capitulo 20

Desde ayer por la noche mi jefe volvió todo distraído, ¿que pasó en esa "cita" con el joven maestro Simmons? No lo sé, él ni quiso hablar al respecto. Sin embargo, en toda la mañana y tarde ellos dos se han dado ciertas miradas extrañas.

Mi maestro sigue jugando con fuego al parecer, ¿hasta cuándo seguirá con esa tonta idea? ¿Acaso no es consciente de lo iluminado que se encuentra ese chico? Aunque trata de ocultar esa mirada cuando ve a mi jefe, no lo logra del todo. Se nota que sus decisiones y acciones van muy en serio.

¿Qué en la familia Simmons? ¿Para mi jefe hay algo tan valioso allí como para querer tener acceso a Royal Garden? ¿Qué es lo que quiere exactamente lograr con sus acciones?

Solo espero que se de cuenta de sus actos antes de que llegue a sentir algo por Roshan Simmons, ese chico no es mi tipo, pero si es alguien que lograría robar el corazón de Gerald Meyer sin que esté se de cuenta de ello.

No por nada en este momento se encuentra todo distraído con los dedos en sus labios, algo a de estar recordando por sus raras expresiones.

—Jefe.—No había respuesta.

Pol solo negó con su cabeza mientras termina de preparar la cena, hoy fue un día cansado con tanto trabajo de por medio. Ser un asistente para un profesor de universidad no era tan fácil.

—¿Se está empezando a quemar?—Cuestionó.—¿Verdad?

—¿De que estás hablando?—Vuelve en sí.—Ves fuego a mi alrededor, ¿no, verdad?—Deja de estar sentado en sofá.—Me iré a duchar antes de cenar.—Salio huyendo a la ducha, no quería escuchar ni aceptar las verdades de Pol.

Gerald se está empezando a dar cuenta de que a comenzado dudar, e imaginarse la sonrisa brillante de Roshan cubierta de tristeza causó cierta punzada penetrate en su corazón.

Eso no le gusto para nada, él no quería sentirse de esa manera. No tenía pensado albergar alguna clase de sentimientos por Roshan.

Mientras Gerald se encuentra maldiciendo en la ducha, Roshan se encuentra todavía más pensativo en lo que sucedió ayer por la noche, en la manera que Dariel se veía como un Leo albino con su pelaje blanco ensangrentado.

Lo que ví en esa ocasión me dejó helado, completamente en shock. Nunca había visto a mi viejo padre tan enojado con su rostro distorsionando a tal grado que podia cortarte, solo bastaba ver su mirada sanguinaria.

Todo ese enojo e impotencia se debía a mí, yo estaba pasando por algo complicado que ni alguien como mi viejo padre, podía solucionar con su poder.

Escuchar la voz desesperada de mi papá...fue estrujador. Mi corazón se apretó con tanta fuerza que por un segundo me olvide de respirar. No quiero volver a escuchar un gritó así de agonizante en mi papá, también ver esa expresión en el rostro de mi viejo padre.

No quiero ser el culpable de su sufrimiento, solo quiero que ellos sigan Sonriendo y amándose cómo siempre suelen hacerlo.

Luego está esa persona atado a esa silla, siendo torturado desde un buen tiempo, ¿quizás? Se veía que había sufriendo mucho a manos de mi viejo padre. Sigo sin poder ver su rostro y su voz se escucha distorsionada, llegando a la conclusión que es la misma persona, con la cual soñe primero cuando tuve ese accidente.

Las piezas van encajando de a poco, mi viejo padre se encontraba de esa manera porque yo, no había salido del todo ileso de ese accidente. Entonces, ¿mis padres llegaron a conocer a esa persona que sigue apareciendo en mis predicciones futuras?...¡¿Ese es el futuro que me espera?!

La toalla en las manos de Roshan, con la cual estaba secando su cabello rojizo terminó por caer al suelo. Dándose cuenta de lo que le están tratando de decir las predicciones o visiones.

