Capítulo 18
Pov. Alexia
-¿En serio tuvisteis que esquivar bolas de fuego? - le pregunto sin creérmelo.
-En teoría eran fuegos fatuos, pero sí - me responde Naira.
-Pues vaya, nunca imaginé que me alegraría tanto ser una bruja blanca - le digo bien contenta - y sobre todo no tener que entrenar con Aitana.
-Ya, y que lo digas - dice suspirando - ¿y tú?, ¿qué has hecho?
-Poca cosa, me han entregado un par de libros de magia, me han indicado que tengo que aprenderme de memoria de mano, me han mostrado los objetivos que utilizaremos para hacer pociones y hechizos, y me han contado un par de anécdotas de cuando ellas empezaron con la magia - digo y me encojo de hombros.
-Es que no me creo la suerte que tienes - dice con una mezcla de molestia y envidia.
Me río sin contenerme, la verdad es que sí que tengo suerte, en la mayoría de aspectos de la vida tengo suerte, en los únicos que parece que soy gafe, es en cuanto a estrellas fugaces y problemas se refiere, porque en eso, tanto Luis como yo nos metemos en líos cada dos por tres, solo hay que ver nuestro expediente, no me sorprendería que viniera ahora a decir que hay otro problema.
-Alix, Naiara, tengo un problema - para qué hablaré.
-¿Qué pasa? - pregunta Naiara.
-¿Por casualidad no sabréis dónde está Atenea?
-Imagino que en su cuarto, ya es de noche y todos hemos cenado - digo confundida.
-No, ahí no está, ya he mirado - dice decaído.
-¿Qué ha pasado? - le pregunto preocupada.
-Atenea me oyó hablar con Cristina, y se ha ido pensando cosas que no son.
-¿No le has dicho que solo es una amiga?, es más, Cristina es un programa informático.
-No me ha dado tiempo, antes de poder explicárselo ha salido corriendo.
-Pues busquemos la - digo.
-Es lo que he estado haciendo, genia.
-¿Con un hechizo de rastreo? - le pregunto y entonces se calla.
-¿Y cómo piensas hacerlo? - me pregunta Naiara.
-Pues buscando el hechizo en el libro, ¿cómo sino? - digo obvia.
-Aitana aún no nos ha dado el libro, piensa que primero tenemos que aprender lo básico antes de meternos con él - me dice.
-Pues a mí Esmeralda y Peridoto ya me le han dado.
-¿En serio? - me preguntan ambos incrédulos.
-Sí - digo y recito el hechizo que me han enseñado para que aparezca el libro - ¿veis?
-Si cuando yo digo que eres toda una suertuda - me dice Naiara.
-¿Suertuda?, esa palabra queda pequeña comparada con la suerte de mi hermana - refunfuña Luis.
-Deja de refunfuñar y busquemos el hechizo - digo poniendo el libro para que los tres lo podamos ver.
La verdad es que no lo he mirado, tenía la intención de empezar a leerlo esta noche, pero como Naiara quería hablar, y a mí no me corría prisa, pues pensé en dejarlo para mañana, pero visto que Luis necesita ayuda, habrá que buscar en el libro un hechizo de rastreo, ya que sé que existe debido a que Atenea mencionó uno cuando Axel y yo volvimos de nuestra...¿cita?
-Aquí está - dice Luis emocionado al encontrarlo.
-Lo vemos, no hace falta que lo digas - digo para molestarlo, y lo consigo, ya que Luis suelta un bufido.
-Pues ya que eres tan lista, hazlo tú.
Ignoro su comentario y leo el hechizo, prefiero leerlo antes de decirlo en voz alta, no vaya a ser que me confunda y cree una explosión o algo parecido. Una vez lo he leído detenidamente, lo recito en voz alta y se forma una niebla, por lo que pone en el libro es que la está buscando. Una vez se desvanece la niebla se crea una imagen clara de Atenea en un lugar, parece ser una cabaña.
-Esa es la cabaña donde guarda todas sus cosas de brujas, me la enseñó hace unos días - nos informa Luis.
-¿Y sabes dónde está? - le pregunta Naiara quitándome las palabras de la boca.
-Ni idea, fuimos atravesando un portal.
