Las señales del destino

Una semana, es el tiempo que Itachi había pasado en casa debido a un repentino malestar.

Tras el encuentro que tuvo con Orochimaru, los ojos de Itachi comenzaron a fallar haciéndole quedar parcialmente ciego. Ante tal noticia Shisui decidió posponer su cita y llevarlo al hospital, sin embargo no hubo resultados pues sus ojos estaban en perfecto estado, el problema era quizás más mental que físico.

- ¡Itachi!

El mayor de los hijos fijo por fin su atención en la voz de su padre.

- Entiendo que no puedas ver correctamente, pero ¿Acaso tampoco puedes escucharme?

- Lo siento padre, es solo que estaba distraído, está condición es algo extraña para mí.

- Lo imagino, después de todo eres alguien demasiado perceptivo y tu vista era de las mejores, debe ser un cambio de 180°

En realidad la situación no era tan extraña.

Tal como su padre lo había mencionado, su percepción era realmente buena, sin mencionar que su memoria lo era todavía más; la mayor parte de la ciudad y su casa se encontraban grabados en su mente, además su oído le permitía ubicar a la gente y ser mucho más ágil que un ciego normal, el único problema era que su funcionalidad había bajado en casi un treinta porciento y debido a ello no tenía permitido unirse a las rondas de vigilancia.

- Por cierto padre, ¿No te has enterado de nada?

- ¿Hablas de los espías? No realmente, ayer Sasuke mencionó algo sobre ampliar el perímetro.

- Entiendo - esa información solo podía significar una cosa, aún no habían encontrado rastro de Kisame.

- Pero...

- ¿Pero? - interrumpió casi al instante.

- Según entendí hubo una anomalía en la frontera, cerca del valle del fin; el Hokage mando a investigar por mero requisito sin embargo todos creen que es...

- Una distracción - interrumpió, tratando de mantener la calma.

Tras lo dicho por su padre, el joven prodigio se levantó de la mesa para dar un paseo por los jardines. Necesitaba calmar sus emociones y pensar con lógica, sobre todo si su misión era proteger a Kisame.

Consideró la idea de visitar al Hokage para solicitar su participación en la misión, pero como sus ojos aún estaban afectados esto era imposible, no importa que se tratara de el.

- Al parecer solo me queda una opción.

Desde que era joven, Itachi había tenido una afinidad increíble con los cuervos, estos se habían vuelto su sello personal. Usando un Jutsu de invocación, convocó a dicha ave y le encargó la misión de entregar su mensaje.

En cuanto dió la señal, el ave partió.

Pasaron aproximadamente seis horas hasta que volvió, ya era entrado el medio día. Itachi había estado esperando le en la parte más alejada del valle Uchiha, lleno de angustia por si alguien lo había notado.

En cuanto el animal se posó en su brazo el Uchiha le reviso, por un momento creyó que no había cumplido su cometido pues la hoja de papel que había mandado parecía estar intacta, sin embargo esto no era del todo cierto, en el reverso se leía la frase "una hora, atrás".

Tal y como mando la nota, Itachi fue a la parte posterior de la frontera donde ya lo esperaba Kisame.

- ¿Qué tal señorito? Veo que tiene mucho tiempo libre.

- Más del que quisiera - contesto con su típico tono estoico, pero en realidad estaba feliz - no deberías estar aquí, hay muchos...

- ¿Pájaros volando? - le interrumpió - lo sé y por ello este es el último sintió donde me buscarían.

- ¿Esperas que te dé un tour?

- No, quiero que me dejes darte uno yo.

El Uchiha no comprendía del todo sus palabras pero de igual manera acepto.

En un salto demasiado impresionante, Kisame logro escalar por completo la frontera, tras él, Itachi hizo lo mismo. El Uchiha,  al contemplar la vista de Konoha se sintió inspirado.

- Es sorpréndete ¿No lo crees? - pregunto Kisame.

- Si, así es .... Realmente es una lastima que una aldea cómo está fuera devastada por Orochimaru.

- Parece que casi destruyó todo, los daños son enormes.

- Es algo triste para una aldea que había sido tan magnífica.

- Eso no es propio de ti, ¿Hasta tu sientes remordimiento por haber abandonado tu aldea?

