Capítulo 9 Primer Eliminado.

De entre la oscuridad de la noche dos figuras avanzaban con total tranquilidad, estos eran Lancer y su Master, pero se detuvieron abruptamente cuando una inmensa y siniestra sensación invadió sus cuerpos, ambos sintieron como el instinto primitivo del miedo intentaba apoderarse de ellos, advirtiendo de la oscuridad que fue liberada en algún lugar del bosque, Kayneth trago saliva mientras usaba toda su fuerza de voluntad para continuar, el aullido de las criaturas nocturnas los alerto, algo había sido desatado, algo siniestro y maligno.

—Master... —menciono Lancer que apretó el agarre en su lanza.

—Lo sé, algo está pasando, debe tratarse de Caster que se encuentra luchando contra Saber... —respondió mientras daba de nuevo un paso siendo seguido por Lancer.

—Debería ir, yo...

—No —interrumpió Kayneth—. Te necesito para acabar con el master de Saber.

—Pero... —exclamo molesto.

—Tus códigos de caballería poco o nada me importan, él intento deshacerse de mi demoliendo un edificio entero, donde está el honor en eso, es hora de devolverle el favor —escupió con rabia.

Lancer apretó los dientes, pero sabía que su master tenía razón, la forma en que intentaron acabar con ellos fue todo menos honorable.

Ambos avanzaron hasta ver la entrada principal de la mansión de los Einzbern, Kayneth sonrió mientras sacaba un tubo de ensayo el cual contenía mercurio líquido, tras abrir el tubo de ensayo vació el contenido frente a él, el mercurio se expandió exponencialmente hasta formar una esfera de poco más de un metro de diámetro, se trataba de mercurio imbuido con magia para convertirla en una herramienta mágica.

Acompañados ahora de una esfera de mercurio la cual pareciera tener vida propia, ambos avanzaron hasta estar frente a la puerta, con un chasquido de dedos Kayneth dio la orden, el mercurio se movió a una velocidad exorbitante destrozando la puerta y mandando los restos hacía el interior.

Ambos ingresaron observando un elegante recibidor el cual llevaban directamente a unas elaboradas escaleras que condición al segundo piso, Kayneth se mostraba confiado junto a una sonrisa arrogante, sonrisa la cual desapareció tras ver que frente a las escaleras se encontraba Saber que los veía seriamente.

—Imposible, si tú estás aquí... —Kayneth se mostró sorprendido—, quien está luchando contra Caster...

Saber no respondió y se colocó en guardia alzando su espada invisible.

—Lancer —ordeno molesto.

El servant dio un paso al frente mientras invocaba su segunda lanza, adoptando una postura defensiva, una sonrisa marco el rostro del servant que estaba deseoso de concluir su pelea con Saber tras ser interrumpido en el muelle.

—Nos volvemos a ver, Saber —comento con emoción.

—Así es, Lancer, es hora de terminar lo que empezamos en aquel muelle.

—Por mi está bien, solo asegúrate de que no nos interrumpan como la primera vez.

—Me gustaría afirmar que así será, pero estaría mintiendo.

—Ya veo, en ese caso mejor nos damos prisa.

—¡Deja de hablar y acaba con ella de una vez! —interrumpió el master.

Ambos servant se lanzaron de frente, el choque de armas genero una onda expansiva que destrozo algunas lámparas de cristal, mientras se escuchaba de fondo el crujir del metal chocando entre sí.

Kayneth observo el combate con una actitud más seria, fue entonces que observo a Kiritsugu asomarse por uno de los pasillos antes de retirarse, él sabía que se trataba de una invitación, cosa que le hizo hervir la sangre al pensar que lo estaban subestimando, ignorando la pelea de ambos servan los rodeo a ambos yendo tras Kiritsugu, acompañado de su esfera de mercurio.

Al mismo tiempo que la batalla dentro del castillo se llevaba a cabo Irisviel era evacuada siendo escoltada por Maiya, ambas estaban ingresando el bosque cuando Iris se detuvo abruptamente, seguida de su escolta.

