Capítulo 2. Calma antes de la tormenta.
Luego de la invocación de ambos servant, ellos junto a sus respectivos masters tuvieron una larga conversación en la que se confirmó que la joven de armadura era el verdadero Rey Arturo, pero cuyo genero real era femenino, pero el que más llamó la atención fue el ex-jedi, no solo por ser un "agregado", que fue como lo llamo Kiritsugu, sino también por el hecho de que nadie conocía a espíritu heroico con el nombre de Anakin Skywalker.
Durante la conversación el segundo servant revelo que la razón de que no lo conocieran era porque provenía de un tiempo diferente, de un tiempo que aún no ha pasado, pues según él, la información que recibió del presente le dejo claro que ese mundo estaba extremadamente atrasado en cuanto a desarrollo tecnológico, esto tomo por sorpresa a todos.
Kiritsugu le cuestiono de que tiempo era y todo la información sobre quien era, su noble phantasm, su clase y cualquier cosa que les diera una idea del tipo de servant que era, pero las respuestas de Anakin lo dejaron más confundido, él provenía del año xxxxxx, era de la clase saber y caster, desconocía su noble fantasma y agrego que en su tiempo ocupo un rango militar, y eso sería todo lo que les diría.
La respuesta de Skywalker provocó la molestia del asesino de magos, pues no comprendía porque no les quería contar su historia, Anakin respondió diciendo que no importaba ya que no afectaba su situación en la guerra del santo grial, pues él en teoría no existía, y que solo se conformara con lo que les dijo.
Pero para Kiritsugu esa no era una opción, el necesitaba saber todo lo necesario para preparar un plan efectivo o de lo contrario todo podría salir muy mal para ellos, por lo que insistió con el servant, recibiendo una negativa a todas sus preguntas, poco a poco ambos empezaron molestarse uno con el otro, hasta generar una acalorada discusión que termino cuando el usuario de la fuerza, usara la misma para estampar al master de Saber contra la pared, tras que este lo amenazara de usar cualquier "método" con tal de obtener la información que quería.
Tanto Irisviel como Saber intervinieron para evitar que el asunto pasara a mayores, al final, los tres al ver lo que hizo Anakin, creyeron que su verdadera clase era "Caster", ya que él había mencionado ser también de la clase saber, pero hasta donde habían visto él no llevaba nada parecido a una espada y tampoco había registros de un servant de dos clases al mismo tiempo.
Por su parte, Kiritsugu cedió y dijo que no insistiría más, solo por ser el servant de su esposa y recordarle que era su deber protegerla incluso a costa de su vida, y que, de no hacerlo, él personalmente se encargaría de matarlo de la forma más dolorosamente posible, tras eso se retiró, dejando un pesado ambiente.
Actualmente nos ubicamos en un castillo propiedad de la familia Einzbern, en una habitación se encontraban ambos servant invocados, los dos observaban desde una ventana el paisaje que ofrecía el invierno, en dado momento vieron a Kiritsugu jugando con su hija entre los árboles cubiertos de nieve que formaban parte del jardín interno del castillo, padre e hija parecían divertirse.
La servant femenina, cuyo verdadero nombre era Arturia Pendragon, ahora sin su armadura y vistiendo solo su vestido azul con decoraciones blancas, observaba con seriedad la escena, mientras que el segundo servant, conocido como Anakin Skywalker, que se deshizo de la capa por considerarla innecesaria, observaba la interacción entre padre e hija con una muy sutil sonrisa, e internamente se preguntaba si la relación con sus hijos hubiera sido similar de haber estado presente.
Saber observo de reojo a Skywalker que no pareció percatarse, ella seguía incrédula de que él también fuera invocado junto a ella, cuestionándose porqué había un octavo servant, pues asumió que los siete ya habían sido invocados, incluso cuando él mismo les había dicho que no sabía por qué también fue invocado en el mismo momento que su "compañera", que fue como la llamo él, pero Arturia sentía que les ocultaba algo, aunque no sabía qué o por qué.
