La excepción.

Lo siento... Ya no habrá próxima vez, Sasuke.

El joven Uchiha despertó de golpe, alarmado miro a su alrededor, al parecer había sido trasladado a una cueva sin embargo no había rastro de aquel terrible enemigo, lo único que encontró fue una comida bastante elaborada.

A unos metros de él se encontraba una fogata y sobre de esta se cocinaba lo que parecía ser una sopa. A su izquierda le esperaba un plato con arroz y pescado, además de algo de té.

- Así que al fin despertaste - exclamó el sujeto con facciones de tiburón.

En sus manos traía unas hierbas que Itachi reconocía como medicinales.

- ¿Qué estoy haciendo aquí?

- Vas a disfrutar de una buena comida.

El Uchiha lo miro con incredulidad.

- ¿Por qué no me mataste? Estaba inconsciente - reclamó.

- Como ya dije antes, escuché muchos rumores sobre ti Itachi Uchiha, es uno de mis deseos el pelear y derrotarte por lo que necesito que estés sano, matarte mientras estás enfermo no tiene nada de divertido.

Cómo si nada pasará Kisame tomo la olla de sopa y sirvió dos raciones, una para él y una para su pequeño invitado. En otras circunstancias Itachi habría tratado de escapar o se habría negado a probar los alimentos pero tenía demasiada hambre además algo le decía que podía confiar en el extraño.

Ambos permanecieron en silencio mientras comían, cosa que no resultó incómoda sino todo lo contrario, estar uno junto al otro sin decir nada fue bastante reconfortante para Itachi, por alguna razón esto lo hacía sentir feliz.

En cuanto terminaron la mitad de su cena ambos se pusieron de pie mirándose fijamente.

- Se que te mueres por preguntar así que hazlo.

- ¿Eres un enemigo de Konoha?

- Soy un enemigo de mi propia aldea ¿Por qué no lo sería en la tuya? - respondió Kisame con calma.

- ¿Fuiste tú quien atacó Sunagakure? ¿Con qué fin?

- No fui yo, pero fueron mis compañeros.

- ¿Con qué fin? - insistió.

- Bijuus.

- ¿Es tu misión el vigilar Konoha para posteriormente atacarla?

- Ese era el plan - confesó.

- ¿Era?

- Mi organización esta en busca de Bijuus y mi misión era vigilar las fronteras de Konoha, encontrar información o puntos débiles, de ser posible debía infiltrarme y obtener al hijo del cuarto Hokage, aquel que lleva en su interior al zorro de nueve colas.

- ¿Que fue lo que cambio? - cuestionó el más joven.

- Que te conocí - consiente de lo extraño que suena aquello, Kisame se apresuró a explicar - no soy un traidor por lo que probablemente ataque Konoha en el futuro sin embargo encontré un interés personal que es más llamativo que secuestrar a un niño. Yo quiero vencerte Itachi, sé que en el fondo tienes un alma competitiva y que está clase de retos te emocionan, pero tú puesto e imagen con para los tuyos no te permite ser más que el "magnífico Itachi Uchiha, el prodigio más grande que ha existido, un defensor de la aldea".

- No es verdad - replicó, aunque en el fondo sentía que tenía algo de razón.

Aquel que parecía bestia sonrió, podía reconocer la duda en las facciones de Itachi, esto lo hacía sentir alegre y quizás un poco orgulloso. Con calma comió de su plato, cuando estaba por terminar el ruido de los pasos fuera de la cueva hicieron que ambos se pusieran alertas, al parecer el escuadrón de Itachi lo estaba buscando.

El Uchiha dudo por un minuto, está era una buena oportunidad para capturar al intruso y así obtener información, sin embargo no iba a llevarlo acabó.

Cómo si nada pasará le dió la espalda a su acompañante y comenzó a andar fuera de la cueva.

- Si tienes tiempo libre puedes venir a verme, te enseñaré las cosas buenas de la vida - grito Kisame - por cierto ponlas a remojar y bebé un poco del agua por la mañana, así no te enfermaras, ademas te tengo otro regalo... Akatsuki, nosostros somos Akatsuki.

El más alto lanzó las hierbas que había traído al principio e Itachi las cogió.

A unos escasos metros del lugar el escuadrón anbu esperaba con desespero a su comandante, este se encargó de ocultar la cueva con su genjutsu y sin dar muchas explicaciones ordenó la retirada.

De regreso a la aldea los equipos de vigilancia acudieron a la oficina del cuarto Hokage para dar su informe.

- Al parecer un grupo llamado Akatsuki está en busca de información sobre las cinco grandes naciones. El número de miembros es desconocido así como su objetivo, suelen usar a gente inocente como espías, parece ser que tienen alguna clase de habilidad que les permite manipularlos ya sea un genjutsu o algo similar al Jutsu de transferencia de mentes del clan Yamanaka.

