capitulo 37
Con la cabeza recostada sobre el respaldo del asiento trasero del auto, abrazando fuertemente a la persona junto a él, escondiendo su rostro en el pálido cuello del alfa mayor, yacía un confuso Roshan. Buscando una respuesta definitiva a lo que vivió no hace mucho en esa rueda de la fortuna.
‹¡Es en serio! Todo este tiempo al hombre que e visto y el cual grita mi nombre con desesperó, siempre ha sido mi Gerald. Si de alguna manera lo que estoy viendo debes en cuanto es mi futuro, significa que habrá un detonante que arruiné todo esto. ¿Que diablos nos llevo a convertirnos en lo que somos en ese futuro incierto? ¡Porque eso es lo que es para mí! Un futuro incierto. Nada mas que eso.
Fue un mal momento darme cuenta de eso justamente en ese instante, la estábamos tan bien como para que "pum" date cuenta que esto ya los vivido y visto en algún lado.
Me sentí aliviado cuando Gerald sugirió que fuéramos a otro lado, hubiera sido verdaderamente incómodo el seguír en esa pequeña cabina con mi mente en un lío. Aun en este momento sigo sin poder actuar normal, esa espina sigue pinchado mi pecho, inquitandome... Tengo que hablar con mis padres, necesito saber si en la familia hay alguna clase de secreto que involucre tener una rara habilidad.› Suspiro pesadamente, frotado su rostro en las mejillas de Gerald.
Discretamente y con con inquietud esa mirada ámbar, mira de reojo al joven a su lado. Quién, no ha dicho absolutamente nada luego de bajar de la rueda de la fortuna, desde entonces a guardado silencio y su tés se ha ido volviendose muy pálido.
"¿Qué le pasa?" Es lo que el alfa mayor quería preguntar, pero se limita a decirlo en voz alta y solo espera pacientemente que su joven alfa, le haga saber sobre lo que está pasando por su cabeza.
No se sentía excluido ni lastimado porque en todo momento su mano no a dejado de estar entrelazada con la del contrario, al igual que sus hombros siendo arrullados con un cálido abrazo obsequiado por los brazos de su Roshan.
Gerald podía sentir la protección ya sea por los abrazos de Roshan, o por las feromonas impregnado todo su cuerpo sin dejar ninguna parte libre. Él solo pegaba su cara cerca del cuello del joven, exhalando el olor de su querido alfa.
‹Tuvimos que salir rápidamente de ese lugar no porque lo quisiéramos, fue porque de alguna manera el padre de este cuerpo, logró descubrir mi paradero (Pol le envío un mensaje, él es un asistente que varias habilidades) queriendo saber con quién estaba.
Lo bueno de todo esto es; que Roshan no preguntó del porque sugerí que fuéramos a otro lugar, el solo paso sus manos por mis hombros, abrazándome. Siguiéndome sin preguntar nada, y eso se debía a que él también se encuentra un poco fuera de sí...no obstante no puedo olvidarme de esa mirada azul violeta, mirándome con sorpresa.
Es como si Roshan haya visto algo que no debería de ver, para luego esconderse en mi pecho mientras su cuerpo temblaba, ligeramente. ¿Qué le está preocupando?
Le iba a preguntar que pasaba, pero en eso que cae el mensaje de mi asistente, Pol. Dándome a conocer las posiciones y direcciones de la gente de mi progenitor, buscándome. Queriéndome encontrarme con las manos en la masa.› Gerald trata de pensar que todo está bien, que la extraña reacción de Roshan no se debe a nada grave.
Mas no sabía que en el cerebro de ese joven ahí un caos demasiado enorme, no puede encontrar las respuestas a todas sus preguntas y cuando le encuentra respuesta a una, se añaden unas diez preguntas mas, con la posibilidad de que su cerebro haga cortó circuito por tanta información.
—Roshan, estoy aquí contigo.—Enreda sus manos en la cintura del contrario.—Si te preocupaba algo, dímelo. Te escucharé atentamente.—Poco a poco fue elevando su rostro, haciendo contacto con ese color azul violeta.—Y sino quieres hablar, también está bien.—No le iba a presionar.
—¿Me creerías si te dijera que te conozco mucho antes de haberte visto por primera vez?—Se sienta a horcajadas en el regazo de Gerald.
—¿Cómo así?—Suavemente sus manos se quedaron pegadas en la cintura de Roshan.—¿Estás hablando por medio de fotografías?—Pero por lo que sé tras mi accidente, la familia Meyer borro todo rastro de mi en la red de internet.
—No. Así no.—Dejo caer con gentileza su frente sobre la del contrario.—Suena muy loco pero he estado soñando contigo desde hace unos meses atrás, solo que en ese momento no podía ver tu rostro.
—¿Qué?—"¡Es como su padre, Dariel! ¡¡Tiene algún tipo de don!!" Exclamó sin verbalizar, solo se lo guardo para si mismo.