- No, en absoluto.

-  Sin embargo, aún no  es tiempo para hablar de esto - le dió una palmada en la espalda - andando, hay que divertirnos lo más posible.

El Uchiha asintió.

Así pues, comenzaron a caminar por la zona fronteriza. Kisame era muy bueno en eso de escabullirse, su reputación como criminal no le hacía justicia a sus habilidades, el era asombroso ante los ojos del menor.

Anduvieron por un rato, no fue hasta pasada una hora que se atrevieron a romper el silencio con una plática un tanto trivial, al menos al inicio. 

- ¿A dónde vamos exactamente? - pregunto el Uchiha.

- A cualquier sitio que esté a menos de un día, así vas y vienes sin causar mucha sospecha.

Se sintió complacido con esa respuesta, le agradaba lo comprensivo que era Kisame con su situación.

- Por cierto, parece que tu vista está mejor.

Bajo la mirada para contemplar sus manos, efectivamente, ya estaba recuperado.

- ¿Cómo supiste?

- ¿Bromeas? En Konoha son muchas cosas, de entre las cuales destacan el ser blandos, ingenuos y nada discretos.

- Olvidas las constantes explosiones en el centro de la aldea, la muerte de prodigios y el ramen.

El hombre con rasgos de tiburón soltó una carcajada por sus comentarios.

- Supongo que mi elección de destino no es tan interesante como tú hogar, pero aún así hay algunas cosas que deseo conseguir.

- ¿Armamento? ¿Información?

- De ser así, ¿Me detendrías?

- No - su acompañante lo miro curioso - lo más lógico sería acompañarte para conocer al informante o la fuente de  municiones.

- Siempre tan listo.

- No es para tanto.

- ¡Claro que sí! Ya deberías saber que conmigo no tienes que ser modesto.

- Hay otros ninjas con los mismos logros que yo o mas.

- ¿Quienes? ¿el relámpago amarillo, el ninja que copia? Itachi, te respeto, pero  deja de hablar como un idiota modesto - el Uchiha sonrió por su comentario-  siendo sinceros lo más sorprendente no es tu poder sino tu convicción.  Es fácil morir siendo un héroe, pero tú hiciste más que eso, no cualquiera esta dispuesto a vivir como un traidor y morir sin honor, en la miseria. ¿Un criminal? Por supuesto, pero ¿Un héroe? Jamás, tu aceptaste cargar con ello y jamás ser felicitado por todas tus acciones, eres increíble.

- Esas son...

- Cállate, sabes que no soy sentimental así que solo acepta mis palabras.

Le dió la razón, Kisame  jamás había sido tan "parlanchín" y menos alguien que dejara libre sus sentimientos.

Cuando sus ojos se cruzaron con el pueblo tuvo un pequeño mareo, toda la plática causó en el algo parecido a la nostalgia.

- Trata de controlar tu chakra o vas a perder el control, no quiero que te vayas antes de terminar nuestro viaje.

Comenzó a manejar su respiración, tal y como se lo pidió el más alto regulo su flujo de chakra, sorprendentemente funcionó.

- ¿Cómo sabes lo que tengo que hacer?

- En cuestión de salud eres más frágil de lo que pareces, tu conciencia y deseos lo manejan todo aquí.

- ¿ Es así? - pregunto el Uchiha con curiosidad.

Ante tal cuestión, Kisame optó por no hablar más del tema y mejor centrarse en que es lo que necesitaba.

- Ve a elegir una cabaña - le ordenó - yo iré por aquello que vine a buscar.

El Uchiha frunció el entrecejo, el más alto soltó una sonora y divertida carcajada al contemplar su expresión.

- No estoy buscando armas, solo quiero comida ¿De acuerdo?

- Cinco minutos.

Dicho eso, el menor se fue en busca de una habitación donde pudieran platicar a gusto.

Sus pasos le llevaron hasta una residencia bastante modesta, pero de buen ver. En cuanto Itachi  entro la cacera le llevo a una de las habitaciones de la planta alta, mientras caminaba por los largos pasillos con paredes en un tono  turquesa, el Uchiha tuvo una ola de recuerdos, en su mayoría de Sasuke, Naruto y Jiraiya. Sin embargo en esta ocasión no hicieron tanto daño como antes, todo gracias al consejo de Kisame. 

