Capítulo 1. Una nueva oportunidad
Hace mucho, mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana...
Fiesta, música, alegría, emoción, era lo que podía observar el antiguo elegido de la fuerza siendo ahora un fantasma de la misma, él observaba a sus hijos y los rebeldes celebrando la victoria contra el imperio tras la destrucción de la segunda estrella de la muerte, junto él se encontraban sus antiguos maestros, Obi-wan Kenobi y Yoda, los tres veían con alegría que todo finalmente había terminado.
En cierto momento Anakin cruzo miradas con su hijo, él le sonrió antes de ser llevado por su hermana a celebrar, tras observar todo por un buen tiempo, el ex-caballero jedi finalmente se retiró desapareciendo del lugar.
Varios meses habían pasado desde la victoria en la Luna de Endor, tiempo en el que los hermanos Skywalker se habían separado, cada uno siguiendo su propio camino, Luke viajando por toda la galaxia en busca del conocimiento y los objetos perdidos de los Jedi, mientras que Leia se dedicó a la política, reconstruyendo una nueva versión de lo que alguna vez fue la fuerza política más grande de la galaxia, siendo conocida ahora como la Nueva República, ambos siendo observados por su padre.
En cierto momento Anakin se mostró ante su hija con la esperanza de poder hablar con ella y resolver las cosas, Luke ya lo había aceptado como su padre pesé a todo lo que hizo, pero su hija nunca supo la verdad, fue entonces que se apareció ante ella para revelarle su identidad como Darth Vader, como era de esperarse Leia se negó a reconocerlo como su padre, para ella él era un monstruo y solo eso, con dolor Skywalker entendió a su hija por lo que la dejo, antes de retirarse le dijo que siempre estaría para ella si alguna vez lo llegara a necesitar.
Sin más el ex-jedi dejo el plano terrenal como fantasma de la fuerza, durante un tiempo Anakin observo y cuido a sus hijos, pese a no mostrarse frente a ellos, él estaba ahí.
Pero no tardó en darse cuenta que ambos tenían la fuerza más que necesaria para cuidarse ellos mismos, y, a pesar de que no lo necesitaban, él siempre estaría dispuesto a ayudarlos, por lo que decidió que también era tiempo de dejarlos ir, lamentándose muy en el fondo el no poder haberlos visto crecer y formar parte de sus vidas como la figura paterna que debió ser.
Regresando al plano etéreo de la fuerza, un lugar completamente sorprendente para él, pues no era como él creía, ya que en ese plano la fuerza se moldeaba y tomaba la forma según el usuario luminoso que lo habitaba, era un lugar realmente extraño a sus ojos, pero aun así, muy confortable y fascinante, en su caso, pronto se vio envuelto en un extenso prado con grama alta en el que poco a poco iban apareciendo una gran variedad de vegetación conformada por diversas plantas, entre flores, arbustos, arboles e incluso vida silvestre como pequeños animales e insectos de diversas formas.
La propia fuerza había creado un ambiente pacifico para él, un lugar donde pudiera descansar y meditar, aun así, con todo lo que la fuerza le ofrecía, Anakin sentía que no merecía nada de eso, no podía encontrar la paz interior que tanto anhelaba, los recuerdos de todo lo que hizo como Darth Vader lo atormentaba, pese a que Anakin y Darth Vader no eran la misma persona, al igual que su pasado antes de ser un sith, el cómo se dejó llevar por la inseguridad, la ira, el miedo, la frustración, la rabia y la obsesión por salvar a Padme, lo que permitió que Palpatin lo manipulara y sembrara la duda en él.
Provocando que no solo no pudiera salvar a su amada, sino que también traiciono a su antiguo maestro, Obi-wan, también le dio la espalda a su antigua padawan, su mejor amiga y una de las personas que más confió en él, Ahsoka, a quien incluso intento matar, pero entre todo eso, había algo que nunca se perdonaría, la masacre que realizo en el templo Jedi, cuando le arrebato la vida sin una pisca de misericordia o duda a todos esos jóvenes y niños inocentes sensibles a la fuerza.
El tiempo paso y sin importar cuanto tiempo meditara y trataba de encontrar la paz consigo mismo, simplemente no podía, la culpa aun lo atormentaba.