—¿Qué es lo que están mirando ustedes dos? —la voz de Iris saco a ambos de sus pensamientos.
Los dos voltearon a verla, ella traía una bandeja con un juego té, el cual coloco en una mesa presente en la habitación junto a tres sillas, sirviendo una taza de té para cada uno mientras esperaba sus respuestas, la primera en hablar fue Saber.
—Tu hija y Kiritsugu están jugando afuera.
Iris se acercó colocándose entre ambos frente a la ventana, observando a su esposo e hija jugando.
—¿Sorprendidos? —cuestiono con un tono divertido.
—Un poco —respondió el jedi.
—Tenía la impresión de que mi Master era una persona más insensible —respondió la rubia.
—Bueno, puedo entender porque piensas eso —respondió la peli-blanca mientras se alejaba y regresaba junto al juego de té.
—Pero si ese es el verdadero rostro de Kiritsugu debo haberlo ofendido —comento Saber con seriedad.
Iris soltó una risita mientras que Anakin solo bufo con cierta burla.
La mujer caballera noto ambas burlas, molestándose parcialmente —¡Irisviel! ¡Esto no es algo gracioso! —frunciendo levemente el ceño—. Y tú, porqué te burlas —viendo al único hombre presente.
—De nada, es solo que me parece gracioso que creas que has molestado a ese tipo solo por pensar que era insensible —respondió cruzándose de brazos.
—Te recuerdo que ese "tipo" tiene nombre —intervino Iris aun con su sonrisa, mientras veía a su servant.
Tras ver la reacción de su master, Anakin supo de inmediato que, a pesar de no demostrarlo, ella estaba molesta —Hm... Me disculpo, Irisviel, no era mi intención ofender a tu esposo.
Iris asintió aceptando la disculpa —Y tú, Anakin, qué piensas de mi como tu master.
El mencionado tardo un poco en responder —... Bueno, apenas nos conocemos como para poder sacar conclusiones sobre ti, pero, con lo poco que he visto de ti puedo decir que eres alguien... animada, amable, comprensiva...
Ella soltó una leve risa —Ya veo, gracias por eso, y por dejar que te llame por tu nombre.
Él asintió —De nada, es más cómodo que llamarme... Caster.
—Entiendo, incluso Kiritsugu pensó que era una mejor opción, así mantendríamos el secreto de un octavo servant.
—Comprendo.
—Por cierto —viendo a Saber—. Me preguntaba si aún guardabas rencor por lo que sucedió durante tu invocación... mejor dicho, durante su invocación.
—Un poco —respondió la rubia—. Trate de ocultar mi genero... Pero, ustedes no necesitaban sorprenderse así.
Irisviel sonrió, haciendo señas ofreció un té a ambos —Pero sabes, no sé si nos puedas culpar —tomando asiento—. Tu leyenda... La leyenda del Rey Arturo es demasiado famosa.
Anakin por su parte solo se dedicó a escuchar mientras pedía permiso para tomar asiento, recibiendo un asentimiento de Iris, que continúo hablando con Saber.
—¿Crees que Kiritsugu subestime mi capacidad solo porque soy una mujer? —cuestiono un tanto molesta.
—Eso no es posible... Pero, si está molesto, tiene que haber otra razón.
—¿Otra? —cuestiono al servant.
Iris entonces le contó que su esposo seguramente estaba molesto con parte del mundo por el hecho de hacer a alguien tan joven como Saber, en su momento, una reina, pero la ex-reina le diría que sello su destino al sacar la espada en la piedra, dándose una pequeña discusión sobre el destino y las decisiones tomadas en un tiempo diferente, el resultado fue un ambiente tensó.
—Emiya Kiritsugu y la heroína Arturia Pendragon nunca se encontrarán cara a cara—comento Iris con seriedad—. Eso es lo que él ha decidido.