—¿Qué sucede, madame? —cuestiono la sombra de Kiritsugu.

—Otro intruso... viene hacia acá... —respondió preocupada.

—Otro más... —Maiya se mostró pensativa, por un momento dubitativa—. Debemos apresurarnos...

—El intruso es... —Maiya observo fijamente a Iris—. Kotomine Kirei...

Tras escuchar ese nombre la asesina se mostró sorprendida e inquieta, sabia lo peligroso que era ese hombre, el hecho de que se haya aparecido en ese momento no era casualidad, todo había sido planeado a sabiendas de la pelea contra Caster.

—Kotomine Kirei... aquí...

Iris asintió en respuesta —Maiya, Kiritsugu te ordeno protegerme, ¿verdad?

—Sí... Pero...

—No podemos permitir que se hacer a Kiritsugu... —mostrando una leve sonrisa—. Es lo que estás pensando, ¿no es así?

Maiya guardo silencio, la persona a la que debía proteger y quien no quería que supiera lo que sentía o pensaba, la estaba leyendo como a un libro abierto, Iris se acercó a Maiya quien evitaba el contacto visual en lo posible.

—Kotomine Kirei es quien representa la mayor amenaza para Kiritusugu.

Ambas se vieron directamente a los ojos, por un momento ambas tenían la misma idea, la misma loca idea que en el fondo sabía que era una pésima idea, las dos se pusieron de acuerdo elaborando un muy improvisado plan para ganarle tiempo a Kiritsugu y este pueda encargarse del master de Lancer, pese a que Maiya sabía que Iris no era una combatiente, acepto que ella le cubriera las espaldas mientras ella hacia lo posible por derrotar a Kirei.

—Madame —Maiya observo a Iris.

—¿Qué sucede?

—Es solo una sugerencia, pero considero prudente llamar a...

—Yo también lo pensé... pero...

—¿Pero?

—Él se encuentra al otro lado del bosque enfrentando a Caster, si quisiera invocarlo ahora tendría que usar un hechizo comando... y como sabrás...

—Son un recurso muy valioso... lo entiendo...

Antes de que Iris pudiera responder una repentina explosión la interrumpió, ambas vieron en dirección de la explosión alcanzando a ver a Saber y Lancer salir en dirección al bosque para continuar su combate.

Ambas se vieron una última vez antes de poner en marcha su improvisado y alocado plan, poniéndose en marcha y adentrándose en el bosque.

«Anakin...» mentalmente Irisviel no pudo evitar pensar en su servant, realmente deseaba que viniera a ayudarlas.

Kirei se acercaba a toda velocidad en dirección al castillo, había alcanzado a ver la explosión, así como a los servant se surgieron de la misma, sabía que era su oportunidad de ir tras Kiritsugu, pero cuando una serie de disparos frenaron su avance, logrando cubrirse tras un árbol analizo rápidamente la situación.

Una nueva ráfaga de disparos lo hicieron cambiar de posición, usando sus armas personales conocidas como las llaves negras, hojas delgadas que se asemejan a un estoque que median poco más de medio metro con una empuñadura corta, tras esquivar una nueva ráfaga de disparos logro ubicar a su atacante por lo que devolvió el ataque lanzando sus llaves negras, logrando revelar la posición de su atacante.

Maiya al verse descubierta continúo disparando con la intención de usarlo como distractor mientras cambiaba de ubicación, pero Kirei lo previo por lo que siendo más hábil se lanzó directo hacia la asesina quien respondió vaciando su cargador en él, gracias a la magia Kirei reforzo sus ropas y se cubrió con las mismas yendo directamente hacia la mujer que se atrevió a atacarlo.

