Medio día.

★★Juzgado★★

—Se da inicio al juicio en contra de Sky Pharinyakorn con fecha 4 de noviembre del presente año, siendo ya medio día —dice el juez escribiendo—. Abogado del joven Yim Pharinyakorn puede empezar al ser quien interpone la demanda. Empiece abogado Mai. Lo escucho.

—Buenas tardes, señor juez —saluda Mai para ponerse de pies—. Esta denuncia es en contra del señor Sky ¡Ja! Siquiera se le puede llamar así a un sujeto que es un agresor físico y psicológico, apostador, drogadicto, amenazas de muerte a la familia completa estaba presente, ladrón e incluso un vendedor. Vendió a su hija de 15 años por un millón de pesos.

—¡Es mi hija y puedo hacer lo que yo quiero! —grita Sky—. ¡Sí no sirven de nada que se mueran todos! ¡Yo los enviaré al infierno con mis propias manos!

—¡Silencio! —grita el juez golpeado su martillo—. ¡Eso no está permitido aunque sea su hija! ¡Y menos venga aquí con amenazas de muerte! Siga abogado Mai. Una más y verá las consecuencias.

—Aquí está una carpeta que quiero que lea o vea —dice Mai acercándose—. Hay verá toda la evidencia que inculpa a este sujeto. Incluso anoche llevé a la familia que está compuesta de la señora Annita que es la esposa, la hija Tamy y Yim el hijo. A realizarse la constatación de lesiones. Lea por favor el estado de cada uno. Vea como este sujeto los tenía.

—Veamos aquí —dice el juez leyendo y frunciendo el ceño—. Sus estados de salud son deplorables a los 3. ¿¡Cómo que la joven tiene abuso sexual por orden del padre?! ¿¡Cómo es esto posible?!

—¿¡Qué?! —grita Yim levándose de su lugar—. ¿¡Qué dijo?! ¿¡Abuso sexual?!

—¿¡Que le hiciste a mi hija?!—grita Annita poniéndose de pies?! ¡Te voy a matar! ¿¡Por qué no me lo dijiste Tamy?!

—Lo siento mamá —dice Tamy bajando la cabeza—. No pude hacerlo. No sabía cómo decirlo.

—¡Orden! —grita el juez—. Entiendo su sorpresa señora, pero por favor mantenga la compostura. Luego podrán hablar y entender el porqué su hija guardó silencio.

—¡Mai! ¿¡Por qué no me lo dijiste?! —pregunta Yim entre lágrimas y mirar a su hermana que escondía su cabeza y lloraba.

—Después vamos a hablar Yim —dice Mai—. Señor juez, hay incluso fotos de toda la droga que se encontró en el domicilio y verá un comprobante de un millón que pague porque este hombre vendió a su hija y pague para qué la soltarán, ya que cuyo hecho se realizó en mi presencia.

—Leer y ver todo esto me parece aberrante —dice el juez—. Me preguntó, ¿cómo se puede defender el señor Sky? ¿Algo más abogado Mai?

—Nada más por el momento —dice Mai—. Solo agregar que mi representado tiene 19 años y trabaja para sus gastos de universidad y la casa. Pero ese hombre lo tiene atrasado por 3 meses en la universidad, ya que todo el dinero se lo roba al ser un Ludópata.

—Entiendo —dice el juez—. Tomé asiento y ahora quiero escuchar al abogado del señor Sky.

—¿Cómo sabes de la deuda de la universidad? —pregunta Yim susurrando a Mai que se sentó a su lado.

—Soy abogado y claramente tengo que reunir evidencia y se me ocurrió que si este hombre te robaba era evidente que ibas a estar en deuda con la universidad que asistes —responde Mai—. Ahora a escuchar. Y por tu hermana ella no quiso que esto se supiera, pero en juicio nada se puede ocultar.

—Entiendo —dice Yim limpiando sus lágrimas.

—Buenas tardes —saluda el abogado al ponerse de pies—. El señor Sky es evidente que está enfermo y que por eso hace estás cosas.

