Un Finas es Un Nuevo Comienzo ch 2


                     CAPÍTULO DOS: OTRA OPORTUNIDAD DE VIDA

A la mañana siguiente me desperté haciendo una mueca de malestar sobándome la cabeza. Noté que la almohada en dónde había apoyado mi cabeza está húmeda por las lágrimas que solté durante la noche y Butters no estaba.

De seguro ya se fue al hospital en el que trabaja y se retiró con el mayor de los cuidados para no despertarme; como que siempre tan considerado conmigo.

Bostecé tallándome los ojos y arreglé mi desordenada cabellera para ir al baño y hacer mis necesidades y mojarme la cara para espabilarme por completo.

Siendo recibida por mi reflejo, por mi linda carita que ahora mismo reflejaba los destrozos que dejaron los tormentos que tanto me asolaron durante la noche al ponerme a pensar en cómo mi vida cambió para mal por esa desmedida torpeza nata en mí...

Como que este será uno de uno de esos días en los que tendré los ánimos tan hundidos como el Gigantanic... ¡Digo! El Titanic.

-¡Buenos días, mamá!- cuando bajé por las escaleras fui recibida por Marjorie que se me abrazó besándome en una mejilla -papá me pidió que te preparara tu desayuno favorito para hacerte sentir mejor y dijo que tratará de llegar temprano hoy también.

Ay, Butters... tan considerado como siempre que aún sin estar presente hace lo que puede para que me sienta mejor y no esté afligida.

-Muchas gracias, Marjorie- palmeé su cabeza pudiendo sonreír con alegría genuina -pero... ¿Y tu hermano? ¿En dónde está?- me percaté de que Leonardo no se hallaba en ninguna parte.

-Buena pregunta, mamá. No ha aparecido ni llamado desde lo que pasó en la cena. Ya llegará cuando se le vuelva a dar la gana.

Resopló más indignada que preocupada. Eso no me sorprendió, como que no sería la primera vez que ese rebelde hace algo así y cuando menos lo esperemos reaparece actuando como si nada hubiera pasado no queriendo decirnos que habrá hecho en su ausencia.

No quise volver a acomplejarme y comí lo que mi linda hi...jastra preparó mientras ella me hacía compañía contándome de lo ansiosa que estaba por ir a mostrarle a sus amigas el lindo vestido que le confeccioné afirmando que con eso se volverá la reina del baile de la graduación.

Ojalá lo logre, o mejor, que le pase lo mismo que le pasó Lori esa vez hace tantos años qué aunque no ganó la corona pudo conocer a Bobby obteniendo algo mucho más de lo que pidió al conocer a un chico maravilloso que la ame tal y como es y como se lo merece.

Terminado de desayunar y de lavar los platos, ella fue a su cuarto para probarse el vestido dejando volar su imaginación hasta las nubes mientras que yo fui a la sala a hacer lo único que sé que puedo hacer bien sin meter la pata o lastimar accidentalmente a quiénes me rodean:

Tejer.

No tendré el pellejo tan arrugado, pero me sentía como una de esas dulces abuelitas de cuentos infantiles que en una mecedora cosía una linda prenda para sus nietos, pero en mi caso, era un lindo suéter azul celeste parecido a los que mi amorcito solía usar cuándo era un joven.

Sonreí satisfecha al sostener ante mi cara lo que creé tal y como lo hice cuando terminé las prendas que hice para mis hij... los hijos de Butters. Pero mi sonrisita desapareció porque al estar en esta posición, sentada en una mecedora tejiendo para tratar de olvidarme de los problemas de la vida me recuerda lo que pasó luego de perder a Scott... a mis hijos... al que venía en camino por culpa de mi gran descuido.

Si fuese Lori día algo como... este... ¡Oh sí! Diría "Literalmente hay hábitos que nunca nos dejan" porque ella ayudándome siempre fue un hábito de ella que jamás perdió.

Y que le estoy infinitamente agradecida de que fuese así...

Flash back:

Lo que me pasó fue sin dudas una de las peores tragedias que ha ocurrido en nuestra familia y mis hermanitas y Linky de inmediato fueron a apoyarme en todo lo que necesitase.

¿Quién hubiera creído que yo, la que tuvo la boda más grande y esplendida de todas, sería la única en separarse de su pareja luego de que un accidente acabase con el bello Cuento de Hadas en el que estuvimos metidos luego de decir "acepto" en Loch Loud?

Como que las peores desgracias le pasan al que parece tener la vida más feliz y plena...

Lori fue la primera en venir a mi rescate ofreciéndome quedar con ella y Bobby. Cuando Scott se divorció de mí no solo me quitó la total custodia de Liana sino la mitad de todo lo material que poseía y se fue de represo a Escocia para nunca volver a Estados Unidos.

No terminé en la calle porqué en lo que se refiere a dinero tenía mucho gracias a las bellas prendas que logré crear en mi carrera de diseñadora, pero tan mal estaba emocionalmente... ¡Que deseaba que ese taxi me hubiese matado en ese mismo instante!

Lo único que hacía era quedarme sentada en una mecedora en la sala de la casa de ella, no diciendo nada, no haciendo nada, ni siquiera mecerme, ¡Como que me había vuelto como Tanya, uno de los maniquíes de Reinger's en dónde trabajé con Fiona y Miguel de joven!

Solamente mantenía la mirada perdida en un punto inespecífico tampoco pensando en nada debido a mi mente y alma destruidas, sosteniendo en mis manos el traje que había estado confeccionando para mi futuro hijo y que no terminé... y jamás terminaré de hacer.

Me convertí en un cascarón vacío que no era ni la sombra de la mujer alegre y llena de vida que alguna vez fui.

Ni sabía cuánto tiempo pasaba estando totalmente ajena de lo que sucedía a mi alrededor, por lo que mis únicos recuerdos durante esa etapa eran en su mayoría ver el suelo, la pared o uno que otro mueble, pero si puedo recordar algunas cosas que Lori decía sobre mí.

-Ella no está bien... cada día está peor y no sé por cuánto... ¡Lo sé, lo sé, Lincoln!- pude escucharla llorar desconsoladamente desde la sala mientras hablaba con Linky por celular.

-Comprendo que el daño emocional es tan delicado que dudo sí... ¿Cómo dices? ¡¿Internarla en una clínica de sanación mental?! ¡¿ERES ESTÚPIDO O QUÉ?! Esos lugares no ayudan a las personas, ¡Las deja peor con todos los malditos tratamientos a los que las someten!- no podré verla, pero no me costaba imaginarme su cara de indignación por lo que sugería mi hermanito.

-¡Mira, mira! Sé que te preocupas por ella tanto como yo, ¡Pero dejarla tirada en manos de extraños no es la solución! Mamá y papá jamás hubieran hecho una barbaridad como esa con alguna de nosotras, si ellos estuvieran vivos nos dirían que el apoyo familiar sería lo mejor y la única forma de ayudarle ¡Así que ni se te ocurra volver a sugerir eso!

Siguió discutiendo con él por varios minutos más hasta que colgó y desde mi posición pude verla cerrar fuertemente los puños para darse unos golpecitos en las sienes hasta que Bobby se le acercó para abrazarla y dedicarle unas palabras reconfortantes que no podía entender bien.

Generar discordia y disputas entre mis seres más amados... como que la idea de que me dejasen tirada por ahí para no seguir siendo una espina en sus vidas no sonaba tan disparatada.

¿La tierra no podría simplemente abrirse y tragarme para ahorrarme todo este martirio y a mis hermanas, mi hermanito y sus familias?

-Leni- no parpadeé cuando Lori se paró a mi lado al día siguiente de esa disputa con Linky estando yo de nuevo en la mecedora como un vegetal -Bobby, Héctor y Rosa pensamos en ir al centro comercial junto con la familia de Lincoln y Ronnie para pasar una divertida tarde familiar, ¿Qué dices? ¿Te nos unes?- se puso ante mí dedicándome una reconfortante sonrisa.

Mi dulce y medio gruñona hermana... haciendo todo a su alcance para que me sienta mejor y no siguiera siendo el miserable despojo de ser humano en el que me convertí... jamás podré pagarle todo lo que ha hecho por mí.

-¡Sí, Tía Leni! Desde hace mucho que no vemos a nuestros primos para hacer un enorme relajo- me insistió ahora uno de los mellizos que estaban junto a ella, siendo algunos de sus hijos más pequeños y a los que le pusieron los nombres de los abuelos de mi cuñado.

-¿Nos acompañas, tía?- pidió ahora entusiasmada su hermana, muy parecida a la esposa de mi hermanito cuando eran unos pequeñines adorables, tomándome una mano.

Quise sonreír por esa muestra de afecto, pero apenas mis labios temblaron al tratar de curvearse hacia arriba sentí como que mis ojos ardían y que iba a llorar como siempre lo hacía en las noches desde que Scott me abandonó no queriendo nunca más saber nada de mí.

-Eso se oye muy divertido, mis pequeños sobrinitos... pero no estoy lista aún para ese tipo de locuras. Mejor vayan a divertirse ustedes y los saludan a todos de mi parte- pude contener esas lágrimas por muy poco y palmeé sus cabezas que solo están llenas de puros pensamientos alegres.

Pero Lori soltó un gruñido que no se molestó en disimular y se sujetó el puente de la nariz.

-Este... Bobby, lleva a Rosa y a Héctor al auto y espérenme. No me demoro nada, ¿Bien?

