Capítulo 27
Pov. Alexia
Se notaba desde lejos que estaba al borde de perder el control, su lobo y él estaban muy enfadados, solo espero que con esto de tener que buscar información se calmen un poco, no me apetece lidiar con un hombre lobo fuera de control, y menos en una manada que quiere guerra con la suya.
Pasamos los siguientes minutos buscando información, y por suerte pudimos encontrar bastante, yo a penas entendía nada, pero al parecer Axel sí, consiguió averiguar su modo de entrenamiento, su forma defensiva y de ataque, el número aproximado de guerreros y de candidatos, además de unas cuantas cosas más sobre el poderío de sus lobos, cosa que no entendí muy bien.
Cuando leía a cerca de historias de licantropía, nunca imaginé que habría tantas cosas, normalmente las historias se centraban en la relación romántica de los protagonistas, te mostraban escenas de lucha y alguna que otra estrategia, pero no hablaban de las mil cosas a cerca de la organización de una manada, y yo nunca me lo había planteado hasta ahora.
En cuanto tuvimos toda la información necesaria, yo también la aprendí aunque mucho no lo entendiera, pero mejor que ambos la sepamos por si se olvida de algo, doy gracias de poder memorizar fácil si la situación lo requiere, gracias a eso me salvé en más de un examen, ¿quién me iba a decir que lo usaría para algo así?, para una guerra de licántropos, ni en mis imaginaciones más descabelladas me planteé ésto.
Salimos del lugar sin hacer ruido, ya empieza a haber gente y no queremos que nos descubran, al final tardamos más de lo previsto por lo que dijo Axel, incluso sugirió que debió despertarme más temprano, a lo cual estuve tentada de golpearle la cabeza, bastante que me hubiera despertado pronto cuando ni siquiera me había avisado, que se aguante con lo que hay.
Cruzamos el mismo camino que recorrimos para llegar a la casa principal, y nos encontramos con la entrada a esa misteriosa cueva de la cual tengo bastante curiosidad, creo que les preguntaré a cerca de esto a Esmeralda y Peridoto, es probable que ellas lo sepan, y si no, se lo preguntaré a Aitana o a Atenea, que además le tengo que preguntar cuándo despertará mi hermano.
Al entrar en la cueva está todo oscuro, como siempre, pero al cabo de unos minutos salimos y la luz del sol nos golpea, después de haber estado en un lugar tan oscuro, tanta luz me daña los ojos, y no solo a mí, también a Axel por lo que he podido apreciar, pero en cuanto nos recuperamos volvemos a la casa principal, donde podemos ver que ya casi todos están en el comedor, y los cuales nos ven raro al entrar con mochilas.
-No me digas que mi hermana, la chica de hielo, la han descongelado - dice Luis al vernos entrar.
-Tienes suerte de que me alegre verte despierto, si no, te daría una paliza por ese comentario tan inapropiado - digo rodando los ojos, y él y muchos se echan a reír.
Muchos parecen felices por vernos a Axel y a mí juntos, incluido a mi hermano, pero lo que se me hace extraño es ver a Naiara tan decaída, así que después del desayuno pienso hablar con ella, se supone que este es su deseo, lo que ella quería, y que se sentía feliz con todo ésto, no entiendo porqué ahora se la ve tan apagada, y no voy a permitirlo.
-Naiara - la llamo cuando está subiendo las escaleras - ¿podemos hablar? - ella solo asiente y vamos hasta su habitación en silencio.
-¿Qué pasa?, ¿quieres hablar de tu salida con Axel? - veo que intenta sonreír y alegrarse por mí, pero la sonrisa no le llega a los ojos, y eso me entristece aún más.
-La pregunta correcta es ¿qué te pasa a ti?, estás muy apagada - ella intenta evitar mi mirada.
-No es nada - me dice casi en un susurro.
-No te creo, te conozco muy bien y algo te pasa - ella suspira y me mira.
