prólogo



prólogo

El escrutinio de Robin sobre su persona puede hacerlo sentir que acaba con su paciencia, al menos la última media hora que ha estado conduciendo a las afueras de Hawkins. La chica parece no querer quitar la mirada de su persona por muy fuerte que agarre el volante o lo suficientemente tranquilo que quiera aparentar.

Steve siente la mirada de Robin sobre él una y otra vez como si su mundo dependiera de que tan profundamente lo mire. Porque aunque Robin sea su mejor amiga y amor platónico con P mayúscula todavía se sorprende de lo inquietante que puede hacerlo sentir con su suspicacia o extraño sexto sentido.

—¿Puedes dejar de hacer eso? —Pregunta Steve irritado y peinando un poco del cabello que se ha movido por el fresco viento del verano.

—¿Hacer qué? —Robin es un poco cínica o verdaderamente no tiene idea de lo que habla, un poco de ambas decide.

—Mirarme de esa forma, no sé que intentas hacer con mirarme así.

Robin arruga un poco su nariz una señal que hace cuando está un poco disgustada con algo o alguien y, la ha aprendido a conocer en el último año mucho después del monstruo de sombra y los extraños acontecimientos del pueblo.

—¿Cómo quieres que te mire? —pregunta nuevamente con sus grandes ojos intentando buscar la respuesta a lo último dicho por él antes de salir del trabajo.

Steve bufa por lo bajo. Él sólo es una buena persona, no necesita que Robin le busque explicación a lo que ha estado haciendo por casi un año.

—Solo deja de hacerlo ¿quieres? —toma el volante con fuerza antes de volver a peinarse el cabello, por quinta vez en cinco minutos— me haces sentir como si fuese raro, no lo soy ¿entiendes?

—Yo no estoy diciendo que lo seas —Robin encoge sus hombros en señal de poca importancia, es una maldita buena actriz porque sabe que lo hace solo para que él abra su estupida bocota y termine diciendo la verdad— solo me parece algo extraño que tú y...

—Deja de mencionarlo, ya sé que tú piensas que es una locura pero no es así, solo es un favor de amigos.

—¿Amigos? Tú no tienes amigos.

Steve ahora sí la mira directamente, estúpida Robin, por supuesto que no tiene amigos porque todos lo consideran un perdedor y mucho más juntándose con ella. Aunque claro, sabe perfectamente que también es el hecho de que sea casi un hermano para Dustin Henderson.

—Ya hablamos de no hablar sobre mis problemas. Además, estoy intentando resolver mi vida.

Robin se ve segura con una sonrisa en el rostro, es astuta, muy astuta.

—¿Tú vida? ¿Trabajando en una tienda de videos? ¿Saliendo con cualquier chica que se ponga enfrente? ¿No superando a Nancy Wheeler? O sintiendo celos del nuevo amigo de Dustin. —Robin cruza sus brazos intentando restarle importancia, solo quiere saber la razón por la que Steve conduce al hospital estatal de Indiana.

—Por si lo olvidas —Steve se mantiene relajado frente al volante, sin saber exactamente que ha caído en la trampa de Robin— no entré a la universidad y debo mantenerme de algo porque mis padres han decidido solodarme la mitad de una pensión —ignora completamente el sarcástico que trágico de Robin— las chicas quieren salir conmigo y no veo que sea un problema, Nancy se irá a Nueva York con Jonathan y estoy feliz por ella y, por último no estoy celoso de que Dustin tenga amigos ¿bien?

La chica sonríe abiertamente intentando demostrar que entiende perfectamente la situación. Porque ella también está poniendo las cosas en su lugar aún cuando Becky no le ha dicho ni un hola pero ese no es el problema.

—Ya veo —Robin tiene ese aire de sapiencia que compara constantemente  con Nancy, quizá es un poco por lo que le interesó un poco en primera instancia al conocer a su amiga— todo está bien y es la razón por la que visitas a Billy Hargrove en el hospital casi todos los días, porque quieres hacer algo con tu vida y ayudarlo, me parece muy lindo de tu parte que quieras ayudar a mejorar Steve, sabía que dentro de ti hay un corazón noble.