Agaché la cabeza volviendo a mirar hacia la nada suspirando sabiendo bien que me ganaré un severo sermón de su parte. ¿Qué no puedo seguir existiendo sin afectar de mala manera a quiénes me rodean?

Mi cuñado no dijo nada y tomó a sus hijitos para retirarse a pesar de sus protestas y dedicarnos... dedicarme a mí una mirada de pesar que como que perdí la cuenta de cuántas veces me la ha dedicado desde que he estado viviendo con ellos.

-Leni...- Lori tomó una silla y se sentó a mi lado acariciando lo que antes era mi sedosa y brillante cabellera dorada y que ahora mismo está desarreglada como la tendría una pobre indigente.

-Por favor, hermanita, deja de hacerte esto. Ya han pasado tres meses desde que Scott te dejó. Entiendo que debes estar sufriendo mucho por lo que te pasó, pero no puedes seguir así. No te pido que de la noche a la mañana olvides lo ocurrido, pero si te puedo pedir que me digas que puedo hacer yo, Bobby, Lincoln y nuestras hermanas para hacerte sentir mejor. ¿Hay algo que podamos hacer para ayudarte?- tomó mi mano derecha.

-Dejarme- dije sin pensar y me vio confundida -déjame por ahí tirada a mi suerte en dónde no moleste a nadie. Lo único para lo que sirvo es para estorbar y molestar a los demás con mis estupideces. No quiero seguir siendo una carga... un caos ambulante que trae miseria a quiénes me rodean. Tú, Bobby, Linky y nuestras hermanas han tenido que dejar sus propios asuntos a un lado solo para hacerme sentir mejor.

-Así qué por favor, ya no gasten más tiempo y energías en mí, en alguien que no merece la pena. Échame si quieres, déjame tirada por ahí en dónde no perjudique a nadie más para morirme y no seguir siendo solamente un...

Las penurias que salían de mi boca fueron interrumpidas por la potente bofetada que Lori me dio. En esos momentos al estar tan desconectada de la realidad me tomó unos segundos sentir el dolor en mi mejilla izquierda hasta que lentamente me enderecé sobándomela.

Para que al verla de nuevo apreciase como era la que ahora lloraba traspirando y sufriendo una tembladera en su mano derecha con la que me golpeó.

-¡¿Te estás escuchado, Leni?! ¡¿CÓMO PUEDES PEDIRME HACER UNA BARBARIDAD COMO ESA?!- desvié la mirada queriendo volverme sorda para no oír hirientes palabras de su parte.

-¡Préstame atención cuando te hable, pedazo de idiota!- me tomó de los hombros para encararla, pero agaché la cabeza ya no teniendo la fuerza para controlar mis sollozos porque otra vez lastimé sin querer a alguien importante para mí.

-¡TE ESTOY DICIENDO QUE ME MIRES, GRAN ESTÚPIDA!- ahora sujetó mi cara obligándome a verla directamente a sus ojos que irradiaban como que mil emociones diferentes.

Siendo las de gran dolor, pesar, pena, dolor y tragedia las más fáciles de apreciar.

-Leni, por favor, ¡POR FAVOR! Por lo que más quieras, ¡Nunca vuelvas a decir una estupidez como esa! La sola idea de perderte...- sus labios fueron ahora los que temblaron cuando cerró sus ojos, y como siempre ha sido mucho más fuerte que yo, pudo controlar mejor sus emociones sin perder la compostura.

-Cuando yo... cuando todos nos enteramos del accidente...sentimos lo mismo que experimentamos cuando Pop-Pop murió de viejo, cuando mamá y papá murieron en ese accidente aéreo y cuando perdimos contacto con Lisa y Lola sin saber si estaban bien, ¡Pero multiplicado por mil!

-Tú eras... y siempre fuiste uno de los pilares principales de la familia. Tal vez las demás no lo acepten, ¡Pero yo sí! Y eso es que tú eras la más querida y amada de entre todas nosotras. Con esa amabilidad nata, esa sonrisa capaz de iluminar la más oscura habitación y un corazón de oro tan grande que no te cabe en el pecho que siempre te hizo ayudar a cualquier persona, ¡¿Quién que te conozca no te quiere?!

-Por lo que al creer que tú ibas a morir luego de eso... ¡Me aterré como nunca antes lo he estado!

No pudo controlar más sus emociones y me dio un fuerte abrazo descargando su llanto sobre mi hombro derecho volviendo a acariciar mi cabellera. Esta vez no me demoré en reaccionar y también la abracé con todas mis fuerzas derramando nuevamente cataratas de lágrimas.

Pero como que ahora de dicha y no de sufrimiento.

-Sé que tal vez nunca logres superar lo que te pasó, pero te pido que por favor... no... ¡Te suplico! Que nunca vuelvas a pedirme o tan siquiera pensar que te deje tirada a tu suerte por ahí como si no valieses nada para morirte. Yo, Lincoln, nuestras hermanas, ¡Tus sobrinos! Literalmente tienes a un millar de personas que te aman y se preocupan por ti y que quedarán tan devastadas como tú ahora estás si algo grave te volviera a pasar.

-No eres y jamás serás una carga para mí. Siempre podrás contar con mi ayuda en lo que necesites y no te abandonaré hasta que vuelvas a ser esa mujer maravillosa que eras antes del accidente haciendo lo que esté a mi alcance para seas feliz de nuevo, ¿Lo comprendes?- al separarse de mí ahora me dedicaba una sonrisa reconfortante.

-Sí... sí, lo comprendo. Gracias por siempre ayudarme y estar ahí para mí cuando más necesito del apoyo de alguien, Lori. Yo... intentaré seguir adelante- como que desde hace una eternidad que no sonreía con la alegría que usé en ese instante.

-Para eso estamos las hermanas mayores- sobó la mejilla que me había golpeado -ahora espera un momento mientras busco algo con qué taparte ese rojo y encubrir nuestras lágrimas. No quiero que Rosa o Héctor piensen que soy una abusiva o algo así.

No quité mi sonrisa hasta que ella dobló en una esquina, pero la perdí cuando vi el trajecito a medio hacer que había sostenido en mis manos y que se cayó por la cachetada.

Lo tomé viéndolo otra vez con gran tristeza para apegarlo a mi cuerpo. Le prometí a Lori que trataría de seguir adelante, ¿Pero cómo?

Está el refrán ese de... ¿Cómo era? ¡Ah, cierto! "El tiempo lo cura todo" ¿Cuánto pasará para que esas graves heridas en mi alma se cierren y dejen de sangrar?

(...)

De a poco dejé de estar encerrada en mi mundo de miseria y empecé a abrirme con las personas que me rodeaban, no solo con Lori, su esposo e hijos, sino también con Linky y mis hermanas que cada vez que podían venían a hacerme compañía para ayudarme cada uno a su manera o hacer una de esas salidas familiares en las que mis sobrinitos casi desataban la Tercera Guerra Mundial.

Hablando de hijos, Lucy siempre afirmó que mi hijo no nacido jamás estuvo molesto conmigo y que de hecho se había convertido en uno de esos adorables querubines que revolotean allá entre las nubes deseando que siguiese con mi vida.

Nunca supe si eran solo palabras para reconfortarme o si era verdad y lo sabía gracias a su peculiar Don de hablar con los seres del Más Allá, pero en cierto modo me quitaba algo de la culpa que me mataba por dentro.

Otro noble gesto tanto de su parte como por parte de Linky es que nunca usaron lo que me ocurrió como inspiración para los libros que ellos han escrito basados sus vivencias y en las del resto de la familia al ser unos escritores de renombre como mamá alguna vez lo fue, es por eso que nunca han hablado de eso con personas ajenas a nosotros para ahorrarme el dolor de que alguien me pregunte si yo fui la misma estúpida diseñadora de moda que arruinó su vida por un desliz.

A todos ellos les debo mucho y tampoco sé si como podría pagárselo, pero como que en verdad me hacían más mal que bien cada vez que aceptaba sus invitaciones familiares.

Porque ver a Linky jugando de lo más alegre con sus hijos más pequeños, en especial con Ronnie Jr. quién fue la que me enterneció tanto que me impulsó a ser madre de nuevo... me era un constante recordatorio de que jamás volveré a serlo y que tampoco recuperaré lo que perdí.

Lori y el resto también trataron de ayudarme con el asunto de Liana para que Scott no la tuviera alejada de mí por siempre y lograron conseguirme parte de la custodia retomando la vieja rutina de que ella se quedará un mes conmigo aquí en Estados Unidos y después regresaría con su papá y su hermano en Escocia.

Mi pequeña princesita a diferencia de ellos nunca me guardó rencor ni me echó la culpa de las dolencias por las que pasó hasta curarse de todas las lesiones que les generó el accidente.

Cada vez que se quedaba conmigo en la casa de Lori me saludaba con la alegría desbordante que yo misma tenía a su edad y me contaba las maravillas que hacía allá en Escocia, incluyendo tratar de convencer a Loni para quejase de odiarme y me volviera a aceptar en su vida.

Tan parecida en mí en tantos aspectos... que tampoco se daba cuenta de que su presencia ante mí también me hería al ser un recordatorio de que casi muere por mis descuidos y que mi primogénito y el hombre que más amé y que había jurado hacerme siempre feliz jamás dejarán de odiarme

Pero, por más loco que parezca, fue gracias a ella y a su... "torpeza heredara" las que realmente me ayudaron a salir del pozo de dolor en el que estaba hundida y del que creí jamás escapar.