‹¿Cómo podría mirar mi futuro por unos momentos? ¿Por qué debería hacer tal cosa? ¿Tengo esa clase de poder? ¿Por qué despertarlo hasta ahora?›

Más preguntas y ninguna respuesta se agregaron a la ya caótica vida de ese joven, de hermosos ojos azul violeta. ¿Cómo resolvería este nuevo problema en puerta.

—Por el momento hablaré con mis padres, quiero verlos...los extraño.—Sube a la cama, agarrando su laptop que se encontraba en el pequeño buró.

Encendió la laptop yéndose directamente a la webcam, esperado que sus padres estuvieran conectados. Solo tardó exactamente cinco segundos y la llamada fue conectada.

Roshan frunció un poco el ceño al ver como su padre, besa sin sesar las mejillas de Samuel. Daba la impresión de querer comérselas.

—¿Lo estás haciendo apropósito?—Entrecierra sus ojos.—Que infantil eres, viejo.—Rechina sus dientes.

—¡Ros!—Lo nombro cariñosamente.—¿Cómo estás?—Soltó un codazo dándole en las costillas de Dariel.

—Te lo mereces.—Sonrió triunfante al escuchar el quejido de dolor su padre.—Estoy bien, papá.—Toca la pantalla donde aparece la mano de Samuel.—Te extraño.

Es reconfortante, agradable, escuchar y ver tan feliz a mis padres, hace que me olvidé de eso que podría ser mi futuro incierto. Me gustaría hablar de eso con ellos, sin embargo no sé cómo sacar ese tema de conversación sin levantar alguna clase de sospecha.

—¿A mí?—Se señala.

—No preguntes lo obvio, viejo padre.—Una pequeña sonrisa fugaz apareció en sus labios.

—¿Sucede algo?—Pregunté.

Conozco muy bien a mi hijo, no puede ocultar sus preocupaciones sin que yo, no me de cuenta de ello. Está tratando de ocultarlo, sin embargo no está haciendo un buen trabajo.

—¿Te están molestando?—Cuestionó Dariel.—¿A quién debo de eliminar?

Eso es justo lo que no quería Roshan, provocar la furia o protección de sus dos padres. Creyó poder ocultar sus preocupaciones, pero Samuel vio atraves de él.

—Bajarle a tus feromonas.—Apretó con dureza las mejillas de su alfa.—Nadie eliminara a nadie.

Roshan suspiró aliviado de que por lo menos su papá, sea más racional que su viejo padre. Dariel ya estaba por tomar su Jet privado con rumbo a su país. A proteger su cachorro.

—¿Quieres hablar de eso?—Pregunta Samuel, quería saber pero tampoco iba a obligar a su hijo hablar de algo que no quería.—No te obligues, podemos hablar cuando estemos ahí contigo.—Sonríe.—Falta poco para volver.

—No es nada malo—Une sus manos.—No quiero que se ponga a investigar, es por eso que no encontraba la manera de contarles.—Tenia pensando hablarles sobre Gerald.

—¿Está relacionado con problemas amorosos?—Arqueo su ceja.—¿Te gusta alguien?

Tanto Samuel como Dariel se asombraron al escuchar ese débil "sí" no sabía como procesar eso, su pequeño bebé gusta de una persona. Eso sí que era asombroso de escuchar.

—Me gusta un alfa.—Confesó.—Me costo aceptar mis sentimientos por él.

Pudo parecer que solo fueron unos días, sin embargo ya había pasado un mes. Cuando Roshan profundizó y descifró lo que significaban esas extrañas sensaciones e incomodidad al momento en que varias profesoras, e incluso profesores le coqueteaba a Gerald.

—¿Estas seguro que es un gustar y no solo atracción?

No que mi pequeño hijo se ilusione con algo que no existe y termine lastimado. Es un joven de tan solo 20 años, inexperto en estos temas del romance y las decepciones.