- Puedo suponer que esta información la obtuviste de uno de esos espías "inocentes". - dijo el relámpago amarillo.

Itachi se limitó a asentir, esperaba que creyeran su mentira.

- Si ese es el caso deberíamos mejorar nuestras defensas y extender grupos de vigilancia continúa - sugirió Kakashi.

- No estoy seguro que esa sea la mejor solución, poner nuestras fuerzas en el sistema de vigilancia bajaría el rendimiento de la aldea en cuanto a misiones y ese es un lujo que no podemos darnos, mostrarnos débiles ante los demás atraerá más enemigos sin mencionar los problemas internos por la desconfianza mutua.

- Le solicito me permita vigilar las fronteras - interrumpió el menor de los Uchiha.

Los ojos se centraron en Itachi, era muy extraño que se mostrará imprudente y más aún que se ofreciera sobre los demás sin una buena razón.

- Si usted me lo permite puedo conseguir más información, no hay un solo genjutsu que se escape de mi vista, además soy probablemente el más capacitado de todos en esta sala, exceptuando lo a usted y quizás a Shisui.

- Itachi, reconozco tu capacidad pero...

- Yo estoy de acuerdo - interrumpió Shisui - si nos permite, Itachi y yo haremos vigilancia continúa sin ser detectados.

El relámpago lo considero por unos minutos y tras dirigir una mirada a Kakashi pidiendo su opinión dijo...

- Con base en las misiones anteriores y el gran desempeño dentro de las labores de la aldea, les concedo su petición.

Itachi no apartó la vista de el Hokage, sabía que si miraba a Shisui este notaría que no era bienvenido en SU plan.

- Sin embargo - reanudó el Hokage - la cuestión estratégica queda a cargo de Hatake Kakashi, así como la conformación del equipo, dicho esto todos excepto Kakashi pueden retirarse.

En segundos todos los presentes desaparecieron.

El menor de los Uchiha comenzó a andar directamente a casa, tenía que pensar en cómo avisarle a su nuevo y extravagante ¿Amigo?

Es por esa razón que te elegí de compañero, la sensación de matar a tus camaradas es indescriptible ¿Verdad Itachi?

- ¡Hey! ¡Itachi! - grito Shisui.

El menor se limitó a detenerse, no tenía ganas de mantener una conversación, pero si se abstenía estaba seguro que su amigo notaría que oculta algo.

- ¿Vas a volver a casa ya?

- Me gustaría hablar con Sasuke para comprobar cómo le fue en su misión, a la reunión solo acudió su maestro.

- ¡Cierto! El pequeño Sasuke también fue a vigilar - comento vagamente el mayor-  Me parece curioso que no encontramos nada, al contrario de ti que fuiste capaz de descubrir al espía, mi pequeño Itachi está creciendo.

- Basta Shisui - dijo el menor ante las muestras cariñosas que le proporcionaba su amigo - alguien puede vernos.

- ¿Importa? - el azabache rodeo la cintura del ninja con su brazo para besarlo, sin embargo un crujido le interrumpió. - ¿Y estas hierbas Itachi?

El menor se alarmó por unos segundos, pero mantuvo su rostro tan estoico como siempre.

- Fueron un regalo del anciano por liberarlo del genjutsu.

- Si que debió estar muy agradecido, estas hierbas solo crecen en la base de una cascada, seguramente son del valle del fin, eso está algo lejos para un anciano común.

- ¿Es verdad? - interrogó con notorio interés.

- Si, aunque no entiendo porque te las dió, estas son para problemas respiratorios, cansancio y enfermedades más difíciles de tratar.

- ¿Enfermedad?...

Los ojos de Itachi se nublaron, una visión borrosa apareció frente a sus ojos, un lugar extraño y una persona desconocida rodeada por una gigantesca aura naranja.

- ¿Itachi? ¡Itachi! - el mayor se encontraba notoriamente desesperado por el modo de actuar que tenía su compañero - ¿Estás bien? ¿Quizás debas ir al médico?

- ¡No! - se apresuró a decir - solo estoy cansado, disculpa que no pueda quedarme más pero necesito recostarme.

- ¿Estás seguro?

- Por supuesto, en cuanto tengas información sobre la misión házmelo saber.

- De acuerdo...

De mala gana y sin estar muy convencido le dejo marchar.

Una vez en casa fue directo a su alcoba, a diferencia de otras ocasiones, no se reporto con su padre, no beso a su madre y tampoco saludo a Sasuke; estaba tan consternado que lo único que buscaba era dormir.