En una ocasión toda la familia se juntó para celebrar el compromiso matrimonial de Albert, el hijo mayor de Lori a quién nombró como nuestro abuelo. Ya había pasado creo que otros tres meses desde que ella me cacheteó para hacerme reaccionar y dejase de denigrarme.

Y como que era más que obvio que todos al juntarnos en su casa se formaría un escándalo peor que el que nosotras hacíamos en nuestra juventud, especialmente por parte de mis sobrinitos y los hijos de los amigos y amigas de mis hermanas y Linky.

-Entonces tú eres Jack, ¿Eh? Por fin conozco al hombre que se ha ganado el corazón de mi hermana- Linky charlaba con el gran guapetón atlético que se había vuelto la pareja de Lynn y estrechó su mano derecha.

-Es un placer conocerlo también. Lynn me ha contado mil maravillas de su familia, especialmente de usted- no sabía porque, pero por algún motivo a mi hermanita deportista le dio una enorme pena eso que dijo.

Sonreí de medio lado enternecida porque ella al fin pareció encontrar a su media naranja y que le dará la felicidad que tanto se merece, pero volví a agachar la mirada soltando uno de esos tantos suspiros de lamento que se habían vuelto costumbres de parte mía.

Mi error no solo me quitó la posibilidad de volver a ser madre, sino también de ser una esposa amada, apreciada y querida por su esposo, por alguien que siempre esté ahí para mí y que a su lado me sienta feliz, plena y completa.

Nunca podría regresar con Scott aunque le suplique de rodillas y era consciente de que al ya tener unos 44 años sería como que muy difícil, por no decir casi imposible, encontrar a otro hombre que me ame como él lo hizo y mucho menos que tuviera la paciencia y consideración de lidiar con alguien tal emocional y mentalmente delicada como yo aún lo era en esos tiempos.

Eso creía hasta que...

-¡AUHUHUY!- dejé de divagar cuando Liana se tropezó con una mesita al estar persiguiendo a Héctor y a Rosa cayendo duramente de cara al suelo.

-¡LIANA!- de inmediato fui hasta ella temiendo que le hubiera pasado lo peor -¡¿Estás bien, mi princesa?! ¡¿Te duele mucho?! ¡¿No te rompiste nada?!- la alcé mirándola detenidamente de arriba abajo no incomodándome cuando los demás se nos acercaron cuchicheando entre sí.

Sé que parece exagerado, pero al recordar que casi murió por mi culpa, de inmediato despertaba en mí el instinto maternal de asegurarme que no le haya pasado nada grave.

-Mi nariz... ¡ME LA TORCÍ!- chilló llevándose las manos a la cara expulsando sangre de su naricita.

-¡Tengo que llevarte al hospital rápido!

En el pasado solamente hubiera ido a la cocina para atenderla, pero tan sensible estaba por su bienestar, que no podía evitar exagerar como si en verdad estuviese herida de muerte de nuevo.

-Descuide, esto se soluciona fácil.

Justo en ese momento se hizo paso entre los invitados un hombre al que no había visto antes. Era rubio como yo, usaba delgadas gafas rectangulares, cara algo infantil y vestido formalmente con prendas que en su mayoría eran azul celeste que combinaban con sus ojos de ese mismo color.

Y... debo reconocer que es muy bonito. ¿De dónde salió?

Antes de que yo u otra persona pudiera decirle algo, tomó a Liana del rostro y ¡CLUAK! Le enderezó la nariz de un solo movimiento con sus pulgares.

-¡Y listo! Problema resuelto. Solo deben ponerle algodón impregnado con un poco de alcohol- sonrió complacido.

Un gesto que solo se puede lograr cuando se hace algo bueno por alguien más de forma genuina sin esperar nada a cambio y porque le nació de corazón hacerlo, como... ¡Como lo que yo solía hacer antes de que mi mundo se desmoronase!

-Bien, aquí no pasó nada. Así que sigan festejando- pidió Lori para que la fiesta no se echase a perder por mi acción exagerada.

-Muchas gracias, señor. Sé que esto no es lo más grave del mundo, pero cualquier cosa mala que le pase a mi princesa me altera como no tiene idea- le agradecí a ese buen hombre cuando sostuve por los hombros a Liana, un gesto involuntario para que no se lastimase de nuevo.

-De nada, señorita. He tenido que curar muchas veces narices rotas en el pasado, así que me sale con toda naturalidad- por algún motivo soltó una pequeña risa irónica.

-¿De verdad? ¿Es doctor o algo así?- no pude evitar preguntar con curiosidad de niña chiquita.

-¡Por supuesto! Soy el Dr. Leopold Stouch, pero puede llamarme Butters- tampoco evité reír por ese mote tan tierno y gracioso con el que se presentó -¿Cuál es su nombre, señorita?- volví a reaccionar de forma tardía cuando me ofreció la mano derecha para saludarme.

Como que tampoco recuerdo cuando fue la última vez que un hombre que no sea familiar mío me dedicaba ese gesto tan educadamente.

-Mamá...- Liana me dio un leve codazo para que espabilase.

-Eh... ¡Ah! Mi nombre es Leni Mary Loud y todos me llaman... ¡Pues Leni!- ahora reí como tonta cuando le dije esto al estrechar su mano y pareció causarle mucha gracia.

Y también, como que ese fue el inicio de una nueva etapa en el desastre que tenía por vida.

Él es el primo mayor del novio de Lynn que se había mudado a Michigan desde su pueblo natal South Park en Colorado y trabaja como médico en la ciudad en la que vivía Lori, Ann Arbor, cerca de Royal Wood y de Great Lakes City.

Es un hombre bastante culto, responsable, caballeroso, amable y risueño, siempre dispuesto a ayudar a quién tenga en frente ya sea en su labor de médico como a cualquier persona que casualmente se le cruce en el camino tal y como lo hizo con mi hijita.

Y también era muy gracioso por las cosas que me contaba de su anterior hogar, ¡Porque como que eran de lo más locas y disparatadas! Afirmando que él y sus viejos amigos de la infancia se metían en las aventuras más locas que puedan existir, desde personas secuestradas por aliens para hacer experimentos, ataques de ejércitos de pavos, monstruos gigantes luchando entre sí, lidiar con japoneses que querían matar a los delfines y ballenas, hordas de pelirrojos y celebridades que querían cobrar venganza por algún motivo, entre muchas cosas más.

¡Todo eso hacía que las locuras que mi familia es capaz de generar parezcan un simple juego de niños! ¿En verdad todo eso que me contó era real o solo para tener algo de qué hablar?

No sabría si fue por su noble acción de ayudar a Liana o por su actitud alegre o por las historias disparatadas que me contó, pero como que de inmediato me resultó de lo más atrayente.

Quería seguir en contacto con él y volverlo a ver. A Lori, Linky y demás hermanas les preocupó que me interesara así por alguien que apenas y conocía, sobre todo porque yo seguía bastante delicada tanto mental como emocionalmente y no consideraban nada prudente mi decisión porque podría traerme más mal que bien.

Por lo que... mucha pena me da decir esto, pero si quería ver a Butters, debía ir acompañada por Lori para cuidarme como si yo fuese una niña chiquita y asegurarse de que no fuera a ocurrirme nada malo si él llegase a tener malas intenciones o algo parecido e incluso ella llegó a advertirle sobre tratarme bien al decirle por la calamidad que atravesé.

Algo bastante humillante y que de nuevo me hacían desear ser tragada por la tierra, ¿Cómo querían que volviese a ser la misma mujer de antes si se habían vuelto tan sobreprotectores?

Él, lejos de sentirse incómodo o no querer tener alguna relación conmigo, no tuvo problema con las condiciones que ella ponía, al contrario, fue comprensivo enseguida y no puso pretextos teniendo una paciencia como que infinita para lidiar con mis torpezas naturales y que seguramente ninguna persona ajena a mi familia toleraría.

Realmente me sentía a gusto a su lado y... era feliz... ¡De nuevo era genuinamente feliz! Lograba sacarme risas verdaderas como ni Lori o alguien más lograba. No me trataba como un endeble cascarón que podría romperse al más mínimo contacto sino como una persona, un ser humano, ayudándome a recuperar la confianza en mí misma y no siguiese siendo un vegetal en la mecedora que deba depender de otra persona las 24 horas del día.

Sentía como que nuevamente estaba viva.

Un cambio que no pasó de ser percibido por mis hermanas y Linky que se sentían de lo más felices cada vez que me veían con una genuina sonrisa que cada día se hacía más grandes y preguntaran de dónde salió realmente ese hombre que me volvía la Leni Loud que alguna vez fui.

¿Quién era en verdad y como lograba hacer tanto bien por mí?

Parece ser que solamente alguien que ha sufrido una grave tragedia puede comprender y ayudar a alguien que también ha pasado por una horrible desgracia.

Cuando tuvimos la confianza suficiente para contarnos sobre nuestras vidas y le hablé sobre mi basta familia y como por mis descuidos me costó lo que más amaba, me habló de su pasado.

Como sus padres eran muy estrictos con él y con Leonardo, su hermano gemelo opuesto en actitud en casi todos los aspectos, y al que cariñosamente siempre se le refería con el diminutivo "Leo"

De chico fue muy tímido, asustadizo, inocente e ingenuo por lo que en varias ocasiones se vio metido en varios problemas de los que no cualquier otro joven podría salir, pero aun así, jamás dejó de ser alguien feliz que siempre le sonreía a la vida.