—¿Enfermo? —pregunta el juez mirando fijamente al abogado—. ¿Esa es su mejor defensa abogado?

—Señor juez, debe entender que soy su abogado por el estado y no tuve mayor tiempo para reunir evidencia para defenderlo —dice el abogado—. Sí es un Ludópata como se pronuncia es evidente que está enfermo y más que ser juzgado debe ser ayudado a sanar y tal vez así puede ser un mejor esposo y padre. Por eso pido que en vez de ir a la cárcel sea internado en un sanatorio. Algo que debió hacer su familia cuando empezó con su vicio.

—¡A ese desgraciado lo conocí así! —grita Annita—. ¡Ese imbécil incluso antes de que nacieran mis hijos ya era un apostador!

—¿¡Entonces para qué se casó y tuvo hijos con él?! —grita el abogado de Sky—. ¡Usted sola puso siempre en riesgo a sus hijos!

—¡Por qué me vendieron a ese desgraciado! —grita Annita—. ¡Mi padre era otro Ludópata y si no cumplía mataría a mi madre! ¡Si no sabes la historia, no me juzgues!

—¡Abogado! —grita el juez molesto—. ¡Me debe hablar a mí y no meterse en la vida ajena de la señora!

—Lo siento, señor juez —dice el abogado—. Cómo escucho ella misma puso la vida de sus hijos en peligro todos estos años.

—Oh, entonces por eso se justifica; Agresión física y psicológica, que sea drogadicto, que robé, que amenace en mi presencia y que envié a su hija a prostituirse y muchos otros más cargos —dice el juez.

—No… No quise decir eso —dice el abogado—. Solo pido que el señor Sky sea enviado a un sanatorio y no a la cárcel, no está bien de forma psicológica.

—Ja, no estoy loco —dice Sky—. Prefiero la cárcel que andar de blanco como los enfermos mentales. Por lo menos creo que a dentro si juegan a algo.

—Señor Sky —dice el abogado—. Si va a la cárcel, pueden ser muchos años y jamás va a salir.

—Uhmm… Es mejor eso por qué esos no son mi familia —dice Sky—. En todo caso ya llevaba años separado y tenía otra mujer mejor que está que parece espantapájaros. Es mejor jugar y quitarle el dinero a Yim que trabajar. Aunque se me hayan arruinado el nuevo negocio con Tamy.

—Veo que está resignado y no le da vergüenza decir todo en mi presencia —dice el juez—. Siéntese abogado, daré mi sentencia.

—Espero que acoja mi petición, este señor no está en su sano juicio —dice el abogado sentando—. Solo escuché todo lo que dice.

—Créame que si está en su juicio y claramente no voy a acoger su petición —dice el juez—. Se realiza un receso de 10 minutos para tomar la decisión.

El juez golpea su martillo y sale de la sala. Sky es sacado y Yim con Mai se acercan a Annita con Tamy.

—¿Por qué no me lo dijiste? —pregunta Yim a su hermana—. ¿Qué paso?

—No quiero hablar de eso Yim —dice Tamy—. No quiero recordar nada.

—Yim, sé que tú y tu mamá están afectados al escuchar esta nueva información, pero no presionen a Tamy a hablar, deben entender que no es un tema fácil de hablar. Cuando ella esté lista, seguro hablará —dice Mai—. Ahora solo denle apoyo y contención.

—¡Ojalá ese monstruo se pudra en la cárcel! —grita Annita llorando—. Solo les pido perdón por no ser una mujer fuerte y permitir que todo esto ocurra.

—Mamá, ese hombre era un monstruo, no podías hacer nada —dice Tamy—. Ya pasó, ya estamos aquí. Será juzgado y tendremos paz.

—Así es mamá, siempre diste todo por nosotros, solo él era más fuerte —dice Yim—. Ya podremos vivir en paz.

—Estoy seguro de que por todo esto no saldrá nunca más y si lo hace será ya siendo un anciano —dice Mai mirando su reloj—. Ya pronto se reanuda el caso.

—Muchas gracias Mai por toda tu ayuda —dice Yim—. Ya tengo el dinero que pagaste por mi hermana. Necesito tu cuenta para pagar eso y lo que gastaste en la clínica.

