Capítulo 23

Pov. Axel

Desde primera hora de la mañana he estado entrenando con Tomy, ser híbrido le da cierta ventaja en combate, sobre todo si es en forma humana, pues al ser un híbrido licántropo-vampiro, tiene velocidad vampírica, y si ya es difícil en forma lobuna, imaginaos en forma humana, es casi imposible, por eso me gusta entrenar con él.

-¿Y si lo dejamos?, ya casi es la hora de la comida - me dice Tomy.

-Me parece bien - digo y empiezo a recoger las cosas - ¿seguimos esta tarde?

-Claro, ¿por qué no?

Desde ayer he empezado a entrenar más duro, se avecinan tiempos difíciles, por un lado tenemos una guerra contra un aquelarre, y por el otro una guerra con una manada cuyo beta es el imbécil “padre” de Ari, el cual todos opinamos que haría un favor al mundo si se suicidara, o como opina mi tía Paula, es decir, palabras textuales suyas, déjadmelo a mí y yo me encargo de torturarlo hasta matarlo.

Es comprensible que todos tengan miedo Paula, es una sádica maravilla.

¿Qué quieres decir con sádica maravilla?

Que es sádica, y que su ser sádico es maravilloso, me encanta su forma de ser.

En verdad que no os entiendo a mi madre y a ti, el resto del mundo acojonados con ella, y vosotros tan tranquilos.

Eso es porque sois unos gallinas, ojalá todos tuvierais las agallas que tienen Paula y Aitana.

Cierro el link con él, no me apetece que me vuelva a regañar por, según él, ser un cobarde sin agallas, si no le gusto, que hubiera elegido a otro humano como portador, yo de seguro estaría mejor con un lobo que no fuera tan bruto y fuera más razonable, pero no, tengo a la bestia de Fenris.

Tienes suerte de tenerme, y gracias, me gusta ser una bestia.

Creo que Fenris habría encajado mejor con mi tía Paula, de seguro se hubieran hecho los mejores amigos, es más, sé muy bien que a ella le cae genial Fenris, a veces me pide que sea él quien tome el control cuando estamos con ella para platicar con él, a veces hasta parece que se lleva mejor con mi lobo que conmigo.

Tu tía tiene buen gusto.

Esto es lo que más detesto de Fenris, aunque corte el link con él, se sigue metiendo en mi mente sin permiso, ¿por qué no podía darme la Diosa Luna un lobo alpha normal?, ¿por qué no puedo controlarlo cuando se supone que el humano se antepone frente al lobo interno?, en verdad que no lo entiendo.

Dejo de pensar en mi lobo en el mismo momento que percibo el aroma de mi mate, doy gracias por no haber perdido el olfato después de lo de ayer, ¿A QUIÉN DEMONIOS SE LE OCURRIÓ PONER MARISCO EN LAS CORTINAS DE LAS HABITACIONES?, aquello olía fatal por la noche, y a pesar de quitar las cortinas, y de abrir las ventanas, eso olía a marisco podrido que tiraba para atrás.

Ni me lo recuerdes, ¡qué pestazo!

Coincido con Fenris, pero lo raro es que eso solo nos lo hicieron a Aarón, Tomy y a mí, a nadie más, lo cual es muy sospechoso, y tengo la sospecha de que fue Serena, la mejor amiga de mi hermana Atenea, ella nos detesta a los tres, y la veo muy capaz de hacer esa broma pesada; pero dejando eso de lado, me concentro en seguir el aroma de mi mate.

Su olor es reciente, y se aleja de la manada, ¿por qué se aleja?, ¿acaso quiere irse?, con esos pensamientos nada agradables, me dirijo corriendo a donde está mi mate guiándome por el olor, tanto Fenris como yo estamos preocupados, no queremos que se vaya, además de que le puede pasar cualquier cosa fuera de la manada, allí no está protegida.