Contando con la compañía de Leo, qué aunque de vez en cuando lo trataba con rudeza, jamás estaba lejos para ayudarle a salir de cualquier predicamento en el que estuviera arriesgándose en varias ocasiones para que nada le pasase y nunca dejará de ser feliz tal y como se supone un hermano de verdad haría.

Me habría encantado conocerlo debido a como Butters siempre se expresaba de él... y porque gracias a su apoyo fue que logró tener al amor de su vida.

Lexus, su primera esposa... en realidad, su primer interés amoroso y con quién tuvo dos gemelos, a Marjorie y a Leo nombrando a este así en honor a su hermano.

Igual que yo, su vida como que también había sido sacada de uno de esas bellas historias de ensueños. Con una bella y devota esposa, dos hijos que adora más que nada y un hermano que jamás lo dejó aun cuando también se casó con una tal Shelly Marsh teniendo sus propios hijos.

Que gran tragedia fue que al igual que yo su mundo se vino abajo cuando menos se lo esperó...

Resulta ser que... sé que esto suena muy loco y ridículo, pero unos Conejillos de Indias Gigantes empezaron a hacer estragos por todo South Park, justo un año antes de mi accidente.

Leonardo, que de chico lo consideraban una de las peores calamidades del poblado, como adulto se había autoimpuesto la misión de defender a South Park y a cada uno de sus habitantes de toda amenaza hizo todo lo posible para detener a todas esas criaturas.

Pudo socorrer a un sinnúmero de vidas, incluyendo al propio Butters y a los hijitos de este... muriendo en el proceso al salvar a Lexus quién sufrió heridas tan graves que murió en sus brazos...

Siendo una herida en el corazón tan grave o peor que la que tuve yo, porque al menos puedo decir que tengo a mi lado a Lori, a Linky y a mis otras hermanas para ayudarme en lo que necesitase.

¿Cuántas personas podrían soportar por sí solas tal impacto en sus vidas sin derrumbarse como lo hice yo? Tal resistencia nunca la hubiera esperado alguien que lo conociera desde niño.

Por eso se había mudado a Ann Arbor, para rehacer su vida con sus hijos lejos de South Park porque francamente con todo lo que me ha contado sería el peor lugar del mundo en dónde alguien quisiera vivir.

¿Cómo un pueblo en donde la nieve es lo que más abunda puede ser un imán para toda clase de locuras descabelladas?

O una mejor pregunta, ¿Realmente a las personas más nobles que están de lo más felices de la vida son condenadas a sufrir al perder de golpe aquello que más aman?

Pero... fue precisamente el sentimiento de pérdida el que terminó por unirnos más al punto de qué nos volvimos pareja sentimental.

A Liana y a casi todas mis hermanas les pareció maravilloso que volviese a abrir mi corazón al bello sentimiento del amor y saliese por fin de la miseria en la que había quedado atrapada, pero Lori no estaba nada de acuerdo y afirmó que no podía amor así a otro hombre aún cuando ya tenía un año de estar saliendo con él y que debía de darme más tiempo.

Realmente jamás dejó de pensar en mi bienestar y asegurarse de que cada paso que dé no me vuelva a perjudicar... pero debía comprender que yo no podría seguir adelante con mi vida si todavía siguiese pegada a su lado.

Al dar ese siguiente paso en mi vida, debía meterme más en la vida de Butters y relacionarme con aquellos que más aprecia por cima de todo y de todos: sus hijos.

-Ahora espera un momento mientras los busco- me pidió cuando estuve en la sala de su casa.

No podía evitar sentirme algo nerviosa. Me habrá hablado mucho de sus hijitos y estos saben de mí, pero conocernos en persona y recibir la noticia de que soy el nuevo interés amoroso de su padre... ¿Qué tal si no me aceptaban en sus vidas? Dudo que mi corazón pueda soportar otro golpe fatal.

-Leni, quiero que conozcas a mis pequeños- antes de que me acomplejase, Butters regresó -Leo, Marjorie, quiero que saluden a la señora Leni Loud, la mujer con la que... he estado saliendo últimamente.

Le dio un leve empujoncito a los mellizos de siete años que estaban tomados de sus manos pero que se habían escudado tras sus piernas viéndome con cautela.

Oh... ¡COMO QUE ERAN DE LO MÁS ADORABLES ESTOS NIÑOS! Se nota enseguida que son hijos suyos, aunque sus cabellos son de color castaño amarillento ¡Pero compartían sus mismos ojos celestes! Tan lindos como lo eran mis hijos cuando eran unos pequeñines.

-No sean tímidos y díganle hola- Butters les incitó al poner una mano sobre sus espaldas para que diesen un paso al frente.

-¡Hola! Es un placer conocerlos por fin. Su padre me ha contado tanto sobre ustedes que no podía esperar por más tiempo- me agaché poniendo mis manos en las rodillas para verlos más de cerca, pero el chico abrazo protectoramente a su hermana.

-No teman, solo quiero verlos mejor- notar como parecía estar más que dispuesto a cuidarla de cualquiera que crea sea una amenaza para ella solo me conmovió más y extendí mi mano derecha para palmear la cabeza de la niña, justo sobre dónde tiene un lindo moño mientras que el resto de su cabello era amarrado por dos coletas a los lados.

-Uh... ah... us... ¿Usted es la novia de papi? ¿Eso significa que se volverá nuestra nueva mami?- abrí mucho los ojos cuando la nena preguntó esto con desmedida inocencia.

-¡NO! Esta mujer nunca será nuestra mamá- pero el nene la alejó de mí poniéndola a sus espaldas.

-¡LEONARDO, MARJORIE!- Butters les llamó la atención, muy abochornado por lo que decían.

¿Qué si me puse triste o me dolió lo que Leo dijo de mí? ¡Claro que no! Como que sería imposible que a primeras ellos me aceptasen en sus vidas y comenzaran a llamarme "mamá"

Ganarme su cariño y me aceptasen en sus vidas tampoco sería algo de la noche a la mañana y debería hacer méritos para lograrlo... solo consiguiendo la mitad de lo deseado.

Mi relación con Butters había avanzado a tal punto que ya vivía con él y sus hijos siendo ante los ojos de quién no nos conozca una verdadera y ejemplar familia tradicional conformada por un esposo responsable poseedor de un trabajo digno de admirar y una amorosa esposa que se encarga de los quehaceres del hogar cuidando a unos chiquillos traviesos.

¡Parecía que nuevamente estaba viviendo en otro bello Cuento de Hadas! No solo estaba con un hombre que me amaba y aceptaba como soy, sino que también tenía aquello que tanto había anhelado desde que vi por primera vez a la hija más pequeña de Linky:

La dicha de volver a ser madre.

No serán mis hijos de sangre, pero no me tomó mucho quererlos como si realmente lo fueran, especialmente a Marjorie que fue la primera... la única, en realmente quererme como una madre dejando que le dedicase los mismos mimos que alguna vez usé con Liana a su edad.

Cada vez que me dedicaba una tierna sonrisa, palabra de agradecimiento o gesto adorable, lograba complacer esa enorme necesidad de mi corazón, haciendo que la quisiera más y a su padre por haberme abierto las puertas a estos sentimientos que nunca creí experimentar nuevamente.

Todo mejoró porque Liana no tuvo problemas en aceptarlos como sus hermanitos menores, los que nunca tuvo, también recuperando esa felicidad que perdió en el accidente y ayudándome a que mis hermanas y sobrinitos también los reconocieran como parte de nuestra enorme y alocada familia.

Solo faltaba un pequeño pero importante paso.

-Muy bien, niños. Se han divertido mucho hoy, pero ya es hora de contar ovejitas para dormir- les dije al arroparlos en sus camitas; Butters no se hallaba porque estaba en el hospital atendiendo a sus pacientes y me confió el completo cuidado de ellos.

-Hasta mañana, Leo- besé su frente, pero él gruñó muy inconforme y desvió la mirada.

-Hasta mañana, Marjorie- ella con mucho placer aceptó que la besara generando una de esas adorables sonrisas y abrazando un peluchito de Hello Kitty.

-Hasta mañana, mami. Que duermas bien.

Mis ojos volvieron a abrirse como platos y perdí todo el aire de mis pulmones cuando me dijo esas palabras dedicándome una tierna mirada.

Lo dijo... ella... ella... ¡Acaba de decirme "mami"! Me... me... ¡ME ACEPTÓ COMO SU MAMÁ!

Solo había pasado un año desde que los vi por primera vez ¡¿Y ya me considera su madre!?

Era demasiado bueno para ser verdad... ¡Que nadie me pellizque si en verdad estaba durmiendo!

Me costó mucho contener mis emociones en ese momento al desviar la mirada mordiéndome el puño derecho cerrando con fuerza los ojos para suprimir mis lágrimas y unos gemidos de dicha para no preocuparla o a su hermanito.

-Gra... gracias, cariño. Que... que tengan dulces sueños- acaricié su cabello.

-Ya déjenos dormir. Luego no se queje cuando mañana nos pongamos pesados cuando nos levante para ir a la escuela.

Pero el mordaz comentario de Leo me sacó de mi ensoñación.

No pude evitar dedicarle una tosca mirada que él me sostuvo antes de dar media vuelta y ver hacia una pared.

Quería ser comprensiva y entender que él no me aceptaría tan fácilmente como su nueva figura materna, pero varias veces cuando Butters no estaba presente no perdía tiempo en denigrarme o decir uno de esos comentarios despectivos ante Marjorie.

