★★Mansión Suppasít Jongcheveevat★★
(Living)

—¿Qué quieres comer amor? —pregunta Max.

—Si sigo comiendo tanto seré una pelota —responde Tul—. Ya voy a estallar.

—Es importante alimentarte, ya escuchaste al Ginecólogo —responde Max—. Por ende debes cuidar tu alimentación.

—Lo sé, pero por ahora ya es suficiente —dice Tul bostezando—. Mejor una dormidita, eso me gustaría.

El timbre suena.

—¿Es una invitación? —sonríe Max—. ¿Esperamos a alguien?

—No que sepa yo —responde Tul—. Quizás sea Mew que olvidó sus llaves.

—Tal vez si —dice Max.

—Señores, perdón molestar, pero en la entrada hay un señor que desea ver al señor Max —dice la empleada.

—¿No te dijo el nombre? —pregunta Max poniéndose en pies.

—Apiwat —responde la empleada.

—¿¡Qué hace ese imbécil aquí?! —grita levemente Tul.

—Tranquilo amor —dice Max—. Yo me encargo de él, tú ve a la habitación a descansar, no puedes pasar malos ratos.

—No voy a estar tranquilo si este imbécil está aquí —responde Tul liberando sus feromonas.

—Debes hacer el esfuerzo de estarlo —responde Max—. Vete a la habitación y ya pronto subo, seguramente viene a hablar sobre la joyería.

—¡Argh! —reclama levemente Tul—. 10 minutos solamente o bajo y lo corro a patadas.

—Está bien, te aseguro que será menos de 10 minutos —responde Max dejando un corto beso en los labios de su esposo.

Tul y Max salen del living y van a la entrada donde estaba las escaleras para el segundo piso.

—Sube, ya voy —dice Max.

—¿No saludas? —interroga Apiwat—. Qué descortés. Buenas tardes, Tul.

—No tengo por qué saludar —responde Tul con enojo y sube a la habitación.

—Solo debes hablar conmigo —dice Max molesto—. Creo que la última vez no aprendiste la lección en la joyería.

—De eso vengo a hablar contigo, de aquí a que llegue la citación son muchos días y yo quedé sin mi trabajo y otros también que dependían de mí quedaron sin trabajar y ahora quieren sus sueldos.

—Me sorprende que con tanto dinero que ganaste hoy vengas aquí a prácticamente pedir dinero —responde Max con ironía—. Deberías tener el dinero suficiente para liquidar a tus trabajadores.

—Solo quiero negociar los daños —responde Apiwat—. Ya estoy aburrido de no hacer nada. Ya luego yo veré el tema de mis trabajadores.

—Bien, ¿traes los documentos que te dije? Necesito detalles de los gastos y valoración de las joyas. Además de la propiedad —dice Max mirando su reloj—. Sígueme a mi despacho, tengo 10 minutos solamente y eso 9 minutos.

—Aquí están los documentos —dice Apiwat al mostrarlos.

—Ok, vamos.

Ambos caminan al despacho.

—Siéntate —dice Max tomando asiento en su lugar—. Quiero ver esos documentos.

—Aquí está todo, un total de $150 millones en pérdidas y $80 millones por la propiedad —dice Apiwat con burla—. ¿Me darás $230 millones por todo?

—¿Es una burla? —interroga Max sarcástico leyendo los documentos.

—Te metiste en un gran problema de dinero—dice Apiwat riendo—. Qué gran problema te metió tu Omega, tener que pagar una fuerte cantidad de dinero.

—No seas estúpido, vendería mi alma por mi Omega —responde Max tirando la carpeta—. Dije eso porque pensé que serían más de $230 millones, eso es lo que generó con una de mis empresas, es una basura lo que te debo pagar. ¿Cheque o transferencia?

—¡Oh! Verdad que el gran Max Suppasit es uno de los empresarios multimillonarios de la ciudad o mejor dicho del país —responde sarcástico Apiwat.

—Claro que sí, fui muy inteligente en mi adolescencia, hoy me puedo dar este gran lujo que vez —dice Max sonriendo.