Fue entonces que sucedió.
—Anakin Skywalker...
Una voz lo llamo a sus espaldas, el mencionado abrió los ojos con sorpresa, de inmediato se puso de pie con un rápido y ágil movimiento, quedando cara a cara con el desconocido.
—¿Quién eres tú? —cuestiono a la defensiva mientras observaba mejor a la persona frente a él.
Vestía ropas completamente negras, pero lo que más llamo su atención que fue que el desconocido usaba una máscara blanca que impedía ver su rostro.
—Quien soy no es realmente importante, lo que importa es lo que me trae aquí, y eso eres tú.
Dicha respuesta confundió a Skywalker que con desconfianza observo detenidamente al sujeto antes de calmarse y adoptar una postura más relajada.
—¿Qué es lo que quieres de mí? —cuestiono serio.
—He sido enviado ante ti para ofrecerte una nueva oportunidad.
El ex-caballero jedi alzo una ceja, incrédulo de lo que escucho, soltando una leve risa.
—Disculpa, pero me resulta difícil creer lo que me dices.
—Lo sé, pero espero que me escuches.
Aun con duda adopto una actitud más seria —Bien, te escucho, adelante.
—Permíteme presentarme adecuadamente, yo soy un simple mensajero, manifestación de la fuerza misma, he sido enviado ante ti para darte el siguiente mensaje. Anakin Skywalker, antiguo elegido de una profecía mal interpretada, la misma fuerza a visto tu culpa y tu duda, así como tu deseo de redención y perdón, por lo que está dispuesta a ofrecerte una segunda oportunidad, entonces te pregunto, estás interesado...
Anakin mostro sorpresa en su rostro, en parte, debido a que menciono lo de una profecía mal interpretada, tardo unos momentos en recomponerse.
—Te escucho —hablo dispuesto a escuchar atentamente lo que el sujeto frente a él estaba por decir.
Asintiendo en respuesta —Se te permitirá volver al plano terrenal en donde podrás buscar la redención que tanto anhelas, pero con una condición.
—¿Cual? —cuestiono serio.
—Deberás encontrar tu propio equilibrio entre el lado luminoso y el lado oscuro, debes aprender a controlar ambos lados de la fuerza, encontrando el balance en ti mismo —enfatizando lo último.
El antiguo elegido permaneció en silencio por varios minutos, meditando las palabras dichas a profundidad, hasta finalmente hablo.
—Y si aceptara, y volviera al plano terrenal, yo podría...
—Me temo que no —interrumpió—. No puedes intervenir en donde el balance ya fue establecido.
Revelo acabando con las esperanzas de Anakin de volver a ver a sus hijos, pero ahora estando físicamente presente.
Con cierta molestia hablo —¿Entonces?
—Si aceptas, serás enviado a un lugar donde podrás encontrar tu oportunidad de redención, pero te advierto que no será tan fácil, tus actos y tus decisiones tendrán consecuencias y deberás afrontarlas.
Ambos permanecieron en silenció por varios minutos, Skywalker analizaba toda la información que se le dio.
—Si aceptara, cuanto tiempo tendría.
—Eso no me corresponde responderlo —sembrando la duda en Anakin—. Entonces, cuál es tu respuesta.
—Necesito pensarlo bien, ¿puedes darme tiempo?
—Si es lo que deseas, volveré cuando hayas tomado una decisión.
Dándose la vuelta empezó a retirarse, desvaneciéndose con cada paso que daba hasta que finalmente desapareció.
Luego de que aquella manifestación desapareciera, el ex-caballero jedi se dedicó a pensar, cuál era su mejor opción, en otros tiempos él habría aceptado fácilmente, pero ahora era alguien mucho más experimentado y consiente, aunque no de la mejor manera, pero entendía perfectamente que cada acto tiene sus consecuencias, y aunque la oferta sonaba tentadora, no podía dejarse llevar sus emociones y sentimientos de culpa, no otra vez.
Pasaría un tiempo que podría compararse con un mes en el plano material, un mes en donde el antiguo elegido medito la propuesta profundamente, se planteó todos los escenarios que pudo, pero sin estar seguro de nada, también se cuestionó a sí mismo, y si era realmente lo que quería, y tras mucho pensarlo, finalmente había tomado una decisión.