Creía que solo sería cuestión de tiempo para que dejase de ser distante conmigo y que cuando menos me lo esperase también me llamase "mamá" y así me sienta una madre completa, tal y como lo era en mis tiempos con Scott y mis hijos sanguíneos.

Pero como dice ese otro dicho: "No todo se puede en la vida"

Describir como me sentí cuando Butters me propuso matrimonio unos meses después eso era como que intentar explicar la Teoría de la Relatividad, ¡Imposible de detallar! (Al menos para mí, je, je)

Si ya me sentía metida en un bello sueño al recuperar la felicidad que se me había arrebatado de tajo por mi estupidez, al verme a mí misma en un espejo de cuerpo completo para admirar el bello vestido blanco que portaba al recibir los últimos preparativos para mi boda con él...

De existir una persona que sepa las palabras para describir lo que sentía, ¡Que me las dijera!

-No sabes lo felices que estamos de volverte a ver así de feliz, Sister- dijo Luna ayudando a Lori y a Luan a arreglarme.

-Desearía que mamá y papá estuviesen aquí para esto- a mi hermanita comediante le temblaron los labios y se alejó para pasarse una mano por la cara.

-Literalmente papá volvería a armar otro espectáculo bochornoso- aunque Lori se controlaba mejor, también se secó los ojos.

-Bien, mi hermanita. Otra vez te llegó la hora y espero que... que en verdad seas feliz por el resto de tu vida... como te lo mereces- al terminar de alistarme, me tomó de los hombros ya no haciendo esfuerzo por contener sus lágrimas.

-Yo también espero que sea así, Lori, también lo espero.

Con el abrazo que le di no solo transmitía la felicidad que tenía en este momento, sino el eterno agradecimiento que le guardo por lo que ha hecho por mí siendo también una forma de representar que ahora continuaré con mi vida sin depender más de ella.

Muy a diferencia de mi boda con Scott en Loch Loud, la que tuve con Butters fue como que mucho más modesta y humilde y la realizamos en Royal Woods, pero de igual forma asistieron las personas más cercanas a mí y a mi familia como los más allegados a Leopold.

-Te deseo lo mejor del mundo a partir de ahora, Butterscup- Jack le aplaudió luego de que nos besamos después de que el cura dijese las palabras mágicas.

-¡MIL FELICIDADES, PRIMO!- exclamaron a la vez Ed y Brittany, los hermanos menores de él siendo también mellizos.

-Estoy segura de que a Leonardo le hubiese encantado verte feliz de nuevo- dijo ahora Shelly, la esposa de su difunto hermano, asintiendo un par de veces secándose las lágrimas con un pañuelo.

-¿Ya se terminó esta pendejada? Me está doliendo el culo de estar sentado en esta jodida banca- habló de repente un hombre muy gordo y malhablado que usaba un gorro azul celeste.

-¡Cierra esa jodida boca, culón pendejo imbécil!- le reclamó ahora un tipo pelirrojo que usan una Ushanka verde, lo que generó que se pusieran a discutir no importándoles como todos los veían.

-Ay, Dios. ¿En serio jamás van a madurar?- se quejó ahora un señor poseedor de un gorro azul oscuro y pompón rojo sujetándose apenado el puente de la nariz.

-Recuerda que hay milagros que nunca se harán realidad, Stan- a un sujeto rubio cenizo que usaba prendas naranjas todo eso le daba mucha risa.

-Je, je. Nunca dejaran de ser los mismos de siempre...- mi ahora esposo también reía por lo que ese par de locos malhablados decían teniendo gran nostalgia en su mirada.

Que amigos tan curiosos poseía, ¿No lo creen?

-Me alegro tanto por ti, mamá- Liana me dio un tierno abrazo expresando abiertamente la emoción que sentía.

-Sí... espero que esta vez sí hagas las cosas bien y mires en ambas direcciones antes de cruzar la calle.

Le dedicó una muy mala mirada Loni cuando me dijo tan obvia indirecta. Una parte de mí quería gritarle molesta por tales palabras, pero me contuve para no arruinar el momento y porque si él se tomó la molestia de venir desde Escocia a mi boda es porque lentamente me perdonaba y no quería que yo olvidase que él es mi primer gran tesoro y que yo era su madre.

No eran las tradicionales palabras "te perdono" pero algo es algo.

-¡Antes de irse júntense para la foto!- nos pidió Lori cuando la boda llegaba a su fin.

-¡Ah, como que casi se me olvida!- un poco tontica me sentí y posé junto a Butters y Marjorie, pero Leo se mantuvo lejos teniendo la misma cara que tendría alguien que toma limonada sin azúcar.

-Leonardo, no seas grosero y ven con nosotros- solo cuando su padre le habló con firmeza fue que dejó de estar ahí quietecito como estatua y se nos acercó después de refunfuñar.

-Tres... dos... uno... ¡YA!- sonreímos apenas Lori terminó de contar y tomarnos una foto.

Inmortalizando por siempre este momento mágico reflejado en nuestras sonrisas... y en las penurias que vendrán más adelante manifestada en la expresión que Leo poseía.

No es que lo odiase por lo irrespetuoso que podía llegar a ser conmigo y de hecho continué con mis intentos de ganarme su afecto después de que Butters me pusiera el anillo en el dedo para que me viese como su nueva figura materna y también me llamase "mamá" y sentirme una madre completa.

Pero jamás lo conseguí, aunque casi podía jurar que hubo unas ocasiones en las que por poco esa palabra sale de su boca cuando lograba enternecerlo con alguno de mis nobles gestos.

Cualquier posibilidad de me dijera eso que tanto que quería escuchar de parte suya se hizo como que aún más pequeña cuando sucedió otro evento que volvía a poner patas arriba mi vida.

No fue otro grave accidente o una barbaridad así, sino algo por lo que todos los humanos pasamos al crecer y que ciertamente para muchos es difícil de lidiar: la pubertad.

Marjorie y Leo no siempre iban a ser unos chiquillos y algún día crecerían experimentando todos los cambios que los jóvenes tienen al entrar a la adolescencia y Butters y yo debíamos estar ahí para orientarlos y guiarlos (Y asegurarnos de que no hiciesen algo que nos vuelvan abuelos tempranos)

Con ella no hubo problemas porque a diferencia de muchas otras chicas muy poco cambió su adorable actitud y no era una de esas que usaban su belleza para que los chicos las traten como princesas como lo solía hacer Lola al crecer.

Pero las cosas con Leo no fueron tan fáciles. Resultaba ser que él... ¿Qué palabras debo usar sin que se oigan ofensivas? Se había vuelto uno de esos "chicos problemas" que les gustan hacer diabluras por ahí y por allá sin importar a quiénes pueda lastimar en el proceso.

Desde niño ya había mostrado un para nada sano gusto por fastidiar a los demás con tretas y pelearse con otros jovencitos haciendo que Butters y yo tuviéramos como que hacer mil viajes a la escuela cada vez que nos llamaban porque le tiró los dientes a otro chico.

Todo eso empeoró al crecer. No eran solo peleas con otros adolescentes, sino verdaderos actos vandálicos que casi rayaban lo criminal, como tomar cosas de tiendas, robar partes de autos, estafar a personas, liberar de perreras a perros que tengan rabia, organizar peleas ilegales juveniles, ¡Hasta llegar a poner fuegos artificiales en los asientos de sus maestros!

Según Butters se estaba volviendo un calco casi exacto de lo que su hermano fue a esa edad porque a él le encantaba hacer todo tipo de actos delictivos y pelear y lastimar a los demás por simple diversión y sin ningún arrepentimiento.

Y más parecido tuvo cuando en una de esas apuestas ilícitas ganó una moto Harley Davidson para enviar el mensaje de que era uno de esos insufribles rebeldes sin causa, pero a diferencia de su tío que le gustaba hacer sus fechorías solo, él se juntaba con otros jóvenes que tampoco eran precisamente unos inocentes angelitos para hacer sus maldades por ahí.

¡Hacía que mis hermanas fuesen unas santas en comparación! Lo que obligaba a Butters ser casi tan estricto como su padre lo fue con él y su hermano, pero al mismo tiempo, era comprensivo porque sabía bien que si llegaba a comportarse tan mal no era porque en verdad disfrutada de lastimar a los demás sino porque esa era su forma de descargar y lidiar cualquier dolencia emocional por la que estuviera pasando.

Pero no significaba que no le daríamos su buen jalón de orejas cuando ya se pasaba de la raya.

-¡¿Es que no te das cuenta de lo que casi causas con tu "inocente broma"?!

A sus 16 años lo regañaba porque su más reciente jugarreta por poco le costó el brazo a uno de los hijos de Lori y si algo grave le hubiese pasado no habría nada que evitase que lo mandasen al reformatorio ¡O peor, a una prisión para adultos!

-Ya deja la cantaleta, papá. A ese llorón que tengo por "primo" no le ocurrió nada- mantenía los brazos cruzados al estar apoyado en una pared y desviando la mirada.

-¡¿Y si algo le hubiese ocurrido?! ¡¿Con qué cara vería a mi hermana si a Héctor le hubiesen tenido que amputar el brazo?!

Normalmente yo no lo regañaría con la misma severidad que mi esposo usa, pero pensar que algo grave les llegase a pasar a mis sobrinitos y me ganase el odio de la hermana que más quiero y que más ha hecho por mí... ¡Me llenaba como que de un terror incontenible!

-Pues solo bájese esas gafas oscuras que siempre usa y problema resuelto- tuvo el descaro de contestarme con enorme cinismo.