—Solo eres un presumido —dice Apiwat.

—Entonces te voy a firmar los documentos que la tienda es mía y todo lo que hay dentro, no tienes permitido ya mover nada —dice Max estirando la mano—. Dame las llaves, mandaré a cerrar el lugar.

—Aún tengo cosas que sacar mías —dice Apiwat.

—Te las haré llegar —responde Max—. Al firmar será mi propiedad y no te quiero cerca.

—Tanto odio por un simple Omega —dice Apiwat entregando la llave—. Quiero transferencia.

—Ese “Simple Omega” Es mi esposo y no es un simple Omega, es un Omega dominante y ya te dije; “Qué vendería mi alma” Por él, el lugar ahora mío —dice Max al firmar la compra y compensación. Se queda con los contratos originales y la copias se la da a Apiwat—. Estoy seguro de que muchas joyas se salvaron y las que están rotas simplemente las mandaré a reparar, todo tiene arreglo, si no lo tienen se manda a fundir y se hacen nuevas joyas, ¿vez? Todo es una nueva inversión y ganancia.

—Muy inteligente Max —dice Apiwat guardando las copias—. Entonces ya no tenemos por qué vernos las caras. Ya tengo lo que quiero. Aquí está la cuenta que debe ir el dinero depositado.

—Sí, ya tienes lo que quieres, espero no verte más, el dinero estará liberado en una hora más al ser una alta suma de dinero —dice Max escribiendo en su computador—. Sí que te esperas.

—Perfecto, estaré al pendiente Max —dice Apiwat levantándose de su lugar.

Tok-tok.

—Adelante —dice Max.

—Papá… ¿¡Qué hace este aquí?! —interroga Mew enojado.

—Solo necesita dinero —responde Max con sarcasmo—. Estaba haciendo la compra y compensación de la joyería.

—Entiendo, imagino que no tiene nada si te está buscando, un pésimo empresario si no sabe administrar dinero —responde Mew.

—Una lengua bien filosa —dice Apiwat—. Igual a tus padres, debes estar orgulloso de ser un Suppasit y sobre todo ser un Dominante.

—Claro que si estoy orgulloso —responde Mew molesto—. Pero eso a ti no te debe interesar.

—Tengo lo que quiero y me voy mejor —dice Apiwat—. Cuídate Mew y cuídate mucho no vaya a ser que algo te pase un día.

—Si me estás amenazando con algo es mejor aclarar todo ahora —dice Mew con sus ojos dorados.

—¿Quién se atrevería a amenazar a un Dominante? —interroga Apiwat—. Yo no, pero quizás otros sí.

—¡Te escuché maldito desgraciado! —grita Tul entrando rápidamente para tomar del cuello a Apiwat—. ¡Si a mi cachorro Mew le pasa algo te buscaré hasta en el infierno!

—¡Tul! —grita Max al acercarse rápidamente—. Suéltalo y piensa en tu condición.

—Suéltalo papi, este solo ladra, pero no muerde, jamás me podrá poner una mano encima —responde Mew tomando la mano de su papi.

—¡Desgraciado! —grita Tul al soltarlo—.¡Sal ahora mismo de mi casa o te mato!

—¡Todos están locos! —grita Apiwat levantándose rápido y salir.

—Amor, es peligroso lo que hiciste, piensa en nuestro cachorro —dice Max.

—Así es papi, yo sé que ese imbécil nada me puede hacer, solo ladra para causar miedo o intriga, pero nada nos pueden hacer —dice Mew.

—¿Por qué bajaste? Te dije que estuvieras en la habitación —dice Max.

—Ya habían pasado 10 minutos —responde Tul—. A ver… Mew… ¿Qué ocurre contigo? Algo hay en ti, tu aroma me dice; feliz. ¿Qué pasó?

—Puede ser que vengo de una cita con alguien —responde Mew.

—¿¡Ya olvides al hijo de los Kanawut?! —grita levemente Tul—. ¡Mew!