—¿Has tomado tu decisión, Skywalker? —interrogo el ente a sus espaldas.
Tras escucharlo miro sobre su hombro, tras confirmar quien era se puso de pie dando media vuelta, nuevamente estaba frente a frente con el sujeto de la máscara, no entendía cómo es que supo de su resolución, pero ahí estaba, ilegible como la primera vez.
—Así es —respondió finalmente.
—Entonces, cuál es tu respuesta.
—Yo... Acepto —respondió bastante seguro de lo que dijo.
—Que así sea —asintiendo, extendiendo su mano.
Anakin observo confundido aquella acción —¿Qué?
—Toma mi mano, y tu segunda oportunidad dará inicio.
Impresionado por lo dicho cuestiono su destino —A donde iré.
—Lo sabrás en su momento.
Un tanto inseguro se cuestionó así mismo una última vez, realmente había tomado la decisión correcta, respiro profundamente, recuperando su propia seguridad, con una mirada de completa determinación tomo la mano del ente. Un inmenso brillo apareció debajo de ambos, fuerte ráfagas de viento surgían a su alrededor, segundos después Skywalker es cubierto completamente por una inmensa luz, obligándolo a cerrar los ojos, el viento se incrementó, arremolinándose violentamente, tras unos eternos momentos, todo se detuvo.
—Buena suerte —deseo el ente antes de desaparecer en el aire, como cenizas al viento.
Anakin abrió los ojos, sorprendiéndose de lo que vio frente a él.
Antes de poder procesar todo lo que estaba pasando, sintió como su cuerpo era atraído con fuerza al interior de aquel túnel a una increíble velocidad, estando en medio de aquel túnel que parece interminable empezó a escuchar voces, tanto masculinas como femeninas, murmullos que prevenían de todos lados, entonces un destello apareció frente a él.
Tras aquel destello al antiguo caballero jedi noto que estaba de pie frente a un paisaje impresionante, un inmenso cielo que parecía estar en un atardecer perpetuo, el suelo era prácticamente un espejo que reflejaba perfectamente el cielo.
Sin saber qué fue lo que paso o cómo termino en aquel lugar, Skywalker observo sus alrededores, aquél paisaje parecía no tener fin, sin importar en qué dirección mirara, pero mientras continuaba asombrado de aquel lugar, los murmullos y voces se volvieron a escuchar, de pronto, en un pestañeo, todo había cambiado de nuevo y ahora sobre él un fenómeno sin explicación aparente sucedía, el cielo se oscureció de golpe y en medio una esfera de luz apareció, este empezó a brillar con mayor intensidad hasta que finalmente exploto en una onda de energía que disipo todas las nubes, dejando una especie de vacío en donde estuvo la esfera de luz.
Anakin trataba inútilmente de comprender lo que estaba sucediendo, aquello que acababa de ver realmente lo había sorprendido, pero lo dejo de lado cuando noto que los murmullos y voces se incrementaron y se escuchaban cada vez con mayor intensidad.
Entonces a su alrededor siete estatuas surgieron, formando un círculo a su alrededor, observo que cada estatua eran completamente distinta, había una de un caballero de armadura que sostenía una lanza, otro también de caballero, pero este sostenía una espada, había un figura que sostenía un arco y una flecha, había otra figura cubierta por un túnica, sostenia un libro abierto en una mano mientras que en la otra sostenía un báculo, otra se trataba de una figura que sostenía dos cuchillos y su rostro era cubierto por una máscara de calavera, otra figura era un hombre con un rostro lleno de furia con una espada desproporcionada en una mano, la última se trataba de una figura con armadura que estaba sobre una especie de carrosa, en una mano sostenía las correas y en la otra una lanza corta.
Las siete estatuas apuntaban al cielo, el ex-elegido no pudo evitar alzar la vista, observando que aquel vacío en el cielo ahora estaba sobre él, brindando un espectáculo increíble.
Sin saber cómo, una ola de información bombardeo la mente de Skywalker, sus ojos estaban en trance cuando por primera vez hablo.
—Santo... Grial...