Tras ver que Kotomine estaba prácticamente sobre ella, lanzo su arma ya sin munición por un lado y desenfundo su cuchillo para un combate cuerpo a cuerpo, fue capaz de lograr bloquear los primeros ataques, pero se dio cuenta con solo ese par de movimiento que era ampliamente superada en habilidad y experiencia, antes de percatarse que había dejado una apertura en su defensa que Kirei aprovecho logrando impactarle un golpe justo debajo del pecho.

El golpe lleva tal fuerza que prácticamente le destrozo el esternón y varias costillas, así como desgarrarle varios músculos y dañar varios órganos internos, antes de que Maiya pudiera lograr defenderse fue derribada por una finta de su adversario, cayendo de espaldas al suelo solo para sentir como su pecho era lentamente aplastado por el pie de Kirei.

—Una estrategia eficiente, pero desesperada...

Maiya escupió sangre mientras intentaba desesperadamente de liberarse, Kirei la observo con desinterés y aburrimiento.

—Suéltala! —Kirei observo a Irisviel.

—Tú... —comento reconociéndola por la descripción que le habían dados sus assassin.

—Madame! ¡Corra! —grito Maiya siendo silenciada de una patada al rostro que la dejo inconsciente.

—¡Maiya! —grito Iris mientras invocaba un hechizo el cual se trataba de un hilo mágico el cual adopto la forma de un halcón el cual se lanzó contra Kirei.

—Es un hechizo bastante básico, se supone que debo asustarme —comento esquivando con extrema facilidad al halcón.

Pero cuando estaba por esquivar nuevamente al ave, esta perdería su forma envolviendo a Kirei en los hilos mágicos que lograron apresar sus manos, para después ser apresado contra un árbol, Iris sintió cierto alivio pensando que había logrado atraparlo, yendo hacía Maiya para poder atender sus heridas, cuando un potente estruendo la alarmo, observo a Kotomine que estaba dando golpes al árbol, golpes capaces de hacer crujir el grueso tronco al que había sido atado, el cual termino siendo destrozado por el mago que logro liberarse.

Aterrada ante tal demostración de fuerza se quedó inmóvil por uno instantes, instantes que Kirei aprovecho logrando tomarla por sorpresa del cuello y elevándola en el aire sin mucho esfuerzo, una mirada severa y molesta se cruzó con una temerosa.

—Mujer, tengo una pregunta para ti... Al parecer ambas me desafiaron para proteger a Emiya Kiritsugu... —comento mientras lentamente aumentaba la fuerza de agarre en el cuello de Irisviel, cortando su respiración poco a poco—. ¿Bajo órdenes de quien lo hicieron?

Por su parte Irisviel solo podía ver con impotencia a su verdugo, usando toda su fuerzo trato de liberarse, sujetando el brazo de Kirei, revelando los hechizos comando y sorprendiendo al master.

—Hechizos comando... Realmente eres la master de los Einzbern... pero entonces, por qué intentas proteger a Kiritsugu... —Kirei se encontró desconcertado, pero logro notar como uno de los hechizos comando estaba empezando brillar—. No lo harás —asfixiando a Iris casi por completo—. Pensé que eras un mero homúnculo creada para ser el recipiente del grial, pero eres una master, una master que estúpidamente se arriesgó a luchar de frente... No importa, en todo caso voy a eliminar a un master y servant —invocando tres llaves negras las cuales apunto al abdomen de Iris.

Pero antes de que pudiera dar el golpe final una inmensa presión cayó sobre toda el área, repentinamente una sensación de miedo invadió a todos los presentes.

—Mi señor! —la voz de Assassin alerto a Kirei, quien observo como uno de sus servan se había revelado sin pensarlo, noto que se mostraba agitado y nervios—. ¡Él ya viene, él ya vie---

Assassin fue llevado por una fuerza misteriosa que tiro de él hacia la oscuridad del bosque, solo para ser partido a la mitad por una luz roja, Kirei observo impactado como su servant fue eliminado sin el más mínimo esfuerzo, pronto un sentimiento que solo podía describir como miedo lo invadió cuando vio dos puntos amarrillos que lo observaban desde la oscuridad, cinco servant más se materializaron alrededor de Kotomine, todos en guardia y listos para atacar, portaban dagas y espadas.