Un silencio incomodo se formó en la habitación, pero dicho silencio fue interrumpido por el sonido de una taza siendo colocada sobre su plato base, fue entonces que ambas mujeres recordaron a su tercer acompañante.
—Lo siento Anakin, supongo que te incomodamos con nuestra pequeña discusión—se disculpó su master con una sonrisa.
Aclarando su garganta —No te preocupes, no es como si no hubiera estado en situaciones como esta antes.
—Ya veo... Dime, tú... qué opinas de todo esto —cuestiono curiosa de la respuesta.
El ex-jedi lo pensó un momento, respiro profundamente antes de responder —Bueno, personalmente no es de mi interés si ella es hombre o mujer, y tampoco es que entienda la mente de tu esposo, si el hecho de que Arturia sea mujer o no, o por cualquier otro motivo él se molesto, es un asunto en el que prefiero no entrometerme, pero, de donde vengo la diferencia de genero no importa cuando se trata de una guerra.
Ambas mujeres vieron a Skywalker que tomo de nuevo un poco de té antes de continuar hablando.
—Y, en cuanto a lo de ser joven para tener responsabilidades tan grandes como ser una reina, es algo puedo entender, en mi tiempo existió una orden que se dedicaba a buscar niños con un don que muy pocos poseían, los separaban de sus familias cuando eran niños y los entrenaban para que dominaran su don, pero también les prohibían formar lazos emocionales.
Ambas quedaron en silencio, viendo como Anakin parecía mostrarse molesto tras contarles lo ultimo, antes de recuperar la calma y actuar nuevamente con serenidad mientras continuaba tomando el té de Iris.
—Comprendo... —hablo Iris, adoptando una actitud más alegre—. Sabes, ahora que lo mencionas, sigo sin creer que eres del futuro, aunque, tampoco es que pueda entender por qué, o si realmente es posible que el Grial pudiera invocar a un héroe del futuro.
—Iriesviel tiene razón —intervino Saber—, generalmente el Santo Grial escoge espíritus heroicos del pasado para luchar, jamás escuché o supe de un espíritu heroicos invocado del futuro, no hasta ahora.
—Bueno, siempre hay una primera vez para todo —respondió Anakin viendo a Iris y luego a Saber.
—Supongo que tienes razón —entonces la ex-reina observo a Iris—. Iriesviel.
—¿Sí? —respondió viendo a la rubia.
—Kiritsugu quiere usar el poder del Santo Grial para salvar al mundo. Esa es su ambición y la tuya también, ¿verdad? —cuestiono viendo por la ventana a su master, dándole la espalda a sus acompañantes.
—Sí. Pero... —respondió dudando por un instante—. Yo generalmente sigo sus instrucciones —bajando la mirada.
—Deseo el Santo Grial por razones similares —confeso llamando la atención de ambos—. Quiero salvar a la Gran Bretaña de su caída. Creo que lo que tú y Kiritsugu buscan es justo, y creo que es algo por lo que deben estar orgullosos.
Iris cruzo miradas con Saber, sonriendo por esas palabras.
Entonces la servant cruzo miradas con Anakin —Y tú, para qué deseas el poder del Grial —interrogo seria.
El ex-jedi se tensó tras la pregunta, suspiro para después ponerse serio, viendo directamente a los ojos de Saber—Yo... No deseo el poder del Santo Grial.
Esa respuesta tomo por sorpresa a ambas mujeres que no pudieron ocultar su sorpresa.
—¡¿Qué?! —Saber no daba crédito a que alguien no deseara el Grial.
—El Grial no puede y no me dará lo que yo deseo, es algo que solo yo personalmente puedo obtener.
—Y qué seria ese "algo" —cuestiono Iris curiosa de la respuesta.
Anakin la observo por unos momentos antes de desviar la mirada —Absolución, es todo lo que diré.
Ella lo observo por unos momentos —Entiendo, no preguntare más, pero, de verdad espero que obtengas lo que deseas —mostrando una sonrisa—. Al igual que tú, Saber.