—Amor… El cachorro, no te alteres —dice Max mirando a Mew—. ¿Vas a ver a otra persona ahora? ¿Ya te aburriste de esperar a Gulf?

—Padres, años estuve persiguiendo a escondidas a Gulf, incluso hice a mi lobo más sumiso para que Gulf no se asustara —responde Mew.

—¿¡Es un sí?! —pregunta Tul sollozando—. Yo que lo quería como yerno, pero no puedo interferir en tus decisiones, diste mucho por él incluso perdiste años, te entiendo hijo y no te voy a juzgar.

—Papi, no me dejas terminar, con quién salí a comer es con Gulf, años lo he amado, claramente no lo dejaré ir tan fácilmente —responde Mew—. ¡Ouch! Espera.

Rápidamente, Mew sale dejando a Tul y Max mirándose y Max limpiaba las lágrimas de Tul y besaba su frente.

—Estás muy sensible amor —dice Max—. Tranquilo, ya escuchaste que nuestro hijo salió por fin con Gulf.

—Sí, ya lo escuché —dice Tul—. ¿A dónde iría?

—No sé —responde Max mirando que Mew volvió—. Allí viene.

—Miren, Gulf te mando todo esto papi, hoy fuimos a comer al «Resort Hall» Que es de su familia, le mencioné que estás en estado y amarías comer esa comida y te mando todo esto —dice Mew dejando las bolsas sobre la mesa.

—Wow, esto es demasiado hijo —dice Tul mirando las bolsas—. Esto debe costar muchísimo, la comida en ese lugar es carísima, pero de primera calidad, una reservación puede llevar meses.

—Hay que agradecer de una buena forma a Gulf por su grata sorpresa —dice Max—. Realmente hay que buscar la forma de agradecer todo lo que envío.

—Sí, tendré que pensar en alguna forma de agradecer todo esto para mi papi y usted —dice Mew—. Pero coman, esta comida es deliciosa.

—Por lo que veo por fin algo resuelto con Gulf —dice Max tomando las bolsas.

—Sí, algo está resultando, espero llegar a tener su amor —dice Mew—. Realmente lo voy a amar y cuidar.

—Me alegra que por fin todo te esté resultando hijo, debes ser atento y detallista, que Gulf sienta que tus intenciones son sinceras —dice Tul—. Y sobre todo no permitir que nadie se entrometa.

—Uff… Anchilee es una entrometida, esa chica llegó a estudiar y le está haciendo la guerra a Gulf por mí —dice Mew suspirando—. No quiero que Gulf crea que en algún momento le voy a corresponder a esa Omega.

—Dale seguridad a Gulf y hazle saber que es único, por ser Dominante siempre van a existir Omegas o Alfas persiguiéndote. Solamente no caigas en tentaciones y pierdas todos tus esfuerzos —dice Max—. Esto huele muy bien y habré el apetito.

—Sí, vamos a comer y seguimos hablando, incluso creamos algún plan para que Gulf si o si te acepte hijo —dice Tul.

—Está bien, vamos al comedor —dice Mew ayudando a su padre con las bolsas.

—Ya se me hizo agua la boca —dice Tul—. Sí amo está comida créeme cariño que deberás solo hacer reservación en el «Resort Hall».

—Así lo haré amor, y creo que será más fácil si Gulf se cede ante nuestro hijo —dice Max—. Sí que hijo, ve por Gulf y no te dejes vencer y menos seducir por otros.

—Jajaja, salen con cada locura padres —dice Mew riendo—. Amo a Gulf por su forma de ser y no por su dinero o por obtener algún beneficio.

—Lo sabemos hijo, no es como si nosotros no pudiéramos pagar todo esto —dice Tul sonriendo—. Solo es juego, vamos a comer mejor.

—Sí, comamos —dice Max—. Con esto creo que no será necesario que sirvan la cena.

—Claro que no —dice Mew sonriendo al recordar los besos que se dieron con Gulf—. Cómo no amarte si eres hermoso y al besar tus labios conocí el paraíso. Ya los extraño, tus labios tienen fuego que marcaron los míos y solo deseo seguir besando por el resto de mi vida.

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