Dejo las hierbas y su uniforme junto a la cama. Tras varios minutos por fin junto el valor necesario para enfrentarse a ese terrible sueño que lo había atormentado hace poco, sin embargo aquel hombre de aura naranja no apareció. En vez de aquel sombrío  valle, un enorme lago se hizo presente frente al Uchiha, en el había una extraña cantidad de tiburones, todos ellos de gran tamaño, nadando unos junto a otros, era como si acecharan.

-¿Qué están cazando?  - pregunto para si mismo.

- ¿Quieres oír algo interesante ? Algunos tiburones son oviparos que significa, que los huevos se quedan dentro del cuerpo de la madre hasta que nacen. Sin embargo en algunos tipos de tiburones, el número de huevos no calza con el número de nacidos.
¿Sabes por qué?
Canibalismo.
Cuando los huevos eclocionan los pequeños resultantes se comen entre ellos en el vientre materno,  desde el momento en el que nacen el fracticidio empieza. Solo piensan en ellos, el resto es comida.
El mundo es cruel con los débiles Itachi, desde hoy pertenecemos a Akatsuki deberías tener cuidado conmigo.

- Eso va para ti también.

- Bueno, vamos a divertirnos y espero que no seamos los últimos en pelearnos.

Sin previo aviso los tiburones comenzaron a devorarse unos a otros frente a sus ojos, pero más que asustarlo, todo aquello le causó una enorme nostalgia, terminó por despertarlo.

No había ningún reporte de misión, sus padres tampoco estaban en casa y al parecer Sasuke había a ido a entrenar. El Uchiha había ganado otro día libre.

Camino tranquilamente por su casa vacía, le gustaba el colorido natural que está tenía. Al llegar a la cocina se topó con un bote lleno de agua, este tenía pegado una nota de su madre.

"Termine por tomarlas sin permiso, pero pensé que te gustaría beber un poco antes de tu misión. Tendré listo un poco más para cuando regreses.

Te ama, mamá"

Aquel simple gesto hizo que el prodigio se sintiera más amado que nunca y sobre todo dolido, se arrepentía de no haber besado a su madre la noche anterior, de no reportarse con su padre y no saludar a Sasuke, se sentía mal por haber dejado solo a Shisui y por proteger a un potencial enemigo de Konoha.

¿Por qué lo había hecho? ¿Por qué se había tomado la molestia de defenderlo? Pudo haberlo entregado y así prevenir a su aldea, ser el héroe que sabe que es, pero no lo hizo, ¿Por qué no?

El tiempo comenzó a correr, los segundos se hicieron minutos y los minutos horas, aún con tanto tiempo pensando Itachi no llego a tener una buena solución, lo único que obtuvo fue una loca idea sin fundamento.

- Así que el valle del fin...

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- No pensé que me encontrarias - comento el Akatsuki sin dirigirle la mirada, al parecer estaba pescando.

- No fue muy difícil, la hiervas que me diste ¿Son de aqui?

El más alto hizo un leve movimiento de cabeza, en la esquina del río había cientos de esas mismas plantas, aunque todas ellas mucho más pequeñas que las que le entrego.

- ¿No son de aqui? - pregunto con aún más curiosidad.

- Las obtuve de venida en una de las cascadas más grandes que existen dentro del país del fuego, pero estás de aquí pueden ayudarte a mejorar un poco tu salud.

El Uchiha no cuestionó nada al respecto, no había necesidad de hacerlo.

- Gracias - fue todo lo que dijo.

- No tienes que agradecerme, me basta con que las tomes, así nuestra pelea será de iguales.

- ¿Por qué te empeñas tanto en pelear conmigo? ¿No hay hombres más fuertes por ahí?, incluso aquí mismo en Konoha existen un par más poderosos ¿Por qué solo yo?

- Porqué eres especial, a diferencia de otras personas, tú eres quien mejor se acopla a mis capacidades ya que si fuéramos un equipo no habría uno solo que se nos escapara, matariamos a tod...

- Derrotariamos - le corrigió.

- Bien, derrotariamos a todo aquel que se interponga entre nosotros.

- Sin embargo eso no va a pasar.

- Tienes razón, no va a pasar... hasta que tú lo quieras.

Con un hábil movimiento pescó tres presas de un solo zarpazo y sin hacer mayor escándalo las metió en una cesta.

- Voy a preparar la cena ¿Vienes?

- Ya he perdido mucho tiempo hoy y debo volver para realizar mi labor.

- ¿Las guardias de vigilancia contra intrusos? - cuestionó con diversión - esas cosas no sirven contra mi, he vivido todos estos años escapando de cientos de enemigos, unos cuantos ninja sensoriales no van a detenerme, aunque agradezco que vinieras a advertirme.

