0 4

La campana del almuerzo había sonado, todos los niños salían presurosos de las aulas con ansias por jugar en el patio recreativo, ver a sus amigos y charlar con sus maestros pidiendo un par de consejos para mejorar académicamente.

Izuku caminaba por el ajetreado pasillo siendo acompañado de su estudiante estrella mientras charlaban sobre el próximo decatlón académico y algunas sugerencias a tomar, el peliverde adoraba ayudar a sus queridos alumnos y ellos amaban sus clases a pesar de tratarse de matemáticas, la materia más aborrecida por los niños, tanto era el cariño que los chicos le tenían que empezaron a apodarlo "maestro miel".

La sonrisa que mantenía Midoriya se esfumó en cuanto vio a Bakugou cruzando el umbral del pasillo con un gran ramo de rosas en la mano, vistiendo un atuendo formal y una sonrisa galante.

— Adelántate sin mí — dio media vuelta tratando de escapar a toda prisa, sin embargo, fue seguido por el mayor que repetía sin cesar su nombre llegando a hartarlo y decidió confrontarlo — ¡Te dije que ya no quería verte!

— Solo quería explicarte algo importante

— Déjame explicarte algo a ti — con esas palabras tomó el ramo y lo botó en un cesto de basura cercano ganando la atención de todos los alumnos presentes quienes abuchearon al hombre — Yo no salgo con hombres casados — dejó en claro — Mi papá engañó a mi mamá cuando yo era pequeño, no pienso ser el cuerno

— ¡Adultero! ¡Fornicador! — exclamó uno de los niños

— Tómalo con calma, Damian ¿Si? — pidió amablemente Bakugou

— Oye se llama Silas, y no lo metas en esto — fue empujado por Izuku a una de las aulas

— Te asesinaré — amenazó "Damian"

— ¿Qué? ¡Cuando gustes, mocoso! — gritó antes de que la puerta fuera cerrada y el maestro miel desapareciera junto a ese maniaco

Los dos estaban de frente, Midoriya pedía explicaciones de su presencia, arrepintiéndose de haber tenido la confianza de contarle sobre su vida, ahora no tenía a donde escapar porque Bakugou lo sabría.

— Oye, si estoy casado — dijo esperando que el entrecejo del doncel se aligerara un poco — Pero es un matrimonio horrible, él ni siquiera quiere hablarme

— Es lo que todos los hombres casados dicen, si es tan malo, ¿Por qué no solo te divorcias?

— Lo haré — la mirada del peliverde cambió a una de conmoción

— ¿De verdad?

— ¡Si! Se acabó todo entre él y yo

— Dios mío, no lo puedo creer — definitivamente no era la respuesta que esperaba — ¡Destruí un matrimonio!, creo que voy a vomitar

— ¡No! Esto no fue por ti, lo decidí desde hace un tiempo, firmaremos los documentos en un par de días y estará muerto para mí — le explicó recordando lo que había ensayado con Kirishima, tal parece que aún recordaba el proceso de divorcio

— ¿Cómo se llama? — soltó una pregunta inesperada, se suponía que saltaría a sus brazos uniendo sus labios en un beso apasionado, un poco de sexo en el salón y arreglado

— Es el sr. Bakugou — Izuku alzó la ceja esperando que continuara — ¿Su nombre de pila? Es Neito

— ¿Se llama Neito?

— ¿No es asqueroso? Por desgracia es lo que le tocó, sus padres fueron unos desgraciados — rio nerviosamente rezando porque las preguntas acabaran ahí y se pudiera largar a su trabajo, no sin antes obtener el número del bello ángel — Pero Neito y yo nos vamos a separar, por suerte, porque lo sorprendí engañándome con otro tipo, no lo encontré yo, porque de haberlo hecho hubiera matado al sujeto, más bien el programa "Infieles" los sorprendió en el acto — confesó dolido — Les pedí que no lo transmitieran porque era muy humillante, de hecho quemaron la cinta, pero me hubiera encantado mostrártela

— ¿Hay otro hombre?

— Claro que hay otro hombre, si, Alex Cremento

— ¿Se llama Alex Cremento?

— Si es que es español, él y Neito son tal para cual, nombres horribles y un lívido insaciable, puedo decir con seguridad que ahora mismo están destrozando la sala

— Bakugou, todos siempre dicen que dejarán a la esposa o esposo y nunca lo hacen — empezó con su tic nervioso del cual le había hablado al rubio en la noche anterior

— Por favor créeme, él es feliz con el tal Cremento y lo felicito, ahora yo quiero ser feliz, ¡Y solo puedo ser feliz contigo! ¿Entiendes? — sinceró acercándose poco a poco hasta llegar a sostener a Izuku de su cintura — Solo quiero poder estar contigo sin me llamen fornicador o adultero o lo que sea que me dijo ese niño anticristo

— Okey

— ¿Okey? — ¡le había creído! Las campanas del cielo habían sonado para Bakugou, el ángel había aceptado sus viles mentiras

— Solo quiero que él me lo diga — con esa simple frase su ensoñación fue bajada de un tirón

— ¿Y si te envía un mensaje? ¿Eso te sería suficiente?

