6. ¡Silencio! pt1

—¿Tú no lo has visto? ¡Ha sido buenísimo! Después lo busco en YouTube y te lo muestro.

Alexandria es muy entusiasta. Siempre me habla con ilusión. No sé cómo lo hace pero a esta chica cualquier cosa le encanta. Se ha ganado todos los puntos para ser mi super mejor amiga. Sin duda alguna.

Me habla de un vídeo que vio de un hombre que se construyó una isla utilizando sólo botellas de plástico.
—¡Claro que si! —le digo intentando que se calle un poco. La profesora nos está mirando.

—Me gustaría poder hacer algo así cuando sea más grande.

Alexandria es imparable. Es un auténtico tornado. Cuando algo le gusta no consigue callarse y, a veces, nos mete en líos. La tutora nos amenazó con separarnos porque dice que nos pasamos el día hablando. Espero que no lo haga, y se quede solo en una amenaza. Nadie de aquí me gusta tanto como ella.

—Señoritas, por favor —nos dice la profesora. Acaba de darse media vuelta de la pizarra para reñirnos.

Me pongo supercolorada. No me gusta que me miren. Se acaba de hacer el silencio y están todos mis compañeros mirándome. ¡Qué vergüenza!

Mi compi sin embargo no cambia de color. Ella es un torbellino y está acostumbrada a que le riñan. El instituto no está hecho para ella, es demasiado diferente.

Mi amiga se da cuenta de su error, y empieza a susurrar. ¡Por fin! Andri (asi le llamo a veces, tiene un nombre larguísimo) se suele olvidar de que está en clases. Se emociona y me habla como si estuviésemos en un concierto de rock, chillando. ¿Vosotros tenéis algún amigo o amiga así?

—Esta clase es un rollo. ¡Y tenemos examen el viernes! Aún no he estudiado nada ¿y tú?

—Yo tampoco. Ayer estuve toda la tarde en el jardín.

—¿Sigues con lo de la colonia?

—Sí —le contesto.

—Tiene que ser muy difícil hacer una colonia.

Me río. Y le contesto riendo, en voz bajita.

—Sí. Ayer fui a mirar mis frascos. ¿Te acuerdas de aquellos frascos que tenía con la canela?

—¿Los de las flores blancas? —me pregunta con mucho interés.

—Sí.

—¿Qué tal huelen?

Me empiezo a reir mucho.

—¡Fataaaal! El líquido se puso todo de color marrón, y las flores parece que se han derretido. ¡Puag! ¡Estaba asqueroso!

—¡Qué asco! —Andri empatiza con la escena. Pone mala cara y se ríe conmigo.

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