Kirei no dudo y decidió acabar con Iris inmediatamente, pero cuando intento apuñalarla noto que no podía, algo estaba reteniendo su brazo, por más fuerza que hacía no era capaz. Entonces todas las piezas encajaron, el octavo servant, observo nuevamente la figura en la oscuridad que surgía de la misma en la forma de un hombre que sostenía lo que parecía ser el mango de un arma.

En ese momento sintió el verdadero terror al ver como sus cinco servant se lanzaban contra aquel hombre, solo para ser apartados de golpe y sin que el octavo servant hiciera un movimiento, al mismo tiempo que se acercaba a él.

—Suéltala...

Tras aquella orden Kotomine perdió el control de su cuerpo y aflojo el agarre en el cuello de Iris quien cayo de espaldas, pero nunca toco el suelo de golpe, fue bajada lentamente junto a Maiya, antes de que pudiera comprender que estaba pasando Kirei fue lanzado a toda velocidad contra un tronco siendo inmovilizado al impactar.

—¿Q-quién eres? —alcanzo a preguntar con esfuerzo.

—Lord Vader... —fue la respuesta del elegido.

Mientras el lord sith centraba su atención en Kotomine los cinco servant se lanzaron en defensa de su master, Vader se giró al instante, el primero fue decapitado, mientras el segundo intento apuñalarlo fracasando y perdiendo ambos brazos por un corte limpio, gritando de dolor por unos instantes antes de que su cabeza fuera girada de forma antinatural con su rostro ahora viendo su espalda, el tercero intento atacar al sith por la espalda, pero Vader se anticipó y de un movimiento atravesó la cabeza de su adversario con su sable, los otros dos intentaron acercarse por ambos lados, pero antes de poder acercarse fueron estampados contra el suelo con cada vez más fuerzo al punto de aplastar sus cuerpos salpicando sangre por los alrededores.

Para cuando el lord sith regreso su atención a Kirei, este ya no estaba, sus servant le habían dado el tiempo y la oportunidad de escapar, observo entonces a sus víctimas que poco a poco empezaban desmaterializarse en cenizas.

—A-Anakin... —la voz temerosa de Irisviel lo llamo.

Girando observo con ira a su master quien al ver su reacción se encogió de miedo y retrocedió, tenía miedo de ver lo que su servant había hecho sin una pisca de duda, al ver esa reacción y el profundo miedo que ella le tenía en la mente de Vader sobre la figura de Irisviel se sobrepuso la de otra mujer, una mujer que el sith conocía bastante bien.

—Padme... —susurro de forma inaudible.

Skywalker finalmente reacciono, cerro los ojos de golpe mientras se giraba en otra dirección, respiro profundamente para después exhalar pesadamente, lentamente abrió sus ojos revelando que estos habían regresado a la normalidad.

—¿Anakin? —volvió a llamar Iris.

—Irisviel —respondió Skywalker.

Al ver que su servant había regresado a la normalidad Iris suspiro de alegría —¿Qué fue lo que te paso? ¿Tú?

—No es el momento, primero esta ella —viendo a Maiya.

Irisviel estaba por decir algo, pero guardo silencio mientras atendía a su escolta quien estaba herida de gravedad.

—Kiritsugu... —hablo sabiendo que Anakin entendería.

—No te dejare sola.

—Por favor ve a ayudarlo.

—No! —fue la contundente respuesta.

—Te lo suplico.

—Él podría regresar a terminar lo que empezó.

—No lo hará, ya vio que eres capaz y sabe que no tiene oportunidad.

—Como lo sabes, él...

—¡Anakin! —grito desesperada—. Por favor, te lo suplico, ve y ayuda al hombre que amo —suplico al borde de las lágrimas—. Yo estaré bien.

Skywalker la observo seriamente.