-¡Deja de ser grosero con mamá y papá, Leonardo!- la regañó ahora Marjorie, pero él hizo un gesto con la mano de restarle importancia a su opinión y amaño con irse.

-¡Tú no te vas a ninguna parte, jovencito!- pero Butters lo tomó del brazo y lo jaló obligándole a verlo a los ojos, pero él no se intimidó y le sostuvo la mirada.

-Ya me estoy hartando de que últimamente te estés dedicando a fastidiar a los hijos de mi cuñada como si estos tuviesen la culpa de lo que te amarga la vida. ¡¿Qué crees que ganas con eso?!- no respondió y volvió a desviar la mirada -¡Mírame y contesta cuando te hable!- apretó su agarre.

-No sé... ¿Qué era lo que tú y el Tío Leo les decían a los abuelos cuando los regañaban por pendejadas? ¿Se te enredaba la lengua y te frotabas los nudillos hasta sacarte sangre mientras que él era el que daba la cara por ti?

Marjorie ahogó un gemido al llevarse las manos a la boca y yo vi alarmada a Butters por la expresión que puso ante tal pregunta.

Apreciando la tormenta de emociones que sus normalmente bondadosos ojos transmitían siendo una ira y dolor desmedidos lo más fáciles de apreciar cuando unas lágrimas amenazaban por escapársele.

-¡AHORA SÍ NO SOPORTO!- alzó la mano derecha para darle un buen golpe.

-¡NO, BUTTER! ¡POR FAVOR, NO LO HAGAS!- pude tomarle el brazo.

-Tranquilo, tranquilo, ya cálmate- al acariciar su mano hizo que despacio se tranquilizase.

-Y tú...- pero no pude evitar ver furibunda a Leo que no se mostraba mortificado por lo que casi iba a ocurrirle -¿Piensas que con esta horrible actitud vas a resolver los problemas de la vida? ¡Madura de una buena vez! Solo te faltan dos años para volverte un completo hombre adulto, ¡¿Qué clase de persona vas a ser si sigues comportándote como un completo patán?!

Mi regaño hizo que afilase la mirada y rugiera como un perro rabioso ahora siendo él quién temblase de la ira.

No estuve preparada para lo que iba a decir a continuación...

-¿Y a usted que le importa lo que yo vaya a ser más adelante? ¡Es mi vida no la suya! Así que deje de sermonearme como si fuese mi madre, ¡PORQUE USTED NO ES MI MADRE Y NUNCA LO SERÁ!

Solté a Butters porque perdí el aliento al sentirme golpeada nuevamente por ese taxi que acabó con mi vida y me llevé las manos al pecho retrocediendo unos pasos casi cayéndome.

Lo que sentí en ese instante... era una emoción totalmente opuesta a la que sentí cuando Marjorie me dijo "mami" ¡PERO TENÍA LA MISMA MAGNITUD!

Sintiendo como que nuevamente me despertaban de un bello sueño.

En mi mente se repetían una y otra vez esas palabras como un eco: ¡Usted no es mi madre y nunca lo será! ¡Usted no es mi madre y nunca lo será! ¡Usted no es mi madre y nunca lo será!

Nunca lo será... nunca lo será... yo nunca lo seré... ¡Jamás lo seré por más que lo intente!

Jamás... jamás volveré a ser una madre completa. Nunca... nunca... nunca...

Las manos empezaron a temblarme y al sentir que me ahogaba y traspirando me las llevé a la boca en un desesperado intento por contener mis lágrimas, pero de nada sirvió y comencé a llorar desconsoladamente sintiendo como mi corazón se rompía como una copa de cristal.

¡Volví a desear que la tierra me tragase para no tener que lidiar con este dolor!

-¡POAFF!

Oír este sonido me trajo a la realidad y al alzar la cabeza vi como Leo había caído al suelo por la fuerte bofetada que Butters le dio con su mano derecha dejándole impreso en la mejilla una marca con la forma de su anillo de compromiso.

-¡A TU CUARTO AHORA ANTES DE QUE PIERDA LA PACIENCIA!- ordenó gritando con voz gutural.

Leo no dijo nada más, ni siquiera gemir adolorido por el golpe, y se paró sobándose el cachete sin dejar de vernos con odio puro... sin dejar de mirarme a mí así, para retirarse a pasos pesados seguido de Marjorie que lo llamaba.

-Ya, Leni. Tranquila, tranquila. No me gusta verte así- los papeles se invirtieron y Butters me abrazó acariciando mi cabellera dorada intentando calmarme, aunque también lloraba a lágrima viva.

No importaba lo que hiciese para calmarme, el daño estaba hecho por recibir ese golpe de realidad que me sacó del nuevo Cuento de Hadas en el que estaba metida...

-¿Qué te ocurre, mamá? ¿Por qué estás llorando?

Pasó lo mismo que ocurrió en la noche cuando sin darme cuenta lloraba al recordar aquello que me arruinó la vida, y tomando el lugar de su padre, Marjorie se me acercó preocupada al verme derramar ríos de mis ojos.

No otra vez esto...

-Ay, mi princesa. No te preocupes, es que... ¡Es que ustedes se van a graduar dentro de poco! Y eso me pone muy triste porque se irán de mi vida- jamás fui buena mintiendo y menos a alguien a quién quiero mucho, pero no quiero contagiarla con mi pésimo estado de ánimo.

-Oh... ¡No es para tanto, mami!- no sé si heredó la inocencia e ingenuidad que Butters tuvo de joven, pero me creyó por completo y me dio un reconfortante abrazo igual al que él me dio cuando Leo me gritó esas cosas tan horribles.

-Yo jamás me iré de tu lado y siempre contarás con mi compañía cuando lo desees. Recuerda que yo siempre te querré como mi madre verdadera y ni loca olvidaré todo lo que ha hecho por mí, mi papi y el cabezadura de Leo.

Me equivoque, no parecía ser tan ingenua al dar a entender que sabía lo que me afligía realmente.

Cómo desearía para que su hermanito me dijese algo así antes de irse del nido...

(...)

Los días siguientes las cosas continuaron tensas entre Butters y Leo. Mi hi... jastro se volvió mucho más distante de lo que ya era y solo se limitaba a desayunar, irse por ahí a hacer no sé qué cosa y solo volver hasta luego de la hora de la cena cuando ya estuviéramos por ir a dormirnos y así no tener que lidiar con nuestros reclamos y llamadas de atención.

¿Así es como van a terminar? ¿Peleados sin arreglar sus diferencias? Como que sería de lo más nefasto que lo último que un hijo le diga a su padre antes de hacer su vida en otro lado sean palabras de odio y resentimiento.

Si no era capaz de lograr que me aceptase como madre, ¿No debía al menos intentar hacer que se reconciliasen? Porque si resulta que Leo odia a su padre así como Loni me detestó por tantos años... era un sufrimiento que alguien tan noble como Butters no debía pasar.

Pero cuando faltaba poco más de una semana para la graduación, ese irreverente desapareció sin previo aviso. Al principio creímos que era solo uno de sus caprichos en dónde se esfumaba por uno o dos días para volver cuando menos los esperábamos (O apareciendo ante nuestra puerta un policía que nos informaba de una de sus diabluras)

Aunque al pasar tres, cuatro, ¡Cinco días! Eso bastó para preocuparnos porque nunca se había ido por tanto tiempo de casa y mi amorcito comenzó a temer que él fue a descargar su descontento al meterse con las personas equivocadas y que estás lo hayan...

¡NO, NO, NO! ¡No debo de pensar en eso! Como que tal vez solo necesitaba más tiempo para... ¿Reflexionar sobre lo que su padre le dijo esa noche en la cena y en el hombre que será en el mañana?

Quisiera que ese fuese el caso, pero conociendo como es Leo... como que es MUCHO pedir.

-Ya es el sexto día... ¡¿En dónde está metido este muchacho?!- en la mañana vi preocupada a Butters en la sala caminando de un lado a otro como tigre preso frotándose los nudillos; gesto que me dijo que solía hacer muchas veces de chico y que había perdido al crecer.

-¿Quieren que vuelva a llamar a la Tía Lori para que nos ayude?- nos preguntó Marjorie que a su vez tenía el gesto de enrollar una de sus adorables coletas con el dedo índice.

-No, mi princesa. Ella ya tiene sus propios problemas y no la podemos seguir agobiando, además, de saber algo sobre Leo nos llamaría enseguida.

Me complace mucho que se refiera a Lori y a mis otras hermanas y a Linky como "tías y tío" al también aceptarlos como su familia verdadera, pero en esta situación... no tengo los ánimos para aguantarme las quejas de mi única hermana mayor.

-¿Y no le podemos preguntar de nuevo a sus amigos? Tal vez se esté quedando con alguno de ellos.

-¡PURF! Ninguno de esos fantoches ha sabido algo tampoco y dudo que nos lo dijeran si supiesen. No me queda más opción que volver con la policía a ver si han descubierto algo- luego de rascarse la nuca, se despidió de nosotras y se fue en su camioneta.

-Mi hermanito... ¿Estará bien? ¿O estará sufriendo de todas las formas imaginables?- Marjorie juntó sus manos a modo de rezo y se acercó a una ventana para mirar al exterior.

-Ten Fe, mi princesa. Sabes bien que él puede cuidarse por sí mismo. Te aseguro que cuando menos te lo esperes pasará por la puerta como si nada hubiese pasado- la abrace para calmarla.

Vi también el horizonte no pudiendo evitar suspirar intranquila. ¿Realmente Leo estará bien o hizo algo tan grave que no quiere que lo encuentren y por eso no ha regresado?

