Han pasado dos días, tiene clases normales como de costumbre. Ahora posee tiempo libre, disfrutando del momento, leyendo un buen libro.

Estaba cerca de la entrada del castillo, ve algo que lo sorprende mucho.

No puede ser, ellas están aquí. Lo bueno es que están acompañadas por el mago Albus Dumbledore, siendo un alivio para mí, por todo lo que paso. Viendo la situación en perspectiva, la profecía que realice, se está cumpliendo en este momento. Esto se va poner interesante, aunque también me preocupa por lo peligroso que es Hogwarts ahora. Por culpa de Voldemort, este colegio no es precisamente seguro y no lo será hasta dentro de varios años.

Sango y Michelle siguen al director hasta su despacho. Entran y cierran la puerta.

Bienvenidas a Hogwarts, es un gusto tener alumnas tan destacadas. – menciona Albus.

No, el placer es nuestro. – dijeron Sango y Michelle al mismo tiempo.

Antes de iniciar con sus clases, necesitamos saber en qué casa van a estar aquí. De dónde vienen tienen algo similar a lo que manejamos aquí. La única diferencia de todo esto, es que lo selecciona un sombrero. – añadió Dumbledore.

La primera en ponérselo fue Sango, no tiene problemas en colocarla. Quedando en Ravenclaw.

Posteriormente, sigue Michelle, donde sucede algo muy interesante.

Uhm, que tenemos aquí. Una descendiente de Salazar Slytherin, creí que el último de ellos era Tom Riddle. Aunque al parecer me equivoque. Veo ambición en tu mente, quedarías muy bien en la casa fundada por tu ancestro. – menciona el sombrero seleccionador.

No, no quiero. No puedo dejar a mi amiga sola. – expresa Michelle.

También observo mucha inteligencia, está bien. Te concederé tu deseo. Entonces: Ravenclaw. – Grito el sombrero.

Ya cuando acabo la selección, el profesor Albus lleva a ambas chicas con el encargado de Ravenclaw. Donde les dio la bienvenida y todo lo necesario para comenzar con su estadía en Hogwarts.