—Ve... Yo la protegeré...

Ambos observaron a Maiya que había recuperado la conciencia, gracias a la magia curativa que Iris uso en ella sus heridas había sido tratadas por lo que fue capaz de ponerse de pie, con un poco de ayuda.

Anakin observo a ambas con seriedad, las dos le decían con la mirada que fuera a apoyar a Kiritsugu.

Un tiroteo de había estado dando dentro la mansión, la lucha entre dos masters que decidieron resolver mientras sus servants se mataban en algún lugar poco a poco estaba destruyendo la edificación, ambos estaban en un juego del gato y el ratón, por desgracias para el asesino de magos, él no era el gato.

Kiritsugu estaba corriendo a toda velocidad por un pasillo el cual tenías ventanales que conectaban al bosque, de golpe a unos metros de él la parde exploto manando escombros por todos lados, del agujero surgiría Kayneth sobre su esfera de mercurio, observando al asesino de mangos con superioridad.

—De verdad creíste que escaparías de mi —comento con arrogancia mientras una sonrisa confiada marcaba su rostro.

Kiritsugu apunto su arma, listo para disparar, pero del suelo dos barras de mercurio surgieron apuntando a la cabeza del master y su arma, logrando esquivar por poco ambos ataques, pero perdiendo su arma en el proceso, estando desarmado el asesino de magos chisto mientras la ira se apoderaba de su interior, mientras su rostro dejaba ver levemente su molestia y frustración.

—Es hora que el primer master sea eliminado —sentencio Kayneth seguro de su victoria.

De pronto la molestia desapareció del rosto de Kiritsugu, regresando a su típica expresión seria que por un momento pareció indicar una sola cosa, alivio, el mago de la torre del reloj se mostró levemente inquieto, pero no dejo que eso arruinara su momento de victoria, él tendría el placer de eliminar a un master del tablero.

—Es hora de morir... —con una sonrisa aún más amplia apunto al asesino de magos.

Sin siquiera saber que paso exactamente, sintió como su cuerpo fue atraído hacia atrás con tal velocidad y de manera tan sorpresiva que Kayneth apenas estaba reaccionando cuando por un instante sitio como su pecho ardía. 

En sus últimos momentos observo impactado una barra de luz zafiro surgir de su pecho, a sus espaldas su verdugo se acercó a su oído izquierdo.

—La arrogancia, es la perdición incluso del más poderoso...

Un segundo después de aquella frase la barra de luz desaparecería y el cuerpo inerte de Kayneth caería de rodillas para después terminar de caer, por un lado, la sorpresa aún permanecía marcado en su rostro, el mercurio que controlaba pronto perdería su forma sólida y pasaría a ser un charco toxico el cual se fue encogiendo hasta tener un tamaño que no sobrepasaba los diez centímetros de diámetro.

Un silencio se formó en aquel pasillo, silencio que fue eliminado por el sonido de pasos que eran dado con tranquilidad, Kiritsugu se acercó lentamente a Anakin quien aún observaba el cuerpo del master de lancer.

—Iris...

—Está a salvo, al igual que Maiya...

—Ellas...

—Realmente has sido una mala influencia, Kiritsugu —respondió cruzando miradas con el asesino de mago quien se hizo una idea del detrás de aquella frase.

Soltando un pesado suspira alzo la vista mirando el techo para después ver el cuerpo de su oponente.

—Hablare con ellas...

—Elimine a ocho asesinos y parecía haber varios más... —revelo provocando que el master a su lado agudizara la vista.

—Cuantos...

—No lo sé... mi prioridad era...

—Entiendo...

Un nuevo silencio se formó entre ambos hasta que nuevamente el asesino de magos lo rompió.

—Lancer no durara mucho tiempo, veamos como concluye un duelo entre caballeros... —comento empezando a avanzar a pasos apresurados.

Skywalker observo como Kiritsugu se alejaba, bufo antes de seguirlo un par de metros por detrás.


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