Cap 6. Negociación entre inmortales

-Zamasu, ¿qué te trae por estos lares?- Dice intentando aparentar lo menos sorprendido y enfadado posible, y lo consiguió, hasta logró sorprender al Kaioshin con la calma que logró reunir.

-Hola, yo.- Dice con, aunque aún no lo sepáis, su características sonrisa sádica.

-Pasa.- Dice seco, intentando no desatarse y pegarle un puñetazo con todas sus fuerzas.

Y hay se encuentran, dos seres, que en el pasado, fueron aliados y pensaban lo mismo, hasta que uno, fue buscando más poder y quería más y el otro no pensaba igual.

-No vas a decir nada, luego de tanto tiempo sin vernos.- Dice prepotente, como es constumbre en él. Black no respondió al momento, sabía que si lo hacía, no podría contener su rabia y haría cosas de las que luego se arrepentiría. Así que dejó el tiempo correr durante unos minutos para luego hablar.

-Se podría decir que no tengo nada que decirte.- Dice enmascarando el odio que sentía con una falsa sonrisa, de esas que tan bien ponían ambos.

-He escuchado rumores,- Dice comenzando la conversación, para llevarla a donde el quería.- de que últimamente, has tenido muchas visitas de una mortal, como se llamaba...- Dijo haciendose el mensajero, como si él no supiera nada del tema y Black sabía sus intenciones, no por algo eran el mismo ser.- Son Goya. A no me equivoqué, es Suzuki Arui.- Dice divertido, con el fin de enfurecer a Black con sus habladurías.

Paso el rato, y Zamasu, siempre que podía, sacaba a relucir el tema de Arui. Black por su parte tramaba un plan para sonsacarle información a ese despreciable. Hasta que le vino la inspiración.

-Basta de hablar sobre mí, hablemos sobre mí.- Dijo refiriéndose a Zamasu.- Cuéntame sobre tus misiones.- Dijo poniendo falso interés.

-Pensé que habías dejado tus planes de exterminar el mundo, me alegra oír eso. Bueno, últimamente no ha ocurrido gran cosa. Los suciosos mortales se escondieron en un pueblo entre las montañas. Donde pensaban que no los iba a encontrar. Y fui día tras día matándolos uno por uno, disfrutando de sus caras de agonía y sus súplicas por clemencia, era tan satisfactorio. Pero no todo fue tan sencillo, porque un grupo de humanos y,- Hace una alcada, antes de seguir con asco.- un par de sayans, por culpa de ellos mis planes se han visto frustrados. Así que vine a reconciliarme contigo para triunfar juntos.- Extendió su mano, con la espera de recibir la de su exaliado a cambio.

Se escuchó una suave risa, y luego esta se hizo más fuerte hasta convertirse en una carcajada. Black se reía en las narices de Zamasu, tanto se reía que hasta empezó a llorar. Tuvo que limpiarse las lágrimas para hablar.

-Hay que chiste más bueno.- Dice secándose la última lágrima. Entonces ve el rostro serio de Zamasu y le entran más ganas de reír pero las logra contener.- ¿Lo decías enserio? ¿De verdad crees que luego de dejarme de lado por tus ansias de poder volvería contigo? Debías de haber deducido la respuesta si se supone que eres yo. Y yo en ningún momento dije que siguiera con la misión. Pero si quieres saberlo, hace más de medio año que no mató a los mortales, si ya estabas tú para hacerla a mí me era innecesario.

-Entoces si no vendrás conmigo no me has dejado otra.- Comienza a crear una esfera de ki oscura pero, mientras cegado por la furia creaba la esfera. Una espada fursia de ki le atravesaba el torso, provocando que la esfera de ki se desvaneciera.

Black, sin siquiera comprobar si el Kaioshin seguía con vida comenzó a volar, no sin antes despedirse como es debido.- Adiós, baka.- Y se fue dejando solo a Zamasu en la cabaña y este, extrañamente, lucía una sonrisa de placer

~•~•~

En un pueblo en ruinas, entre las montañas. Una sayan se dirigía a acostarse en su cama. Cuando una figura de un metro setenta y cinco le saca un susto de muerte. Se acerca a la ventana y lo ve. Con su típica sonrisa y su anillo lleno de sangre.

-Blacky, ¿qué te trae por aquí?- Abre la ventana para verlo mejor, a lo que él la empuja un poco y entra en su habitación. Se estira y se sienta en la cama de la chica.

-Hay una plaga de saltamontes en mi casa, así que tuve que abandonarla. Dice tan campante y comienza a explorar la cama de Arui.

- A ver, una, ¿no puedes matar a unos santamontes?- Dice con un tono enfadado.

-No, son inmortales, es imposible matarlos.

-Será matarlas, bueno y la segunda, ¡no toquetes mi cama!- Dice y acto seguido el dios guarda sus manos en sus bolsillos.- Bueno, como parece que no podrás volver a casa.- Comienza a sacar un futón y lo pone en el suelo.- ¡Tú dormirás aquí!

-Bueno, que se le va a hacer.- Dice y se dirige al futón y ella a la cama, pero en un momento de despiste, el se tiende en la cama ocupándola toda y durmiendose en el proceso.

-¡Despierta!-Dice zarandeando a un dormido dios, como no funcionaba, se tendió en el futón. Ya al día siguiente le daría una reprimenda.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top