(...)

En la noche de este mismo día, seguíamos sin tener noticias de Leo lo que estaba llevando la cordura de mi esposo hasta sus límites y junto con Marjorie fue a visitar los lugares que él solía frecuentar a ver si encuentran alguna novedad.

Me quedé en casa por si acaso aparecía o alguien nos llamase para informarnos de su paradero ahora tejiendo un bolso para trata de distraer mi mente de tal predicamento.

Y para tampoco pensar que cuando él y su hermana se gradúen como que sentiré la misma emoción de desalojo que mamá, papá, Lori y Linky han sentido cuando sus hijos al crecer y volverse adultos se iban de su lado, porque no sé si yo podría soportar que...

Dejé tejer cuando oí el sonido de algo cayéndose en el segundo piso.

-¿Bu-Butters? ¿Ma-Marjorie?- pregunté al levantarme de la mecedora.

No... no podían ser ellos si se suponían que estaban buscando a Leo...

Acaso... ¡¿Acaso era un ladrón?!

Casi sentí como que el corazón se me subió a la garganta cuando volví a escuchar un fuerte sonido seguido de unos quejidos y cosas rompiéndose.

Con mis manos temblando tomé una sartén y lentamente subí las escaleras oyendo con más claridad esos sonidos orando para que solo se tratase de... ¿Un mapache que se metió en nuestro hogar buscando comida o algo así?

¡¿Pero en qué locuras estoy pensando?!

Cuando iba a sentir que me desmayaría del miedo, al terminar de subir pude comprender mejor el tono de voz de ese individuo.

Uno que conozco muy bien.

-Será posible que... ¿Leonardo? ¡¿ERES TÚ?!

Solté la sartén y fui corriendo a su cuarto del que provenían esos ruidos y sentí como esos miedos e inseguridades que mi esposo, su... ¡Mi hija! Y yo teníamos como que se hicieron humo cuando al entrar vi a ese jovencito sentado en el suelo recargando la espalda contra su cama.

-¡LEONARDO, ESTÁS BIEN!- no dudé en ir a abrazarlo llorando aliviada.

No me querrá como su madre y tal vez nunca lo haga, pero no significa que yo no le tenga un fuerte cariño y verle vivo me genera la misma alegría que tendría si Loni o Liana a su edad hubiesen desaparecido por días enteros sin saber si estaban bien o mal.

-¡¿EN DÓNDE SE SUPONE QUE ESTABAS METIDO, JOVENCITO?! ¡¿ACASO QUERÍAS QUE TU PADRE, TU HERMANA Y YO NOS MURIÉRAMOS DEL SUSTO O QUÉ?!

Del mismo modo que me daba mucha felicidad verlo bien ¡DEBÍA REGAÑARLO COMO SE LO MERECE POR TODAS LAS PREOCUPACIONES QUE NOS CAUSÓ!

-Eh... eh... ¿Qué? ¿Mamá? ¡¿EN SERIO ERES TÚ, MAMÁ?!

Mis ojos como que casi se me salieron de las cuencas cuando él me dio un aplastante abrazo.

¿Mamá? ¡¿Acaba de llamarme de ese modo?! ¿O me quedé dormida en la mecedora y de nuevo estoy metida en un bello sueño que desaparecerá apenas despierte?

-Oh... no... es... es usted... la mujer con la que papá ha reemplazado a mamá... ¡Con la que la ha olvidado por completo!- deshizo su abrazo cuando me vio fijamente y me dio la espalda para taparse el rostro con ambas manos y llorar desconsoladamente.

No sé qué decir o pensar al respecto, ¿Qué le pasaba al hermano de mi hija? Me dice "mamá" como siempre quise oírlo de parte suya y luego se pone a llorar como nunca antes lo he visto.

Iba a preguntarle que ocurría, hasta que vi el suelo de su cuarto. Botellas y latas de cerveza, una pipa de cristal, jeringas, encendedores y... rastros de un polvo blanco.

Un momento...

-Leonardo... ¿Estabas drogándote?

Sé bien que no soy la persona más inteligente o perceptiva del mundo, pero tenía el suficiente cerebro para saber cuándo alguien hace algo ilegal que pueda perjudicar su salud.

Él no dijo nada y se volvió a sentar en el suelo manteniendo la cabeza agachada y parecía estar viendo fijamente sin parpadear esas jeringas.

-Dime que no es lo que creo que es- exigí respuestas con firmeza y di paso hacia adelante.

Pero seguía en su lugar sin hacer nada más que llorar.

-¡¿Acaso en estos días en los que estuviste desaparecido en dónde nos moríamos de la angustia te dedicaste a drogarte por ahí como un condenado adicto?!

Pude sentir como el revoltijo de emociones que sentí cuando me dijo "mamá" se convirtieron en solamente dos: decepción e ira.

-Tú sin dudas... ¡ERES LO PEOR QUE LE HA PODIDO PASAR A ESTA FAMILIA!

Mis brazos comenzaron a temblar por el fuerte impulso que tenía de voltearle la cara de una bofetada como la que Butters le dio esa vez. ¡¿EN SERIO PODÍA SER TAN DESCONDIDERADO?!

-Espera a que tu padre se entere- iba a irme sintiendo como nuevas lágrimas recorrían mis mejillas.

-¡NO! ¡POR FAVOR, NO LE SE LO DIGA A MI PAPÁ! ¡NO QUIERO QUE SE ENOJE MÁS POR MI CULPA!

Me detuve en el marco de la puerta cuando le oí decir esto y atónita me giré para verlo extender hacia mí su mano derecha.

¿Estaba suplicándome? ¿Pidiéndome "por favor"? ¿Para qué no molestase a mi esposo?

Es... ¡ES IMPOSIBLE! Nunca que recuerde me ha dicho algo así o al propio Butters, como que ni cuando era un niñito solía usar ese tipo de palabras al siempre ser un rebelde grosero.

¿Tan drogado estaba que decía cosas que nunca diría en sus cinco sentidos?

-Yo... yo... yo sé bien que... que es lo que está pensando de mí... ¡Que me detesta por ser siempre un odioso irrespetuoso! Porque... porque cree la odio... y... y... lo siento, ¡EN VERDAD LO SIENTO MUCHO! Yo no la odio... ¡PERO MIENTRAS MÁS LA VEO MÁS OLVIDO A MI MAMÁ REAL!- otra vez se tapó la cara con ambas manos para sollozar sin control.

-¿Qué? ¡¿Pero de qué estás hablando, Leonardo?!

No comprendía nada de lo que decía, pero como que no puedo quedarme ahí sin hacer nada cuando él claramente estaba sufriendo bastante y lo ayudé a pararse para que se sentara en su cama y tomé asiento a su lado poniéndole una mano en la espalda.

-Señora Loud... Leni... lo intento... ¡Lo intento, lo intento, lo intento! Intento quererla a usted como mi madre verdad... ¡EN VERDAD LO INTENTO, MALDITA SEA, LO INTENTO! Pero... no puedo... ¡SIMPLEMENTE NO PUEDO!- otra vez se tapó la cara.

-Y no es porque sea una mala madre o me caiga mal, ¡AL CONTRARIO! Usted es una de las personas más nobles que alguna vez he conocido... considerada... tierna... adorable... alegre... y con una enorme paciencia para aguantar mis enormes estupideces. Por algo papá y mi hermanita la adoran- me sonrió de una forma que creo jamás ha hecho conmigo.

No sé qué decir... es que... ¡¿En verdad está tan drogado está que solo dice puros delirios?!

-Pero cada vez que la miro... cada vez que usted me ha dedicado un lindo gesto a mí, a Marjorie y a papá... ¡ME HACE OLVIDAR CADA VEZ MÁS A MI MADRE VERDADERA!- empezó a golpearse duramente la frente con el puño derecho, por lo que tuve que sujetárselo para que no se hiriese.

-Mi mamá... ¡MI MAMI! Cada año... cada mes... cada semana... ¡Cada jodido día la voy olvidando más y más! Ya no puedo recordar sus abrazos... sus caricias... sus besos de las buenas noches... el aroma de su cabello... ¡HASTA ESTOY OLVIDANDO COMO ERA SU CARA Y SU VOZ!

-Es por eso que la trato a usted tan mal... ¡PORQUE ME HACE OLVIDAR A LA MUJER QUE MÁS ME HA AMADO! Y porque hace que mi hermanita y mi papá la olviden... ¡LA OLVIDEN COMO SI NUNCA HUBIESE EXISTIDO!

Ay Dios mío... entonces eso era... ¡Ahora lo comprendo todo!

Yo sin saberlo mediante cada uno de mis nobles gestos hacia él y su hermanita por ganarme su cariño y me aceptasen como su figura materna lo lastimaba de un modo atroz al hacer que olvide a Lexus, la mujer que lo trajo al mundo y que tanto lo amó en su niñez.

Es parecido a lo que me pasaba cuando veía la felicidad de las familias de Linky y mis hermanas.

¿Realmente sigo siendo tan idiota como para no darme cuenta como lastimo sin querer a los que rodean?

-Oh, Leonardo...- no vacilé en abrazarlo para que descargase su llanto en mi hombro.

No me rechazó, al contrario, me correspondió mojándome con sus lágrimas que no paraban de fluir al igual que las mías empapando su cabello al acariciarlo.

He aprendido mucho de Lori en lo que se refiere intentar consolar a alguien que pasa por una delicada situación emocional que no saben lidiar por sí mismo.

