Gusano de No Mundo
Un gato contra el Asombroso circo digital
Capítulo 4: Gusano de No Mundo
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Era una de esas tardes, luego de las misiones aleatorias que imponía Caine, en que la carpa del circo se hallaba sin signos de vida. Todos en sus habitaciones, hastiados de combatir el hastío, vagando las mentes por lo que era su actual existencia o lo que podría ser más allá del vacío.
Solo un gato caminaba por el lugar, no hacía el menor ruido como es costumbre con estos animalitos. ¿Cómo era posible que se desplazara siendo una figura de madera? La solución vino de parte de Lydia.
Pese a que Pomni le dijo que Caine tenía varios ojos que usaba para vigilarlos, concluyó que era una fanfarronada, después de todo, solo se enteró de la vez en que Kaufmo se abstrajo, recién cuando se teletransportó a la carpa y vio el desastre por sí mismo.
De todas maneras, hubiera sido riesgoso que se pusiera de detective por allí, por tanto, con un hechizo suyo, dotó a su novio de más movilidad, convirtiéndose de aquella manera en el perfecto espía.
«Gangle dijo que era por aquí. Una especie de subterráneo», pensaba Percy, tratando de localizar las escaleras automáticas.
Logró dar con aquellas, una cinta de no pasar de la policía cortaba el paso a cualquiera, precaución innecesaria, nadie en su sano juicio ni siquiera Kinger, hubiera bajado por voluntad propia al nido de la reina Gloink.
Oteó hacía las profundidades, afinó los oídos, no quería encontrarse con los gloinks, temor innecesario puesto que Caine acabó con todos ellos y la reina no cabía por las escaleras. Bajó con sus propios pasos puesto que quitaron la energía a las escaleras mecánicas.
El lugar estaba desierto con la excepción de la reina, ningún mobiliario o algo por el estilo, le quitaron la posibilidad de consumir algo que luego podría convertir en su esbirro.
—Puedo olerte, ¿qué clase de insensato se atreve a bajar a mis dominios y osar molestarme, a mí, la Reina Gloink.
«¿Pudo olerme pese a ser de madera? Lydia tenía razón», pensó al recordar como su novia le mostró el dibujo de la reina, basándose en la información que le dieron los demás.
—Disculpe, Su Majestad. No quise molestarla, solo soy curioso, como puede ver, no puedo evitarlo.
—¡Un gato! ¡¿Qué hace un gato aquí abajo?! ¡Sal de mi vista, aléjate! ¡No te me acerques!
—No tienes por qué asustarte, digo, no tiene por qué asustarse, Su Majestad, no vine a hacerle daño, tampoco podría arañar y morder mucho como usted puede ver.
—Tonterías, uno no puede confiar en los gatos, eso se sabe desde el inicio de los tiempos.
—Querrá decir, que los de su clase no pueden confiar en nosotros. ¿Me equivoco, Su Majestad?
—Estás bien informado, no eres un gato común y corriente. Dime quién eres, no te atrevas a mentir.
—Me llamo Percy. Antes era un minino, ahora soy un chico gato, bueno, no lo soy en este raro lugar. Sé muy bien quién es usted, no me puedo explicar eso de reina, pero estoy seguro que es una gusano de No Mundo.
La Reina Gloink siseó, fijó todos sus ojos en el gato de madera que hizo gala de indiferencia suprema y se puso a caminar por allí, eso sí, sin acercarse mucho al monstruo.
—¿A qué viniste, hijo de la diosa Bast?
—Vine por orden de Lydia. Mi humana y pareja, porque la amo que vine hasta sus dominios, Su Majestad.
—¿Qué asuntos tiene tu ama para conmigo? —preguntó con sorna, pero a Percy no le importó el insulto.
—Ella me dijo que se necesita de un demonio para acabar con otro. ¿Le interesa? Si acepta, todos, incluyéndola, Su Majestad, podríamos salir de aquí.
—Me intriga tu propuesta, pero ¿cómo saber si ella cumplirá con el trato?
—¡Lydia jamás miente! Bueno, a veces lo hace, como cuando fingió tener amnesia, pero a eso se le llama estrategia. Ella le promete no mentirle, así como yo le juro que todo lo que dijo es cierto.
La Reina Gloink miró con detenimiento a Percy, luego de tensos segundos se pronunció:
—Henos aquí, dos enemigos irreconciliables desde el tiempo de los dioses, cuando Apep y Suty luchaban en el firmamento. Henos pactando mutuo acuerdo, ¡sea pues! ¿Cuál es el plan de Lydia?
—Requiere información que solo usted puede darle. Claro que ella tiene una buena idea de lo que pasa aquí, pero necesita confirmación.
—Muy prudente de su parte. ¿Qué necesita saber?
—Es sobre la criatura que la atacó. Esa formada de sombras y varios ojos.
—¿El vampiro? ¿Qué deseas saber de él?
—Gracias. Ya contestó la mitad de las dudas de Lydia —dijo con un tono maligno, si hubiera podido modificar la expresión de su rostro, hubiera sonreído como un demonio.
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Lydia fue a los Terrenos, el área fuera de la carpa, confiaba en las habilidades de Percy, pero no estaba de más atraer la atención hacia ella. Iba con Pomni por el carnaval digital, que era como una feria de atracciones con noria incluida.
Como era de esperarse, Pomni no estaba muy complacida con el prospecto de pasear. Como los demás, solo quería estar en su cuarto poniendo la mente en blanco.
—No sé cómo me convenciste. ¿Para qué quieres venir aquí? ¿Estás buscando una salida? Eso no existe, créeme, lo descubrí de la peor forma posible el primer día que viene aquí.
—¿Qué tal si has estado enfocando el caso desde la perspectiva equivocada?
—¿A qué te refieres? No entiendo qué te propones. Si lo que quieres es jugar, no estoy de ánimos para subirme a las atracciones.
—Creo que se halla la solución a un misterio, no buscándolo de frente, sino yendo a resolver otros que lo rodean.
Cuando la arlequín quiso preguntarle qué significaban esas palabras, Lydia señaló a la noria. Jax estaba subiendo a una cabina, en efecto, un nuevo misterio se sumaba al circo. ¿Podrían resolverlo y con ello estar un paso más cerca de la libertad?
CONTINUARÁ...
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