También está lo de mi sobrina Asha con eso de que reaccionó a su destino, quedé sorprendido al momento en que escuche a mis padres hablar sobre eso. No quiero que ella sea presa de algo como el destinó, todavía tengo miedo al recordar que en su momento, Jimmy "supuestamente" era el destinó de Dariel.

—Entiendo del porque preguntas eso, papá.—Juega con sus dedos.—Al principio tuve pensamientos similares e incluso peores.—Los ve fijamente.—Sin embargo, llegue a una sola conclusión, me gusta. Lo terminé de confirmar cuando nos besamos.

—¿Qué?

—Nuestro pequeño bribón nos salió...

—¡Ni se te ocurra terminar la frase!—Advierte.

Tanto padre e hijo se sintieron pequeñitos, intentando no crear ni un mísero sonido o terminarán siendo crucificados por esa mirada fría.

—¿Ya son parejas?—Frota su frente.—¿Lo conoces bien?

—Papá, entiendo tu preocupación. Pero, estoy bien.—No puedo decirles que aún no somos pareja.—¿Permite saber lo que significa estar decepcionado cuando algo no salga como yo quiera?

No puedo estar siempre siendo sobre protegido por mis amados padres, no digo que está mal pero tampoco es del todo correcto seguir así.

—No queremos verte con el corazón roto.—La expresión de Dariel es muy seria.—Solo queremos dar nuestro puntos, dejarte saber tu bienestar y felicidad siempre va estar primero.

—Créeme que lo sé.—Sonríe.—Sin embargo, nadie va a romper mi corazón. Estoy seguro de eso. También presiento que le gusto, solo que se niega aceptarlo por el momento.

—Enamorarte es la cosa más emocionante y hermosa.—Mira con mirada embobada a Samuel.—Sin embargo, no todos tienen la dicha que yo, tengo.—Deja un casto beso en los labios de Samuel.

—Eso pasa porque papá le gusta un feo.—Declaró.—Debes de estar agradecido de ser feo.

—También lo eres tú.—Bufo.—Te pareces a mí.

—Me parezco a papá.—Recalcó.—De ti solo saqué mis ojos.

—Si, niega lo que es evidente.

Samuel solo sonríe viéndolos discutir, es como si todo el estrés o cansancio acumulado dejara su cuerpo, sintiéndose liviano.

—Bueno, me iré a dormir mañana tengo un parcial.—Bosteza.—No se pongan a investigar nada.—Advierte.—Si lo hace no volveré a contarles nada.

—No lo haremos—"Por ahora" pensó Samuel.—No te preocupes por eso.

—Bien.—Sé que papá mantendrá a raya a mi viejo padre.—Buenas noches, descanse.

—Tu también, tesoro.—Suerte en tu parcial.—La llamada finalizó.

Los esposos se miran uno al otro en silencio, pensado seriamente en la conferencia de su hijo que siempre será su pequeño bebé.

—Si ese alguien le rompe el corazón, solo tendremos que romper una por una de las extremidades de esa persona, ¿sí?—Declaró Dariel.

—Sí, tienes razón.—Apoya su espalda en el pecho de su esposo.—Sabes, estuve pensando en tu primo, ¿qué pasaría con el después de que dejaste de tomar posesión de su cuerpo?

—Solo espero que siga saludable y no haya recaído con respecto a su enfermedad.—Esconde su rostro en el cuello de Samuel.—Estoy muy agradecido con él, si en algún momento tengo la oportunidad de volverlo a ver, se lo haré saber...sin embargo, no me gusta que pienses en otro hombre.

—¿Celoso a tu edad?—Sonríe.

—Sí, muy celoso.—Giro el cuerpo de Samuel, quedado frente a frente.

—No deberías, te pertenezco en cuerpo y alma hasta el fin de nuestros días.—Besa los ojos de Dariel.—También esperó tener la dicha de conocerte y ser tuyo en las otras vidas.

—Te amo mi Sammy.—Beso esos coquetos labios.

Su amor seguía incrementando con el pasar del tiempo, cada día se siguen viendo con pasión, amorosamente. Un amor como el suyo no podría haber dos, es único.

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