-Ya, ya, no sigas triste. Lamento si te he lastimado de algún modo, porque créeme, que lo que menos deseo es hacerte sentir mal y mucho menos que olvides a tu madre real.

-Pero no es para que seas tan irrespetuoso conmigo o con tu padre y te metas en problemas que nos llenen el corazón de tanta angustia y miedo y menos para que recurras a dañinas sustancias, ¿Qué no recuerdas la historia que te conté sobre como tu Tía Luna y su esposa casi pierden la vida por culpa de las drogas?

-Esta... esta es la primera vez que me drogo. Unos amigos me las recomendaron al asegurar que con esto podría mejorar la memoria... ¡Y NO HAN SERVIDO NI PARA UNA MIERDA! ¡Porque ni siquiera recuerdo que fue lo último que le dije a mi madre antes de que esos malditos monstruos atacaran el pueblo!

-Y ahora que estoy por graduarme y dar el siguiente paso importante en mi vida... ¡Es algo que a ella le hubiese encantado ver y ya no está para presenciarlo!

Suspiré sin dejar de consolarlo pensando en qué poder decirle para que se calmase.

Lori... ¿Qué dirías o harías tú? (Obviamente no dando una cachetada para que reaccionase)

-Ay, Leo. Entiendo perfectamente lo que se siente perder a un ser querido y creer que nunca lo volverás a ver...- me detuve para elegir mejor mis palabras.

-Pero como me dijo tu Tía Lucy hace tiempo: aquellos que realmente amamos jamás nos dejan y siempre viven en nuestros corazones, acompañándonos a cada momento aunque no podamos verlos, siempre velando por nuestra seguridad y asegurarse que fuésemos felices al seguir con nuestras vidas.

-Nunca conocí a tu madre, pero como que estoy segura de que lo más habría querido es que no siguieras triste por su muerte e intentases volver a ser feliz junto a tu padre y tu hermana, las personas que más te quieren en este mundo y que no la han olvidado y nunca la olvidaran. ¿Lo comprendes?

No soy buena en dar consejos, pero creo que lo mejor que se puede hacer por alguien que sufre en silencio al extrañar a un ser querido es que se dé cuenta de que hay personas que lo aman y que aquellos que han partido a mejor vida lo que más desean es que siguiésemos viviendo e intentar recuperar la felicidad que perdimos es la mejor forma de ayudarle a superar todo lo que lo atormenta.

Tal y como Lori, Linky y mis hermanitas lo hicieron conmigo.

-Ah... ah... muchas... muchas gracias por todo, Señora Loud. No solo por lo que me ha dicho... sino por todo lo qué hecho por mi papá, por mi hermanita y... por mí- volvió a sonreír tiernamente.

-No... no tienes porqué agradecer. Es lo que hubiese hecho por cualquier otra persona, en especial por alguien a quién quiero tanto como si... realmente fuese mi hijo.

Tan conmovido quedó por mis palabras finales que no se opuso a que le diera un beso en la frente y dejar que nuevamente lo abrazase.

Solo espero que a la mañana siguiente pudiese recordar todo esto y no se le olvide o crea que solo alucinó por las sustancias que ahora mismo recorren sus venas.

(...)

Al día siguiente (Y luego de que yo ocultara las botellas, latas y las sobras de esas cochinadas) Butters comenzó a llorar de felicidad cuando lo vio sano y salvo en nuestro hogar.

Para enseguida regañarlo como nunca antes lo ha hecho al igual que lo hice yo por el tremendo susto que le dio al estar desaparecido por tantos días.

Leo en vez de restarle importancia a lo que decía o contestarle con altanería, le pidió perdón tanto por eso como por todas las ocasiones en las que actuó como un patán tanto con él como conmigo prometiéndole que a partir de ahora intentará ser una mejor persona y que cuando se gradúe buscará una buena carrera en dónde pueda ayudar a las personas para honrarlo, a su madre e incluso a su Tío Leo.

Palabras que lo dejaron en Shock y a Marjorie, igual que a mí en la noche, porque jamás creyeron que le quisiera dar ese giro a su vida siendo llenados por una gran alegría, en especial mi marido.

¡¿Quién dijo que las palabras no tienen un gran poder?!

Solo faltaba una última cosa que hacer:

-Estoy tan orgulloso de ustedes- en el día de la graduación, Butters lloraba dichoso cuando los vio llevar puestos las bellas prendas que les confeccioné.

-No, papá. No te pongas así que también me vas a hacer llorar- no pudiendo controlar sus propias lágrimas, Marjorie lo abrazó.

-Desearía que su madre pudiera estar viva para ver esto...- se quitó las gafas para secarse los ojos.

-Descuida, papá. Recuerda que ella siempre está con nosotros, acompañándonos a cada segundo disfrutando a nuestro lado estos momentos especiales- Leo lo quiso reconfortar usando casi las mismas palabras que le dije esa vez y me vio de reojo.

Fue mi turno de otra vez soltar lágrimas de dicha.

-Ahora alístense para la foto- pidió que posaran en la sala al alistar una cámara automática.

-Espera, papá. No podemos tomarnos la foto si no está toda la familia completa- miramos confundidos a Leo cuando hizo una seña para que se detuviese -¿Qué espera, Leni? ¡Pose con nosotros! Como que usted al ser como nuestra madre debe acompañarnos para la foto de este importante paso en nuestras vidas, ¿No lo cree?

Casi volví a sentir como los ojos no me cabían en la cara por la impresión solo para enseguida sonreír conmovida llevándome una mano al pecho al sentir como los trozos de esa parte de mi corazón que se hicieron añicos cuando me gritó que yo no era su madre se juntaban como piezas de un rompecabezas que encajan en su lugar.

Nunca ocuparé ese lugar en su corazón que le pertenece y solo le pertenecerá a Lexus, ¡Pero me gané un sitio casi tan importante al haberme aceptado como su figura materna!

Pudiendo al fin sentirme una madre completa como tanto lo he deseado...

-Claro que sí... hijo.

Llamándolo de este modo que he querido usar con él desde hace mucho, y después de ver como Butters y Marjorie también se emocionaron más de lo que ya estaban, me paré junto a ellos.

-¡DIGAN WISKI!

Mi esposo y yo estábamos en el centro y su... ¡Nuestra hija! Estaba parada a su derecha y su... ¡Nuestro hijo! Se hallaba a mi izquierda.

Sonriendo como una verdadera familia feliz... como la que tanto desee recuperar después de que creí que mi vida había llegado a su fin por mis descuidos.

Y ahora venía a mi mente ese otro refrán... ¿Cuál era? ¿La luz al final del túnel?

No... ¿Cómo era? ¿Cómo era...? Como que... ¡AH SÍ!

UN FINAL ES UN NUEVO COMIENZO...

Último capítulo de esta historia completado el 17/02/2024.

¡Y esto fue todo! (El público en vez de aplaudirme o tirarme rosas, me arrojan comida podrida)

¡BUENO, BUENO, YA BASTA, BASTA! (Hago girar delante de mi cara unas hélices para desviar todo lo que me lanzan)

Sé que no tengo perdón por haberme demorado tantos meses en actualizar este fic (Un tomate da contra mi cara y me lo quito generando el sonido de un escupitajo) pero... ¡BAH! ¿Para qué intento siquiera excusarme? ¡Si nadie me está pagando por escribir! Si me demoré con esto fue porque sí y ya, no debo dar más explicaciones (Trato de mantener un poco de dignidad, pero ahora me arrojan un huevo podrido)

Así qué en vez de decir pretextos, digo que espero les haya gustado la conclusión de este fic, con el que conmemoré mis once años en Fan Fiction el año pasado al emparejar a Leni, mi Chica Loud favorita, con Butters, mi personaje favorito de South Park.

Se nota que en verdad ha vivido toda una montaña rusa de emociones la pobrecita al perder a su hijo no nato ganándose el odio de su esposo e hijo mayor, sintiéndose una carga para su familia y aún cuando encontró a otro hombre que la amaba como se lo merecía debía lidiar con el hecho de que estaba cuidando a hijos que no son suyos no logrando sentirse una madre completa.

De entre las más de 200 historias que tengo, siempre debe hacer espacio para una de drama familiar más estilo... "realista" por así decirlo al intentar plasmar una temática que por desgracia muchas mujeres en nuestro mundo han pasado, ¿No?

Pero claro, si esto era una especie de "Crossover" con South Park lógicamente debía poner ciertos elementos de esa serie tan gamberra (Especialmente los Cameos de los personajes principales XD)

Aunque me hubiese gustado mostrar con más detalles de cómo fue evolucionando su relación con Butters habría tenido que alargar más este capítulo (Que de por sí tiene casi 13 mil palabras) y también debía resolver el asunto de su hijastro.

¿No les dio pena Leo? Porque también es muy cierto que personas al perder a una madre a tan temprana edad los afectan de una forma tan grave que recurren a todo tipo de cosas para amortiguar el dolor de esa pérdida, ¿Verdad?

Bien, ahora finalizado este fic sobre mi Chica Loud favorita, estoy cada vez más cerca de hacer historias centradas en las hermanas de Lincoln como adultas faltándome únicamente Lori, Luan y Lily que conforman mi Metaverso de mi primer fic de TLH "La Siguiente Generación"

No sé cuándo haría los fics sobre ellas, pero primero deberé encargarme de otras historias pendientes que debo hacer, pero les aseguro que cuando menos lo esperen haré historias sobre esas tres ;D

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top