—Wow, wow, no, esa no es la razón por la que veo a Billy casi todos los días —Steve frena de golpe por suerte ambos traen el cinturón de seguridad, gracias multa número 5 de Robin.

—¿Cuál es?

La chica lo observa con una sonrisa filosa en el rostro, sus ojos achinados por la concentración, por supuesto que Robin nunca se compraría ese discurso barato de querer mejorar su vida, porque algo que tiene ese pueblo nauseabundo es que todos parecen seguir un destino al pie de la letra. Y ellos no son la excepción.

Claro que Robin sabría la verdad de una u otra forma aunque si hubiese sido lo suficientemente buen mentiroso eso.no habría pasado. No tendría a Robin en su auto rumbo al hospital donde está Billy Hargrove recuperándose de un agujero en el pecho provocado por un monstruo asquerosamente construido por otros cuerpos.

Robin sonríe de nuevo esta vez con una mirada que ni siquiera sabe como interpretar, ella quiere decirle algo pero tampoco está segura de ello.

—¿Entonces?

—Carajo.




La enferma sonríe cuando ve llegar a Steve desde la puerta. Steve ha estado lleno por casi un año a aquel hospital cerca de Hawkins, la mujer no lo dirá abiertamente pero el chico le parece sumamente atractivo. La joven mujer regala otro gesto cuando Steve se acerca lo suficiente para poder saludar.

—Hola Mía —dice Steve con un asentamiento de cabeza— habitación 001.

—Hoy no trajiste dulces —responde la enfermera y por supuesto que Steve quiere que la tierra lo trate pues puede sentir la mirada de Robin sobre él con una sonrisa bobalicona.

—No me dio tiempo, traje a...

—¿Tu novia?

Y es casi como un reflejo lo que sucede a continuación.

—Una amiga, relación platónica con P mayúscula—interrumpe Robin con una bonita sonrisa notando el genuino interés de la mujer sobre Steve— soy amiga de él y de Billy.

Steve la mira rápidamente pero no por las palabras usadas por Robin más bien el significado detrás de ellas como si Billy y él fuesen amigos o al menos poco más que conocidos con traumas en común.

—Visitas para la habitación 001, están de suerte porque...

—Sí, sí, sí, gracias.

Steve camina a toda prisa tomando el gafete y jalando a Robin de la mano para que comenzase a caminar a lo largo del blanco pasillo. La chica parece notarlo, Steve está tenso y no había conocido esa parte de él aquella que recuerda una parte del Upside Down y toda la mierda que los ha hecho vivir desde aquel entonces.

—¿Qué haces? —recrimina Steve en voz baja.

—Como Billy es tu amigo y yo soy tu amiga, pensé...

—Billy ni siquiera está despierto, no ha despertado en casi un año.

—¿Qué? —Robin tal vez se siente un poco tonta.

—Bien —ambos están al frente de una puerta negra con letras doradas que marcan el 001— Billy está dormido o en coma como se diga, yo solo... he venido porque nadie lo hace ¿de acuerdo? Billy está solo.

Robin intenta abrir la boca para decir algo y sin embargo, es interrumpida por la mano de Steve al abrir la puerta.

Pero las palabras de ambos jóvenes no se ven atoradas por el sonido de la puerta en sí, es la persona en la cama por la que ambos miran directamente dentro de la habitación con los ojos tan grandes por la sorpresa.

—Hola, princesa.

Billy Hargrose sonríe tan cinicamente que no parece que haya estado en coma por así un año o que haya sido poseído por un estúpido ser interdimensional con sus rizos tan largos caer por su rostro y este estr perfectamente perfilado ignorando porcompleto las enormes ojeras en él. Steve de un momento a otro se siente un poco mareado y no sabe si es por el terrible olor a hospital o es la estúpida sonrisa de Billy, sus ojos azules brillando con intensidad o el que el imbécil se ve jodidamente arrogante aún con su lengua pasar por sus labios agrietados.

—¿Qué pasa princesa? ¿Nunca habías visto un muerto?

Mierda.

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