-Es por Aarón.
-¿Qué pasa con él?, ¿te ha hecho algo?, si es así, lo voy a...
-No es eso - me interrumpe - lo que pasa es que casi ni nos vemos, siempre está en el gremio entrenando, me alegro por él, es su sueño, pero me siento un poco desplazada - me dice triste.
-Creo que lo mejor es que hables con él, es probable que no sepa cómo te sientes, ya verás como se arreglará en cuanto lo habléis.
-¿Tú crees? - me pregunta con esperanza.
-Ya verás como sí - le digo con una sonrisa - y si no, le cortaré las pelotas - digo haciendo con mi mano unas tijeras e intentando imitar el sonido de unas al cortar, Naiara se ríe y yo estoy satisfecha con el resultado.
Pov. Aarón
-No está mal, veamos cómo te va con la siguiente prueba - me dice la agente Heks.
Llevo estos últimos días entrenando con la agente Heks tal como digo el director, a ella no le gustaba al principio, pero poco a poco nos hemos empezado a llevar bien, es una buena chica, un poco loca e irascible, pero nada con lo que no haya tratado antes, por lo que me ha dicho, ella es la primera y única de su familia en ser cazadora, es lo único que me hablado de su familia.
Además se ha propuesto la meta de ponerme un reto que no pueda superar, y hoy es su último día, si gana, tendré que aceptar cualquier cosa que me pida, y si gano yo, me tendrá que decir su nombre, y seré el primer y único en saberlo, ya que por alguna razón, ella se empeña en ocultarlo, ni siquiera el director ha conseguido saber su nombre, ese dato en su expediente está vacío, igual que su apellido.
Admito que las pruebas que me ha hecho, han sido difíciles, pero he podido superarlas todas, y ya queda poco para que se acabe el entrenamiento de hoy, solo tengo que pasar esta prueba y otra, y habré ganado, podrá parecer una tontería, pero gracias a esta tontería he conseguido que nos llevemos bien, y merece la pena llevarla hasta el final.
-Mierda - dice cuando consigo superar la prueba con éxito.
-Bueno, Heks, ¿cuál es la siguiente y última prueba? - pregunto con fanfarronería.
-No te creas que será tan fácil - me dice con una sonrisa maliciosa - tu última prueba será enfrentarte a mí, y no te será fácil, ya que será una pelea cuerpo a cuerpo y no podrás transformarte en ningún momento, si lo haces, pierdes, ¿estás listo?
No respondo, solo asiento con la cabeza y me dirijo a la arena de combate, las reglas son muy sencillas, pierde quien queda inconsciente o se rinde, vale cualquier estilo de lucha, pero está prohibido cualquier tipo de arma, tampoco causar heridas graves a propósito, a veces ocurre que de un mal golpe rompes las costillas a alguien, en ese caso se interrumpe el combate y ganas, pero si lo haces a propósito, pierdes.
Ambos nos posicionamos el uno enfrente del otro, no hay árbitro ni tiempo, pero eso no quita para que sea un combate limpio, o al menos es eso lo que pienso. Ella lanza el primer ataque y lo esquivo con algo de dificultad, es rápida, pero no pienso permitir que me gane, mi meta es ser el mejor, incluso ser mejor que mi madre, aunque lo veo difícil, pero no imposible.
Heks me sigue lanzando golpe tras golpe, consigo parar o esquivar la mayoría, pero algunos me dan, no voy a mentir diciendo que no duelen, sí lo hacen, pero comparados con los de mis conocidos, no es nada, y al cabo de un rato se nota que ella se está cansando, sus golpes cada vez son más lentos, por lo cual empiezo a ser yo quien la ataca, y pronto está en el suelo.
-Me rindo, has ganado - dice de mala gana.
-Bien, entonces dime, ¿cuál es tu nombre? - pregunto sonriente.
-Me llamo Helen.
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