—Gracias — respondió su servant, mientras que Saber solo asintió.
Después de eso serían reunidos por Kiritsugo, que les explicaría su plan, él partiría esa noche hacía Japón donde prepararía todo para su llegada, ellos debían partir un día después como parte de su plan para que los demás master y servant creyeran que Iris era la master de Saber, y, al mismo tiempo se mantendría oculta la existencia de un octavo servant, uno que solo actuaría en caso de emergencia o de ser necesario, tras explicar su plan y que todos estuvieran de acuerdo, él partió hacia su destino.
Tras la partida de Kiritsugu los demás solo tendrían que esperar a que pasara el tiempo, tiempo en los que Anakin y Saber casi no cruzarían palabras de no ser necesario, cada uno pasaría el tiempo a su manera, con Saber recorriendo y conociendo el castillo, acompañada de un leve sentimiento de melancolía, mientras que Anakin pidió permiso para utilizar una habitación la cual utilizaría para meditar, todo con el fin de terminar de procesar y comprender su situación.
Actualmente estaba en un tiempo completamente desconocido, pero la información que recibió en aquel momento antes de ser cegado por aquel vórtice le fue más que suficiente para poder acoplarse, aunque se cuestionaba seriamente si esa era realmente la segunda oportunidad que la fuerza le había dado, pero, si ese era el caso, se aseguraría de no desperdiciarla, la guerra por el Santo Grial en la que termino involucrado ciertamente lo tomo por sorpresa, pero lo acepto, pues no era el momento de dudas o arrepentimientos.
En cierto momento reviso su cinturón, tomando entre sus manos su antiguo sable de luz, el sable que blandió como un caballero jedi, él sabía que no debía mostrarlo hasta que llegara el momento de tener que, incluso lo considero el Noble Phantasm que tanto mencionaban, así que tendría que ser cuidadoso al utilizarlo, observo fija y meticulosamente el sable por un momento, fue entonces que decidió encenderlo.
La hoja de color zafiro se extendió e ilumino buena parte de la habitación, el sonido producido al ser encendido le trajo recuerdo, después de demasiado tiempo, una vez más volvería a blandir su sable, con lentos y pausados movimientos observaba cuidadosamente la hoja y el mango, cuando un ruido lo tomo por sorpresa, estaba tan concentrado en su sable de luz que no se percató de sus alrededores, viendo en dirección de donde se produjo el ruido pudo ver a la hija de Iris, Iliyasviel, que se asomaba desde la puesta, de inmediato apago el sable.
—¿Qué es eso? —pregunto con la misma curiosidad que cualquier niño al ver algo tan llamativo.
—Ho-hola pequeña, qué haces aquí —intento cambiar de tema.
—Hola, estaba paseando cuando escuché un sonido, y vi eso —señalando el sable— ¿Qué es?
—Hm... Bueno, esto es... —respondió dudoso—. Es un secreto.
—¿Un secreto? —pregunto aún más curiosa, inclinando levemente su cabeza.
—Así es, no se lo puedo contar a nadie.
—¿Por qué?
La pregunta lo tenso un poco —Porque no entras, cierras la puerta, y te lo explico.
La pequeña dudo un poco, pero su curiosidad pudo más e hizo lo que se le pidió, después de que cerrara la puerta se acercó al servant.
—¿Por qué es un secreto? —cuestiono de nuevo.
Anakin no pudo evitar sonreír por la inocencia de la niña —Primero respóndeme algo pequeña, sabes lo que es una espada.
Iliya asintió —Aquí hay muchas, pero mi mamá dice que son de decoración.
—Ya veo, bueno, esto —mostrando el mango de su espada—, es mi "espada", pero es una muy especial y única, es por eso que no se lo puedo contar a nadie.
—Pero me lo estas contando a mi.
Anakin se quedo pasmado por unos segundo, después soltó una pequeña risa.
