Capitulo 9; Toque

—Tobirama —escuche decir mientras la puerta de madera se abría lentamente.
¿Realmente tenia cara para siquiera dirijirme la palabra? Rodee los ojos, girandome hacia el otro extremo de la cama, y, sin ganas de escuchar alguna excusa estupida, cubrí mi rostro con una almohada.

—Tenemos que hablar, ¿sabes?

Un nudo en mi garganta se hizo, de esos que, te dejan sin el habla pero, te inundan unas ganas inmensas de llorar.

—No es lo que piensas, Tobirama...

Su tono de voz se escuchaba cortado, no quería sentirme culpable, yo no le había hecho nada, pero, ja... resulta imposible que no se te rompa el alma escuchando hablar asi a la persona que amas.

—El... me ofreció un empleo, mejor —susurro, mientras sentia como se sentaba a un costado mío —le pedí tiempo... no quería aceptar nada sin antes consultartelo porque.... eso hacen las parejas ¿no es asi?

Y mi corazon latio, al mismo tiempo que se rompió.

—El... quiere que sea su... secretario ¿entiendes? Ya no... tendría que asistir a ese bar a bailar como..... como dijiste...

Aniya...

¿Ahora yo era el malo en esto?

—Te estare esperando abajo, para comer juntos —susurro al ver que ni siquiera me moví.

—Ha-shirama... —musite por lo bajo, suspirando agitadamente, mis ojos me dolian, ni siquiera recuerdo si habia dormido aquella noche, solo sabia que no habia parado de pensar en ello. Mis ojos dolian, mi corazon dolia, mi orgullo dolia, pero lo que mas dolía era pensar que lastime con mis frias palabras a la persona que se estuvo esforzando por hacerme sentir feliz y sobre todo conforme. —: ¿Me quieres? —susurre dandome la vuelta y sentandome en direccion a el. Alcé mi vista, conectando mi mirada con la suya, deberia verme patetico, muecas en mi rostro del obvio sufrimiento, ojos sin brillo, cara de un niño pequeño que habia llorado desconsoladamente por un capricho que al final de cuentas le iban a cumplir.

—Claro que te amo —dijo seguro de si mismo, mientras se acercaba hacia mi y tomaba mi mano —Te amo, como una ave ama  volar por aquel calido cielo azul

Sus rodillas tocaron el frio suelo y, con aquella fuerte mano, levantó con delicadeza mi barbilla.

Las ganas de llorar no pararon, e instintivamente,  me abalance sobre el, dandole un fuerte abrazo, tocando tambien yo aquel frio suelo.

—¿Me quieres a pesar de todo lo que te dije?

—Te amaria, aun cuando elijieras a otra persona sobre mí.

Sus palabras me reconfortaban asi como me lastimaban, era una sensación de autodolor, típica del masoquista, queria que siguiera hablandome asi.

Rápidamente, tome sus mejillas, vi aquellos lindos ojos marrones con dulzura y agradecimiento y lo besé,  lo bese de la forma mas desesperada posible, lo necesitaba, mis celos habian llegado a tal extremo de imaginarlos haciendolo otra vez... y si, tal vez tambien, ademas de hacerlo por deseo, lo estaba haciendo para complacerme a mi mismo y a mis ideales, pero ya en ese extremo poco y nada me importaba.

Las caricas, el roce de nuestros cuerpos se hicieron mas desesperados, necesitados, pronto su espalda yacia sobre el suelo y mis caderas, en su pelvis.
Mis labios fueron bajando con rapidez hacia su cuello, mordiendo, lamiendo salvajemente cada rincón de aquella piel canela. Mis brazos jugaban con sus pezones, retorcian, estiraban y apretaban con fuerza estos, mientras que mis caderas se movian de atras hacia adelante, provocandolo aun mas.
Me deshice de los atuendos que traíamos, y, entre casi suspiros, Hashirama me pidió más,  su rostro estaba totalmente rojo del calor, sus ojos muy apenas podían mantenerse abiertos, –aunque, cuando lo estaban, podia apreciarse aquel brillo incomparable en ellos–, su boca estaba ligeramente abierta y a consecuencia,  un hilo de saliva escapaba.

Mis labios dejaron de besar todo el torso de mi hermano, y pronto, sin saber como o porque, me levante y me dirigí a el, me puse de rodillas a un costado suyo, tomé con una mano su cabeza y lo hundi en mi miembro. Hashirama comenzo a lemerlo con rapidez y pronto sentí un hormigueo magnífico recorrer todo mi cuerpo, mi mano tomaba sin cautela su suave y largo cabello, manejando asi sus movimientos.
Su cuerpo brillaba gracias a los rayos tenues del sol que entraban por entre las cortinas, su calida boca me brindaba todo el placer que buscaba, pero no seria lo unico que haria.

Separandolo bruscamente, y dejandolo con la boca aun abierta y saliva escurriendo de el, abri sus piernas y comence a lamer su entrada, mientras que con una de mis manos lo estimulaba.
Hashirama no dejaba de jadear, se retorcía y se aferraba a mi cabello tan fuerte como podia, lo cual me calentaba aun mas, casi ya sin poder aguantar, tome mi miembro y lo introduje en el, sintiendo la oleada de placer mas grande de toda mi vida.

—Tobirama.... mhh.. si seguimos.... mmh perderás el autobús aahhh

—Es que —segui lamiendo su espalda cubierta con jabon —es imposible no querer mas contigo

—Tobiramaah ah se supone que mmmh debemos limpiarnos aaahh no ah aah ensuciernos mas aaaaahhh Tobi...

Mis rodillas habian tocado el marmol de la regadera, mientras el agua aun caia sobre nosotros. No me habia bastado con el sexo de hace rato, bueno si, pero al volverlo a ver desnudo ¡Oh dios! ¡Es un pecado!

Mis manos separaron con delicadeza sus glúteos, y mi lengua desesperadamente volvio a lamer su entrada, que aun tenia un toque de mi semilla de hace rato.

—Ahh Tobir...aaahh encerio —musito entre jadeos, mientras que sus manos se aferraban a la pared —perderas aahhh el aut-

—Pero bien que quieres Aniya —dije con superioridad —Tu solo separas las piernas para que pueda hacerlo mejor

Su cuerpo se estremeció, mi lengua comenzó a entrar y salir de el, mientras que mis manos apretaban sus nalgas con una rudeza innecesaria.

Sus jadeos pronto se transformaron el gemidos, y en un abrir y cerrar de ojos, volvio a venirse.

Todo su cuerpo era un deleite sumamente exquisito.


—¿Llevas todo? ¿No te falta nada? —pregunto mientras tomaba mi mochila del sofa

—No, mamá —rei poniendome la sudadera

—Oye —dijo mofandose

Y ... ambos reimos.

Era bueno volver a sentir esa paz entre nosotros.
Corri hacia el y le di un dulce beso en los labios, me dijo que me queria demasiado y salí de la casa.
Segundos despues ya podia ver el autobus acercarse, pero,  justo de el lado contrario, venia de nuevo el, caminando con despreocupación alguna.

Podia confiar en mi hermano ¡si podia! Pero no en el.

Mordi mi labio fuertemente ¿Que haria? ¿Me hiria como si nada a el instituto mientras este se quedaba  a solas con mi hermano? O ¿Perdia un misero dia de escuela y los acompañaba?
No queria hacer enfadar a Hashirama pero... él....

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