Me relajo al ver que está en un claro que, aunque está fuera de la manada, está bastante cerca, se ve hermosa como siempre, pero puedo ver que está hablando, así que miro más lejos de ella para saber con quién habla. Al ver que está hablando con un chico, los celos me embargan, ¿quién es él y qué hace con mi mate?

Eso mismo quiero saber yo.

Pov. Alexia

Ayer estuve toda la tarde entrenando con Esmeralda y Peridoto, la verdad es que aprendo rápido, me basta ver las cosas un par de veces para hacerme una idea general de cómo se debe hacer, ya que al parecer, el lanzar los hechizos es cuestión de técnica, no vale hacerlos de cualquier manera; además anoche pude leer el libro de hechicería, bueno, después de los gritos que hubo por la noche.

Al parecer, la gran idea que tuvieron Atenea y Naiara fue poner marisco en las cortinas de las habitaciones de los chicos, y al parecer tuvieron ayuda de una chica llamada Serena, la verdad es que no la conozco, ella ya se había ido cuando yo llegué para comer, y los chicos no se dieron cuenta hasta que fueron a sus habitaciones a dormir, y ya os podéis imaginar los gritos, y la verdad es que apestaba bastante, marisco al sol no es una buena idea, al menos que quieras hacer una broma pesada.

Los chicos casi no se mueren cuando entraron a la habitación, y a pesar de todos sus intentos por minimizar el olor, no les funcionó, y tuvieron que aguantar el olor toda la noche, es un milagro que esta mañana aún conservaran el olfato, en mi opinión las chicas se han pasado con la broma, aunque no dije nada de quién lo hice, aunque ganas no me faltaron.

En fin, el caso es que ahora me dirijo hacia el claro de ayer, para encontrarme a ese tal Jem, y para estar segura, antes de salir hice una poción que tiene el poder de curar envenenamientos, además de aprender de memoria un par de hechizos, y tener en una hoja doblada y guardada en uno de los bolsillos de mi pantalón con hechizos que podrían serme útiles, toda precaución es poca, no me pienso arriesgar.

-Al fin llegas - me dice ese tipo, el cual parece que ya me estaba esperando en el claro - empezaba a pensar que te habrías perdido o que no ibas a venir.

-En realidad me costó encontrar el lugar, no tenía muy claro por dónde estaba, en cuanto a lo de no venir, te lo prometí, y yo no rompo mis promesas.

-¿Quieres decir que si me prometieras besarme, lo harías? - me pregunta juguetón.

-Eso nunca pasará - le digo seria y segura.

-¿Este encanto tiene mate?

-Así es, así que agradecería que no fueras así.

-¿Qué tiene de malo?, además, yo no veo marca por ningún lado, ni siquiera tu olor está mezclado con el de otro, es como si no tuvieras nada con él.

-Una cosa no quita la otra, nos estamos conociendo, las relaciones no son iguales para licántropos que para humanos.

-Cierto, los humanos tenéis más libertad de elección, por eso mismo podrías elegirme a mí y dejar a tu mate.

Lo miro anonadada, ¿va en serio?, lo acabo de conocer, además de que desde mi punto de vista, Axel es más guapo, a parte de ser mi mate, por algo nos unió la Diosa Luna ¿no?, ¿quién se ha creído este tipo que es?, ¿el ombligo del mundo?, ¿qué digo del mundo?, DEL UNIVERSO, en verdad que me molesta esa actitud prepotente que tiene.

-Te has quedado callada, ¿quiere eso decir que lo estás considerando?

Antes siquiera de que pueda responderle, o mejor dicho, insultarle, un gruñido se escucha detrás mío, me giro y puedo ver a un Axel claramente muy cabreado y con los ojos completamente negros, lo cual obviamente no es bueno, aunque para ser sincera, no me importaría que le diera una paliza a este tipo, en verdad que es un imbécil, pero algo me dice que en el estado en el que se encuentra, no solo lo dañará, sino que lo matará, y no me apetece presenciar eso.

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