-¿Y si creamos uno? - sugiere Naiara.
-Se supone que es un hechizo bastante complejo, no muy difícil, pero sí para nosotros que somos principiantes - recuerdo.
-Pues decidido - dice seguro Luis - lo haces tú - ¿en serio?
-Tú sueñas mucho despierto - digo rodando los ojos.
-Por favor Alix - me dice suplicante, miro a Naiara en busca de apoyo.
-No se pierde nada por intentar - dice encogiéndose de hombros.
-Ya la has oído - dice Luis muy seguro de sí mismo.
¿En serio?, yo buscaba tu apoyo, no que estuvieras de su parte, pero en fin, tendré que intentarlo, aunque lo más seguro es que falle estrepitosamente. Busco en el libro el hechizo para crear portales, solo espero que tenga un nombre sencillo, que sea fácil de encontrar, y, sobre todo, que sea fácil la pronunciación, porque si no, estoy apañada.
Después de buscar durante unos minutos y tener que alejar la cara de Luis unas cuantas veces, ya que el muy pesado cada 30 segundos ponía su cabezota delante de mi cara para mirar lo que estaba leyendo, cosa estúpida ya que no hacía falta que estuviera en el medio para ello; conseguí encontrar el hechizo, el cual tiene unas palabrejas incomprensibles.
-Yo no pronuncio esto en la vida - digo leyendo en mi cabeza el hechizo.
-Venga, que tú puedes - me anima Luis.
-¿Por qué no lo haces mejor tú?, a ti sí se te dan bien los idiomas - le digo a Naiara.
-Puedo intentarlo, pero no prometo nada - dice moviendo el libro para poder leerlo mejor.
Naiara hace lo mismo que yo, y lo lee en silencio antes de pronunciarlo en voz alta; una vez lo ha leído, coge aire y recita el hechizo. Esperamos un par de minutos pero no pasa nada, Luis le pide que lo vuelva a intentar, lo vuelve a recitar y nada; no me extraña, no entiendo cómo Aitana puede decir eso.
-Lo siento Luis - se disculpa Naiara.
-No pasa nada, al menos lo has intentado - dice desanimado, chasqueo la lengua molesta, detesto ver a mi hermano así.
Puede que mi hermano y yo no seamos los mejores amigos, pero sí nos queremos y nos preocupamos el uno por el otro, discutimos, pero como todos los hermanos, además, soy la hermana mayor, como tal tengo que cuidarlo y preocuparme por él. Por eso, y aunque estoy casi segura que no va a funcionar, vuelvo a colocar el libro para intentar pronunciar el hechizo.
-Haber si hay suerte - digo y miro al frente mío, pero nada, no hay portal - lo siento, pero no sé cómo iremos a la cabaña de Atenea.
Al terminar esa frase pego un brinco por el susto, delante nuestro aparece un portal como los que hace Aitana, no entiendo porqué ha tardado tanto en crearse, vuelvo a leer el libro, y al acabar me doy un golpe en la frente, mira que soy tonta, claro que no había aparecido nada, no había indicado a dónde quería ir.
-¿El portal nos llevará a la cabaña de Atenea? - pregunta Naiara dudosa.
-No sabría decirte - digo mientras me levanto del suelo y Naiara imita mi acción - mi intención era esa, pero esta es la primera vez que lo hago, así que a saber.
-Iré yo solo - dice Luis.
-¿Y si resulta que me confundí y el portal lleva a otro lado? - le pregunto no muy segura de su propuesta, por no decir nada segura.
-Si sí es el lugar, quiero hablar con Atenea en privado.
-No sé yo - digo aún muy insegura.
-Está el hechizo de rastreo, si resulta que no estoy ahí, vosotras lo veréis y crearás un portal para que vuelva.
-Eso de que yo crearé un portal, está en duda.
-Se lo pedimos a Aitana - dice Naiara.
-Sí, eso está mejor - digo ahora más segura.
-En fin, gracias por la ayuda - dice Luis mientras se acerca al portal.
-De nada, y a la próxima pídeselo a Aitana - le digo, él me sonríe y cruza el portal - solo espero no haberle mandado a su muerte con ese portal - le comento a Naiara.
-Y yo.
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