1 5
Viendo hacia el horizonte, donde el sol se escondía lentamente bajo el manto acuático del océano, dejando un rastro rojizo en el cielo como última despedida del día. Se le hizo imposible no comparar el cabello de su asistente con el arrebol encima suyo; extasiado por las tonalidades volcánicas de éste.
Fue sacado de su ensimismamiento por el sonido melódico del pianista en vivo, dando la bienvenida al novio quien entre sus manos sostenía un ramo de flores paradisiacas y una gran sonrisa encantadora acompañaba su caminar lento sobre la alfombra blanca; se veía hermoso con su vestimenta pulcra y sus alborotados rulos meciéndose con el viento, mentiría si dijera lo contrario, pero tenía que admitir su gusto culposo por los donceles de increíble torpeza y cabello lacio, visualizando con culpa a Eijiro a través de Izuku.
Estaba jodido, y se sentía el mayor imbécil del mundo por pensar en alguien más cuando estaba a punto de cansarse, o por no oponerse a la idea la anterior noche, o por no darse cuenta de sus sentimientos y poder haberse ahorrado todo el teatro que montó las últimas semanas.
La música paró, solo así pudo darse cuenta que su prometido estaba frente a él, la realidad le dio un golpe duro que le sacó el aire de los pulmones, incapaz de reaccionar opto por una facción lastimera; ojos cristalinos y cejas curveadas que para terceros era normal en el novio encantado con su futuro esposo. Pero para Izuku esa expresión no le tranquilizaba en absoluto; no conocía de toda la vida a Bakugou tal y como Kirishima lo hacía, pero sabía que sus lágrimas no eran de felicidad por lo prontamente ocurrido y su falsa sonrisa se destruiría si decía cualquier cosa.
— Katsuki — interrumpió antes de que el sacerdote pudiera empezar — Detengamos esta boda
— ¿Qué? — vociferaron Bakugou, el sacerdote y pianista al tiempo
— Yo sé que no quieres esto, se ve en tu mirada que amas profundamente a Kirishima y también sé que no me comparo con ese increíble doncel, por eso te pido que seas sincero y digas que es lo que quieres en realidad
— Yo — reflexionó las palabras de Izuku y un sonido de sorpresa escapó de sus labios — Espera, ¿dijiste Kirishima? ¿Cómo?
— Denki es un borracho boca suelta, no solo me habló sobre el anillo
— Ese idiota — apretó los puños, jugaría al hada de los dientes después — ¿Estas molesto?
— Estoy furioso — su calmada facción se endureció con un prominente entrecejo y los brazos cruzados — ¡No puedo creer que me hayas engañado todo este tiempo, y no puedo creer que me tragué todas tus mentiras! Si no lo descubría esa noche ¿Hasta cuándo ibas a decírmelo?
— No estaba en el plan confesártelo
— ¿Entonces viviría a tu lado creyendo que tengo que convivir ilusamente con unos niños que no son tuyos? ¿Les darías dinero para que finjan los fines de semana? Sabes cuánto adoro a los niños, que tengas que pagarles para que les agrade me da asco
— Ellos te adoran Izuku, yo solo pagué porque me dijeran papá, no para que te trataran bien, si te quieren es por algo
— Ahora lo admites — lagrimas gruesas bajaban por sus mejillas arruinando el sutil maquillaje que se puso en la mañana, miró a su alrededor y suspiró profundo para hablar — No creas que seguí con la mentira para darte una lección o alguna mierda, yo si te amo y creí que, si eras capaz de cometer tal locura por mí, tú también me amabas de la misma manera, pero viendo en retrospectiva todo lo que hiciste estuvo mal y al final creo que mis sentimientos no son correspondidos
— Yo si te amé
— Lo sé, ya te lo dije, se notar cuando mientes y cuando dices la verdad — limpió sus lágrimas con sus finos dedos, cuidando de no destruir su maquillaje más de lo que ya estaba — Y te llamaré el mentiroso más grande del mundo si me dices que me amas por encima de Kirishima, porque los he visto Bakugou, y por más que quieras negarlo tú estás enamorado de él, así que te pido que seas honesto y decidas lo que realmente quieres
Honestidad. Hace tiempo que no era honesto, ni con los demás ni consigo mismo; y es que ya no conocía su propia historia, encontrándose perdido entre las mentiras en las que ha vivido, o contado; solo estaba consciente de que en la mayoría Eijiro estuvo presente y ahí se mantuvo. ¿Qué era lo que realmente quería? La respuesta era obvia y ambos lo sabían, solo era Izuku un masoquista quien quería escucharlo de su voz.