—Es cierto, pero eso es porque eres la única que lo a visto, así que eso también te hace especial.
El ex-jedi noto como la expresión de la niña cambio radicalmente, de una con duda a una de asombro y emoción.
—¿De verdad? ¿Entonces puedo verlo de nuevo?
—Me temo que no, esto es algo muy peligroso para los niños —respondió con una verdad a medias, recordando a los niños padawan en el templo jedi.
La desilusión se apodero de la pequeña, lo que provoco que la culpa lo invadiera.
—Te propongo algo, tu guarda el secreto de mi "espada" y yo te muestro algo divertido —mostrando una sonrisa.
—¡En serio!
El ex-jedi asintió —Me prometes que no dirás nada —la pequeña asintió frenéticamente—. ¿Segura?
—Sí! No se lo diré nada a nadie.
Sonriendo —De acuerdo.
Anakin se puso de pie y se acercó a la pequeña que veía atenta lo que haría, él se detuvo a unos pasos frente a ella, extendiendo su mano hacía Iliya y lentamente la fue elevando, en ese momento la niña sintió como empezaba a flotar y poco a poco estuvo a la altura del adulto, entre gritos de emoción y alegría veía como nada la sostenía.
—¡Estoy volando! ¡Estoy volando! —gritaba animada.
—Yo diría que más bien estas flotando, pero si —respondió el adulto.
Skywalker elevo su mano un poco más, al mismo tiempo la pequeña también se iba elevando más, hasta estar cerca del techo, ella extendió sus brazos hasta finalmente pudo tocar el techo, entonces empezó a descender para quedar frente a frente con el ex-jedi.
—Te divierte —cuestiono con una sonrisa.
—¡Sí! ¡Esto es muy divertido! —Iliya sonreía y reía.
Nuevamente empezó a moverse en el aire, pero ahora alrededor de la habitación, ella tomo una pose como si volara, dio varias vueltas antes de detenerse y descender hasta el suelo quedando de pie, como si nada hubiera pasado.
—¡Otra vez! ¡Otra vez! —pedía emocionada.
Él se agacho hasta está a la altura de la niña —Lo siento, pero eso es todo.
La decepción se apodero de la pequeña.
Colocando su mano derecha sobre la cabeza de la niña, la acaricio mientras volvía a ponerse de pie —Quizás en otra ocasión, pequeña.
—Lo prometes! —haciendo la famosa cara de cachorro.
Anakin permaneció en silencio, él sabía que no podía hacer promesas que no podrá cumplir —... Veremos —caminando hacía la puerta, la abrió—. Eso es todo, vamos.
La pequeña entendió y fue hasta la puerta.
—No lo olvides, no le puede decir a nadie, lo prometiste.
—Si! Lo juro, no se lo diré a nadie—respondió animada, se despidió y continuo su camino a toda prisa.
Anakin observo a la pequeña alejarse hasta perderla de vista tras girar en una esquina.
—Te divertiste —cuestiono Iris que apareció a espaldas de su servant.
Skywalker se sorprendió, pero inmediatamente recupero la calma, se giró estando cara a cara con su master.
—Es una niña muy curiosa.
—Lo sé, pero me pregunto qué es lo que no le puede decir a nadie —llevando su índice a su mejilla fingiendo inocencia.
Él observo aquella acción con diversión —Lo siento, pero es un secreto entre ella y yo.
Iris soltó una corta y divertida risa, pero poco a poco su semblante se volvió más serio, cosa notada por él.
—¿Qué sucede? —cuestiono igual de serio.
—Kiritsugu llamo, es hora, debemos partir a Japón, ya le informé a Saber.
—Entiendo, estoy listo.
Ella asintió —Pero antes de irnos, hay un pequeño detalle que arreglar —regresando a su actitud alegre.
Anakin observo un tanto confundido a Iris que le giño un ojo con diversión, provocando que arqueara una ceja.
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