Epílogo: Para siempre es perfecto.


Maya se quedó en silencio observando a su novio que avanzaba a paso lento en dirección al auto. Lo vio soltar un suspiro y luego tirar de la manija de la puerta para poder entrar.

Joel le ofreció una cálida sonrisa y ella tomó su mano en señal de apoyo—¿Y...? ¿Cómo fue?

—Creo que me odia—musitó el muchacho apretando los ojos con fuerza. La chica sonrió un poco y negó.—Pero al menos me dijo que me perdona...

—Te lo dije—respondió simplemente.

—¿Sabes una cosa? Pedir perdón realmente puede ser la cosa más difícil del mundo...—reflexionó.

—¿Por qué?

—Porque significa aceptar que te equivocaste, que lastimaste a muchas personas que no tienen la culpa de nada... —inquirió y Maya le sonrió tratando de darle ánimo—Y la verdad es que me avergüenzo demasiado de mi antiguo yo...

—Bueno, pero es pasada y se supone que de eso se trata la vida ¿no? De equivocarte, reconocerlo, remediarlo o al menos tratar de hacerlo y luchar incluso contigo mismo para que eso no vuelva a pasar...de eso se trata todo, mi amor...—explicó.—Realmente me siento muy orgullosa de ti...y te admiro demasiado—agregó y él la observó un segundo.

—¿De mí?—cuestionó el chico. Maya asintió firmemente.—Pero si yo no tengo nada que sea admirable, mucho menos algo lo suficientemente bueno por lo que otra persona en pleno uso de sus facultades mentales se pueda sentir orgullosa de mí...soy la sombra de la peor persona del mundo...y aunque cambié siempre seré la sombra de ese Joel...

—Bueno, pues yo amaba, amo y siempre amaré a ese Joel...—sonrió.—Pero hablando en serio, me encanta mucho que hayas despertado, que te quitaras todas esas vendas que tenías en los ojos y que cambiaras esa actitud tan nefasta que tenías con todo el mundo...pero siempre va a estar el hecho de que ese fue el Joel del que yo me enamoré...—él negó débilmente y se acercó a ella para depositar un pequeño beso sobre sus labios.

—Eres lo único bueno que tengo de esa etapa de mi vida ¿sabes?—suspiró.—Eres el único recuerdo bueno que tengo y lo único que no cambiaría ni aunque me pagasen para hacerlo...—rio—al menos en ese sentido si me siento orgulloso de haber tomado la decisión de pedirte que finalmente fueras mi novia...—sonrió coquetamente y ella se echó a reír.

—Este es el Joelo que me encanta...—decidió acariciando su mejilla tiernamente.—El Joel sonriente de pensamientos positivos...

—Te amo...—murmuró él mirándola fijamente.

—Y yo también te amo...—susurró uniendo sus labios de nueva cuenta.—Pero vamos...terminemos de una vez con esta lista de personas a las cuales pedirles perdón por todas las cosas malas que les hiciste en el pasado, Joel Pimentel...—sentenció.

—¿No podemos hacerlo mañana?—cuestionó él a modo de broma. Maya negó.

—No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy, además... ¿ya se te olvidó que día es mañana?—preguntó ella y Joel sonrió.

—¡Es nuestro cumple mes número seis! ¿Cómo crees que se me va a olvidar?—masculló ofendido.

—Bien, ese era el punto que quería resaltar...así que vamos...

Joel colocó ambas manos en el volante y encendió el coche mientras se quedaba completamente quieto observando al frente. Soltó un pequeño suspiro atrayendo la atención de su novia y ella sonrió.

—¿Te confieso algo?—cuestionó llevando su atención momentáneamente a Maya que lo observaba llena de duda.

—¿Qué pasa?

—Es que por más que trato y trato de comprender porque recibí una segunda oportunidad realmente no logro hacerlo...es decir, estoy agradecido y completamente feliz de que eso pasara, gracias a eso las cosas entre nosotros se arreglaron y por eso es que estamos juntos...pero...

—Pero aquí no existen los peros, Joel...pasó y ya...—suspiró—Y yo también lo agradezco...infinitamente...