— Lo siento, por todo — dijo en un susurro besando con suavidad su frente, el peliverde asintió ante su respuesta dándole un pequeño empujón hacia el pie de aquel acantilado
— Corre antes que sea demasiado tarde
[...]
Una bebida cargada de alcohol, sentado a orillas del mar bajo la sombra de una palma, disfrutando de las vistas paradisiacas que los jóvenes surfistas y sus ajustados trajes de baño ofrecían, era todo lo que necesitaba para darle una buena despedida a Hawái.
— Con permiso — uno del personal puso otra bebida en la mesita junto a su silla retirando los tres vasos vacíos en ésta
Si. Tal vez debería parar antes de que se le haga imposible fingir su sobriedad.
— ¡Eijiro! — su pacifico ambiente se vio destruido por la chillona voz de su némesis, maldiciendo por lo bajo su indeseada presencia se dignó a quitarse los lentes oscuros recibiendo el falso abrazo amistoso — ¡Anoche fue muy divertido!
— Ya lo sé — mentira, anoche fue la noche más horrible de su vida
— Aun no entiendo que trampa hiciste — soltaron la risa más fingidamente escandalosa que sus cuerdas les dejaron, hasta las aves cantarinas se incomodaron de la situación que decidieron emprender vuelo lejos de aquel par de locos donceles
— No, no hice trampa — su sonrisa se ensanchó hasta las orejas y conteniendo un grito eufórico al ver como Neito tomaba el atrevimiento de sentarse en la silla restante
— ¿Dónde está Bakugou?
— Neito — decidió que era momento de soltar la sopa, después de todo era muy poco probable que se toparan de nuevo al regresar a Beverly Hills, aunque más bien lo tomaba como un respiro a su alma hastiada de tanta riña con Monoma — Bakugou está en su boda
— ¿Cómo dices?
— Jamás fui su esposo, fue una mentira que inventé
— ¿Por qué?
— Es que no toleré la idea de que tú supieras la verdad
— ¿En serio? — la mirada del rubio se suavizó, como si comprendiera lo que el pelirrojo estuviera diciendo
— Sí, soy una "mamá" soltera, tengo dos hijos a los que amo más que nada en el mundo, conduzco un Jonda, tengo internet telefónico, saqué un promedio de 7.8 en la universidad, no de 9.2 — era como si le estuviera dando un vomito verbal y no pudiese parar — Y ya que estoy diciendo la verdad, le puse "Neito" al popo de mi hijo, y trabajo para Blasty, soy su asistente, eso es todo
— ¿De verdad? Jamás habría creído eso, amigo, aquella noche pude ver una gran conexión entre los dos
— Es un hombre maravilloso — lanzó un suspiro al viento — Quizá hasta esté enamorado de él, pero eso ya no importa porque justo ahora está desposando a otra persona
— Lo de Hitoshi y yo se acabó — soltó Neito sin pensar, dejando a Kirishima estupefacto de que tuviera la confianza de confesarlo
— ¿Qué? ¿Qué pasó?
— Pues, de entrada, es un pasivo de closet
— ¿Pasivo?
— Muy difícilmente se le para si es que no acaricio su trasero y le encanta usar un dildo mientras lo monto, es decir, solo míralo — apuntó a unos cuantos metros, donde Shinso estaba riendo coqueto junto a un grupo de surfistas de grandes proporciones, musculosos y con un bronceado impecable — Se nota a leguas que es un principiante, se va por los estereotipos del tipo grande y musculoso pensando que su pene es del tamaño de sus bíceps
— ¿Te digo algo? Anoche, cuando levantó el coco con el culo, esa fue una bandera roja para mí
Ambos donceles rieron por la broma.
— Lo he visto hacer eso con el jabón
— ¿Y el myPad?
— Él nunca ha inventado nada
— ¿Enserio?