— Quiero conocerlo

El doctor se lo pensó por unos segundos, viendo posibles salidas a ese embrollo al que sin saberlo se había metido. Podría decirle que él estaba de viaje y por el momento no estaba disponible, pero eso sería negado por su anterior desahogo. Podría decirle que era tan feo que se negaba a salir de su casa, pero entonces el pecoso pediría ir a su residencia. Esta vez no había salida, se había metido al callejón de las mentiras y muy difícilmente hallaría escapatoria.

— Hagámoslo — aceptó al final, tenía un plan, un poco más complicado, pero a la vez sencillo, con el que podría terminar con toda esta mierda del anillo falso y vivir pleno y feliz junto a Midoriya, solo era cuestión de que el sujeto aceptara

[...]

Gracias a su estúpida y desesperada idea se encontraba ahora mismo caminando por la avenida de un conjunto de edificios muy transitados por las celebridades que habitaban en Beverly Hills. Tiendas de moda de alto reconocimiento se veían en todas direcciones y su acompañante, Kirishima se mostraba sorprendido ante el lugar, al contrario de Bakugou que ya estuvo un par de veces ahí y estaba ansioso porque aquella tortura acabase y poder besar los regordetes labios de su amante.

— ¿Quieres que finja ser tu esposo? — dijo después de conocer el loco plan de su amigo — ¿Y no se te ocurrió otro nombre que no fuera Neito?

— Casi me hago Neito en los pantalones cuando me lo pidió, entré el pánico

— ¿Entraste en pánico? ¿Tú que inventas un matrimonio falso cada día? — estaba que no se lo creía, cómo era posible que de todas las historias que inventó en el pasado, no pudo crear una mejor de la que le había contado

— Si, ¿No te da una idea de lo que siento por él?

— ¿Has pensado que un día va a entrar a tu oficina y va a ver que soy realmente tu asistente y recepcionista? — inquirió inseguro de lo efectivo que sería la idea de Bakugou

— Eso es sencillo, soy cirujano plástico, jamás volverás a verte igual, corto aquí y allá

— ¿De qué estás hablando?

— Es broma, te daré un bigote falso

— No puede ser — suspiró enojado — Enserio no consideraste nada de eso

— Solo cálmate y goza de los aparadores, explota mi tarjeta — lo guio a un ventanal donde se exhibía bonita ropa para doncel, luego Kirishima se fijó en la etiqueta y dio un paso atrás

— Yo no uso eso Blasty, ya tengo ropa, por cierto, no necesito nada de esto — ni siquiera pidió ser su cómplice, solo fue arrastrado después del trabajo a ese lujoso barrio donde sentía que no pertenecía

— Lo sé, tienes la mejor ropa de tiendas corrientes — "halagó" — Solo que necesitas parecer él esposo de un cirujano, quiero crear la ilusión de que tuve un esposo sexy ¡No esta cosa!

— Eres un imbécil — lo golpeó sin fuerza, aunque le causo un poco de dolor al otro — Okey, tú te lo buscaste, estoy listo, voy a dejar tu cuenta en ceros

— Adelante

Entraron a una de las tantas tiendas a escoger, donde el pelinegro quedó fascinado por los zapatos que ofrecían en la sección de caballeros. Yendo directo a éstos pasando de largo la sección de donceles.

— Wow, son muy...

— Lindos, si — terminó la frase del menor que se quedó boquiabierto por lo bien que le quedaban los zapatos

— Lo siento, es que hace tanto que no usaba zapatos como estos — se disculpó ante su ayudante en la compra de ese día — Literalmente desde que tuve mi primer hijo — se acercó un poco más al espejo mirándolos con más detalle — ¡Oh dios mío! ¡Son encantadores! ¿Qué precio tienen?

— $1.700 — respondió la trabajadora

— ¿1.700 dólares? ¿Te incluye en el precio? — habló el hombre a sus espaldas — La casa de mis padres costó menos que eso, no, devuélvelos — le ordenó a Eijiro que en ese momento tenía una expresión de incredulidad — ¿Michael Jordan los usó? ¿Están hechos de cuero de bisonte? ¿Por qué no mejor te pruebas algo de tu sección?

