Capítulo 41
Pov. Mark
-¿Te encuentras bien?, has estado muy inquieto desde que volvistes - me dice John.
Suspiro pesadamente, no se me ocurre cómo voy a decirle que estoy embarazado, no dudo de que esté feliz, pero también estoy seguro que se pondrá paranoico y no me dejará salir en todo el embarazo, más con la batalla que tenemos a la vuelta de la esquina, a la cual obviamente no me dejará ir si se entera de mi estado.
-Mark - me llama con el ceño fruncido.
Otra opción sería no decírselo, inventarme cualquier escusa por la cual estar fuera de la manada, y volver cuando el parto esa inminente, pero si hago eso, estoy seguro de que no me perdonará jamás haberlo apartado de mí durante el embarazo de su segundo cachorro, así que me encuentro en una disyuntiva, y tampoco es que pueda retrasarlo mucho, mi hermana lo dirá si yo no lo digo.
-Amor - me dice al oído abrazándome por detrás - dime qué es lo que te ocurre, sabes que puedes contarme todo, si algo te preocupa, yo te puedo ayudar.
-No es nada - le digo fingiendo una sonrisa, a lo cual me mira sin creérselo.
-Te conozco, es más, llevas mi marca - dice y pasa su mano por la marca, a lo cual suelto un pequeño gemido ahogado y él me sonríe pícaramente - vamos, dime lo que te pasa - besa un par de veces su marca, por lo que no puedo dejar de jadear y pensar que está jugando muy sucio - después podemos divertirnos un rato.
Oh Diosa, ¿por qué me tientas de esta manera?, te agradezco enormemente el mate tan bueno que me has mandado, pero a veces desearía que no fuera tan irresistible, debería ser un delito estar tan caliente, cuando se pone en ese plan no puedo pensar con claridad, y después ocurre lo que ocurre, por cosas como ésta es por las que acabo en este estado, ¡maldito caliente y buenorro John!
-Para - le digo entre jadeos.
-¿Estás seguro? - me pregunta con una voz súper grave y sexi, ¿¡soy yo o en la habitación hace diez grados más que antes!?
Bueno, el lado positivo es que ya estoy embarazado, no puedo estarlo más, lo malo es que siempre hace lo mismo para salirse con la suya, ¿por qué no puedo ser yo por una vez?, ¿por qué siempre es él el que manda?, ésto tiene que cambiar. Reuniendo toda la fuerza de voluntad que puedo albergar, consigo despegarme de él y su pecaminoso cuerpo.
-No - digo firme y con los brazos cruzados.
Él me mira confundido, aún se puede notar claramente la lujuria en sus preciosos ojos pardos, pero no pienso ceder, esta vez el embarazo no me hará ser como perra en celo, porque sí, en mi primer embarazo casi todos le estaba pidiendo que me hiciera suyo toda la noche, antojo que siempre me cumplió encantado de la vida, ese era uno de los motivos por los cuales no me dejaba salir, temía que me tirase a los brazos de otro cuando me venía la calentura, cosa absurda porque solo lo quería y lo quiero a él.
-¿Ocurre algo? - me pregunta levantándose de la cama.
-No, sencillamente no tengo ganas - le digo serio, aunque la verdad es que solo hace falta un par de besos para que me derrita como mantequilla en sus brazos.
-Mark, ¿qué está ocurriendo? - me pregunta serio, incluso así está sexi, esto no es justo.
-Yo - no sé si debo decírselo, suspiro intentando liberar todos los nervios que tengo - estoy embarazado - suelto de un tirón.
John se me queda mirando completamente en shock, tanto sus ojos como su boca están abiertos a más no poder. El nerviosismo ataca mi sistema, los segundos me resultan eternidades enteras, y él no se mueve, sigue en su estado de perplejidad, lo cual me hace pensar que no debí decírselo, al menos no así. De un momento a otro me encuentro siendo elevado y dando vueltas a manos de mi pareja.
-Gracias, gracias - repite una y otra vez sin dejar de darme vueltas, me estoy mareando.
-John, si no quieres que te vomité encima, será mejor que me bajes.
Así lo hace, pero el mareo me obliga a sentarme en la cama hasta que el mundo deje de darme vueltas, pero incluso viendo doble puedo apreciar la gran sonrisa que tiene y sus ojos brillar de felicidad, él siempre quiso tener más hijos, era yo el que no quería, ni el embarazo, ni mucho menos es el parto, fue agradable, tener contracciones cuando no tienes por dónde salir el niño no es una experiencia que quiera repetir, pero al menos ahora no tengo tanto miedo de la cesaria.
-¿Mejor? - me pregunta.
-Eso creo.
-Bien, porque tenemos que planear una fiesta, hay que celebrar la concepción de nuestro hijo, tenemos que decírselo a todos, seguro Tomy se alegra de tener un hermano o hermana pequeño - dice irradiando felicidad.
-Mi hermana, mi cuñada y Alexia ya lo saben - me mira con el ceño fruncido.
-¿Y por qué ellas lo han sabido antes que yo?
-Porque quería hablarlo con mi hermana primero para que me diera consejo, y Sofia y Alexia estaban ahí.
-Bueno, lo que cuenta es que vas a tener a mi cachorro, mañana daremos la noticia al resto - dice volviendo a sonreír.
-Me parece bien.
-Y ahora - dice y me vuelve a abrazar por la espalda - ¿qué tal si continuamos con lo de antes? - me susurra al oído en plan seductor, oh Diosa Luna.
Pov. Alexia
No veo nada, todo lo que hay a mi alrededor es un paisaje blanco, sin nada en él, y para colmo de males, llevo un vestido corto y de tirantes de color blanco, junto a unas manoletinas del mismo color, como si en este lugar no hubiera blanco, además de que no me agrada demasiado este color, me parece un color muy sucio, yo prefiero el negro.
Hace a saber cuánto que me encuentro aquí, y por más que camino, no encuentro un final, ni siquiera un cartel o algo que me indique dónde demonios estoy, no podéis imaginar lo frustrante que es esta situación, es peor que estar en un manicomio, al menos ahí puedes ver paredes y algo más de color.
-El blanco es el color de la pureza - oigo que dice alguien, pero por más que miro, no veo a nadie.
-Hola, ¿hay alguien ahí?
Nada, silencio, ésto es de locos, y todo porque dejé que Axel me marcara, cuando vuelva le voy a dar una paliza, ya le pediré ayuda a Paula que me enseñe algo, además de que me miraré algún hechizo para potenciar mis capacidades físicas, pero que mando a ese idiota al hospital, eso lo saben hasta los esquimales del polo norte.
-El amor es más fuerte que el odio - otra vez esa voz.
-Seas quién seas, déjate ver - grito fuerte con la esperanza de que así me haga caso y no me deje en visto.
-La batalla se acerca, y solo tú podrás evitar la masacre del lobo.
-¿De qué hablas?, ¿hablas del alpha Miguel?
-Ten cuidado, estar marcada ayudará, pero aún así será un riesgo.
-¿Qué?, no te estoy entendiendo - cada vez estoy más confundida.
-Fuistes elegida por una razón, el destino te llevó a él y luego a Saila para que pudieras tener su magia antes de que se lo arrebatasen, es hora de mostrar tu verdadero poder.
De un momento a otro el suelo empieza a agrietarse, como si estuviera en una sala hecha de cristal, después las paredes, incluso el techo, hasta que toda la realidad se hace trizas y caigo al vacío, no sé si alegrarme porque ya dejó todo de ser blanco a mi alrededor, o tener miedo de que ahora todo se esté volviendo negro.
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