Tal y como se lo pidió, a los cinco minutos el más alto ya estaba de regreso, traía con él un par de bolsas  llenas de comida e incluso una botella de Sake de la residencia.

- No estoy seguro, pero puedo apostar a que jamás has bebido.

- El alcohol entra en las prohibiciones ninja, además no me considero lo suficientemente mayor para hacerlo.

- No seas aguafiestas, además yo me haré cargo de ti.

- Estás siendo demasiado confiado, nosotros no somos...

- ¿Amigos? - cuestiono el hombre con rasgos de tiburón.

Itachi guardo silencio mientras observaba las bebidas que Kisame había servido durante su pequeño intercambio de palabras.

- Tienes razón Itachi Uchiha, nosotros no somos amigos, nuestro lazo es un poco más complejo que todas esas tonterías de la amistad.

- ¿A qué te refieres?

- Somos compañeros, nuestra supervivencia depende en cierta medida del otro y aunque podamos intentar traicionar nos al final las decisiones que tomemos se verán entrelazadas.

- ¿Qué diferencia tiene eso con la amistad?

- El sentimentalismo; un amigo intentará salvarte aún si no lo deseas, el compañero no, el buscará un fin mayor a lo que dictan sus emociones.
La misión sobre el amor.

- ¿Eso hacen en tu organización? ¿Por eso no han venido a salvarte?

- ¿Salvarme de que? ¿De buena comida, sake y una compañía invaluable? En mi grupo no somos tontos, cada uno es especial y conoce su lugar, pero eso tú ya lo sabes ¿No es así?

Una vez más, el de cabello largo guardo silencio. En el fondo entendía todo lo que Kisame acababa de decir, pero...

- Estás mintiendo - susurro mientras tomaba su vaso - si fuéramos solo compañeros y consideraras a la misión  como lo más importante no me hubieras ayudado con Sasuke en aquella ocasión.

- ¿Quién es Sasuke? - pregunto Kisame con un rostro serio.

Los ojos de Itachi se abrieron de la sorpresa, estaba por entrar en pánico cuando la carcajada de Kisame le interrumpió.

- Este día está lleno de sorpresas, mira que espantar te de ese modo - le dió un par de palmadas en la espalda para hacer que se sienta mejor - por darme tan buen espectáculo, responderé lo que quieras respecto a mi grupo, anda no seas tímido. 

Tras una mirada de odio y algunos minutos de silencio Itachi por fin hablo.

-  ¿ De verdad eres un traidor?

- Y de los más terribles. - comento con orgullo mientras le pasaba uno de los platos con comida.

- ¿Es duro?

- Depende de cada quien, personalmente no me molesta y mucho menos ahora que estoy en Akatsuki.

- ¿Son todos como tú?

- ¿Traidores o raros? - Itachi rió- más que traidores son desertores y si, son muy raros, pero eso los hace más fuertes, la verdad es que tú encajarías perfecto.

- No está en mi lista de prioridades destruir Konoha, aún puedo salvarla.

- No lo dudo, aunque me sorprende tu amor ciego por tu hogar, ¿Es cosa de todos o solo tuya?

- De la mayoría, nosotros creemos en la voluntad de fuego y está es la que nos permite defender a los nuestros, apoyarnos y salir adelante.

- Tienes suerte, Konoha es un buen lugar...

- ¿Mataste a mucha gente?

- Más de las que te puedes imaginar, ser de la aldea de la niebla no es una gracia o al menos no lo era antes. La  aldea no tiene clanes legendarios como los Hyuuga o los Uchiha, pero lo compensan creando monstruos con habilidades especiales y cero escrúpulos para matar.

Cómo prueba de su argumento señaló  su espada.

- No lo había considerado antes, la suerte de vivir en mi aldea.

- Todos ustedes son muy blandos por naturaleza, ni si quiera se dan cuenta.
Pero cambiando de tema ... - se interrumpió a si mismo para dar un sorbo a su bebida e invitar al menor a tomar, este por fin acepto - ¿No crees que es mucha información sobre mi? Crei que querías saber más de Akatsuki.