Susurro mientras algunas de las estatuas se derrumbaban en pedazos, dejando únicamente la estatua del espadachín y la que estaba cubierta por una túnica que sostenía un libro y un báculo.
Una pequeña luz apareció en medio de aquel vació que ahora parecía más un vórtice, la pequeña luz cayó sobre el a gran velocidad, volviéndose una segadora luz que lo cubrió todo.
En el interior de una antigua catedral, dos personas, estaban frente al altar mientras que en el suelo un círculo mágico yacía dibujado.
—¿Una ceremonia tan simple como está, será suficiente para invocar un espíritu heroico? —cuestiono una hermosa mujer de cabello blanco como la nieve, de ojos color rubí y una piel levemente pálida, vestía con un vestido blanco con adornos dorados, mientras sostenía una funda de espada, su nombre era Irisviel Von Einzbern.
Estando a un par de pasos frente a ella, un hombre estaba de rodillas dando una última revisada al círculo mágico, vestía un traje formal completamente negro, su rostro era inexpresivo y su mirada estaba vacía, su nombre era Kiritsugu Emiya.
—Sorprendentemente, sí —respondió mientras se colocaba de pie—. La ceremonia de invocación no requiere una evocación tan detallada, en realidad el Santo Grial realiza la convocatoria—. Como un Master —extendiendo su mano izquierda, mostrando un tatuaje en forma de cruz—, mi trabajo es permitir que el espíritu heroico permanezca en este mundo, una vez sea invocado, y darle suficiente mana para que mantenga su forma física. Iris, pon la reliquia en el círculo.
La mujer ahora conocida como Iris obedeció e hizo lo que se le pidió, una vez todo estuvo listo, el circulo empezó a brillar, Kiritsugu extendió su mano, empezando a recitar un hechizo.
—Por el presente juro... que voy a ser todo lo bueno que hay en este mundo. Que alejare todo mal en el mundo.
Una inmensa luz lo cubrió todo, al mismo tiempo en la mano de Iris, una marca apareció sin que ella se diera cuenta, la segadora luz duro casi un minuto, cuando todo termino la luz desapareció y una cortina de humo surgió desde el círculo mágico, Iris se había cubierto con sus brazos, los bajo lentamente mientras observaba en dirección a la cortina de humo, sorprendiéndose de lo que vio, lo mismo paso con Kiritsugu.
—Esto es... —dijo incrédulo de lo que veía.
—Te pregunto... —cuestiono una voz femenina—. ¿Eres tú mi master?
La persona que hablo era una hermosa joven de cabellera rubia, ojos verdes, un rostro serio y vestida con una armadura.
—E-esto es imposible... —Iris hablo con sorpresa y confusión.
—Dos servant en una invocación —hablo Kiritsugu en la misma situación que Iris.
La joven de armadura se mostró confusa por la reacción de ambos.
—¿Dos servant? —comento confusa.
—Creo que se refieren a mí —hablo una voz masculina a sus espaldas.
Ella se sorprendió por la repentina voz a sus espaldas y giro de inmediato, topándose con un hombre más alto que ella, vestido de negro y una capa del mismo color, cabello marrón oscuro, ojos que en un principio eran amarillo pronto se volvieron azules, él la veía seriamente.
Ignoren el sable de luz.
—¿Quién eres tú? —pregunto a la defensiva mientras sujetaba el mando de su espada.
—Lo mismo que tú —respondió viéndola a los ojos, para después ver a Iris—. Tú debes ser...
Kiritsugu observo de inmediato a su pareja, notando de inmediato un símbolo en su mano izquierda.
—¡Iris! —grito yendo hasta ella y tomando su mano izquierda—. ¡¿Cuando?! ¡¿Cómo?! —pregunto en shock.
La mujer observo impactada su propia mano, ni siquiera ella misma supo en qué momento paso o cómo, pero algo era seguro, los símbolos en su mano eran hechizos comando.
—¿Qué significa esto? —cuestiono Iris confundida.
—No lo sé, nunca escuche que algo así pasara —respondió Kiritsugu procesando la situación.
—Algo me dice que tenemos mucho de qué hablar —interrumpió Skywalker viendo a la pareja.
Bueno, aquí su amigo Cross con una nueva historia, espero que le den una oportunidad y les guste, comenten que les pareció.
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