— No, la verdad se hizo millonario al demandar a un equipo de baseball cuando fue herido por una bala perdida
— ¡Dios mío! Que cosa tan... — la risa le ganó antes de terminar la oración, Neito le siguió sintiendo una conexión genuina con el pelirrojo
— Que raro es ser franco
— Si, no sé ¿Por qué no intenté decirte toda la verdad desde el principio? — el rubio se encogió de hombros sin saber que decir, preguntándose lo mismo
Ahora que sabía que no era el único mentiroso de los dos, y que la máscara de una vida perfecta que siempre presumía Monoma estaba desmoronada, sintió unas ganas inmensas de abrazar a su ahora no tan némesis; la felicidad y el alivio de concluir con lo que fue su infierno por años recorría su cuerpo, y estaba seguro en no desperdiciar la oportunidad de poder relacionarse con el rubio de una manera menos tóxica.
El grito de euforia que lanzó Neito lo descolocó un poco y la voz rasposamente grave de un hombre al que conocía más de lo que le gustaría llegó a helarle la sangre.
— Que lindos — volteó aún sin creer que Bakugou estuviera tras él con un coctel de piña en la mano — Es lindo decir la verdad ¿no creen?, salud por eso
— ¿Qué estás haciendo aquí? — el otro evadió la pregunta
— ¿Estabas diciendo la verdad sobre estar enamorado de mí? — Eijiro se ruborizó de sobre manera, preguntándose cuanto fue lo que escuchó de su patética confesión, y si es que había escuchado la situación de Hitoshi para luego mofarse un rato de ello
— Los voy a dejar solos — fue lo que dijo antes de irse — Voy a ir a divorciarme
— Suerte — la verdad no quería que se fuera y lo dejara con aquel recién casado que de forma indirecta se enteró de su flechazo hacía él — ¿Y qué tal la boda?
— Okey, escucha — a pesar de las explicitas palabras del pelirrojo con las cuales declaraba su enamoramiento hacia él, los nervios de obtener una respuesta negativa seguían presentes — Es que, estando en la cima de ese hermoso acantilado, empiezo a mirar el Pacifico y me pongo a pensar: "Carajo, estoy a punto de iniciar mi vida con el chico que amo"
La pequeña sonrisa que mantenía Kirishima se borró con esa simple frase tal como el mar borraba los dibujos en la arena.
— El único problema era que el chico al que amo no estaba conmigo
— ¿No estaba? — preguntó desubicado sin creer capaz a Izuku de huir de su propia boda
— No estaba
— Mierda, ¿A dónde podría haber ido Izuku?
— Jodido pelos de mierda — a veces la ignorancia que poseía Kirishima lo superaba — Estoy hablando de ti idiota
— ¡Oh! ¿Entonces no te casaste?
— Creo que no te ha quedado claro —con una risa cantarina tomó al doncel del mentón depositando un casto beso en sus esponjosos labios — Me encantas Eijiro
— Espera, Blasty yo — no negaría que todo era un sueño, como un cuento de hadas, pero ellos pertenecían a la realidad, y no siempre los pajarillos cantaban a los primeros rayos de sol — ¿Qué pasara cuando no haya más polvillo de hadas y despiertes dándote cuenta de que esto es real?
— Tú eres lo único real que he tenido en mi vida
— Blasty, por favor, Izuku es un doncel hermoso y yo no tengo 23 años, soy muy distinto a él
— Él es lindo, lo admito, pero hay un problema: no es tú
— Tengo dos hijos — recalcó — Y no los arrojaré a un barranco y ya
— Adoro a esos niños más que a nada en el mundo, quiero estar con ellos unas 23 horas al día
— ¿Qué harás en la hora restante?
Ambos esbozaron una sonrisa imaginando su propia respuesta, estando seguros que los dos coincidían en la idea de estar juntos lo que restaba de sus longevas –o al menos así lo sentían ellos– vidas. Con la emoción e incertidumbre vibrando en su cuerpo se fueron acercando poco a poco hasta chocar sus bocas en un flameante beso lleno de necesidad.
Pactando de esa forma su caótico amor surgido entre mentiras.
- Jonda. Versión inventada de Honda
AAAAHHHH
Perdón por tardar demasiado en publicar un nuevo capitulo pero en mi defensa, a pesar de ya haber salido de vacaciones, he estado ocupada y también estoy probando más hobbies además de la escritura, súmenle a eso el marrano hábito de procrastinación para nada funcional con el que cuento y obtendrán más de un mes sin actualizaciones de esta escritora sin compromisos.
Como sea, espero y todavía sigan al pendiente de la lectura y sea de su agrado mis historias. Los tqm.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top