las chicas.
―Suéltanos ―le dijo nerviosa Lydia.
―No quiero ―dijo con un tono tierno en la voz. Ron estaba cada vez más incómodo, y esto era lo que planeaba Percy, pero claro, Malfoy tenía que ser la mosca en la sopa.
El trío de serpientes se presentó (sin olvidarse de llamar a Ron bacinica ensarrada) y declararon que iban a abusar del pobre de Percy.
Las chicas olvidando lo fuerte que era Percy, se pusieron delante de él para protegerlo, mientras en el proceso, empujaron a Ron a un lado y este cayó sobre un montón de nieve color amarillo.
Cuando los tres Slyterin se acercaron a las chicas, Harry con su capa invisible se encargó de ellos, mientras, Ron escupía con asco la nieve llena de orines.
Las chicas se rieron de la forma en que las serpientes huyeron despavoridas del lugar, aunque Percy seguro se reía de otra cosa. Los amigos fueron a las tres escobas y una vez dentro, Harry insistió en escuchar una conversación entre el ministro Fudge y otras personas.
Al retirarse los adultos, Harry con lágrimas de ira e impotencia, les comunicó toda la verdad respecto a Sirius Black y la muerte de sus padres.
CONTINUARÁ...
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