De compras pt.2
—Anni, es Alex. Está en la puerta. —Oigo gritar a mi madre desde la otra punta de la casa. "Alex" es la manera que tiene mi madre de llamar a Alexandria, aunque a ella no le gusta nada porque dice que suena a nombre de chico.
—Vale mamá. Ya voy —grito.
Tapo el frasco que estaba oliendo, es un perfume con mondas de fruta. Le he metido naranjas, limones y algo de azahar. Creo que puede ser buena idea. Dejo el tarro en una estantería en el cobertizo, salgo y cierro la puerta.
Entro en casa por la puerta de atrás, atravesando la cocina. Salgo de la cocina y tomo el pasillo en dirección a la entrada. Allí veo a Andri y a mi madre hablando. Andri pone una enorme sonrisa al verme y dice con mucha ilusión
—¡Mira lo que he traído! —Andri me muestra una bandeja repleta de galletas de las que ella hace.
—Joooo. ¡Te dije que las haríamos juntas!
—Claro que sí. Pero quería traer galletas a tus padres también, y aproveché ahora—. Qué simpática es Andri. Tiene razón, no pasa nada. No me importa si el plan no se ha cancelado.
—Muchas gracias guapa —le dice mi madre sonriendo.
Me acerco a Andri y le doy un abrazo para saludarla. Siempre nos saludamos así.
-¿Nos vamos? -Me dice mirándome a los ojos.
-Sí.
-Adiós chicas. -Dice mi madre mientras coge la bandeja, con una galleta en la mano comiéndosela. -Y gracias por las galletas Alexandria.
Me acerco a mi madre y le doy un beso.
-Adiós mamá.
-Adiós bonita. -Me dice mi madre.
Siempre es muy cariñosa conmigo.
Caminamos por las calles. Hace un sol radiante. Tengo algo de calor.
-¿Sabes qué? Estuve estudiando un poco de Historia. Cuando quieras estudiamos juntas.
-Vale. Mejor, es un rollo. Me parece aburridísima.
-No te preocupes Sue. Poquito a poco. Haremos limonada ¿vale?
-Sí. -Me encanta la limonada. Andri conoce muy bien mis gustos.
Llegamos al Centro comercial Sólo de ver la entrada ya me produce rechazo. Apenas vengo aquí. No entiendo cómo muchas de mis amigas han cambiado el jugar en el parque por estar aquí dentro dando vueltas de un lado para otro.
Además, encontrarse con ellas ahora es difícil. Como nos hemos quedado muy pocas fuera del grupo, a las que no venimos al centro comercial no tratan como si fuésemos unas traidoras. No se dan cuenta que en realidad las traidoras son ellas. Ellas son las que han abandonado el parque... Yo sin embargo no me enfado con ellas. Si prefieren el centro comercial tampoco puedo culparlas.
No entiendo por qué parecen un poco rencorosas con nosotras. Especialmente con Ale. Ale es más directa. Les dice que el centro comercial le parece un aburrimiento, y a ellas no les gusta oír eso. Yo también creo que es un aburrimiento, pero no quiero decir nada. A mi me gusta mi invisibilidad. No quiero que se me vea mucho. Pero estoy con Alexandria, la apoyo en todo. Sin ninguna duda.
-Por aquí. Vamos a esta tienda. La ropa de aquí me suele quedar bastante bien.
Ale me coge la mano y me arrastra. Me gusta cuando me coge de la mano, es genial.
-Mira esto. ¡Qué horror! -Alexandria coge una prenda de las que están de moda ahora. De esas que todas las chicas llevan para gustarles a los chicos, especialmente las popus.-No quiero vestirme para gustarle a nadie. Sólo para gustarme a mí.
-Eso lo dicen las popus. -Le digo riéndome para meterme un poco con ella.
-Es verdad. Pero yo lo digo de VERDAD. -Alexandria saca su típico carácter, a pesar de que lo dice de broma.
-¿Tú me has visto hacerme cien fotos para subirlas a alguna red social?
-No. Tienes razón. -Le contesto dándole un beso en la mejilla, para que no se enfade.
Seguimos andando por la tienda mirando prendas. De repente veo una camiseta blanca preciosa.
-A mí me gusta esta. ¿Y a ti? -Se la cojo y se la doy a ella.
-Es muy bonita. ¿Nos vamos a probarla?
-Vale.
-¿Has traído el móvil? Para hacernos fotos... -Me dice Alexandria en tono de burla.
-No. Me lo he dejado en casa.
-Tú como siempre Anni.
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