Gerald se tensó mucho antes de percatarse de ello, era algo inevitable el que no pensara que de alguna manera Roshan, fuera tan especial como lo son sus padres. Porque no cualquier persona común podría ir venir en diferentes mundos, al igual que lo hizo Dariel en ese entonces. Visitando a Samuel en ese hospital cuando era Alen.
—Así como lo oyes, en mis sueños te veo...—No puedo decirle que en uno de ellos lo vi siendo torturado por mi padre, y yo...yo estoy en coma...—Olvidarlo.—Trata de sonreír.
Roshan se dió cuenta que no sería del todo bueno decir algo como eso, no cuando la información no es cien por ciento verídica. Que su cerebro le este jugando algún tipo de bromas o el estrés haya llegado a un nivel alarmante.
—No creo que estés loco.—No puedo verlo de esa forma, no cuando en mi primera vida viví cosas extrañas con respecto a mi familia.—Digamos que tal vez eran señales.
Él también quiere creer a toda costa que solo eran señales, unas buenas, y no advertencias para que Roshan se alejará de él, antes de que este amor se volviera destructivo.
—Señales para cuando me encontrarás no me dejarás ir.—Sus manos ejercieron un poco de presión en la cintura del contrario, mientras trataba de mantener esa sonrisa en sus labios.
Me estoy autoconvenciendo que solo es eso, que nada malo está por venir o asechando nuestra felicidad, al mismo tiempo que indirectamente le digo a Roshan que no me suelte. Que me siga sosteniéndo sin importar lo que este por venir o enterarse de mí...soy un maldito bastador.
—Lo veré de esa manera.—Sostiene en sus manos el rostro de Gerald.—Y aunque no te haya visto en mis sueños, no tengo planeado soltarte por nada en mundo.—Besa los labios del alfa mayor.
‹Mentiras, lo sé muy bien. Cuando te enteres del porque me acerque a ti en primer lugar, en ese entonces. Te irás sin siquiera mirar hacia atrás... ahora más que nunca tengo tanto miedo, tanto que ya no tengo el coraje de decirte la verdad.›
Las gotas de agua se deslizan suavemente por las esquinas de los ojos de Gerald, era unas lágrimas que no podía retener y solo cayeron.
Roshan al percatarse de ello se alejó rápidamente del alfa, encontrándose con esa mirada ámbar, cristalizada. No comprendía nada pero su corazón sintió tremenda punzada.
—¿Duele algún lado?—Sus ojos tiemblan frustrado al verlo así, no quiere mirar tristeza en esa hipnotica mirada.
—No duele nada.—Lleva sus manos al cuello de Roshan.—Solo pensaba que sino hubiera despertado de ese coma, nunca te hubiera conocido lo cual sería muy triste.—Como lo mejor, de esa manera no estaría temeroso de lastimarte.
—Acaso no prestaste atención a lo que dije no hace mucho.—Dejo de estar sentado en el regazo de Gerald, para sentar al alfa mayor, sobre su regazo.—Estabas en mi sueños, y para encontrar una respuesta del porque tenía ese tipo de sueños, hubiera hecho de todo para encontrarte. Hacerte pagar por entrometerme en mis sagrados sueños.
Era como decirle a Gerald que ellos dos, sea como sea estaban destinados a encontrarse, conocerse pero, que ya dependía de ellos dos el desarrollo que le estarían dando a su encuentro.
—Quiero... Quiero...—La vergüenza no dejaba que terminara la oración.
—¿Qué quieres qué?—Sonríe ligeramente todo pícaro al ver la cara sonrojada de Gerald. Él ya sabía lo que quería la persona arriba de su regazo ya que, podía ver y sentir la erección en Gerald.
—¡Que me devores con está cosa!—Agarro con fuerza la entrepierna de Roshan.—Maldición.—Esconde su rostro peor que un tomate.
Golpeado varías veces el pecho de Roshan, este no oculta su tonta sonrisa al ver al alfa mayor muy avergonzado. A los de Roshan su alfa se veía tan adorable con su cara toda roja como un tomate.
—Deja de reírte.
No sabe cuánto me costó animarme decirle algo como eso, lo cual es muy hipócrita de mi parte porque cuando estoy sin ropa baja de él, en ocasiones me olvida el pudor.
—Bien, bien.—Deja de sonreír pero en voz alta, porque en sus ojos aun se puede ver una sonrisa al igual que en sus labios.——Yo también me muero por estar dentro de ti.
Sus labios se unieron para empezar a darse un beso muy sucio, los pequeños sonidos se escabullen por todo el interior de la parte trasera del auto.
Si pol y Zuzen que van al frente del auto, no llevarán música a un volumen considerable, en este instante estarían perplejos o muy avergonzados por escuchar a sus jóvenes maestros, besándose de esa manera, apasionamiente. De vez en cuando con lengua de por medió.
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