—¿Seguimos...?—cuestionó el con media sonrisa.

—¡Seguimos!

(...)

—Esto es completamente hermoso...—susurró Maya observando el restaurante con aspecto rustico al que su novio la había llevado.—Gracias...

—No tienes nada que agradecerme...esto es lo menos que tú te mereces...—inquirió el muchacho tirando de la silla para que ella pudiese tomar asiento. Luego él imitó su acto y se sentó frente a ella sin dejar de mirarla a los ojos.

Si había algo que a Joel Pimentel le gustaba de Maya eran definitivamente sus ojos. Adoraba la manera en la que se hacían un poco más pequeños cuando sonreía. Adoraba el sonido de su voz, cuando hablaba...cuando reía. Adoraba la manera en la que ella lucía. La manera en la que sus manos encajaban a la perfección, la sensación que se hacía presente en su cuerpo cuando la besaba. Adoraba con todas sus fuerzas los momentos que pasaban juntos pero lo que más adoraba era que con ella, él podía ser él mismo.

—¿Por qué me miras así?—cuestionó en voz baja. Él sonrió.

—Es que no puedo creer que después de todo lo que pasó hoy se cumplan seis meses desde que estamos juntos...han sido los meses más lindos de mi vida...—inquirió haciéndole sonrojar.

—¿En serio...?—preguntó ella. Joel asintió fervientemente.

—¿Volverías a hacer todo de nuevo?—inquirió sin apartar sus ojos.

—No—respondió el muchacho.—Es decir, te volvería a elegir a ti pero no volvería a hacer todo exactamente igual...creo que podría quitar la parte en la que fui un maldito idiota con todos...esa parte la borraría para siempre...—Maya suspiró—Sin embargo, creo que encontraría otra manera de acercarme a ti...tal vez podamos ser más felices sin malos recuerdos ¿no lo crees?—ella negó un poco.

—La verdad es que me gusta cómo está todo así...—musitó.—De la manera en la que ocurrió...

—¿De verdad?—cuestionó él lleno de asombro.

—Si...no cambiaría nada...porque creo que cada uno de los minutos felices que hemos pasado juntos desde entonces han valido la pena por cada uno de los minutos de sufrimiento que tuvimos antes ¿no lo crees?—el muchacho sonrió ampliamente mientras el corazón de Maya no dejaba de latir descontroladamente dentro de su pecho, su piel se erizaba y una intenso sentimiento de plenitud se instalaba en su cuerpo.

—Lo creo...—contestó Joel.—Por eso quiero hacer un brindis...—anunció tomando la botella de vino que descansaba sobre la mesa y el sacacorchos. Maya se quedó en silencio observándolo servir dos copas de vino con esa sonrisa en los labios que ella tanto amaba. Soltó un pequeño suspiro y tomó la copa que Joel le ofrecía.—Quiero brindar por la novia más hermosa del mundo...—declaró levantando un poco su copa de vino.

—Yo quiero brindar por los seis meses más lindos a lado del novio más guapo sobre la faz de la Tierra...—anunció ella chocando levemente su copa con la de su novio que le sonreía ampliamente.

—Y los que nos faltan, Maya Ivanov...

—¿Nos faltan muchos?—cuestionó ella a modo de broma. Joel rio.

—Para siempre... ¿te parece bien?—preguntó observándola.

—¿No crees que para siempre es demasiado tiempo?—inquirió en voz baja llevando su copa hasta sus labios.

Joel negó con una linda sonrisa en los labios.—Para siempre es perfecto...

—Entonces, si...para siempre me parece perfecto...

Fin.

_ _ _ _

Estoy entrando en un coma diabético por tanta azúcar que me producen estos dos, ah.

¿Les gustó un fantasma en el espejo? ¡Las leo!

¡GRACIAS POR LEERLAAA! Las adoro con todo mi corazón...no, con todos los escombros que quedan de mi corazón, jajajaja ahre que le pasaba.

En fin. ¡Nos leemos prontito!

Un beso enorme, Gloria, xx.

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