Capítulo 8; No soy yo

El timbre de la casa sonó.
El castaño hizo una mueca al escuchar aquello. Estaba tan cómodo en la cama, tan tranquilo en recostado sobre el pecho de su hermano.
¿Quién podría ser?
Giró su vista hacia la pequeña mesita de noche que se situaba q un costado; 07:21 am.

El timbre de la puerta volvió a sonar, y no le quedó más remedio que levantarse, tratando de no despertar a su pareja. Suspiro cansado. No había Sido una noche simple, había Sido una noche especial, sumamente especial y, todo aquello lo tenía agotado, aunque la felicidad nadie podría quitársela.

Con rapidez, tomo su pantalón que yacía sobre el frío suelo y se lo puso. Bajó las escaleras hacia la puerta, tallandose los ojos, aún tenía sueño, no hacía mucho que su hermano y el apenas se habían acostado a dormir.

Abrió la puerta, con sus ojos entrecerrados, sorprendiendose al instante. Su corazón se aceleró con solo verle ahí, sonriente, radiante.

-Hashirama -dijo sonriendole al castaño.

-Mada..ra

Nada pasaba por su cabeza. No sabía que decirle.

-He venido a ver cómo estas, y de paso, invitarte a salir a almorzar tal vez ¿Aceptarías?

El cuerpo del moreno se tensó, e instintivamente le sonrió. Le emocionaba pasar tiempo con el, conocerlo más. Asintió moviendo la cabeza, y diciéndole que iría rápido a cambiarse, que lo esperara, y tras recibir un dulce 'claro' subió emocionado a su habitación.

Y así lo hizo.
Busco su mejor ropa, y salió de su cuarto, pasando al lados e la habitación donde su hermano estaba. No lo entendía. ¿Porque estaba emocionado por salir con aquel chico? Debía emocionarse por lo que pasó anoche, y estar emocionado por tener alguna cita con Tobirama. Debería.

Sacudió su cabeza con rapidez. Solo sería una charla entre amigos. No era pecado ¿cierto? No haría nada que hiriera a su hermano, nada. Solo.. una plática.

Y así bajo a donde Madara lo esperaba. Cerró la puerta tras salir y le dedicó una sonrisa.

-¿Realmente aceptaste nuestro noviazgo solo por sentirme lástima, Hashirama? -susurro el albino, observándolos por la ventana, viendo cómo Hashirama sonreía de emoción, viendo los gestos que el azabache le dedicaba, viendo cómo.. caminaban felices hacia algún lugar.

Y se quedó sentado en esa ventana, sin poder contener lágrimas. Su destino no era su hermano, eso estaba más que claro, estaba claro que el se había enamorado de alguien más, y que, a pesar de intentar borrar esos sentimientos no podría conseguirlo.


-Enronces el me dijo ¡"No puedes andar por ahí gritando por la calle que tienes una Death Note"! -dijo el azabache, haciendo cambios en su voz y haciendo caras graciosas para el castaño, el cual no paraba de reír con sus tonterías.

Resulta que, llevaban más de 6 horas en el mismo lugar, la misma mesa, distraídos de todo lo que los rodeaba y concentrados única y exclusivamente en el otro. Era maravilloso.

-JAJJAA Maddy ¡por dios! -dijo el castaño, con su ancha sonrisa sin poder creerlo.

-¿Que? ¡Uno tiene que vivir la vida! ¡Porque solo vivimos una vez! -dijo riendo, como si lo que dijo no hubiera Sido obvio. Ambos rieron de nuevo.

Mientras tanto, aún en la misma pocision, aún llorando, se encontraba el albino, mirando por la ventana, esperando ver a su hermano llegar a casa pero, no lo hacía.
Ni siquiera se había puesto más ropa, ni siquiera había bebido agua o comido algo, ni siquiera le había preguntado a Hashirama a donde ey porque iba con el, pensaba que ni siquiera debió importarle.

Odiaba ser tan negativo, pero odiaba más buscar algo bueno en estas cosas cuando claramente se apreciaba que no había algo bueno.

-Menuda porquería ...

Ni siquiera tenía las fuerzas suficientes para gritarse a sí mismo. No podía ni dejar de pensar en el, en aquel chico, en PORQUE.

Las horas fluían con rapidez, y en un solo parpadeo, ya eran más de las 10pm.

Tobirama aún estaba sentado viendo a la ventana, aún sin moverse. La luz de la habitación estaba apagada desde anoche, ni siquiera se había tomado la molestia de encenderla. Su estómago se revolvía entre mas tiempo pasaba. Ya no tenía lágrimas para derramar, solo unos cuantos parpadeos llenos de cansancio y tristeza.

-Me he divertido mucho hoy, Hashirama -escucho decir y en efecto, dos sombras se apreciaba desde lo alto, justo en la entrada de la casa.

-Lo mismo digo, Madara

-Piensa lo que te dije, por favor

-No tengo mucho que pensar, pero sí que discutir, no te preocupes, tendrás una respuesta concreta mañana -dijo el moreno.

Podía escuchar risillas y murmuros adicionales, no pudo evitar tapar sus oídos y arañarlos en el acto. Esto era muy cruel, incluso para el.

Para cuando decidió quitar sus manos, ya no había ruido, más que las de una pisadas acercándose, el momento había llegado.

-¿Tobirama? -susurro el moreno al notar que todo estaba como lo había dejado. Nada había Sido movido de su lugar y le extrañaba totalmente.

Estaba nervioso, ya que se había ido sin avisarle, y lo más extraño, es que no tenía ni una llamada perdida suya..

Tocó la puerta de la habitación y la abrió tras no recibir alguna respuesta y lo vio.

La luna menguante iluminaba el cuerpo de su novio, sentado al lado de la ventana, mirando hacia la nada.

-Tobirama ya ll-

-Ya lo noté

-Ah bueno, yo-

-Creo que sería mejor avisar cuando te vas, no cuando llegas -susurro el albino con un dolor profundo en el pecho. -¿A dónde fuiste?

-Fui a .. ver un asunto de trabajo

-¿Con quién?

-Con una ch-

-Fuiste a comer con el hombre al que estabas cojiendote anoche, no quieras verme la cara de idiota -dijo sintiendo como su corazón ardía de enojo. Su mirada se posó en la mirada contraria e hizo que Hashirama mordiera su labio con culpa. Lo había arruinado.

-Tobirama si me dejaras explicarte

-No hace falta explicar nada, Aniya, de ve en tus ojos que estás enamorado de el, así que no quieras arreglar nada

El moreno no pudo decir nada.
No sabía si lo que debía su hermano era verdad.

-Tu silencio me lo dice, y no soy yo el que caminará contigo, ni al que le prestarás tu abrigo en noches de invierno -susurro volviendo su vista hacia la ventana. -Puedes marcharte ya a tu habitación, pero una cosa si te digo, Hashirama, puedes olvidarte de que alguna vez te llamé con cariño o amor, olvídalo, no seré tu estúpida ni la estúpida de nadie, así que ahora ¡LARGO!

Su corazón se rompió en mil pedazos esa noche, pero sabía que era lo mejor.
Nada en esta vida sale como quieres, y esta relación no era la excepción.

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