— Si, tienes razón, no los necesito, a fin de cuentas — caminó un poco yendo para quitárselos — Porque me estoy empezando a sentir un poco... creo que me está dando jaqueca, ¿Hace calor aquí adentro? No sé si pueda ir esta noche, lo siento Blasty

— Bien jugado Eijiro ¿Sabes qué? Los vamos a comprar — cedió el rubio sintiéndose un inútil por dejarse ser chantajeado — Serán tu bono navideño — añadió ante la mirada cómplice del doncel y la mujer

— ¿En serio? Entonces también quiero un par de Oxford en color chocolate por si estos quedan rayados, solo quiero probármelos, son hermosos

— Eres terrible — dijo Bakugou desde su lugar con la tarjeta en mano

— Lo sé, por eso nos estamos divorciando

— Nos estamos divorciando porque eres un maldito codicioso, abusador y egoísta — entregó su tarjeta a la trabajadora quien lo veía pasmada por su actitud ante su esposo

— De hecho, necesita comprar un par de corbatas de seda fina que combine con ellos

— Si, debería comprarlos — miró desafiante a Bakugou que estaba con su entrecejo fruncido — Gracias, Lauren — agradeció dejando que se fuera para cobrar los zapatos caros que lograron calarle al cirujano en su costado tacaño

— Ay que lindo, se están uniendo — dijo sarcástico — Se puso de tu lado, que sorpresa

— Tú te lo buscaste

— Aja, tú te buscaste esto — lo empujó causando que cayera de espaldas al piso, se escuchó en la tienda una sonora carcajada salida de lo más profundo de su garganta

Después de su compra se adentraron a varias tiendas, buscando la ropa más adecuada para la cita que Katsuki había programado para esa misma noche, mas Kirishima comenzó a comprar demás desparramando el dinero de su jefe sin importarle, ya que se le había entregado la tarjeta en la mano gracias a su nueva amiga de la tienda.

Fue una experiencia completamente nueva para Eijiro, probándose ropa que solo los de la alta sociedad podían costear, siendo que él iba a tiendas económicas donde conseguía los conjuntos de la semana, su sueldo siempre iba dirigido para los gastos de su casa, la escuela y sus hijos; tuvo que reemplazar todo el closet de su hija con ropa más femenina a petición de ella. Desde que tuvo a su primer bebé nunca se había enfocado en sí mismo y era refrescante volver a hacerlo.

Ahora se estaba comportando como la esposa joven y caprichosa de un viejo millonario. Aunque no era nada alejado de la realidad.

Entre risas y bromas las compras se fueron haciendo, cada vez la cantidad de bolsas que tenía que sostener Bakugou iban en aumento mientras el dinero en su cuenta descendía poco a poco. Pero nada de eso importaba cuando podía tener un panorama de Kirishima riendo verdaderamente como lo hacía en ese momento.

Su día de compras estaba por terminarse, solo harían una última parada a petición del rubio que no soportaba ver el enmarañado y descuidado cabello de su amigo. Por eso estaba siendo juzgado por el propietario de la peluquería quien observaba de todos los ángulos posibles aquella enredadera que se hacía pasar por melena.

— No — la sonrisa que mantenía Kirishima se desvaneció ante la negación — No, ¡Claro que no!

— ¿A qué te refieres con "no"? ¿No qué? — preguntó el pelinegro sin comprender el porqué de su negativa reacción

— Que no hay esperanza ¿okey? — declaró bajando los ánimos del par de "esposos" — Solo hay una palabra para describir esto

— ¿Cuál es? — preguntó Bakugou sabiendo lo que diría

— Descuido, esa es la definición de tu cabello, ¿Tú eres su esposo? — se dirigió al rubio

— Soy el futuro exesposo

— Nos divorciaremos

— Pues no se está divorciando de ti, se divorcia de tu corte

— Eso es cierto Ernesto, diste en el blanco

Ambos hombres se mofaban del pobre doncel que había creído su pelo estaba en muy buen cuidado, tal vez una advertencia de que era lo opuesto fue cuando se le empezaron a caer grandes mechones de su azabache cabellera.

— Tu cabello está tan dañado que te voy a dar una lista: está seco, es tedioso, está opaco

— No olvides apestoso

— Bueno, ya entendimos

— No, no está apestoso, eres malo, venga — chocaron los cinco, cómplices de la burla — Pero eres malo

— Ya basta los dos — se cansó de los insultos a su amado pelo azabache — Ernesto, podrías por favor hacer algo para que pueda ir a casa, ya quiero irme

— No te preocupes amor, haré algo trascendental con tu melena, déjalo en mis manos. ¡Katya! ¡Yuri! ¡Sra. Hwiggins! ¡Aquí hay una emergencia!

Cosas a aclarar [otra vez, jaja]

- En México, o al menos en la región donde yo vivo, se le llama por "cuerno" al amante de un hombre o mujer casado/a o emparejado/a.

- Me da gracia imaginarme a Bakugou contando todas las mentiras de Sandler solo para quedarse con el chico, es cómico pensar como un hombre correcto como él que odia las mentiras, puede inventar cuentos poco creíbles en menos de un minuto.  

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top