- Y así es, solo quiero ganar tu confianza para tener información más certera.

- ¿No será que en realidad te intereso?

- ¿Disculpa? - el rostro del Uchiha tomo un poco de color - por favor basta de ese tema, mejor volvamos a la muerte y la traición.

Luego de una que otra burla ambos comenzaron a comer como es debido, Itachi decidió soltar un poco más de información sobre el y sus sentimientos, hablo de su amor por el pequeño Sasuke, sobre Shisui y sus padres.

Dicha plática se extendió por todo el camino de regreso hasta llegar a la frontera de Konoha, está era la primera ves que Itachi tenía un viaje de placer.

-¿Seguro que puedes cruzar la frontera solo?

- Tu mismo lo dijiste, ya estoy mucho mejor.

- Bien, en ese caso... Ten.

De todo lo que había comprado Kisame, solo había sobrevivido una pequeña bolsa café, Itachi no había querido indagar su contenido puesto que el más alto la había apartado desde el principio y parecía ser algo importante.

Tomo la bolsa con cuidado y al abrirla mostró una sonrisa radiante.

- Gracias, me aseguraré de disfrutar hasta el ultimo bocado - se despidió con una mano mientras la otra se aferraba a su bolsa de dangos.

Dispuesto a marcharse, Itachi se dió la vuelta.

- Kisame ¿Puedo preguntarte algo? - comento sin siquiera voltear.

- ¿Qué pasa?

- ¿Vas a destruir Konoha?

La mano del mayor se posó sobre el hombro del Uchiha para brindarle tranquilidad.

- No lo haré, pero mis compañeros lo intentarán así que debes tener cuidado - levantó su mano y dió un par de pasos lejos del Uchiha -  Por cierto, no está mal que lo disfrutes, pero debes tener cuidado Itachi o puede llegar a doler.

- ¿A qué te refieres?

Para cuándo el chico quiso mirarlo, el mayor ya se había esfumado.

Entrar a la aldea había sido muy fácil, esto hacía que comenzara a considerar seriamente las advertencias de su nuevo compañero sobre lo blandos que son en la aldea.

Aun faltaba al rededor de una hora para el anochecer, ir directo a casa en ese momento resultaría peligroso, necesitaba hacer una buena cuartada que encubriera sus pasos, así que optó por descansar un poco en el lago de los Uchiha.

De camino allá el joven prodigio disfruto de aquel postre que le habían obsequiado. Era extraño pero su vida se había vuelto aún más perfecta desde que Kisame apareció en ella.

- Es un cambio muy grato...

- ¿Qué clase de cambio? - aquella voz le hizo dar un brinco por la sorpresa - Estás muy distraido, ¿O no Itachi?

- Solo me tomaste por sorpresa Shisui, no pensé que te vería aquí.

- Siendo sincero, para empezar no pensé que me verías, con eso de que tu vista estaba mal.

- Si, bueno... Mejoro mucho, ahora puedo ver casi perfectamente como antes.

- Me alegro por ello - contesto secamente.

- ¿Se puede saber que te pasa?

- ¿De verdad te interesa? No quiero agobiarte con mis problemas y hacer que salgas huyendo.

- Si tienes algo que decir solo suéltalo - dijo sin rodeos.

- Hace una semana que no nos vemos, he ido a visitarte y todos me dicen que estás demasiado afectado como para recibir visitas por ello no insistí, fui a mi misión la cual no parece tener ningún éxito ¿Y que me encuentro? A mí supuesto amigo comiendo dangos, totalmente sano y feliz.

- No es lo que tú piensas.

- ¿Entonces qué es exactamente? - cuestiono con notoria molestia.

- Estaba mal y no quería que dejaras de lado la misión por cuidarme - no podía permitirse lo, Shisui era la cuartada perfecta para proteger a Kisame - Lo lamento, no quería preocuparte, debí estar ahí para ti cuando me necesitabas.

El menor se encogió de hombros, no podía ofrecerle nada más que esa disculpa.

Pasaron varios minutos, al final el mayor de los Uchiha soltó un gran suspiro.

- No puedo enojarme con ti...

Sus palabras fueron interrumpidas por un grito y algunas explosiones, al parecer los invasores habían hecho presencia.

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