—Yim, deja ese tema así —dice Mai—. Créeme que tú has hecho más por mí que yo por ti. Mejor paga la universidad y así estará todo bien.

—No me parece —dice Yim—. Por favor acepta o me sentiré mal. Además, ¿qué he hecho yo por ti?

—Muchos Yim —responde Mai sonríendo—. Eres mi amigo y siempre escuchas mis locuras y sobre todo me sacaste de pensamiento tonto cuando no me sentía bien por Peat. Sí te hace bien devuelve el dinero, pero lo tomaré y pagaré la universidad igual.

—Loquillo —dice Yim—. ¿Vez qué estás loco? Jajaja. Está bien, realmente gracias Mai por todo. Como deudor seguiré escuchando tus locuras en el bar.

—Me parece bien —dice Mai viendo al juez entrar—. Vamos a nuestros lugares, ya llegó el juez.

—Sí —dice Yim siguiendo a Mai.

—Listo, traigan al juzgado —pide el juez sentándose.

Sky es escoltado por los guardias y sentado en su lugar.

—Vamos a dar la sentencia entonces —dice el juez—. Al tener toda la evidencia clara y viendo que el abogado no tiene prácticamente por donde defender al señor Sky la sentencia queda así.

—Solo habla —dice Sky—. Tengo sueño.

—Ya se irá a dormir —dice el juez—. Por violencia Física y psicológica son 8 años. Robo reiterado por años 15 años. Por encontrar gran cantidad de droga 15 años más. Por enviar a su hija a prostituirse 18 años y amenaza de muerte 2 años.  Lo que da un total de 58 años.

—¡Es demasiado! —grita el abogado de Sky—. ¿Derecho a algún beneficio?

—¿Considera que lo merece? —pregunta el juez.

—Yo… Son muchos años señor juez —dice el abogado.

—Claro, son diversos cargos —responde el juez—. Cuando cumpla la mitad de su sentencia solo podrá optar algún beneficio, pero antes no. ¡Se cierra el caso! ¡Llévenselo!

—Lo siento señor Sky —dice el abogado.

—Solo fuiste un inútil bueno para nada —responde Sky—. Para mí que te regalaron el título. No eres un buen abogado. Cuando salga también entrarás a mi lista de personas a quien voy a matar.

—¡Viejo malparido! —grita el abogado.

—¡Muéranse todos! —grita Sky siendo sacado de la sala.

—Qué hombre más desagradable —dice el abogado acercándose a Annita—. Señora, le pido perdón por mi ofensa.

—Ya paso, trate de no defender a hombres así —dice Annita.

—Nunca más —dice el abogado—. Adiós a todos y Mai, un día quiero ser como tú.

—Lo lograrás —responde Mai viendo al otro abogado irse—. Listo, 58 años está bien.

—Pero con 29 años podría quizás salir —dice Tamy.

—El juez dijo; “Cuando cumpla la mitad de su sentencia solo podrá optar algún beneficio” Eso no quiere decir que sea beneficio de salir. Sí no a alguna conyugal o recibir ayuda el estado para optar a un nuevo juicio. Antes ya no lo puede pedir.

—Oh, ya entiendo —dice Tamy—. Creo que estudiaré para ser abogada.

—Créeme que no es tan fácil como lo ves —dice Mai—. Es estresante y si te gusta leer y escribir no deberías tener problemas y sobre todo para amanecerte.

—Auch… Cómo que lo pensaré —dice Tamy rascando su cabeza.

—Sí hija, piénsalo bien —dice Annita abrazando a su hija.

—Piénsalo —dice Mai—. Vamos, los llevaré a su casa, luego tengo otro juicio más tarde.

—Gracias Mai, realmente gracias por devolvernos la tranquilidad —dice Yim con una corta reverencia.

—De nada —responde Mai jugando con el pelo de Yim—. Ahora podrás estar tranquilo para escuchar mis locuras cuando vaya al bar.

—Así será —responde Yim sonriendo.

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