- Yo no hice eso, solo quería deshacerme de una duda.

- ¿Cuál? - pregunto con genuina curiosidad.

- Si había hecho lo correcto.

- Este es tu sueño ¿como podrías estar equivocado? - soltó burlonamente el mayor.

- Vete antes de que te arreste.

- No podrías conmigo, ni en tus mejores condiciones.

Una sonrisa apareció en el rostro de Itachi, hablar con Kisame le hacía sentir  extrañamente feliz.

Le miro partir en silencio, quería saber su dirección y así poder planificar una posible ruta para visitarlo otra vez.

Sonriente y en silencio Itachi emprendió su camino de regreso, su corazón se llenaba de júbilo al pensar que podía visitar a Kisame y volver a su villa cuando quisiera, para él esta era la mejor manera de vivir.

-¿Estás convencido Itachi?

Los pasos del Uchiha fueron detenidos por un fuerte abrazo, Shisui se lanzó contra el para tirarlo al piso y así por robarle un beso.

- ¿Donde estabas? Creí que pasarías el día en cama - comento con su característico entusiasmo.

- Quería devolverle el favor al anciano - dijo sin prisa mientras apreciaba el rostro de su amigo con cierta adoración.

- ¿Y lo hiciste? - pregunto no muy convencido, por alguna razón sentía que le mentía.

- En cierto modo.

- Entiendo, puesto que ahora ya cumpliste con tu obligación moral y las rondas de vigilancia aún no comienzan... ¿Quieres pasar la noche en mi casa?

El rostro del menor tomo un poco de color, sabía bien hacia donde se dirigía esa invitación, sobre todo por el modo en que su compañero había hecho esa pregunta.

- Debo volver temprano, me gustaría entrenar un poco con Sasuke - se excuso, no porque no quisiera ir, sino más bien para molestar al mayor.

- Últimamente pasas mucho tiempo con él ¿No crees que es justo que me pongas atención? Si sigues así el pequeño crecerá pensando que puede robarme a su hermano.

Itachi sabía de sobra que aquel diálogo no era más que una broma, Shisui no era de los celosos, tampoco de los que exigían atención, más que nada porque comprendía lo demandante de su profesión y la tendencia de soledad que suele tener el menor.

- Una noche, pero te advierto que la próxima semana no estaré tan disponible.

- En ese caso, hagamos que valga la pena esta noche Itachi.

Juntaron sus labios sin prisa, aquel era más un beso de promesa que uno pasional, más tarde ya tendrían tiempo de quedarse sin aliento, pero por ahora debían regresar a la aldea y a su villa.

El camino de regreso no fue más que una caminata en silencio, permanecieron tomados de la mano hasta estar unos cuantos metros cerca de la aldea. Está parecía mucho más tranquila de lo que el Itachi pudo imaginar, al parecer la cuestión de vigilancia no estaba completa o quizás ya estaban en marcha las primeras brigadas que naturalmente no los incluiría a ellos.

Cruzaron el centro y la zona del mercado, para cuando llegaron al cementerio el sol ya comenzaba a ponerse.

Los ojos del menor se fijaron en una sombra a lo lejos, contemplado el monumento a los caídos se encontraba el enigmático y peligroso Orochimaru.

Desde que era niño había sentido una extraña repulsión por ese hombre, sus pensamientos enigmáticos le alarmaban y su modo de ser le causaba gran incomodidad, era como si fuera a atacar en cualquier momento.

- Es una vil serpiente - susurro el más bajo quien había detenido ya sus pasos.

Los ojos de Itachi comenzaron a molestarlo, al principio asumió que esto se debía a la caída del sol, sin embargo rápidamente noto que no era así.

Junto a Orochimaru apareció un hombre alto cuyas ropas se asemejaban a las del Sanín, apenas sus ojos se encontraron Itachi comprendió que ese chico era Sasuke. Impulsado por una furia ciega, el ninja corrió al encuentro de su enemigo con kunai en mano y su Sharingan activado.

- ¿A qué debo tremendo honor Itachi Uchiha?

- Lo sabes muy bien Orochimaru, no quiero que te acerques más a Sasuke, no permitiré que te quedes con él - le amenazó.

- Tu mejor que nadie debe saber que mi único y sincero interés eres tú, aunque me temo que alguien más ya te está manipulando.

Sin temor y como si nada pasará el Sanin se alejó dejando a un solo y confundido Itachi que se enfrentaba una vez más a la visión de aquel hombre misterioso quien en esta ocasión no solo lo miraba con cariño y benevolencia sino que también le dedicó unas cuantas palabras.

- "No habrá próxima vez".

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